La fecha para realizar una "Gran Cumbre" masiva y de carácter nacional que permita a los distintos sectores campesinos, afro, indígenas y populares acordar "una agenda común para la transformación de la sociedad colombiana", quedó fijada para los días 22, 23 y 24 de febrero del año entrante. Son parte de este acuerdo la Mesa de Interlocución Agraria (MIA - Marcha Patriótica), el Coordinador Nacional Agrario (CNA - Congreso de los Pueblos), la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), el Proceso de Comunidades Negras (PCN), y la Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia (COMOSOC).
Cumbre que unifica a campesinos, afro e indígenas, en febrero: anuncian 2014 con fuertes protestas
1. Cumbre que unifica a campesinos, afro e indígenas, en
febrero: anuncian 2014 con fuertes protestas
Sábado, 14 Diciembre 2013
La fecha para realizar una "Gran Cumbre" masiva y de carácter
nacional que permita a los distintos sectores campesinos, afro,
indígenas y populares acordar "una agenda común para la
transformación de la sociedad colombiana", quedó fijada para los días
22, 23 y 24 de febrero del año entrante. Son parte de este acuerdo la
Mesa de Interlocución Agraria (MIA - Marcha Patriótica), el
Coordinador Nacional Agrario (CNA - Congreso de los Pueblos), la
Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), el Proceso de
Comunidades Negras (PCN), y la Coalición de Movimientos y
Organizaciones Sociales de Colombia (COMOSOC).
El evento
Con un claro mensaje de unidad, ayer desde tempranas horas,
delegados y dirigentes de seis importantes organizaciones sociales de
nivel nacional se reunieron en el Centro de Memoria, paz y
reconciliación en Bogotá. El encuentro tuvo como objetivo acordar los
criterios que guiarán la convergencia de los diferentes sectores, una
convergencia que no significa unanimidad, sino por el contrario "el
reconocimiento de la diferencia para poder avanzar juntos".
La primera jornada de trabajo inició con un "Ritual de Armonización
por la Unidad" en el que los diferentes asistentes hicieron votos para
que la unidad de acción sea de nuevo una realidad; al hacer uso de
la palabra, hubo quienes recordaron cómo, desde los años 70,
diferentes estrategias fueron utilizadas por diversos gobiernos para
fragmentar el movimiento agrario.
2. En la agenda del primer día fue una constante la reflexión acerca de
las formas que deberá tomar la unidad, una unidad que en la
coyuntura a todos parece necesaria. Las movilizaciones
protagonizadas por los diferentes sectores entre los meses de agosto
y septiembre del año en curso, explicaron los participantes, fueron
expresión de la precaria situación del agro y el mundo rural
colombiano y de los reiterados incumplimientos del estado
colombiano.
Se definieron 5 comisiones temáticas para reflexionar sobre temas
tales como el modelo de despojo y economía propia, Territorio y
territorialidades, Paz, alternativas a los cultivos declarados de uso
ilícito y ruralidad y sectores populares. Los panelistas (uno por cada
organización) compartieron sus opiniones sobre el contexto en el que
las diferentes movilizaciones tuvieron lugar, hicieron un balance de
las mismas, reflexionaron igualmente sobre la interlocución
adelantada con el gobierno, las razones que esgrimen los diferentes
sectores para rechazar el Pacto Agrario como fórmula propuesta
desde el gobierno y las expectativas que en todos despierta la
realización de la próxima cumbre.
Aunque varios de los temas tratados pueden arrojar sombras sobre
este proceso -entre ellos, la posible convergencia de los diferentes
sectores- el debate resultó fructífero. Los balances sobre las
movilizaciones adelantadas durante este año hablan sin lugar a dudas
de un movimiento con una “creciente conciencia crítica y política”
como lo señaló Carlos Ancízar de la Mesa de Unidad Agraria (MUA),
quien además anotó que éste puede ser “el inicio de una lucha
conjunta” en la que la “necesidad de aglutinamiento” es imperiosa.
Por su parte Robert Daza (CNA) indicó que las movilizaciones
expresan la necesidad de adelantar una “lucha mucho más global y
articulada”.
Otros ejes, sin embargo, quedaron pendientes de mayor
profundización. Ejemplo de ello fueron la propuesta de convocatoria a
una nueva Asamblea Nacional Constituyente, y la impresión de que
los diálogos de la Habana avanzan de manera paralela a la
movilización social: según expresaron diversas voces, en el sentir de
los dirigentes y sus bases, sus problemáticas, intereses y
aspiraciones no se han visto allí recogidos por entero.
“Mesas de negociación para no negociar”
Así lo definió Andrés Gil (MIA) y con esa definición coincidieron el
resto de los ponentes, que descalificaron la creación de una serie de
Mesas de Acuerdo, entendiendo que resultaron un engaño para
dilatar y desgastar el movimiento. El incumplimiento de pliegos de
peticiones que en algunos casos llega ya a 30 años, como lo expresó
3. Luís Alberto Yace y la “interlocución a sangre y fuego” como
manifestó Robert Daza, marcan la lógica gobiernista. El inicio de los
acuerdos al más alto nivel con ministros y el desarrollo de las
agendas con funcionarios de “tercer nivel” sin credenciales para
negociar, fueron otras de las características señaladas.
Para Carlos Ancízar, la negociación con el gobierno es un “sofisma de
distracción. El balance en ese sentido es altamente negativo. El
objetivo por parte del gobierno es la “profundización de la acción
mendicante para frenar las luchas en función de la consolidación del
modelo”.
***
Nuevos temas, sectores sociales más politizados, un
perfeccionamiento creciente de las agendas programáticas y la
identificación de la estrategia negociadora del gobierno, señalan un
proceso mucho más maduro y promisorio, sobre el cual sin embargo
se ciernen otras tantas amenazas. Los datos que se divulgaron son
dicientes: 12 muertos, más de 200 heridos, muchos de ellos de
gravedad y cientos de detenidos, indican que, durante el último Paro
Agrario y Popular, la militarización de la protesta social se acrecentó
en la misma proporción en que lo hizo la movilización social. La
"unidad en la diversidad" resulta entonces una necesidad y una
urgencia, en un momento político complejo y promisorio, atravesado
además por la próxima coyuntura electoral.