El documento resume los artículos 5 al 7 del Credo de la Iglesia Católica. El artículo 5 habla sobre la muerte y resurrección de Jesucristo, incluyendo su descenso a los infiernos y resurrección al tercer día. El artículo 6 trata sobre la ascensión de Jesús a los cielos y cómo está sentado a la derecha de Dios Padre. Finalmente, el artículo 7 explica que Jesús volverá para juzgar a los vivos y los muertos al final de los tiempos.
Catecismo ESTEPRE Sexta Sesion Antonio Ribas Ribas OCD Mayo 2013
1. Catecismo de la Iglesia
ESTEPRE
Artículos 17 al 19
Antonio Ribas Ribas, OCD
2. XVII.- Artículo quinto
del Credo: Jesucristo
“descendió a los
infiernos, al tercer
día resucitó de entre
los muertos.
3. 1.- Jesús descendió
a los infiernos
Es el artículo 5º del
Símbolo de los
Apóstoles. La
Escritura llama
infiernos, sheol o
hades (cfr. Flp.2,10;
Hch.2,24; Ap.1,18;
Ef.4,9) a la morada
de los muertos,
porque allí estaban
privados de la
visión de Dios,
antes de la Pascua
de Cristo.
4. 1.- Jesús descendió
a los infiernos
En la expresión
“Jesús descendió a
los infiernos”, el
Símbolo confiesa
que Jesús murió
realmente, y que,
por su muerte en
favor nuestro, ha
vencido a la muerte
y al diablo “señor de
la muerte”
(Hb.2,14). Cristo
bajó a la
profundidad de la
muerte (cfr.
Mt.12,40; Rm.10,7;
Ef.4,9).
5. 1.- Jesús descendió
a los infiernos
Cristo muerto,
en su alma unida
a su Persona
divina,
descendió a la
morada de los
muertos. Abrió
las puertas del
cielo a los justos
que le habían
precedido. Leer
Ef.4,7-10;
1Pe.3,18-19; 4,6.
7. • La fe en la Resurrección tiene
por objeto un acontecimiento a
la vez históricamente
atestiguado por los discípulos
que se encontraron realmente
con el Resucitado, y
misteriosamente trascendente
en cuanto entrada de la
humanidad de Cristo en la
gloria de Dios. La Resurrección
es obra de la Santísima Trinidad
y es la verdad culminante de
nuestra fe en Cristo.
8. • El cuerpo resucitado de Cristo es el
mismo que ha sido crucificado pero
posee las propiedades de un cuerpo
glorioso y está lleno del poder del
Espíritu Santo. Leer 1Cor.15,4-8;
Lc.24,36-43; Jn.20,11-18.26.
• El sepulcro vacío y las vendas en el suelo
significan por sí mismas que el cuerpo
de Cristo ha escapado por el poder de
Dios de las ataduras de la muerte y de la
corrupción. Preparan a los discípulos
para su encuentro con el Resucitado.
Leer Jn.20,1-9.
9. • Cristo, “el
primogénito de
entre los muertos”
(Col.1,18), es el
principio de nuestra
propia resurrección,
ya desde ahora por
la justificación de
nuestra alma (cfr.
Rm.6,4), más tarde
por la vivificación
de nuestro cuerpo
(cfr. Rm.8,11).
10. • “Pero es precisamente la Resurrección la
que nos abre a la esperanza más grande,
porque abre nuestra vida y la vida del
mundo al futuro eterno de Dios, a la
felicidad plena, a la certeza de que el
mal, el pecado y la muerte pueden ser
derrotados. Esto nos lleva a vivir con
mayor confianza las realidades
cotidianas, a afrontarlas con valentía y
con empeño. La Resurrección de Cristo
ilumina con una luz nueva estas
realidades cotidianas ¡la Resurrección de
Cristo es nuestra fuerza!....
11. En los Evangelios, sin embargo,
las mujeres tienen un papel
primordial, fundamental. Aquí
podemos ver un elemento a
favor de la historicidad de la
Resurrección: si se tratara de un
hecho inventado, en el contexto
de aquel tiempo no hubiera
estado relacionado al testimonio
de las mujeres. Los evangelistas,
en cambio, simplemente se
limitan a narrar lo que sucedió:
las mujeres son los primeros
testigos.
12. Esto nos dice que Dios no elige según los criterios humanos: los
primeros testimonios del nacimiento de Jesús son los pastores,
gente sencilla y humilde. Y las primeras en ser testimonios de la
Resurrección son las mujeres. Y ello es bello, es un poco la misión
de las mujeres, de las mamás, de las abuelitas. Dar testimonio a
sus hijos y nietos de que Jesús está vivo, vive ha resucitado.
Mamás y mujeres ¡adelante con este testimonio!” (Papa Francisco,
Audiencia General, 3 de abril 2013).
13. “Casi siempre se me representaba
el Señor así resucitado, y en la
Hostia lo mismo, si no eran
algunas veces para esforzarme si
estaba en tribulación, que me
mostraba las llagas, algunas veces
en la cruz y en el Huerto, y con la
corona de espinas pocas; y
llevando la cruz también algunas
veces, para necesidades mías y de
otras personas, mas siempre la
carne glorificada” (SANTA TERESA
DE JESUS, Vida 29,4).
15. La ascensión de Jesucristo
marca la entrada
definitiva de la
humanidad de Jesús en el
dominio celestial de Dios,
de donde ha de volver
(cfr. Hch.1,11), aunque
mientras tanto lo
esconde a los ojos de los
hombres (cfr. Col.3,3).
Leer Mc.16,19; Hch.1,9-
11; 2,33; 7,56; Lc.24,51;
Sal.110,1.
16. La “derecha del Padre” significa
la gloria y el honor de la
divinidad; Jesucristo está
“sentado” también
corporalmente e inaugura su
Reino que “no tendrá fin”
(Símbolo de Nicea-
Constantinopla).
Jesucristo, cabeza de la Iglesia,
nos precede en el Reino glorioso
del Padre para que nosotros,
miembros de su cuerpo, vivamos
en la esperanza de estar un día
con El eternamente.
17. Jesucristo, habiendo
entrado una vez por todas
en el santuario del cielo,
intercede sin cesar por
nosotros como el
Mediador que nos
asegura
permanentemente la
efusión del Espíritu Santo.
Leer Hb.9,24; 7,25; 9,11.
18. “Jesús es el único y eterno
Sacerdote, que con su pasión
atravesó la muerte y el
sepulcro y resucitó y
ascendió a los cielos; está
con Dios Padre, donde
intercede por siempre en
nuestro favor (Cf. Heb 9:24).
Como afirma San Juan en su
primera epístola Él es
nuestro abogado.
19. • ¡Qué lindo escuchar esto!
Cuando uno ha sido
convocado por el juez o
tiene un juicio, lo primero
que hace es buscar a un
abogado para que lo
defienda. Nosotros
tenemos uno que nos
defiende siempre, nos
defiende de las insidias del
diablo, nos defiende de
nosotros mismos, de
nuestros pecados . . . La
Ascensión de Jesús al Cielo
nos da a conocer esta
realidad tan reconfortante
para nuestro camino:
20. • en Cristo, verdadero Dios y
verdadero hombre,
nuestra humanidad ha sido
llevada a Dios; Él nos ha
abierto el paso; es como
un guía en la escalada a
una montaña, que llegado
a la cima, tira de nosotros
y nos lleva a Dios. Si
confiamos a Él nuestra
vida, si nos dejamos guiar
por Él estamos seguros de
estar en buenas manos, en
las manos de nuestro
Salvador, de nuestro
abogado”
21. La Ascensión no indica la ausencia de
Jesús, sino que nos dice que Él está
vivo entre nosotros de una manera
nueva; ya no está en un preciso lugar
del mundo tal como era antes de la
Ascensión; ahora está en el señorío de
Dios, presente en todo espacio y
tiempo, junto a cada uno de nosotros.
En nuestra vida nunca estamos solos:
tenemos este abogado que nos espera,
que nos defiende, No estamos nunca
solos. El Señor crucificado y resucitado
nos guía” (Papa Francisco, Audiencia
General del miércoles del 17 de abril-
2013).
22. XIX.- Artículo séptimo del Credo:
Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos.
1.- Volverá en gloria
Desde la Ascensión hemos llegado a la
“última hora”; el final de la historia ha
llegado a nosotros. Cristo, el Señor,
reina ya por la iglesia, pero todavía no
le están sometidas todas las cosas de
este mundo.
23. “En el Credo profesamos que Jesús "de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a los
vivos y a los muertos". La historia humana
comienza con la creación del hombre y la
mujer a imagen y semejanza de Dios y
concluye con el juicio final de Cristo. A
menudo nos olvidamos de estos dos polos
de la historia, y sobre todo la fe en el
regreso de Cristo y en el juicio final a veces
no está tan clara y sólida en el corazón de
los cristianos. Jesús durante su vida pública,
a menudo ha reflexionado sobre la realidad
de su venida final” (Papa Francisco,
Audiencia General, miércoles 24 de abril-
2013).
24. 2.- El día del Juicio, al fin del mundo,
Cristo vendrá en la gloria para llevar a
cabo el triunfo definitivo del bien sobre
el mal que, como el trigo y la cizaña,
habrán crecido juntos en el curso de la
historia.
3.- “Para juzgar a vivos y muertos,
Cristo glorioso, al venir al final de los
tiempos a juzgar a vivos y muertos,
revelará la disposición secreta de los
corazones y retribuirá a cada hombre
según sus obras y según su aceptación
o su rechazo de la gracia. Leer 1Cor.4,5;
Mt.11,20-24; 7,1-2; 25,31-46.
25. “Esto nos indica que seremos juzgados
por Dios en la caridad, en cómo lo hemos
amado en los hermanos, especialmente
los más vulnerables y necesitados. Por
supuesto, siempre hay que tener en
cuenta que somos justificados, que
somos salvados por la gracia, por un acto
de amor gratuito de Dios que siempre
nos precede.
Solos no podemos hacer nada. La fe es
ante todo un don que hemos recibido,
pero para dar fruto, la gracia de Dios
siempre requiere de nuestra apertura a
Él, de nuestra respuesta libre y concreta.
Cristo viene para traernos la misericordia
de Dios que salva.
26. • Se nos pide que confiemos en Él, de
responder al don de su amor con una
vida buena, hecha de acciones animadas
por la fe y el amor…… no tengamos
nunca miedo de mirar el juicio final; que
ello nos empuje en cambio a vivir mejor
el presente. Dios nos ofrece con
misericordia y paciencia este tiempo para
que aprendamos cada día a reconocerlo
en los pobres y en los pequeños, para
que nos comprometamos con el bien y
estemos vigilantes en la oración y en el
amor” (Papa Francisco, Audiencia
General, miércoles 24 de abril-2013).
27. “A la tarde te
examinarán en
el amor;
aprende a
amar como
Dios quiere ser
amado
y deja tu
condición”
(San Juan de la
Cruz)