1. La personalidad desconfiada, celosa o paranoide.
El trastorno paranoide de la personalidad se caracteriza
principalmente por la presencia, de un modo generalizado y
permanente, de una desconfianza excesiva e injustificada hacia los
demás. Es más frecuente en el hombre que en la mujer.
Son personas que siempre han sido desconfiadas, mal pensadas,
recelosas, que siempre piensan que los demás les están intentando
engañar o perjudicar de algún modo. Por esto suelen estar alerta de
todo lo que los otros dicen o hacen, interpretando, muchas veces sin
motivo, que están tramando algo contra ellos. Siempre encuentran
algún motivo de sospecha, alguna señal oculta que, a su juicio,
desvela los malos propósitos que los demás tienen hacia ellos. No
creen en la lealtad de los otros y siempre piensan mal de los
desconocidos, incluso de sus personas más
allegadas.
Por eso son tan reservados, no confían en nadie. Si se dejasen
conocer mejor, los otros sabrían como perjudicarles. Si
expusiesen a los demás sus planes, estos podrían truncarse.
No suelen ser capaces de estar relajados en presencia de otras
personas, sino que están siempre tensos, dentro de un mundo
que se les antoja perpetuamente amenazante.
Muchos tienden por esto a la soledad. Esta falta de
confianza la transmiten a los demás, de tal modo que se crea una
mutua sensación de desconfianza, generada por ellos, que sirve para
reforzarles en su actitud inicial.
Su trato, su afectividad, suele ser extremadamente fría y
distante, con actitudes demasiado racionales y calculadoras, de las
que se suelen enorgullecer. No permiten que los demás descubran sus
sentimientos, y se avergonzarían profundamente si, en un momento
dado, alguien pudiese verles emocionados o con comportamientos
que impliquen cierta ternura.
Dificilmente son capaces de lograr lazos verdaderamente
sanos, sencillos, abiertos, naturales, espontáneos y sinceros. Por el
contrario, estos suelen ser fríos, distantes, rígidos, tensos, reservados,
interesados, y artificiales.
Su escasa emotividad y la naturaleza de las relaciones
que establecen con los demás hace que resulte dificil encariñarse de
2. ellos, lo cual le sirve para confirmar su interpretación hostil del mundo
exterior.
No soportan que nadie logre engañarles y se consumen si considera
que alguna persona ha podido reirse de ellos, estafarles o tomarles
por tontos.
Tiene poco sentido del humor. No suelen gastar bromas a
los demás , y no soportan que se las gasten a ellos. Siempre las
encuentran fuera de lugar y malintencionadas. Si en alguna ocasión
excepcional sacan a relucir su sentido del humor, este resulta mordaz,
áspero, satírico.
Generalmente son muy críticos e intolerantes a la hora de juzgar a
los demás, a los que siempre descubren fallos y malas intenciones.
Sin embargo, difícilmente soportan las objeciones que les puedan
hacer a ellos, ya que las interpretan siempre como ataques directos,
consecuencia de la envidia o del odio. Además, rara vez las olvidan,
permaneciendo años después un sentimiento de rencor por la
presunta ofensa sufrida.
Con los fuertes y superiores suelen ser precavidos y envidiosos, y
muestran su desprecio por los que consideran débiles o blandos. Son
demasiado ambiciosos y suelen darse a sí mismos una importancia
exagerada.
Son exigentes con los que dependen de
ellos, e intolerantes con sus defectos y
errores, que los recuerdan frecuentemente
exagerando su dimensión y repercusiones.
Suelen tener un concepto demasiado práctico y funcional de las cosas.
Les interesan particularmente los progresos de la técnica, todo lo que
se refiera a los nuevos aparatos, lo que son capaces de hacer, su
exactitud, eficacia y comodidad. Por el contrario, desprecian los
aspectos estéticos, no interesandose demasiado por el arte en sí
mismo, salvo con alguna intencionalidad práctica de otra índole.
En este tipo de personalidad, los celos suelen ser
extraordinariamente frecuentes. La desconfianza se extiende
también a esta faceta en un sentido amplio. Suelen tener
siempre en la cabeza la posibilidad que
3. su pareja les pueda engañar en todos
los planos, no solamente en el afectivo
o sexual, sino también en el económico, con los hijos, etc.
Esta situación puede ocasionar problemas importantes en las
relaciones afectivas de estas personas, ya que la confianza es un pilar
clave de la convivencia, particularmente de la conyugal. La
desconfianza suele conducir a un distanciamiento afectivo, y
muchas veces, siendo inicialmente injustificada, termina
provocando motivos que la justifican, ya que a medio o largo plazo,
puede incitar al otro a no decir la verdad, o a la infidelidad.
Es frecuente que a este trastorno de la personalidad se asocien otros,
particularmente la paranoia, más conocida actualmente con el nombre
de trastorno delirante paranoide. Esta alteración
psiquica consiste esencialmente en la
presencia de ideas delirantes, irreales,
de las que se está plenamente
convencido, a costa de una trama de detalles y de hechos
minuciosamente relacionados, hasta el punto de que , aún resultando
extraños y excepcionales pueden llegar a resultar convincentes para
los demás.
La temática de estas ideas delirantes puede ser muy variada.
Lo más común es que se trata del convencimiento de que la
pareja es infiel (trastorno delirante paranoide, tipo celotípico),
pero otras veces, el delirio tiene otros contenidos. Pueden creer
que alguien les está persiguiendo, vigilando o perjudicando (tipo
persecutorio), que alguna persona muy importante está muy
enamorada de ellos (tipo erotomaniatico), que tienen algún defecto
físico o enfermedad corporal (tipo somático), o que poseen una
capacidad peculiar, mágica, paranormal (tipo grandioso).
Aunque es mucho menos frecuente, este trastorno de personalidad
puede facilitar la aparición de otros trastornos psicopatológicos como
la esquizofrenia paranoide. En estos casos, las ideas delirantes tienen
un carácter mucho más absurdo y se asocian con alucinaciones
generalmente auditivas o visuales, con pensamiento desorganizado e
incoherente, y con otros síntomas más graves.
4. Principales características de la personalidad paranoide:
- Desconfianza.
- Suspicacia.
- Frialdad y distanciamiento afectivo.
- Actitud reservada.
- Escaso sentido del humor.
- Tendencia a la hipercrítica.
- Intolerancia.
- Preferencia por lo práctico.
http://www.mercaba.org/Delgado/Personalidad/1-09.htm