2. Fundamentos antropológicos
del ‘ser varón’ y del ‘ser mujer’
Contenido:
1. Características biológicas y psíquicas del ‘ser
varón’ y del ‘ser mujer’.
2. Rasgos de la intimidad femenina y masculina.
3. El valor de la complementariedad.
2
3. Fundamentos Antropológicos
del ‘ser varón’ y del ‘ser mujer’
En la especie humana existen dos tipos básicos de
ser persona: masculino y femenino.
Ningún ser humano agota la especie; nos debemos
honor y reconocimiento.
La diversidad de tipos humanos exige y hace posible
la colaboración.
3
4. Naturaleza humana: corpórea y psíquica
VarónVarón MujerMujer
Corporeidad másCorporeidad más
fuertefuerte
Capaz de mayorCapaz de mayor
esfuerzo físicoesfuerzo físico
Rasgos diferenciales:Rasgos diferenciales:
manos, talla, cráneo,manos, talla, cráneo,
tórax.tórax.
Corporeidad másCorporeidad más
débil.débil.
Cuerpo menosCuerpo menos
atléticoatlético
Rasgos diferenciales:Rasgos diferenciales:
se le asocia con lase le asocia con la
belleza.belleza.
4
Distinciones bilógicas:
5. Naturaleza humana: corpórea y psíquica
VarónVarón MujerMujer
Viene mejor dotadoViene mejor dotado
para protegerpara proteger
Procrea junto a ellaProcrea junto a ella
A nivel neural: cuerpoA nivel neural: cuerpo
calloso menos robustocalloso menos robusto
Necesita e invita a laNecesita e invita a la
protecciónprotección
Quien engendra es ellaQuien engendra es ella
A nivel neural: cuerpoA nivel neural: cuerpo
calloso más robustocalloso más robusto
5
Distinciones biológicas:
7. Naturaleza humana: corpórea y psíquica
Varón Mujer
Conocimiento es más
abstracto.
Pensamiento más
analítico
Capaz de distanciarse
de la realidad
Conocimiento es más
experimental
Pensamiento más
subjetivo y relacional
Se identifica con la
realidad
7
Distinciones psicológicas:
8. Naturaleza humana: corpórea y psíquica
Varón Mujer
Más reservado. Siente
pero expresa poco.
Habla de ‘algo ‘
Más expresiva.
Manifiesta quién es
Habla de ‘alguien’
8
Distinciones psicológicas:
En la ‘capacidad de querer’ no hay diferencia
entre lo masculino y lo femenino
10. Persona femenina
10
Orientada hacia las personas.
Busca perfeccionar a quienes ama.
Detallista, meticulosa.
Valora la amistad y la confianza.
Capacidad integradora, reunitiva.
11. Persona femenina
11
Lenguaje: usa superlativos, metáforas y
generalizaciones, es envolvente.
Aprecia la tranquilidad, estabilidad.
Le sale fácil la generosidad, salir de sí misma.
Integra/superpone sus roles en el trabajo-
familia.
12. Persona femenina
¿Sexo débil? Capacidad de resistencia.
Corre el riesgo de detenerse en lo afectivo empapado
de lo accesorio.
Su mayor temor es … que no la amen.
Su flanco más vulnerable es su sensibilidad.
12
14. Persona masculina
14
Orientado hacia la resolución deOrientado hacia la resolución de problemas.problemas.
Se siente responsable deSe siente responsable de dominardominar el mundo.el mundo.
ObjetivoObjetivo, racional en sus juicios. Busca la, racional en sus juicios. Busca la
esencia.esencia.
Valora laValora la autonomíaautonomía, suele ser, suele ser audazaudaz..
Pide aliento / ayuda sólo cuando la necesita.Pide aliento / ayuda sólo cuando la necesita.
PensamientoPensamiento lineallineal, lógico., lógico.
15. Persona masculina
15
Su lenguaje es directo y concreto.
Alto sentido de competitividad. Valora el logro
de resultados.
Requiere ser aceptado, admirado.
Modelo de segmentación/separación en relación
al trabajo y la familia es mayoritariamente
masculino.
16. Persona masculina
Capacidad de ataque.
Corre el riesgo de quedarse en lo objetivo y herirla a
ella.
Le teme al … fracaso, a que no lo valoren.
El orgullo es el lado débil del varón.
16
18. La intimidad femenina
18
Las mujeres son como olas … su autoestima y estados de
ánimo bajan y suben repentinamente.
Está en la cresta cuando se sabe amada, pero cuando cae
siente un vacío interior muy profundo.
Ante un problema: necesita hablar, ser escuchada y
comprendida.
Se aísla cuando ha sido lastimada, está resentida,
molesta o quiere vengarse.
20. La intimidad masculina
20
Los hombres son como un elástico … se acercan y alejan.
Está en lo alto de la cima cuando logra los resultados que
persigue; y cuando no se siente cuestionado.
Ante un problema se aísla, enmudece. Es instintivo para
él, poder retirarse a “su cueva”.
A veces cambiará de actividad para olvidar, liberar su
estrés y tensión.
21. La intimidad masculina
21
¿ Cómo reacciona ella usualmente ante el retiro de
él a su cueva?
Insistiendo, presionando y estimulándolo con
más preguntas, indagando más.
Preocupándose y sintiendo pena por él.
Imponiendo su ayuda generosa pero inoportuna.
23. El valor de la complementariedad
23
F:02 _ CURSOS - CONFERENCIAS - PROGRAMA
24. El valor de la complementariedad
Nuestros cuerpos están preparados para la
comunicación conyugal.
Es compatible la igualdad (en dignidad) con la
diferencia (virilidad y feminidad).
La voluntad (libertad) permite el crecimiento de
cada cónyuge (hábito y virtud).
24
25. El valor de la complementariedad
La vida familiar exige la participación de ambos.
La vida conyugal permite suplir carencias y potenciar
las fortalezas de cada uno.
A propósito del co-ser es posible la perfección (lucha
alegre por ser mejores)
La mejor lección de vida: aprender de la generosidad
del otro.
25
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.
¿Qué es el amor? … ¿quién me puede dar una definición de amor? ….
El amor tiene unos movimientos previos, preparatorios, que nos llevan a engendrar el amor. El amor humano surge de dos personas, pero una vez engendrado, es más que la suma de ellas. Así, una madre y un hijo son personas, pero una madre y un hijo amándose es más que ellas mismas, pues han engendrado algo suyo, algo que es de cada uno y al mismo tiempo es de los dos.
Un primer movimiento del amor es la atracción que sentimos hacia algo que nos parece bueno, algo que nuestras dinámicas sensibles nos lo presentan como aparentemente bueno, no es que sea bueno, simplemente es que tiene la apariencia de algo bueno, algo que es susceptible de ser amado, algo amable. Esto es así porque, como decía Genara, la persona humana siempre tiende al bien. El que logre alcanzarlo ya es otra cosa. Así que el primer movimiento es la atracción a algo amable.
El segundo movimiento es la valoración de ese bien aparentemente amable. Es decir, eso que parece bueno y por lo tanto amable, ¿qué tanto lo es?. Merece la pena ser amado o no. Para hacer esta valoración no basta con nuestros dinamismos sensibles, se requiere acudir a nuestras facultades espirituales superiores, aquellas por las cuales somos personas: la inteligencia y la voluntad. La inteligencia pondrá en marcha a la razón y la voluntad nos empujará a la acción, sea esta de aceptación o sea de rechazo. Si es de rechazo, lo apreciado es un bien, pero es un bien que no es amable para mi ser personal, pudiendo serlo para otro. Si la valoración de nuestra inteligencia y nuestra voluntad es de aprobación, entramos a un tercer movimiento.
El tercer movimiento es de donación y aceptación. El bien amable es tan bueno que merece una donación, una donación de lo único que puede ser donado en la dinámica amorosa, es decir, nosotros mismos. La dinámica amorosa es solamente personal, no admite otro intercambio. Pero la donación y aceptación responde a la naturaleza de los amantes.