Este documento discute cómo los medios de comunicación representan la sexualidad humana y las relaciones familiares. Plantea preguntas sobre si respetan la verdad sobre estos temas o si en cambio fomentan el sensacionalismo. Señala que aunque los medios deben cumplir una responsabilidad social al usar un bien público, a menudo reducen la sexualidad a lo físico y placentero, banalizan el amor y desvirtúan la importancia del matrimonio y la familia.