1. Ruta de los Cortijos y las Haciendas
Queremos centrarnos en el tipo de hacienda de principios del XIX y último
tercio del XX, es decir, el industrial en la Andalucía agrícola. Nuestro interés en este
itinerario viene porque consideramos que la arquitectura industrial agrícola en
Andalucía pasa un poco desapercibida, no se han realizado estudios serios, incluso
se ha menospreciado calificándola de simplemente rural, faltan estudios de las
grandes explotaciones, decir que no sólo fueron agrícolas, también ganaderas.
Estas Haciendas proliferaron en Sevilla, siendo una de las causas, las buenas
comunicaciones, la numerosa población para trabajar y la cercanía al puerto de
Sevilla. Se dedican básicamente al olivo y a la producción aceitera. Además de
cereales y ganadería.
Los propietarios serán el patriciado urbano, nobleza local y mercaderes
enriquecidos en la Carrera de Indias.
Son edificios en los que a una estructura básicamente funcional se suman detalles
suntuarios y referencias de estilo hasta configurar una arquitectura de cierta opulencia que
se ha considerado de carácter "culto".
- Las haciendas espacialmente son estructuras cerradas en torno a un patio y su principal
dependencia es la almazara, que suele articularse mediante tres naves paralelas separadas
por arcadas longitudinales. En las dos primeras se ubicaban los trojes o depósitos de
aceitunas y el molino,. La tercera nave albergaba la viga, que permitía prensar la masa
producida por la molturación y de la que salía el preciado zumo de la aceituna. La
tecnología del prensado requería de una maciza torre que sirviese de contrapeso, en la que
iba encastrada la viga y que es el principal signo distintivo de estas edificaciones.
Carmen Duque – Carmen Martín, Agosto, 2011
2. Un elemento característico es la vivienda de los propietarios llegando, en
ocasiones, a tener un jardín. Edificio de dos plantas con mirador. Suele estar
presidiendo el fondo del patio y el acceso con doble arco sostenido por columna de
mármol. En comunicación directa con la capilla que podía ser pública o privada.
Cerraba el patio la última crujía que normalmente alberga las caballerizas en su
planta baja y arriba, el pajar. Junta a este núcleo: la noria, alberca, canal de riego.
El urbanismo de la hacienda se conformaba también con las casas de algunos de
los trabajadores, como en el caso de El Torbiscal, todo un poblado para albergarlos.
Trazas barrocas y regustos neoclásicos. La hacienda se organizaba en torno a un
patio o dos. Portadas sobrias con remate de espadaña.
Se levantaron también de nueva planta, el modelo industrial que, al no llevar
las torres de contrapeso como hemos definido antes, se han confundido con cortijos,
siendo difícil su identificación.
El modelo industrial se agota en los años 30 del siglo XX, sin evolución.
En Nuestro itinerario comenzaremos con
CORTIJO EL TORBISCAL
Finca que fue modelo en España en 1953 tanto en las innovaciones técnicas
como en el trato a sus empleados, recibiendo reconocimientos por su labor. Finca
más centrada a dar cobijo a sus trabajadores que a mostrar el poder y ostentosidad
de sus dueños. Constituye un poblado en el que no faltaron las necesidades de
cualquier pueblo, consultorio médico, escuelas, zonas de ocio, jardines, etc.
Continuaremos nuestro recorrido por la N-IV, y en pocos kilómetros nos
encontramos con:
HACIENDA BUJALMORO
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3. Se encuentra en la N-IV (Sevilla-Cádiz, km. 560) dirección Dos Hermanas
hacia Los Palacios y Villafranca.
Hacienda agrícola olivarera. Data su oratorio del siglo XVI.
Entrada bícroma con molduras y espadaña, campana y remates de almenas
escalonadas.
Gran patio con pilares cuadrados, al fondo un pórtico sobre pilares cuadrados que
da acceso al señorío con mirador.
A la izquierda la gran nave de la bodega dividida por columnas y separado de la
bodega por otro patio, está el tinahón con doble fila de pilas. A la derecha la
almazara sin viga y la nave de trojes.
En el exterior y adosadas al muro del molino, las viviendas de los cogedores de
aceitunas.
Torre contrapeso con chapitel, existe otra torre almenara.
Ha sido ampliada y restaurada por el arquitecto diego Jiménez Carlés.
Actualmente pertenece a la familia Ayala de Utrera que la mantienen en un más que
aceptable estado.
La tercera hacienda que vamos a visitar se encuentra en el mismo entorno, a pocos
kilómetros de Bujalmoro:
HACIENDA EL CUZCO
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4. Entre Los Palacios y Villafranca.
Esta hacienda ha sido muy transformada pero conserva sus líneas generales que la
identifican como dedicada a labores agrícolas.
Destaca su portada bícroma con ornamentación de molduras mixtilíneas y pinturas.
Espadaña con alerones, campanario y adornos de cerámica.
El nombre parece indicarnos que su fundador fuese indiano que junto con la
aristocracia del lugar eran los propietarios.
Obedece a la tipología que accedía a la capilla desde el señorío.
Tiene una sola torre con ventanas bíforas.
Un poco más alejada de esta zona pero sin salir de la provincia de Sevilla,
encontramos en Lebrija con la
HACIENDA DE MICONES
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5. Una superficie de planta cuadrada, con patio. La crujía de la fachada tiene dos
plantas, donde se encuentra el señorío, tiene vivienda para el casero y oratorio.
La portada, así como todo su aspecto exterior, es de traza neoclásica, adintelada,
enmarcada en pilastras, con cornisa algo volada, una hornacina con escultura,
señalada por arco de medio punto. El remate está marcado por tres líneas de color
que acaban en adornos en piedra.
Las naves laterales están ocupadas por la almazara con molino, dos vigas de
prensa, caballerizas, granero y almacenes.
Torres en las esquinas terminadas en azoteas.
Patio central con pozo.
La parte alta es el señorío, la baja del casero.
La crujía izquierda del patio contiene dos molinos de vigas (desaparecidas), nave de
trojes, almazara y dependencias. A la derecha, caballerizas, graneros y almacenes.
Carmen Duque – Carmen Martín, Agosto, 2011