3. Funciones sensoriales:
Sistema somatosensorial
La puerta de entrada de la
información del entorno al sistema
nervioso, de la amplia gama de
informaciones que conforma el
mundo que nos rodea, es
proporcionada por los receptores
sensoriales que detectan estímulos
tales como tacto, sonido, luz, dolor,
frío, calor, etc.
4. Receptores sensoriales
Los receptores sensoriales convierten
la energía del estímulo en una señal
nerviosa, en la que está codificada la
información y las características del
estímulo.
Aunque un traumatismo ocular puede
provocar destellos luminosos, los
estímulos adecuados para la visión
son los correspondientes a ondas
electromagnéticas dentro del
espectro visible. Esta idea está en
relación con la Ley de Müller de las
energías sensoriales específicas que
postula:
“... el tipo de sensación no está
determinado por el estímulo, sino por
el órgano sensorial estimulado, y por
la zona del sistema nervioso central
donde se procesa la información”.
5. La información que el ser humano
identifica a través del tacto, gusto y
olfato para comprender los
procesos sensoperceptivos desde
un abordaje fisiológico, cognitivo y
neuronal. Así son las sensaciones
la fuente principal de nuestros
conocimientos acerca del mundo
exterior, canales básicos por los
que la información del mundo
exterior llega al cerebro.
6. Nuestro cuerpo desempeña un
papel importantísimo en cada
proceso intelectual a lo largo de
nuestro desarrollo como seres
humanos, desde el seno materno,
hasta la edad adulta es quien
proporciona al cerebro la valiosa
información que este necesita del
medio ambiente que nos rodea.
7. 1. Los ojos traducen la luz en
señales de imágenes para que el
encéfalo las procese
Los ojos se ubican en las órbitas de
la estructura ósea de la cabeza,
protegidos por hueso y tejido graso.
La esclerótica es la parte blanca del
ojo. Protege las estructuras interiores
y rodea un portal circular formado por
la córnea, el iris y la pupila.
El cristalino curvo luego centra la
imagen en la retina, la capa interior
del ojo. La retina es una membrana
delicada de tejido nervioso que
contiene células fotorreceptoras.
8. 2. El oído utiliza huesos y líquido
para transformar las ondas
sonoras en señales sonoras
Música, risas, bocinas de los autos, todas
llegan a los oídos como ondas sonoras
por el aire. El oído externo actúa como
embudo para transportar las ondas por el
canal auditivo (el meato acústico externo)
hasta la membrana timpánica (“tímpano”).
Las ondas sonoras golpean la membrana
timpánica, y crea vibraciones mecánicas
en la membrana. La membrana timpánica
transfiere esas vibraciones a los tres
pequeños huesos, conocidos también
como huesecillos del oído, que se
encuentran en la cavidad llena de aire del
oído medio. Esos huesos, el martillo, el
yunque y el estribo, transportan las
vibraciones y golpean contra la abertura al
oído interno.
9. 3. Receptores especializados en
la piel envían señales del tacto al
encéfalo
La piel consta de tres capas
principales de tejido: la capa externa
(epidermis), la capa media (dermis) y
la capa interna (hipodermis). Células
receptoras especializadas que se
encuentran en estas capas detectan
las sensaciones táctiles y transmiten
señales a través de nervios
periféricos hacia el encéfalo. La
presencia y la ubicación de los
diferentes tipos de receptores hacen
que ciertas partes del cuerpo sean
más sensibles. Por ejemplo, las
células de Merkel se encuentran en la
región más interna de la epidermis de
los labios, las manos y los genitales
externos.
10. El sentido que detecta los olores se
llama olfato. Comienza con receptores
nerviosos especializados ubicados en
estructuras similares a vellosidades,
denominadas cilios, en el epitelio en la
parte superior de la cavidad nasal.
Cuando olemos o inhalamos por la
nariz, algunas sustancias químicas que
se encuentran en el aire se unen a
estos receptores. Esto desencadena
una señal que viaja en dirección
ascendente por una fibra nerviosa, a
través del epitelio y la estructura ósea
de la cabeza, hasta los bulbos
olfatorios.
4. Olfato: Sustancias químicas
en el aire estimulan señales
que el encéfalo interpreta
como olores
11. Muchas de ellas, incluidas las papilas
circunvaladas (caliciformes) y las papilas
fungiformes, contienen corpúsculos
gustativos. Cuando comemos,
sustancias químicas de los alimentos
ingresan a las papilas y llegan a los
corpúsculos gustativos. Esas sustancias
químicas (o sustancias sápidas)
estimulan células gustativas
especializadas dentro de los corpúsculos
gustativos, con lo que activan receptores
nerviosos. Los receptores envían
señales a las fibras de los nervios facial,
glosofaríngeo y vago. Estos nervios
llevan las señales al bulbo raquídeo, la
que las transmite al tálamo y la corteza
cerebral del encéfalo.
5. Asiento de los corpúsculos
gustativos: la lengua es el
principal órgano del gusto
12. Los órganos sensoriales, son órganos muy
sensibles permiten comprender e identificar la
información del medio ambiente, ya que
nuestro mundo está lleno de texturas,
sonidos, aromas, sabores, colores,
temperatura, entre otros, que refieren a
muchas sensaciones que podemos percibir
gracias a los sentidos, dando alcance a la
identificación de las características y
estructuras que desarrolla cada órgano, para
así lograr un significado o respuesta de estos
estímulos.