El documento describe tres niveles de conocimiento: conocimiento cotidiano, científico y filosófico. El conocimiento cotidiano es espontáneo, acrítico y superficial, mientras que el conocimiento científico es objetivo, racional, generaliza pero también es relativo y sectorizado. El conocimiento filosófico es el reflejo de la realidad y la conciencia del hombre, y se caracteriza por ser sistemático, crítico y global sin admitir supuestos.