1. El Cid vence al conde de Barcelona
El Cid y su gente se dirigieron a Alcañiz y saquearon las tierras que iban
encontrando porque tenían que sobrevivir: necesitaban comida y dinero.
Ruy Díaz les dijo a los suyos:
-¡Caballeros, voy a deciros la verdad! Quien se queda siempre en el mismo
sitio sólo puede perder lo que ha ganado. Hay que seguir adelante.
Y así lo hicieron. Llegaron a Huesca y a Montalbán.
Al conde de Barcelona le llegaron las noticias de que el Cid le estaba
saqueando las tierras y se enfadó mucho. Era muy creído y dijo una
fanfarronada:
-Mio Cid el de Vivar me está agraviando mucho al saquear las tierras que
están bajo mi protección. ¡Me lo pagará!
Empezó a reunir un gran ejército con moros y cristianos. Tardó tres días y
dos noches en llegar donde estaba el Cid. Lo alcanzó en el pinar de Tévar.
El conde iba tan seguro que estaba convencido de que lo iba a hacer
prisionero enseguida.
Rodrígo Díaz, al saberlo, le mandó decir al conde que él no había cogido
nada de lo suyo y que lo dejara ir en paz. Pero el conde le respondió que
pronto sabría a quién estaba atacando.
El Cid, al ver que no tenían más remedio que enfrentarse con el conde don
Ramón, junto a los suyos y les dijo:
-¡Caballeros, dejad lo que hemos ganado! Coged las armas, porque el
conde don Ramón nos va a atacar. Viene con mucha gente, moros y
cristianos. Si nos marchamos de aquí, nos perseguirá. Vamos a hacerle
frente. Nosotros somos menos, pero vamos mejor preparados. Las sillas de
nuestros caballos son más seguras que las suyas, y llevamos sobras altas
sobres las calzas. Antes de que lleguen al llano, tenemos que enfrentarnos a
ellos. ¡Ya verá Ramón Berenguer a quién está persiguiendo para quietarle
la ganancia!
Al oir las palabras del Cid, todos se armaron, subieron a los caballos y se
dispusieron al ataque. En el pinar de Tévar tuvo lugar la gran batalla. Los
del Cid no dejaron llegar a la llanura a las tropas del conde don Ramón; los
2. El Cid vence al conde de Barcelona
vencieron antes y cogieron prisionero a su señor. El Cid además ganó la
espada del conde, Colada, que valía más de mil marcos de plata.
El Cid contado a los niños por Rosa Navarro Durán.