1. HISTORIA DE LA ESTRATEGIA MILITAR:
En la Antigüedad fueron guerreros los pueblos y aun los de pacíficas costumbres se veían
obligados a empuñar las armas para defenderse de otros que más belicosos y guiados por la
sed de botín o de dominación los invadían y subyugaban, y el agresor que naturalmente era
el másfuerte, procuraba sorprender con marchas y movimientos rápidos al que lo era menos,
o que más confiado, estaba desapercibido para el combate.
El arte militar pasó de Asia a Europa por Grecia, seguir en este país sus progresos naturales,
transferirse a Italia, perfeccionándose en Roma con las artes y las ciencias, caer después con ellas
bajo el dominio de los pueblos Bárbaros del Norte y volver a renacer en los siglos posteriores a la
restauración de las artes.
En los gobiernos republicanos de la Europa, Atenas, Esparta y Roma es donde el arte militar se
desarrolló, y aunque estuviesen lejos de ser repúblicas perfectas, adquirieron a pesar de todo una
superioridad y debieron al arte y al ingenio el mérito de resistir a fuerzas enormes con menos tropas
o la de sujetar muchos reinos por lentos progresos de una guerra continuada.
En la remota antigüedad fue ya la infantería el cuerpo principal, el nervio y la esencia de los ejércitos
y por su medio vencieron las naciones conquistadoras: la falange macedónica arruinó al imperio
persa, la legión romana destruyó la falange griega y conquistó una gran parte del mundo, y
posteriormente, sin embargo, con la decadencia de la milicia romana se desplomó el Imperio.
La primera guerra de los Tiempos Heroicos en que aparecen operaciones militares algo regulares y
algún orden es la Expedición contra Tebas, un pensamiento establecido al cual se debían uniformar
las operaciones, una constancia superior al ímpetu y un valor que sabe esperar y sufrir los reveses
de la fortuna.
Así se manifestaran también en Troya donde no se puede ver más que la infancia del arte, la ciudad
murada, Troya, y el campo atrincherado ofensivo de los griegos, descubriéndose elementos de
orden.
La fuerza y la división de la falange, organización y orden táctico de los Griegos, fue en cada estado
de Grecia acomodada al número de tropas y la índole de la organización política, y lo que era común
a todas las falanges griegas era la aplicación de la geometría al arte de combatir y la embestida y
pelea en masas indivisibles, la táctica, apareciendo las evoluciones calculadas y simultáneas, y el
arte de la guerra se modificó y empezó la estrategia y táctica particular.
La segunda y más grandiosa experiencia que los Griegos tuvieron que hacer de sus fuerzas y que
contribuyó más al sentimiento de nación común fue las Guerras Médicas, que les permitió conocer
los medios de combatir de los Asiáticos.
Ciro de Persia reputaba el buen orden de un ejército como el de una familia y ordenar bien las tribus
de guerra, y a sus órdenes de formación cuando marchaba hacia el enemigo debió gran parte la
fortuna que le acompañó en sus expediciones, y se considera un valioso monumento del arte militar
más remoto la batalla que tuvo contra el poderoso Creso, Timbria, la Frigia, que decidió el Imperio
de Asia.
En las Guerras del Peloponeso participó Tucídides que escribió la historia de las citadas guerras,
asociando las reglas y las aplicaciones de la táctica y de la política.
Jenofonte dirigió y describió la retirada de los Diez Mil y se le deben algunos tratados especiales de
táctica y muchas noticias que esparció en su novela histórica Ciropedia.
2. En el enfrentamiento entre Tebas y Esparta en el siglo IV a. C. se dio ejemplo instructivo en la batalla
de Lectura por las inteligentes disposiciones puestas en práctica por Epaminondas, creador del orden
oblicuo, que le había valido victoria memorable, empleada el citado orden por segunda vez en la
batalla de Cantinea.
Estas guerras mejoraron el arte militar de los griegos, pero su perfección es necesario buscarla en
los tiempos de Filipo y Alejandro Magno, principalmente en el ejército macedónico.
El arte mili litar hizo ya grandes progresos en esta época ya que de chocar y pelear en todo lo largo
de la línea de batalla y el valor individual, se llega hasta a elegir el terreno más conveniente a la clase
de combate y especie de tropas y se toman disposiciones, y la victoria se hace ya dependiente más
de las oportunas y sabias disposiciones estratégicas que del valor individual y colectivo.
Muerto Alejandro Magno su vasto Imperio se dividió y subdividió entre muchos de sus generales y
la Macedonia quedó como estado independiente hasta que en tiempo del rey Perseo la famosa
falange griega fue rota por las legiones romanas de Paulo Emilio, a quien por este hecho le dieron
el sobrenombre de El Macedonio.1
Cuando el citado Alejandro había llegado al apogeo de su gloria ya existía la formidable República
romana, que se había hecho poderosa desde la batalla de Zama dada por dos grandes estrategas
Aníbal de Cartago y Escipión de Roma, al cual dieron por esta victoria el sobrenombre de El Africano.
El arte de los sitios mejorado primero por los rodios y por los cartagineses, fue llevado a su esplendor
por Dionisio, Filipo y Alejandro y más tarde por Demetrio Poliocertes y los Tolomeos, y Poliorcetes
introdujo grandes novedades en el arte militar aplicando la ciencia de su tiempo a las máquinas de
guerra y estableció almacenes y arsenales.
Anteriormente a las Guerras Púnicas, el examen de las tres batallas que sostuvo Roma en las
Guerras Pírricas prueba la razón que tuvo Polibio al decir que cuando la irrupción de Pirro de Epiro,
los romanos por sus guerras contra los galos y samnitas habían llegado a perfeccionar mucho el arte
militar, y los vencedores aprendieron de los campos de Pirro a alienar sus tiendas y a separarlas por
pequeñas calles y a observar un orden militar que solo los griegos conocían hasta entonces3 y se
ve por este tiempo órdenes de batallas bien razonadas, diversiones bien combinadas y el uso de
reservas.
A pesar de que la guerra romana es característica de invasión, iniciativa, actividad, sorpresa y tino,
hay ejemplos de cálculo retardado y victoriosa lentitud como Fabio con su estrategia hábil y prudente,
defensa ardidosa y sistemática de esquivar batallas y abrumar con maniobras y estratagemas al
ejército de Aníbal para ganar tiempo.4
El ordenamiento de los romanos era ajustado a sus miras particulares y a su constitución política, y
en ocasiones adoptaban las armas y los usos de las mismas naciones que vencían si mejoraban su
organización político-militar, llegando a adquirir una preponderancia por mucho tiempo sobre los
demás pueblos en toda clase de ciencias y artes y por consiguiente en el de la guerra.5
El arte militar romano tiene una vocación de universalidad y permanencia que falta al griego, más
circunscrito, siempre especial, local, y favorecía la audacia y la ambicionada rapidez de las empresas
de los romanos lo pequeño de su ejército consular, su severa disciplina y su fácil manejo.2