Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
Nuevos modelos curriculares
1. NUEVOS MODELOS CURRICULARES
Gaspar Sánchez Salas
Universidad de Alcalá de Henares, España
Anticipar los acontecimientos y definir su propio rumbo hace que la universidad, pública o privada e
independientemente del marco geográfico que ocupe, sobreviva y se adapte necesariamente a los desafíos y a
los retos que les presenta el entorno y el propio devenir de los tiempos. Así la universidad, en referencia a su
esencia abstracta pero en proyección a lo sustancialmente concreto y donde se materializaría cada una de las
universidades como entidades autónomas repartidas por la geografía del mundo y dentro del marco común del
nuevo milenio, ha de poseer la firme intención de mejorar en aquello que deba para convertirse por sí misma en
la mejor universidad, y si bien no es fácil hacer tangible la teoría, ésta ha de ser factible de ser puesta en
práctica cuando se dispone de las armas intelectuales y qué duda cabe, económicas, necesarias para llevar a
cabo las imprescindibles reformas en cada momento, tanto a nivel académico como administrativo y asegurar lo
más importante: la correcta formación intelectual de los alumnos, es decir, nuestros hombres del futuro, que
serán, potencialmente, los profesionales que habrán de llegar donde sus sueños, expectativas, experiencia y
sabiduría les indiquen; por consiguiente, saber definir hacía donde ir y cómo llegar será el propósito que
debamos fjarnos para llevar a buen puerto esas reformas en el seno de la universidad, y si bien es tarea ardua,
a nosotros nos toca trastrocar y mejorar la docencia universitaria desde esa esencia comentada y transformarla
en una institución emprendedora, que se adecúe a las nuevas tecnologías y que esté equipada en proyección a
esa visión de futuro; en definitiva, debemos hacer de la universidad una institución proactiva para que no acabe
convirtiéndose en su propia mascarilla mortuoria.
Así, ante la inminente necesidad de incrementar su calidad en consonancia con el progreso, se debe
llevar a cabo un trabajo de análisis y proyección de la universidad de nuestro siglo, con el firme propósito de
identificar las metas que deberán cumplirse y las condiciones de operación óptimas en las actividades
sustantivas de la enseñanza superior. Este proyecto ha de representar una serie de objetivos: cambios
económicos, cambios científicos y cambios tecnológicos que se han de llevar a cabo en el propio seno de la
institución para mejorar su sistema de enseñanza y haciendo partícipe de ello a la propia administración, pero
también los susodichos cambios deben hacerse extensivos a los valores de los enseñantes desde la aportación
de nuevos modelos curriculares que complementen y perfeccionen los ya existentes y donde profesor y alumno
sean un bloque compacto y complementario que se garanticen mutuamente el completo éxito, ya no sólo de la
enseñanza superior, sino el éxito de sí mismos, como seres humanos.
A nuestro juicio, el primer paso que habría de darse, pues, para llevar a cabo la reforma de la
institución del conocimiento vendría a partir de esos nuevos planteamientos curriculares en los cuales radica en
buena medida la mejora de la enseñanza universitaria desde esa interacción entre profesor, alumno y recursos
didácticos y como primer paso hacia la nueva universidad, hacia esa universidad -y permítanme el juego de
palabras- proyectada hacia la universalidad y en la necesaria adaptación con respecto a los nuevos tiempos.
Acerca de los recursos didácticos cabría esperar un futuro rico en cuanto a creatividad e innovación
por parte del alumnado, teniendo en cuenta las características de nuevos modelos curriculares, abiertos,
flexibles y en los que se sumen y se integren los lenguajes y tecnologías más modernos. Entre ellos deben
adquirir especial relevancia los medios audiovisuales e informáticos, aplicados a TODAS las áreas de
conocimiento -ya sea Humanidades o Ciencias-. Los materiales curriculares deberían ser el resultado de un
análisis reflexivo del Currículo Oficial y en consecuencia instrumentos de trabajo para el docente universitario y
para el alumno, potencialmente investigador, desarrollándose en su conjunto para todas las áreas en el contexto
de un proyecto común, un proyecto al servicio del desarrollo integral de la persona. Esos materiales curriculares
deberían confeccionarse con la voluntad de favorecer y propiciar la responsabilidad investigadora y dentro de la
aportación personal que en toda relación educativa y mucho más en la educación superior, deben desarrollar los
profesores; han de ser proyectos que abran y sugieran caminos en el más puro terreno de la investigación
desde donde los docentes puedan enriquecer su trabajo, imprimiendo siempre el sello de su originalidad
personal; en consecuencia tendrán que ser abiertos, susceptibles de modificación o adaptación a la realidad de
la Universidad y del alumnado. De esta forma, los materiales curriculares deberían ofrecer a los profesores
universitarios vías de análisis y reflexión para que puedan adaptarlos con más facilidad a las condiciones
sociales y culturales en las que van a desarrollar su trabajo. Los materiales, consiguientemente, no pueden ser
propuestas cerradas, inflexibles y lineales, sino que deberán ofrecer perspectivas amplias dentro de las cuales
haya posibilidades distintas de concreción, para ello sería conveniente que los materiales hagan explícitos los
principios específicos que fundamenten la propuesta, de manera que cuando el profesor la maneje tenga las
claves de interpretación necesarias para moverse autónomamente dentro de ella y no ser un mero ejecutor de
las decisiones que allí aparecen como imposición de la administración pertinente, sin tener en cuenta la plena
libertad de cátedra que todo docente universitario ha de poseer, ya que estamos hablando del nivel máximo de
2. docencia: el nivel universitario. Sería conveniente, pues, la modificación de esos materiales curriculares para
que recogieran las propuestas didácticas en relación siempre con los objetivos que se intentan conseguir, es
decir, en relación con las capacidades que se pretende que los alumnos desarrollen. Por ello, los contenidos que
se incluyan han de ponerse en relación con esos objetivos, y se ha de incorporar estar reflexión en cada unidad
didáctica, como condición indispensable e invitar al alumnado desde el primer ciclo de carrera a favorecer sus
conocimientos a través de trabajos de campo que les permita contactar y relacionarse con entornos distintos, se
les debe incitar, sobre todo, a que manejen materiales diferentes a los simples apuntes de clase o al empleo de
dos o tres libros de texto, porque la enseñanza ha de ser, ante todo, de calidad. Para ello, los materiales
deberán incluir siempre los tres tipos de contenidos que se establecen en el curiculum: conceptos,
procedimientos y actitudes. Tres tipos de contenidos que colaboran conjuntamente a la formación de los
alumnos y que, por tanto, deben trabajarse interrelacionadamente. Ello no debe hacer olvidar, sin embargo, que
las actividades más adecuadas para enseñarlos y evaluarlos no son siempre iguales, lo que debe reflejarse en
las propuestas curriculares que se realicen.
El concepto de materiales didácticos expuesto, no se limita a los recursos materiales impresos, sino
que dentro de la innovación educativa universitaria, como parte obligatoria, integrante del currículo, habría que
tener presente la importancia de las nuevas tecnologías que mencionábamos, como recurso imprescindible en
los tiempos en que vivimos y aquí entra de lleno las aportaciones económicas de la administración pública que
deberán ser incrementadas para garantizar la calidad de la enseñanza. La necesaria incorporación del
ordenador y el video al escenario universitario, supone cambios cualitativos en el modo de organizar el
conocimiento dentro del marco de la enseñanza superior y por tanto en la impartición de la misma, algo que
estaría fuera de lugar si hablamos de la universidad privada, pero la universidad pública ha de disfrutar de las
mismas equipaciones para alcanzar el mismo nivel cualitativo y cuantitativo que la anterior y para ello el gobierno
debería otorgar la importancia que merece al terreno educacional como uno de los factores prioritarios a tener
en cuenta.
El ordenador como herramienta del alumno, se ha de utilizar con la intención de desarrollar su
capacidad dentro del terreno de la investigación, será por tanto utensilio necesario y se deberá garantizar un
número de aparatos informáticos suficientes que se adecúe al número de investigadores, pero no sólo es útil
para el alumno, lógicamente el profesor también precisará de esta herramienta de trabajo que deberá ser
actualizada y que contribuirá a mejorar su intervención educativa en análisis de documentos, análisis de imagen,
y otras metodologías activas.
En resumen, desde la administración pública y con los dineros del Estado, se debería garantizar el
aprovechamiento de diferentes fuentes de información que sean accesibles por los alumnos, tanto procedentes
del entorno -recursos humanos, instituciones, instalaciones de todo tipo, bibliotecas perfectamente equipadas-como
vinculadas a las diversas tecnologías de la información -video, prensa, equipos de audio, cine, ordenador-sin
olvidar la presencia y el uso de una bibliografía variada que será utilizada desde el primer año de carrera por
imposición del profesor, puesto que el alumno universitario, no lo olvidemos, ante todo, deberá iniciarse en la
más pura investigación que será condición obligada que garantice su formación al nivel de la educación
superior. Así, pues, los recursos didácticos constituyen uno de los factores determinantes de la práctica
educativa.
Otro factor importante es el de educar a los educadores, la práctica docente se fundamenta en el
modelo escolarizado: horarios fijos, inflexibilidad en materias y métodos, rigidez en los maestros, discurso oral y
relación vertical entre alumnos y docentes. Esta manera de concebir el proceso educativo, desentona con los
nuevos tiempos. El paradigma educacional en boga, es el que tiene que ver con el manejo o implementación de
modalidades no convencionales y entiende el fenómeno formativo desde otros horizontes. Esta modalidad ha de
basarse en el entendimiento de que la relación profesor-alumno debe ser interactiva, en el acuerdo de que
ambos aprenden creando nuevos ambientes de conocimiento y en los cuales el profesor utilice esos nuevos
procedimientos metodológicos, dentro de un paquete autoinstruccional. La actitud del profesor debe ser la de
generar procesos de investigación cuyo propósito sea que el universitario cuestione su realidad y sepa que es
capaz de plantear alternativas a lo que su realidad le plantea. El estudiante debe ser actor de su propio
conocimiento, no limitarse al resumen, los apuntes o libros que el maestro sugiera, queda muy bien, hoy día,
decir que el alumno sale muy preparado de la enseñanza universitaria pública, pero estas asperezas aún no han
sido limadas y hay que sacarlas sobre la mesa para ser cuestionadas. En modo alguno se puede tolerar en el
nuevo milenio, una universidad que siga el mismo proceso de aprendizaje, cientos de hojas amarillas dictadas
cada año por el mismo profesor en una clase sin clase impidiendo que el alumno piense por sí mismo y no
fomentando algo fundamental en la Universidad y que no me cansaré de decir: fomentar la investigación por
parte del alumnado y desde el propio profesor. De esta forma el docente se convierte en un coordinador del
proceso, originando posibilidades de desarrollo en el alumno, con que revaloriza su papel, aligera su carga y
enriquece su labor con el trabajo en equipo. Para lograr esos objetivos hay que reeducar a los profesores,
formarlos en una cultura alternativa diferente a la concebida por la docencia cerrada. Será preciso establecer de
3. manera firme un programa institucional de formación de catedráticos bajo otros parámetros. Los procedimientos
de aprendizaje tienen que ser creados conforme a las características y perfil del educando, el contexto en que
se desenvuelve el acto educativo, así como la capacidad creativa que tenga el profesor para innovar y formular
nuevas estrategias. Entre las ventajas de esta novedad educativa, está la posibilidad de innovar por parte del
profesor, de generar otra cultura académica y nuevas formas de entender el trabajo docente, operar con una
diversidad de mediaciones o recursos, para formar individuos participativos, horizontales y constructivos, esta
manera de trabajar requiere de un proceso lento, por la formación que debe antecederlo, precisa de programas
de actualización de los docentes, políticas institucionales de las universidades y del sistema docente en vigencia.
Esta metodología debe empezar desde la primaria y secundaria, en la que se buscaría fortalecer la
formación docente en todos los niveles: educación básica, media y superior. Actualmente en España es
lamentable la situación de las enseñanzas medias, un alumno termina lo que era el antiguo bachillerato sin
haber dado, por ejemplo, nada de literatura, esto no es lo que se pretende, señores, cambiar implica renovar
progresivamente no regresivamente y hay que manifestarse con mucha dureza contra este sistema formado por
políticos ineptos incapaces de tomar decisiones adecuadas porque lo que más importa son los votos en las
elecciones, hay que negarse a una enseñanza basura y los sindicatos y las asociaciones deben tomar cartas en
el asunto y presionar desde la enseñanza mínima para poder garantizar una adecuada formación superior
competitiva en cualquier país.
Los objetivos generales en cuanto a la reforma universitaria vendrían, pues, recogidos, en un principio,
dentro de un nuevo diseño curricular, ya que permitiría que todo el equipo docente compartiera los mismo
objetivos, independientemente del área o nivel que impartiese. Por tanto, los objetivos generales van a orientar
la actuación educativa en todas las áreas, a lo largo de la etapa. El aspecto clave de los objetivos generales es
que estén expresados en término de capacidades, esta importante novedad supone que lo que se pretende que
los alumnos desarrollen, no son tanto comportamientos específicos, iguales para todos el alumnado de una
determinada carrera sino competencias globales, que se ponen de manifiesto en actuaciones concretas, que
pueden ser distintas en cada alumno, aunque sean debidas a la misma capacidad. En definitiva, se pretende el
desarrollo de unas capacidades básicas, en lugar de una mera transmisión de conocimientos. Otro aspecto
fundamental de los objetivos es que las capacidades a las que nos referimos abarcarían el conjunto de los
ámbitos del desarrollo, lo que supone establecer un equilibrio entre lo intelectual y lo afectivo; así como
contemplar aspectos tan importantes como es la interacción social a través del desarrollo de ese proceso de
investigación a través del aprendizaje en el aula.. Esto permitirá un desarrollo global y armónico del alumnado.
Un análisis detenido de los objetivos permitiría identificar las distintas capacidades que hay en cada
objetivo general de etapa y comprobar la interrelación que existe entre ellas.
A la hora de valorar la aportación de las distintas áreas o materias a los objetivos generales de la etapa
hay que analizar la íntima relación existente, entre los objetivos de etapa y el área, ya que los segundos suponen
una concreción de las capacidades recogidas en los primeros atendiendo a contenidos diversos, como puede
comprobarse en el ejemplo siguiente:
OBJETIVO GENERAL DE ETAPA
- Elaborar estragias de identificación y resolución de problemas en los diversos campos del
conocimiento y la experiencia.
OBJETIVO DEL ÁREA DE CIENCIAS
- Aplicar estrategias personales, coherentes con los procedimientos de la ciencia en la resolución de
problemas: identificación y realización de actividades para contrastarlas, sistematización y análisis de los
resultados y comunicación de los mismos.
- Resolver problemas y llevar a cabo estudios y pequeñas investigaciones aplicando los instrumentos
conceptuales, las técnicas y procedimientos básicos de indagación característicos de las Ciencias Sociales, la
Geografía, y la Historia.
Por otro lado hay que destacar la estrecha relación entre los objetivos generales de área y los
contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales como puede comprobarse en el ejemplo siguiente:
OBJETIVO GENERAL DEL ÁREA DE GEOGRAFÍA E HISTORIA
- Identificar los procesos y mecanismos básicos que rigen el funcionamiento de los hechos sociales,
utilizar este conocimiento para comprender las sociedades contemporáneas, analizar los problemas más
acuciantes de las mismas y formarse un juicio crítico y razonado.
CONTENIDOS DEL BLOQUE “EL MUNDO ACTUAL”
Conceptos: -La organización económica y el mundo del trabajo.
4. -Transformaciones y tensiones en las relaciones internacionales: la crisis del sistema de
bloques.
Procedimientos: -Análisis y evaluación crítica de informaciones proporcionadas por distintos medios de
masas sobre un hecho de actualidad.
- Análisis de hechos relevantes de la actualidad indagando en sus antecedentes
históricos y en las circunstancias actuales que los condicionan.
Actitudes: - Interés por estar bien informados y actitud crítica ante la información procedente de los
medios de comunicación.
- Tema de consciencia de la responsabilidad colectiva en la consecución de la paz y en el
alejamiento de la amenaza nuclear.
El estudio de estas interrelaciones son la base para comprender el papel que juega cada área o
materia en el proceso general de desarrollo de las capacidades expresadas en los objetivos generales de la
etapa.
Pero ¿cuáles serían los principios de aprendizaje e intervención educativa?
1. Uno de los principios básicos sería el de facilitar la construcción de aprendizajes significativos
diseñando actividades de enseñanza y aprendizaje que permitan el establecimiento de relaciones sustantivas
entre los conocimientos y experiencias previas y los nuevos aprendizajes.
La actividad mental constructiva del alumno es el factor decisivo en la realización e los aprendizajes
universitarios. Es el alumno quien en último término modifica y reelabora sus esquemas de conocimiento,
construyendo su propio aprendizaje. En este proceso el profesor debe actuar como guía y mediador para
favorecer la construcción de aprendizajes significativos. Debe planificar actividades encaminadas a conocer
cuáles son las ideas previas, las actitudes y conocimientos que ha construído el alumno en el transcurso de sus
experiencias y qué grado de elaboración tiene, y debe plantear, de manera gradual, actividades de aprendizaje
que permitan contrastar tales ideas con otras y modificar los conocimientos de partida, a través de
acercamientos progresivos a los nuevos significados. El profesor debería asimismo, proporcionar actividades
para poner en práctica los nuevos conocimientos, de modo que el alumno pueda comprobar el interés y la
utilidad de lo aprendido y pueda así consolidad aprendizajes no estrictamente ligados al contexto en que se
produjeron. Es igualmente importante propiciar en las actividades la reflexión personal de lo que se ha realizado
y la elaboración de conclusiones con respecto a lo que se ha aprendido, de modo que el alumno pueda analizar
el avance que se ha producido respecto de sus ideas previas.
2. El proceso de enseñanza deberá estar presidido por la necesidad de garantizar la funcionalidad de
los aprendizajes, es decir, por asegurar que puedan ser utilizados en las circunstancias reales que el alumno los
necesite.
Por aprendizaje “funcional” se entiende no sólo la posible aplicación práctica del conocimiento
adquirido, sino también, y sobre todo, el hecho de que los contenidos a aprender sean necesarios y útiles para
llevar a cabo otros aprendizajes y para enfrentarse con éxito a la adquisición de otros contenidos. Para ello, se
deberían prever experiencias y actividades a través de las cuales fuera necesario hacer uso de los
conocimientos y que permitieran, de igual manera, estructurar otros nuevos, consolidar criterios de actuación,
etc. El diseño de experiencias de aprendizaje reales o próximas a las que el alumno pueda encontrarse en su
vida cotidiana favorece la implicación del alumno y contribuye a atribuirle sentido y utilidad respecto de sus
necesidades, intereses y preocupaciones.
No obstante, la funcionalidad del aprendizaje no es sólo la construcción de conocimientos útiles y
pertinentes, sino también el desarrollo de habilidades y estrategias de planificación y regulación de la propia
actividad de aprendizaje, es decir, aquellas relacionadas con el aprender a aprender. En este sentido, se deberá
favorecer que los contenidos relativos a procedimientos se apliquen a diferentes ámbitos y contextos, y prever
situaciones en que sea preciso representarse la naturaleza del aprendizaje que se va a realizar, y su sentido y
pertinencia respecto de otras situaciones y circunstancias.
3. Los contenidos deben presentarse con una estructuración clara de sus relaciones, planteando,
siempre que se considere pertinente, la interrelación entre distintos contenidos de una misma área y entre
contenidos de distintas áreas.
En el primer ciclo de carrera esta interrelación debería plantearse desde una perspectiva más
interdisciplinar, intentado establecer el máximo de relaciones entre las áreas y favoreciendo el análisis de los
problemas dentro de un contexto y en su globalidad, para posteriormente, en el segundo ciclo, ir profundizando
progresivamente en las estructuras conceptuales más específicas de las disciplinas, que permita al alumno
5. entender que un mismo aspecto de la realidad puede estudiarse desde distintas perspectivas con propósitos
diferentes.
4. Los proyectos y programaciones deberían recoger la preocupación por reforzar los aspectos
prácticos a los que tradicionalmente se ha reservado un espacio muy reducido y marginal en el currículo dentro
de la universidad.
Por un lado, se ha de incorporar una dimensión práctica, y, en ocasiones, potencialmente
preprofesionalizadora en todas las áreas, asegurando con ello una formación profesional de base apropiada con
aplicación para el futuro. Esta incorporación supone poner de relieve el alcance y significación que tienen cada
una de las áreas en el ámbito profesional, estableciendo una mayor vinculación de la universidad con el mundo
del trabajo y considerando éste como objeto de enseñanza y aprendizaje como recurso de primer orden. Por
otro lado, poniendo el énfasis en la necesidad de conseguir una educación más integral, concibiendo la
universidad como una dimensión enriquecedora para todos.
5. Es sumamente importante en esta etapa crear un clima de aceptación mutua y cooperación que
favorezca las relaciones entre iguales, la coordinación de intereses y la superación de cualquier tipo de
discriminación.
El proceso de enseñanza y aprendizaje debe ser un proceso fundamentalmente interactivo, en el que
es tan importante la relación profesor-alumno como la que establecen los alumnos entre sí. En relación a ello, el
planteamiento de trabajos cooperativos favorece el intercambio de información, la confrontación de puntos de
vista distintos y por tanto, la descentración del alumno de sus juicios y opiniones, atendiendo a las de sus
compañeros.
Por último, a modo de resumen y siempre teniendo como idea principal la formación integral del
alumno, la nueva universidad debería garantizarle:
PRIMERO: Un nivel de desarrollo al alumno: El aprendizaje está muy condicionado por los
conocimientos previos con los que el alumno llega al centro universitario. Un nuevo aprendizaje siempre se
realiza a partir de los conceptos y conocimientos que el alumno ha construido a través de sus experiencias
previas.
SEGUNDO: La construcción de aprendizajes significativos: Todo aprendizaje significativo implica un
cambio, es preciso que el individuo pierda su equilibrio cognitivo al inciar una carrera universitaria y dude de sus
conocimientos previos y entre en un estado cognitivo de desequilibrio. Pero para que se produzca el aprendizaje
no basta con el desequilibrio, es necesario que posteriormente se produzca un reequilibrio gracias a la
asimilación de los nuevos conocimientos. El aprendizaje significativo supone que los esquemas de conocimiento
que ya tiene el individuo se revisen, se modifiquen y se enriquezcan al establecerse nuevas conexiones y
relaciones entre ellos.
Para que se produzca un aprendizaje significativo deben cumplirse los siguientes requisitos:
- Significatividad lógica del contenido.
Los nuevos contenidos han de ser lógicos y estar organizados coherentemente con la lógica interna de
la disciplina a la que pertenecen.
-Significatividad psicológica del contenido.
Se debe poder establecer una relación entre el nuevo contenido y la estructura mental del alumno, es
decir, sus conocimientos previos, su nivel de desarrollo y sus estrategias de aprendizaje.
- Actividad mental del alumno.
El aprendizaje requiere, sin duda alguna, una intensa actividad por parte del alumno. Pero actividad no
sólo entendida como una simple manipulación o exploración, sino que debe entenderse como un proceso
interno; es decir, es preciso que después de esa exploración se produzca un proceso de reflexión sobre la
actividad.
- Actitud favorable del alumno.
El aprendizaje significativo requiere una predisposición a aprender significativamente, es decir, debe
estar motivado para relacionar lo que aprende con lo que ya sabe, con el fin de modificar las estructuras
cognitivas anteriores.
6. - Memorización comprensiva.
Para que el nuevo aprendizaje llegue a ser realmente significativo y funcional es necesario que se
integre en las redes memorísticas del individuo y que quede ahí guardado para cuando necesite utilizarlo.
- Aprender a aprender.
Uno de los objetivos prioritarios de la intervención de la psicopedagogía es posibilitar que los alumnos
realicen aprendizajes significativos por sí solos, es decir, que sean capaces de aprender a aprender. Por lo tanto
no basta con transmitir contenidos; en igual medida hay que enseñar a aprender, es decir dotar al alumnado de
estrategias de aprendizaje que le hagan posible la apropiación del saber cuando lo precise.
- Interacción social.
El alumno es quien construye sus aprendizajes. Sin embargo este proceso no se lleva a cabo de forma
aislada entre el alumno y los contenidos de aprendizaje. Por el contrario, este proceso se realiza en un contexto
social. Unas veces serán situaciones de interacción profesor-alumno, en las que se produce un intercambio de
información y experiencias. En otros casos la interacción se dará entre alumnos, lo cueles permitirá confrontar
ideas, intercambiar informaciones, modificar conceptos previos y confrontar puntos de vista diferentes.
Esto que acabamos de ver, es el primer paso que debemos dar para llevar a cabo una reforma
educativa a toda regla, la universidad de nuestros días no puede ser la universidad de nuestros antepasados,
pero reforma tampoco ha de ser sinónimo de superficialidad, todo lo contrario, hay que huir de la superficialidad
en esas enseñanzas medias, evitando que los alumnos sólo sean poseedores de una titulación para enmarcar y
colgar en un rincón bonito de la casa, esa titulación ha de ser simplemente, la acreditación de que se poseen
unos conocimientos capaces de competir con cualquier otro alumno formado en las mismas circunstancias y en
cualquier parte del mundo, porque ahora hay que unir a la sabiduría de siempre la acumulada hasta el día de
hoy, y sobre todo evitando el simple empleo de técnicas avanzadas sin más, porque así no llegaríamos a
ninguna parte, hay que fomentar mucho más las relaciones humanas entre docentes y universitarios y entre
universitarios mismos, para así, entre todos, crear un nuevo estilo de universidad, más emprendedora, más
eficaz... Desde las universidades deben surgir ideas novedosas que contrarresten los efectos negativos de la
propia vida y propongan soluciones nuevas a problemas no resueltos, pues la educación es y seguirá siendo el
medio más importante para lograr movilidad social, debemos tener en cuenta que la educación de calidad es un
derecho de todos y la universidad de nuestros días debe abrirse, ser accesible, flexible y dinámica y estar al
alcance de todo el mundo, al fin y al cabo estamos en el nuevo milenio.