1. La Tierra se originó a través de la acreción y colisiones de partículas hace miles de millones de años, formando una corteza primaria de plagioclasas sobre un océano de basalto oscuro. Luego, el calentamiento interno generó una corteza secundaria de basalto. Finalmente, la tectónica de placas permitió que las capas superficiales regresaran al manto, lo que dio lugar a una corteza terciaria incluyendo rocas como el granito.
1. La Tierra: origen, estructura y composición
DOCUMENTOS UNIDAD
1. La primitiva corteza de la Tierra
En la Tierra primitiva no pudieron diferenciarse varias
capas distintas, puesto que las partículas formadoras serí-
an muy similares. No obstante, las condiciones de las
zonas cercanas a la superficie sí serían distintas de las del
interior, lo que permite considerar la existencia de una
corteza primaria que se originó durante la acreción, es
decir, cuando la superficie de la Tierra estaba parcialmen-
te fundida a consecuencia de las numerosísimas colisio-
nes que seguían produciéndose y la liberación de ener-
gía gravitatoria. Al comenzar la cristalización de una masa
basáltica fundida, debieron separarse minerales de alto Fragmento de labradorita
punto de fusión, como las plagioclasas. Por tanto, esta (plagioclasa). Las plagioclasas
corteza primaria estaría constituida por una superficie de son minerales de colores claros
o transparentes, de baja densidad
color claro, formada por plagioclasas, que descansaba
y punto de fusión muy alto. Están
sobre una masa de roca oscura, el basalto. De esta mane- formadas por SiO2, Al2O3 y CaO,
ra surgieron, sobre un primitivo océano de basalto oscu- con algunas pequeñas cantidades
ro, las blancas altiplanicies que se observan en la Luna. de Na2O.
Los planetas interiores del sistema solar (Venus y Marte al menos), además de la Tierra,
1. El origen de la Tierra
debieron tener una corteza primaria semejante a la que presenta hoy la Luna. La corteza
de muchos satélites de los gigantescos planetas exteriores pudo haberse generado tam-
bién de la misma manera durante la acreción.
Una vez terminada la acreción terrestre, con sus episodios de fusión a gran escala,
sobrevino la acumulación gradual de calor procedente del interior, motivada por la
desintegración de los elementos químicos radiactivos y la mala conductividad de las
rocas silicatadas que no dejaban pasar el calor hacia fuera. Este lento calentamiento
generó la fusión de una parte del interior rocoso del planeta, lo cual disminuyó la viscosidad
de los materiales y provocó erupciones de lavas basálticas que dieron lugar a la formación
de una corteza secundaria. Las superficies de Marte y de Venus, y los suelos que compo-
nen el fondo de los océanos terrestres, también están cubiertos por esta corteza secun-
daria originada en ese proceso. Los llamados «mares» lunares se crearon igualmente con
las lavas basálticas procedentes del interior profundo de la Luna. En este momento es
probable que se formara el núcleo de la Tierra como consecuencia de un largo proceso,
que pudo durar cientos de miles de años, en el que el hierro (más pesado que la mayoría
de los elementos que existían) se fue concentrando en el centro de nuestro planeta.
Un tercer proceso siguió a los dos anteriores.
La corteza terciaria (que es la que la Tierra
tiene actualmente) requería, en su origen,
que las capas superficiales secundarias
regresaran al manto subyacente, para
lo cual fue necesario que el planeta
mantuviera actividad geológica. De
esta manera, el vulcanismo pudo
favorecer la aparición de un tipo
de magmatismo muy distinto del
basáltico, hasta el punto que se
generaron rocas tan diferentes del
basalto como el granito. La forma-
ción del granito, una roca plutónica
originada en magmas ácidos y com-
puesta por cuarzo, feldespatos de sodio
y potasio y micas, únicamente puede darse
en un planeta donde opere la tectónica de
placas, y eso solo parece tener lugar, dentro del
Las blancas altiplanicies de la Luna pudieron
formarse también en la Tierra primitiva.
sistema solar, en la Tierra.
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