La película muestra a un obrero llamado Chaplin que trabaja en una fábrica de acero en el siglo XIX, donde los trabajadores laboran largas jornadas bajo una supervisión estricta y un ritmo de trabajo casi inhumano. Chaplin se agota y enloquece por las malas condiciones laborales, siendo despedido al final. La película critica la explotación de los trabajadores y la falta de derechos laborales en las organizaciones industriales de la época.