1. Cali, abril 6, 2006
LA REVOLUCION PSICOANALITICA
SEXUALIDAD Y LENGUAJE
SIGMUND FREUD mayo 6/1856 - septiembre /1939
Es un honor para mí dirigirme a Uds. en el día de hoy, abril 6, pues dentro de un mes
exactamente estaremos celebrando lo que hoy por adelantado nos reúne: la celebración de
los 150 años del nacimiento de Sigmund Freud en un pueblito del Imperio Austro-Húngaro
de la época, llamado Friburgo, Moravia. La conmemoración del nacimiento de todo gran
hombre llena de alegría y profundo agradecimiento, no solo por lo que nos ha aportado
personalmente sino también por lo que aportado a la humanidad entera. Es con estos
sentimientos de alegría y de reconocimiento al pensamiento freudiano, que quisiera recordar
junto con Uds. tanto la figura de Freud, como su obra. Voy a referirme a algunos de los
aspectos fundamentales, del gran edificio teórico y clínico del descubrimiento freudiano: el
Psicoanálisis.
En cuanto a la figura de Freud, es evidente que nos encontramos con el genio. Así lo
demuestra su aguda inteligencia, su inmensa capacidad de trabajo desde la edad de la
adolescencia hasta los últimos días antes de su muerte, a la importante edad de sus 83 años.
En esos días Freud trabajaba atendiendo su consulta, aunque por supuesto no con la misma
intensidad de sus años jóvenes. Tenía en preparación un compendio de su obra y a través de
sus notas encontramos que se planteaba aún nuevos interrogantes dentro del marco de su
descubrimiento, estableciendo hipótesis que lamentablemente no pudo terminar de elaborar.
Hasta el final mantuvo el estilo tan profundamente sutil y al tiempo encantador, siempre
expresó la agudeza y seriedad de sus observaciones sobre la complejidad que se le revelaba
en el ser humano. Allí hay algo también de revelación.
Hace poco que conversaba con un antiguo colega y observábamos la increíble intuición del
pensamiento freudiano y este amigo observaba que efectivamente a Freud el saber era tan
natural en él, que de manera gráfica expresaba, que a Freud su obra le salía por los poros.
De allí la frescura, la originalidad y la abundante producción teórica, fruto de su continua y
penetrante observación de lo que pasaba en el inconsciente de sus analizantes. Ni siquiera la
pobreza de los primeros años de trabajo, recién graduado de médico, un poco antes de los
30, creo, ni la pobreza de esos años, ni la terrible enfermedad de sus últimos 25, le hicieron
desviarse de ese afán de construir su legado a la humanidad.
Legado que permite liberarnos por el método analítico, del profundo desgarramiento del
sujeto hablante. De ese insistente dolor de existir aún hoy mas imperioso y actual, como lo
muestra nuestro malestar en la cultura.
Deseo hoy comentar en especial, algunos aspectos de los dos conceptos fundamentales que
sin lugar a dudas han marcado el desarrollo del pensamiento sobre el ser hablante en este
siglo y medio de nuestra historia: El concepto de Inconsciente y el campo de la sexualidad
establecido por Freud. Esta aproximación muestra cómo el pensamiento freudiano introduce
un corte radical en la concepción del ser hablante. No somos los mismos antes y después de
2. Freud. Un hombre nuevo tiene lugar. Nace un nuevo hombre y una nueva mujer. El proceso
de la cura analítica no deja de señalarlo siempre. Alguien que haya estado por cierto tiempo
en el proceso analítico no dejará de referirse a la idea de un nuevo nacimiento de su ser. El
pensamiento, la obra de Freud, su clínica, produce un nuevo sujeto: tanto en la historia del
pensamiento, como en el hombre y en la mujer (¿concreta…concretos?), en su cotidianidad.
En la historia de esas rupturas del pensamiento sobre el ser humano, Freud se reconoce en
un tercer lugar después de Copérnico y de Darwin. Copérnico nos causa una herida
narcisista al comprobar un cierto descentramiento del lugar de la tierra en el universo. De
igual manera Darwin nos señala un cierto desarrollo animal del idealizado sujeto
humano…y en un tercer momento Freud toca al ser humano en lo mas profundo de sus
entretelas, si podemos usar aquí este término. Efectivamente, Freud va a demostrar que el
famoso Yo, aparentemente dueño de su actos, de sus decires, de sus quereres, no es mas que
una fachada de un profundo desconocimiento de las causas, del sentido que lo determina,
que la conciencia no es sino una pequeña parcela del ser hablante. Freud podría afirmar al
igual que el pensador que lo precede, me refiero al filósofo Baruch Spinoza, podría afirmar,
que lo que llamamos libertad no es más que la ignorancia de las causas de nuestros actos .
Es fácil deducir el gran alcance, las consecuencias del desvelamiento freudiano que aporta al
destino de cada ser, en cada individuo de la humanidad. En Holanda, en la época de Freud
era reciente la realización de una gran obra de ingeniería, una obra de civilización, el
Zwiverse, el haber ganado terreno al mar, ampliando el terreno fértil del país de Holanda.
Este terreno útil ganado al mar, había, cómo es de suponer, transformado la economía y la
vida holandesa, ampliando su territorio y sus posibilidades de explotación de mayor riqueza.
Esa obra de civilización, Freud la compara con su descubrimiento del Inconsciente. Su
objetivo: recuperar para el ser hablante toda esa tierra propia, la mas cercana y llena de
posibilidades para cada ser: su Inconsciente.
Lo más cercano, lo más íntimo, pero al mismo tiempo lo mas lejano, lo más extranjero para
su conciencia.
Que haya marcado a todo el pensamiento sobre el ser humano, desde el inicio y divulgación
de su obra a finales del siglo XIX, principios del XX, hasta nuestros días, no hay la menor
duda. De ello, ustedes acaban de ser testigos, durante la exhibición, de un entretenimiento
de masas, el moderno desarrollo del cine, así lo demuestra. Desde la encantadora y
refrescante película de Hitchcock: Spellbound. En la cual con toda la frescura de la época,
1946, se dan algunas clases de psicoanálisis, al tiempo que por la trama se nos muestra cómo
antiguos dramas de nuestra infancia, que han permanecido en el inconsciente, influyen y
determinan dramáticamente el presente y el futuro de nuestras vidas.
O bien como en ese Jardín de Cemento se nos muestra el peligro social del aislamiento del
pequeño grupo familiar donde la separación de las figuras familiares abriría la posibilidad de
ampliar el núcleo familiar y desemboca en la estrechez del vínculo incestuoso. O en esa
hermosa película del argentino Eliseo Subiela donde la locura no impide que se comprenda la
idiotez y profundo desgarramiento de una sociedad. Donde podemos leer en esa foto
desgarrada, literalmente desgarrada, la huella de la ausencia, si, la huella de la ausencia, de lo
que el psicoanálisis ha denominado la Función Paterna. Función Paterna que en últimas, nos
3. permite subsistir en medio de esa arma mortal de la estupidez humana, como la denomina el
guionista del film, soportar el dolor de una sociedad desquiciada, sin enloquecernos a la vez.
Bien, quisiera poder concretar algunos aspectos puntuales de la obra de Freud. Acercarnos a
algunos aspectos, sin pretender de ninguna manera, delimitar el concepto de:
EL INCONSCIENTE
Tratemos entonces de mostrar en que consiste la llamada revolución freudiana a partir del
concepto del inconsciente. Veamos someramente como se topa, o como se le revela, mejor,
este campo psíquico. El concepto de Inconsciente, o mejor no el concepto, sino la palabra
inconsciente existía antes de Freud. Los filósofos han hablado del inconsciente. Allí Freud
rompe con ese término. Nada que ver con el inconsciente filosófico.
Freud más bien reconocerá otra tradición donde algunas veces disfrutó del término: en la
Literatura. El poeta señalaba Freud, el poeta el novelista, es un conocedor del alma humana.
Ellos saben mostrar con sutileza las entretelas donde se nos muestra el Inconsciente. Las
llamadas formaciones del Inconsciente: el síntoma, el lapsus, el chiste, el sueño, la fantasía.
Todo aquello que posibilita, el llamado material de la sesión analítica y que nos permite ir
descifrando. Si, descifrando. El Inconsciente está cifrado.
Y hay un gran Otro como diría Jacques Lacan, otro ilustre psicoanalista que nos permitió
tener otra cifra del campo Freudiano, Hay un gran Otro que conoce la cifra que rige nuestro
Inconsciente. Pero, vayamos más despacio en nuestra espiral que queremos aquí ir
desplegando. Ese gran Otro Lacaniano se le revela a Freud a partir de sus llamados pacientes,
hoy más apropiadamente llamadas y llamados psicoanalizantes.
Me refiero a ciertos sujetos, donde el cuerpo muestra un extraño sufrimiento. Tan extraño
que la ciencia médica de la época va a buscar un término en el lenguaje antiguo. El hysteron
(¿) viene parece de la palabra griega para útero. Las llamadas histéricas, donde el cuerpo
sufre una serie de inhibiciones, de sufrimientos, de imposibilidades, de limitaciones que la
ciencia médica de la época de Freud solo puede entender como un engaño, una simulación,
pues ese sufrimiento corporal no corresponde al daño de una función fisiológica. Eso es la
histeria en la época de Freud. Unas simuladoras.
Freud, joven médico fisiólogo ha ido con una beca a Paris, a estudiar durante un año, con un
prestigioso medico neurólogo, el Dr. Charcot, en el igualmente famoso hospital de la
Salpetriere. El Dr Charcot recibe a Freud en su servicio donde el examina a enfermas que
presentan una serie de disfunciones corporales. Estas enfermas presentan diversas
patologías: parálisis, cegueras, por ejemplo, pero no hay ninguno daño de la función.
Charcot utiliza un procedimiento: la hipnosis. Y a partir de la hipnosis, la ceguera o la
parálisis, por ejemplo puede desaparecer y atacar a otra parte del cuerpo. Algo sucede a
partir de la presencia del médico Charcot y de su técnica. Ello le muestra que hay algo que
determina la patología, que va mas allá de la concepción corporal, fisiológica. Algo le
señala que la sexualidad tiene algo que ver. Pero algo también se le escapa. Freud regresa a
Viena . Y empieza a tratar a estas graves enfermas donde la medicina de su época nada
aporta a su entendimiento, a su curación. Y resulta que estas pacientes hablan y hablan de
4. su enfermedad y Freud escucha. Hay una famosa paciente llamada en los historiales Anna
O, que va hablar de la cura del habla. Creo que esta analizante le revela a Freud la cifra de su
sufrimiento: el lenguaje. Un cierto tipo de lenguaje, es cierto. Un lenguaje que no se articula
en sonidos, sino que lo expresa en su propio cuerpo. Su cuerpo habla. El síntoma de su
cuerpo está regido por otras leyes que van más allá de su cuerpo mismo: el lenguaje.
Otra paciente de Freud llamada Dora. El caso Dora, nos muestra como al presentar la misma
afonía, el mismo malestar corporal que afectaba al padre en su garganta, nos ilustra tanto su
identificación con este padre impotente y nos muestra de alguna manera su inclinación sexual
que sostiene amorosamente a esta figura paterna. La ley que rige al ser humano, al ser
hablante: el lenguaje, su singularidad, su especificidad será el modelo que brinda las bases
para aprehender el campo donde se articula el inconsciente .
Antes de Freud, todo lo psíquico, las percepciones, las ideas, los recuerdos, los sentimientos,
los actos volitivos, todos estos elementos tenían una cualidad común, el carácter de ser
consciente. Se creía que el hombre tenía el dominio de su Yo. Lo psíquico era por lo tanto,
sinónimo de conciencia.
Lo que Freud va a demostrar es que lo psíquico, en la mayoría de las veces, es inconsciente.
Esto por supuesto implica un escándalo en la concepción del ser humano. El yo, el sujeto, el
individuo, no es el amo de su vida. Esto es comparado por Freud con la revolución de
Copérnico. La tierra no es el centro del Universo. De igual manera, el Yo es sólo una de las
instancias que componen el aparato psíquico. El Yo desconoce las causas que lo mueven que
lo dirigen. En consecuencia, al inconsciente como tal no tenemos acceso, solamente podemos
conocerlo, hemos dicho, a partir de sus manifestaciones las llamadas por Lacan la
formaciones del Inconsciente: a saber, el síntoma, el acto fallido, el chiste, la fantasía, el
sueño.
Examinemos con Freud el funcionamiento, las leyes que rigen el fenómeno inconsciente a
partir de un acto fallido: el olvido de un nombre. Esto está en un texto de 1905 de Freud que
se denomina Psicopatología de la vida Cotidiana. Este olvido es bastante ejemplar para
entender el concepto de inconsciente y ha sido retomado por muchos comentadores.
Es un olvido de Freud mismo, que tuvo lugar durante un viaje en tren por la región de la
antigua Yugoeslavia, llamada Herzegovina. Freud había iniciado una conversación con su
vecino de tren y hablaban de las famosas pinturas de las iglesias de la región- Estaba
hablando específicamente de las pinturas, concretamente de los bellos frescos que adornan la
catedral de Orvieto, en Italia. Los frescos llamados Las Causas Finales. Freud iba a
mencionar el nombre del famoso pintor, pero en ese momento le fue imposible recordarlo.
Había un blanco en su mente. Haciendo un esfuerzo, surgían en su mente otros nombres de
pintores famosos, como Botticelli y Boltrafio.
Botticelli Boltrafio Signor elli
HERR
Significantes Reprimidos: Muerte y Sexualidad.
5. El nombre del pintor que Freud no puede recordar es Signorelli. Parte de este nombre se
encuentra en las silabas de los nombres que Freud recuerda. Así la terminación elli de
Botticelli, El nombre de Boltrafio remite a Trafoi, donde Freud había tenido un paciente con
una enfermedad incurable que termina suicidándose. Esta la región que están transitando en
el tren de Bosnia (el Bo de Boticelli y Boltrafio ) y Herzegovina que hacen pensar a Freud
en una actitud bastante peculiar de los turcos de la región sobre la enfermedad, la sexualidad
y la muerte. Sin embargo Freud reprime ese comentario por considerarlo inconveniente de
tratar con un desconocido. Esa represión se desplaza hacia el nombre que el trata de buscar
en su recuerdo.
Este ejemplo ilustra varias articulaciones del concepto de Inconsciente:
• El Inconsciente como lugar de lo reprimido.
• Como lo reprimido aparece como un hueco, un vacío en la cadena consciente del
discurso del sujeto. Es decir un texto faltante
• Ese texto faltante se constituye de acuerdo con las leyes que rigen el lenguaje, a
saber, de acuerdo con el pionero de la lingüística estructural Ferdinand de Saussure,
las relaciones sintagmáticas, que se despliegan en la cadena horizontal, y las
relaciones paradigmáticas, que se despliegan en la cadena vertical. Recordemos que
en la misma época que Freud en Viena construye su teoría, de Saussure en Ginebra,
Suiza, dicta sus cursos de Lingüística General . Aquí vemos esa curiosa convergencia,
entre las leyes del lenguaje que ya señalamos y las leyes de lo inconsciente que esta
construyendo Freud conocidas como desplazamiento y condensación.
• Postulado de Jacques Lacan, (psiquiatra, psicoanalista francés): el inconsciente está
estructurado como un lenguaje.
Hasta aquí, los caracteres que queríamos subrayar de esta primera Tópica Freudiana.
Específicamente queríamos subrayar la analogía entre inconsciente y lenguaje. Esto deja sin
base una cierta concepción popular de lo inconsciente como algo irracional, asistemático,
errático. No. El descubrimiento freudiano nos presenta una lógica inconsciente. Por
supuesto, no es la lógica de los filósofos, pero es igualmente rigurosa y compleja. La
analogía entre inconsciente y lenguaje será más precisa si hablamos de inconsciente y de
lenguaje poético. Es sabido que la poesía explota otras leyes del lenguaje, creando nuevos
sentidos . Nuevos sentidos cifrados en su texto. De eso se trata, de una ficción intima de un
relato, o de otra escena como la llamaba Freud, o como también lo señaló Freud “La novela
familiar del neurótico”.
Poema y/o novela: las creaciones personales inconscientes , cuyos personajes determinan
nuestra conducta, nuestros sentimientos, sin saber que somos los signos que nosotros mismos
hemos creado. El poeta ya lo había señalado: Un signo somos, indescifrado. Hölderlin
Otro poeta, Jorge Luis Borges también nos lo muestra, valga recordar aquí ese hermoso
cuento titulado “Las Ruinas Circulares” donde Borges recrea un monje solitario que una
noche decide crear un hijo de su imaginación. Este hijo posteriormente tiene su propio
templo lejos del padre. Una noche el monje sueña con su hijo y ve como mientras su hijo
duerme, el fuego devora el templo donde éste se encuentra y siente todo el dolor que lo
6. desgarra porque su hijo al no ser destruido por el fuego va a enterarse que solo es un ser de
la imaginación. El profundo dolor de su hijo lo despierta, para darse entonces cuenta que el
templo a su alrededor ha sido devorado también por el fuego.
Podríamos agregar de todas maneras, valga como consuelo al poeta, que entonces sólo
entonces, podremos dejar nuestro ser imaginario y construir otros significantes que nos
permitan construir un cierto Real, menos imaginario que nuestra realidad , menos
desconocido también y por lo tanto que nos posibilite recrear nuestra aspiración de un ser
mas real.
WO ES WAR, SOLL ICH WERDEN (Donde ello era, yo debe advenir. La cifra de nuestro
ser).