2. III. Los aspectos psicológicos
del arquetipo de la madre
La idea de la “Gran Madre” es un símbolo del
arquetipo de la madre.
La psique preconsciente no está vacía; puesto que
lo psíquico es preformado, existen
“predisposiciones inconscientes” a las que
pertenece toda “fantasía creadora” de la cual se
desprenden los arquetipos.
Los arquetipos no se difunden por tradición,
lenguaje o migración, sino que pueden volver
espontáneamente en toda época y lugar sin ser
influídos por ninguna transmisión exterior.
3. Los arquetipos no están
determinados en cuanto a su
contenido sino sólo formalmente, y de
este modo muy limitado.
El arquetipo es un elemento es un
elemento formal vacío, una posibilidad
a priori de la representación, que
corresponden a los instintos
Sólo se puede comprobar su
existencia en el terreno de lo
consciente.
4. El arquetipo de la madre
A un nivel más elevado estaría representado por «la Diosa, sobre
todo la Madre de Dios, la Virgen, Sofía; la meta del anhelo de
salvación».
De un modo más amplio «la iglesia, la universidad, la ciudad, el
país, el cielo, la tierra, el monte, el mar y las aguas estancadas; la
materia, el inframundo y la luna».
Estrictamente, «como lugar de nacimiento y de procreación, los
sembrados; el jardín, la roca, la cueva, el árbol, el manantial, el
pozo, la pila bautismal, la flor como recipiente; como círculo mágico
o como tipo de la cornucopia».
Todos estos símbolos pueden tener un aspecto negativo o
positivo.
5. Lo «maternal»: por antonomasia, la mágica autoridad de lo femenino; la
sabiduría y la altura espiritual más allá del intelecto; lo bondadoso,
protector, sustentador, lo que da crecimiento, fertilidad y alimento; el
lugar de la transformación mágica, del renacer; el instinto o impulso
que ayuda; lo secreto, escondido, lo tenebroso, el abismo, el mundo de
los muertos, lo que devora, seduce y envenena, lo angustioso e
inevitable.
Kali Demeté
r
Coatlicue
6.
7. Bondad protectora y sustentadora, su emocionalidad orgiástica y su oscuridad
inframundana.
Aspectos esenciales de la
madre
8. En el hijo, y a diferencia de la hija, se
presentarían como efectos típicos la
homosexualidad y el donjuanismo, además de la
impotencia.
Debido a la preexistencia, como punto de partida,
de una desigualdad de sexos entre el hijo y la
madre, el complejo materno nunca es puro en
éste.
El «arquetipo materno» resulta ser de vital
importancia el arquetipo del ánima, o de la pareja
sexual.
Así se asistiría a una inicial interposición de
factores de atracción o repulsión erótica a los ya
consabidos procesos de identificación o
resistencia.
El complejo materno en el hijo
9. Mientras que en el hijo el complejo materno «lesiona el instinto masculino
mediante una sexualización no natural», en la hija, tratándose de un caso puro
por identidad de sexos, genera dos posibilidades:
Intensificación de los instintos femeninos, manteniéndose inconsciente su propia
personalidad.
Debilitación y extinción de los mismos por proyección en la madre.
a) La hipertrofia de lo materno (el hombre constituye un accesorio)
b) La exaltación del reos (celos a la madre e intento de superarla)
c) Identificación con la madre (es un apéndice de la madre que no sabe cómo
sentirse cuando se le acerca un hombre)
d) La defensa contra la madre (“cualquier cosa con tal de no ser como mi
madre”)
El complejo materno en la
hija
10. “El saber si la estructura
psíquica y sus elementos, los
arquetipos, se formaron en
algún momento es un
problema metafísico y al que
por lo tanto no debemos dar
respuesta. La estructura es lo
que siempre se encuentra ya,
es decir, es lo que en todos los
casos ya estaba, es la
precondición. Eso es la madre:
la forma que contiene todo lo
viviente. Frente a ella, el padre
representa la dinámica del
arquetipo, pues el arquetipo es
ambas cosas: forma y
energía”.
11. IV. Consideraciones teóricas
sobre la naturaleza de lo
psíquico
Jung debate con autores como Wundt, Freud, Hegel y otros pensadores de su
tiempo acerca de la naturaleza del inconsciente.
Al respecto dice Jung:
“No se sabe cómo funciona ese inconsciente , pero partiendo
de la presunción de que es un sistema psíquico, podemos
pensar que probablemente ha de tener todo lo que tiene la
conciencia, es decir: percepción, apercepción, memoria,
fantasía, voluntad, afecto, sentimiento, reflexión, juicio,
etcétera, pero todo esto en forma subliminal”.
12. Para Jung, los dos mecanismos reguladores de la psique son la
disociabilidad y el sí mismo. Esto, debido a que la psique representa una
totalidad de lo consciente-inconsciente.
Dentro de la terminología jungiana, la noción de psicoideo representa un
intento de designar lo que define y caracteriza a lo inconsciente colectivo y
sus contenidos, los arquetipos. Al adentrarnos en un terreno que escapa a
la conceptualización consciente se hace necesario, hasta donde es
posible, un intento de adjetivación. Sería por tanto un intento de
denominación de lo inconcreto.
Mientras Freud interpreta el inconsciente como una forma de represión,
Jung alega que la psique es esencialmente conflicto entre el instinto ciego
y la voluntad, o sea libertad de elección.
En este sentido, la voluntad equivale a una forma cantidad limitada de
energía que está a libre disposición de la conciencia.
Algunas nociones de la psique en Jung
13. Características fundamentales de la multiplicidad de
imágenes:
a) caos y orden
b) claridad y oscuridad
c) arriba y abajo
d) izquierda y derecha
e) la unificación de los contrarios en un tercero
f) la cuaternidad (la cruz)
g) la rotación
h) ordenación radial, por lo general en un cuaternario.
Para Jung, la realidad concreta de las configuraciones supera
toda posibilidad de representación.
14. “Existen ciertas
condiciones inconscientes
colectivas que actúan
como reguladoras y
propulsores de la
actividad creadora de la
fantasía y que, al poner al
servicio de sus fines el
material existente en la
conciencia, producen
configuraciones
correspondientes. Actúan
exactamente como
motores de los sueños”,
afirma Jung.
15. La existencia de estos reguladores inconscientes (dominantes)
fundamentan la teoría de Jung sobre el inconsciente colectivo.
De este modo, los arquetipos regulan y modifican la configuración de los
contenidos conscientes, y se comportan como instintos.
Para Jung, el contenido esencial de todas las mitologías, de todas las
religiones y de todos los istmos es de naturaleza arquetípica.
El arquetipo, como imagen del instinto, es psicológicamente una meta
espiritual hacia la cual tiende la naturaleza del hombre; el mar hacia el
cual todos los ríos trazan sus sinuosos cauces.
La conciencia del yo aparece como dependiente de:
a) las condiciones de la conciencia colectiva
b) los arquetipos.
Inconsciente colectivo