1. http://confidenciasdeungerente.blogspot.com
Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto
www.fvmartin.net
La caravana de yaks, cargados de sal, Generaciones previas tenían bajos
avanzaba en fila sobre el escarpado “camino ingresos, tributos y prestaciones sociales.
de los demonios” al borde del lago. El jefe de la Hoy, los mayores ingresos y protecciones
expedición había elegido este peligroso atajo vienen acompañados de infinidad de
ante la inminente llegada de las nieves. Pero impuestos, cargas, contribuciones, cánones,
hallaron el camino cortado, por el deterioro de arbitrios y aranceles.
unos apoyos de madera. Lograron arreglarlo y Pero pagar nuestros crecidos diezmos,
pasar todos, menos el último yak que cayó con cuando no vemos ningún beneficio en ello,
su carga al vacío y pereció en el lago. El líder requiere una estrategia mental adicional que
calmó a todos por la pérdida con estas los haga tragaderos: una percepción
palabras: “No pasa nada. Es el precio a pagar cauterizante, para que la obligada donación
al demonio”. Esto bastó para zanjar el tema y deje de parecer sangrante. Porque la
llegar a destino, sin pesar. (Himalaya, de Eric Valli). satisfacción no es posible sin una visión
satisfactoria de las pérdidas materiales.
Nuestro cerebro requiere explicaciones
ante el quebranto de nuestros bienes y lo
peor es que no sepamos encontrarlas. Todo
duele menos si duele menos tiempo y tiene
un significado. Pero la razón pura no suele
ser suficiente, ni el pensar en benéficas y
solidarias obras sociales, mientras se
Foto: Baharri
evidencia que el dinero de los contribuyentes
se dilapida en partidas absurdas.
La Vida es generosa pero pone límites a
nuestros objetivos, incluso en las más nobles
empresas. Hasta el mayor altruismo puede
Son muchas y muy diversas las experiencias terminar en amargura:
de ambivalencia entre ganancia y pérdida: Un surfista logró salvar a tres bañistas
• Ganar un pleito es un regalo en la “lotería de la arrastrados por la marea, pero no al cuarto,
justicia” (expresión de un excelente abogado), que murió ahogado. Desconsolado, lloró en
pero incluso recuperando las costas los la playa. No le aliviaba el placentero regalo
disgustos no se evitan. de las tres vidas ganadas a la muerte; de la
• Mantener el equilibrio en las relaciones dolorosa muerte impuesta a la vida.
personales y laborales no está exento de Si la lógica no te alivia, el disgusto te
pago, en forma de frustraciones. obsesiona y no encuentras razón a la que
• Soñamos con disfrutar íntegramente el dinero apelar, relájate y cambia de perspectiva,
ganado mediante trabajo, herencia, jubilación imaginando la pérdida como el inevitable
o lotería, pero no es posible. No sólo no peaje a quien ni locos osaríamos reclamar.
podemos llevárnoslo al más allá, sino que está “No pasa nada. Es el precio a pagar al
N
sujeto a las tasas del más acá. demonio”.
Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 45, abril 2010