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228 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Original
Resumen
En este artículo exponemos aquellas causas más fre-
cuentes de consulta en una unidad de urgencias de
otorrinolaringología por patología faríngea y laríngea.
Palabras clave: Urgencias. Faringe. Laringe. Patolo-
gía faringo-laríngea.
Summary
We’ve make a summary of all the pharyngeal and
laryngeal pathology that have the patients that come
to the otolaryngology emergency room.
Key words: Emergency. Pharynx. Larynx. Pharyngo-
laryngeal pathology
Introducción
Las urgencias relacionadas con la patología de
la faringe y la laringe son frecuentes en un servi-
cio de Otorrinolaringología. En ocasiones pue-
den poner en peligro la vida del paciente por lo
que el diagnóstico y tratamiento deben ser rápi-
dos. La causa más frecuente de consulta urgen-
te por patología faringe son las amigdalitis y la
odinofagia y la disnea en los casos de patología
laríngea.
Urgencias faríngeas
Sólo estudiaremos los procesos que con más
frecuencia son motivo de ser atendidos en los
servicios de urgencia: faringoamigdalitis agudas,
Juan L. Quesada
Juan Lorente
Daniel López
Marta Pérez
Hospital General
Universitario Valle
Hebrón. UAB
Servicio
de Otorrinolaringología
Barcelona
Urgencias faringo-laríngeas
las adenoiditis, las amigdalitis lingual aguda, las
celulitis y abscesos periamigdalinos, los absce-
sos para y retrofaríngeos, hemorragias, neural-
gias, traumatismos y cuerpos extraños faríngeos.
Por ultimo estudiaremos el dolor de faringe como
revelador de un proceso neoplásico faringo-
laríngeo.
Faringoamigdalitis agudas
Son las infecciones de la mucosa faríngea y del
tejido amigdalino. Es una patología muy frecuente
y entre las agudas más importantes tenemos:
Faringoamigdalitis vírica
Representan casi el 50% de las infecciones farin-
goamigdalinas. Los virus más frecuentemente im-
plicados con los adenovirus.
Además de la odinofagia, presentan tos, rinorrea
acuosa y estornudos junto a fiebre no muy ele-
vada. El tratamiento es sintomático.
Faringoamigdalitis bacteriana
Esta producida sobre todo por el estreptococo
hemolítico del grupo A.
Predomina en la infancia (5 a 8 años), cursa
con disfagia, otalgia refleja, odinofagia, mal es-
tado general y fiebre alta. A la exploración se
ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Correspondencia:
Juan L. Quesada
Hospital General
Universitario Valle Hebrón.
Servicio
de Otorrinolaringología
Pg. Vall d’Hebron, 119-129
08035 Barcelona
229ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
230 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
observan unas amígdalas hiperémicas, recubier-
tas por un exudado blanquecino (Figura 1). Fre-
cuentemente los pilares amigdalinos y la úvula
presentan un aspecto edematoso y congestivo.
Se acompañan de adenopatías laterocervicales
inflamatorias. El diagnóstico lo tendremos por
la clínica y la exploración orofaríngea.
Tratamiento: antibióticos (penicilina, eritromicina,
clindamicina, etc.), analgésicos y antitérmicos,
buena hidratación y gargarismos con antisépti-
cos bucales.
Mononucleosis infecciosa
Cuadro clínico producido por el virus de Ebstein-
Barr. Es un proceso que afecta principalmente a
adultos jóvenes.
Se caracteriza por un dolor faríngeo con enroje-
cimiento faríngeo, hipertrofia amigdalar y
adenopatías generalizadas. A veces hepatoesple-
nomegalia. En el hemograma se observa una
leucocitosis con linfocitosis y con linfocitos
atípicos.
El diagnóstico se basa fundamentalmente
aparte de la clínica en la valoración en sangre
periférica de anticuerpos heterófilos frente VEB
(test de Paul- Bunnel), aunque también pode-
mos determinar los títulos específicos de IgG
e IgM.
El tratamiento es sintomático con analgésicos y
antitérmicos. La utilización de paracetamol y
gargarismos con suero fisiológico alivian la
sintomatología. Reposo en cama durante la fase
aguda, prolongándose en los casos con afecta-
ción hepática.
Adenoiditis agudas
Frecuentes en los niños hasta los 6 años, sien-
do excepcionales en el adulto por la regresión
fisiológica de la amígdala faríngea.
La infección puede ser bien por virus (rinovirus,
coranovirus, adenovirus) o bacterias (neumococo,
estreptococo, H. Influenza).
Se puede presentar, fundamentalmente, en dos
formas clínicas:
– Forma catarral, vírica, en la que tras un cua-
dro febril poco importante y cuadro general
poco afectado aparece secreción nasal an-
terior y posterior.
– Forma purulenta. Bacteriana primaria o se-
cundaria por sobreinfección de la forma
catarral. La afección general y cuadro febril
suele ser importante y la rinorrea se hace
pronto francamente purulenta.
En ambas formas puede haber una obstrucción
nasal importante no solo consecuencia de la
rinorrea y afectación de la mucosa nasal, sino
sobre todo por la hipertrofia del tejido adenoideo,
no siendo raro que el niño presente respiración
bucal y ronquidos nocturnos.
Junto a esta sintomatología pueden presentarse
afección de los órganos vecinos sobre todo rinitis,
otitis media secretoria y sinusitis. La inhalación
de secreciones rinofaringeas puede provocar una
laringotraqueobronquitis. Es frecuente la existen-
cia de adenopatias cervicales.
El tratamiento es similar al que se hace en la
amigdalitis aguda. Pueden ser útiles los descon-
Figura 1.
Exploración
de la cavidad oral
en la que se observa
una amigdalitis aguda
Urgencias faringo-laríngeas
231ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
gestionantes nasales u antihistaminicos. La
adenoiditis no complicada suele resolverse al
poco tiempo. Solo se administran antibióticos
para las infecciones bacterianas. Cuando exista
hipertrofia adenoidea será conveniente realizar
tratamiento quirúrgico.
Amigdalitis lingual
Aparece casi de forma exclusiva en adultos
amigdalectomizados. Puede presentarse de for-
ma aislada o acompañarse de un cuadro de
afectación general del anillo linfático de Waldeyer.
Cursa con odinofagia, otalgia refleja, sialorrea,
fiebre elevada con voz de ocupación y a veces
trismus.
El diagnóstico nos lo da la laringoscopia indirec-
ta (hipertrofia de amígdalas linguales con pla-
cas pultáceas) junto con la clínica.
Tratamiento: el mismo que el resto de amigdalitis.
Celulitis y abscesos periamigdalinos
Se trata de una infección aguda localizada en el
espacio periamigdalar y suele ser consecuencia
de una amigdalitis aguda.
Se puede dar a cualquier edad, siendo rara en
los niños y más frecuente en los adultos jóve-
nes. Aunque generalmente se debe a estreptoco-
cos betahemolíticos del grupo A, también pue-
den estar causados por anaerobios, como los
bacteroides y las fusobacterias.
Clínicamente se caracterizan porque en el curso
de una amigdalitis aguda, aparece odinofagia y
disfagia intensa, otalgia refleja, mal estado ge-
neral y fiebre elevada, trismus, voz gangosa con
sialorrea.
A la exploración se aprecia un abombamiento
unilateral de la amígdala hacia la línea media
con el consiguiente desplazamiento de la úvula
hacia el lado sano. La palpación de los ganglios
linfáticos de la región mandibular suele ser do-
lorosa.
El hemograma demuestra una leucocitosis im-
portante con aumento de polinucleares.
Aunque las complicaciones son raras, existe la
posibilidad de diseminación a espacios parafarín-
geos con lesión de las estructuras vasculares,
sobre todo tromboflebitis de la yugular interna y
sepsis. Excepcionalmente la diseminación se pue-
de hacer al espacio retrofaríngeo y mediastino.
El enfermo debe ser valorado adecuadamente a
la hora de indicar el tratamiento. En algunos
casos puede ser útil la TC, sobre todo en aque-
llos casos de un cuadro clínico poco claro, ya
que no hemos de olvidar de hacer un diagnosti-
co diferencial con tumores y masas parafarín-
geas, cuando estas se asocian a hiperhemia
faringea e inflamación. El tratamiento puede ser:
– Conservador: antibiótico (útil amoxicilina-
clavulánico), analgésicos y antitérmicos.
– Quirúrgico: incisión y drenaje del absceso
bajo anestesia local. Puede ser útil identifi-
car el absceso mediante la punción-aspira-
ción con una aguja de cierto calibre, que
permita el paso del exudado purulento. Se
puede plantear al paciente la necesidad de
una amigdalectomía.
Absceso parafaríngeo
Patología poco frecuente, suele deberse a la com-
plicación de un absceso periamigdalino, aunque
en ocasiones son idiopáticos. El absceso se si-
túa lateralmente al músculo constrictor superior
de la faringe y cerca de la carótida.
Junto a la sintomatología general propia de un
absceso, existe una sintomatología faríngea, con
tortícolis y tumefacción dolorosa en el ángulo de
la mandíbula.
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
232 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
La exploración faríngea resulta muchas veces
anodina, aunque puede existir una protrusión
masiva de toda la pared lateral de la faringe.
El diagnóstico no plantea problemas, aunque es
conveniente la realización de una TC con el fin
de precisar la extensión y localización.
El tratamiento será la administración de antibió-
ticos por vía parenteral. Si la evolución no es
favorable se pueden realizar el drenaje del mis-
mo a través de la faringe o por vía cervical.
Absceso retrofaríngeo
Es un cuadro raro y se presenta sobre todo en
los lactantes y niños <2 años. Se trata de un
adenoflemón de los ganglios retrofaríngeos de
Gillette, como consecuencia, generalmente, de
una adenoiditis.
Los síntomas más importantes son, además del
cuadro febril, una odinofagia acentuada que pue-
de comprometer la alimentación del niño, e in-
cluso estridor y disnea por obstrucción de la vía
respiratoria.
El diagnóstico se hace por la clínica y explora-
ción faríngea. El ensanchamiento del espacio
prevertebral puede demostrarse mediante radio-
grafías laterales de cuello o mejor con una TC.
El tratamiento obliga a la incisión y drenaje del
absceso, procurando aspirar el exudado para
evitar una broncoaspiración. Además, es ne-
cesaria la administración de penicilina o el an-
tibiótico más apropiado, tras la identificación
del germen en el antibiograma del material
drenado.
Hemorragias faríngeas
Son rarísimas y en líneas generales benignas a
excepción de las debidas a neoplasias cuando
afecta a un vaso importante o las quirúrgicas,
sobre todo tras una amigdalectomía y/o adenoi-
dectomía.
Su etiología puede ser muy variable:
Esenciales, en las que no se encuentra la zona
hemorrágica. En ocasiones se observan peque-
ñas varices en la base de lengua.
Debidas a alteraciones de la hemostasia, aso-
ciadas a veces a pequeños traumatismos.
Tumores benignos, tales como angiomas y el
angiofibroma nasofaríngeo, que si bien general-
mente da lugar a epistaxis, en ocasiones puede
ser causa de hemorragias faríngeas.
Tumores malignos, que a veces pueden provo-
car hemorragias graves, sobre todo si afectan a
vasos importantes.
Complicaciones de una amigdalectomía y
adenoidectomía, que pueden generalmente ser
precoces antes de las primeras 24 horas después
de la operación y que se suelen deber, bien a ha-
ber dejado algún resto amigdalar, a hemostasia
intraoperatoria insuficiente o a una alteración de
la coagulación por enfermedades sistémicas que
pasan desapercibidas a las analíticas de rutina.
Las tardías aparecen después del sexto o séptimo
día, coincidiendo con la caída de la escara.
En cualquier caso el tratamiento será etiológico.
En las hemorragias post-amigdalectomía o
adenoidectomía, si no es suficiente la retirada
del coágulo y compresión del lecho quirúrgico,
será necesario la revisión bajo anestesia y la li-
gadura de la superficie sangrante. A veces, so-
bre todo en las hemorragias graves debidas a
tumores malignos, se requiere la ligadura del
tronco arterial correspondiente, no siendo raro
obligar a la ligadura de la carótida externa. Inde-
pendientemente de la actuación quirúrgica, si la
pérdida sanguínea es importante, se debe resta-
blecer la volemia por transfusión, evaluando el
pulso y la tensión arterial del enfermo en un pri-
mer momento y posteriormente mediante con-
troles analíticos.
Urgencias faringo-laríngeas
233ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Neuralgias faríngeas
Fundamentalmente: herpes zóster faríngeo y neu-
ralgia del glosofaríngeo.
Herpes zóster faríngeo
Afección viral faríngea, caracterizada por dolor y
vesículas en el territorio del nervio glosofaríngeo.
Está causada por el virus varicela zóster. Es más
frecuente después de los 50 años de edad. Sue-
le iniciarse con síntomas prodrómicos 2-3 días
antes, caracterizados por escalofríos, febrícula
y mal estado general. Posteriormente aparece un
dolor intenso, asociado a vesículas en la base
de lengua y la pared lateral de la faringe. A ve-
ces, esta neuralgia persiste durante varios días
o semanas. En el tratamiento es útil la adminis-
tración de aciclovir.
Neuralgia del glosofaríngeo
Síndrome poco frecuente caracterizado por epi-
sodios recidivantes de dolor intenso en la pared
posterior de la faringe, amígdala, parte posterior
de lengua y, a veces, el oído. Afecta con mayor
frecuencia a los varones después de los 40 años.
Su etiología se desconoce en la mayor parte de
los casos, si bien hay casos sintomáticos, se-
cundarios a lesiones de la fosa cerebral poste-
rior, aracnoiditis de la base del cráneo, tumores
del glomus, neurinomas del acústico, etc.
Clínicamente se caracteriza por episodios inter-
mitentes de dolor breve, intenso y paroxístico,
que aparece bien de forma espontánea, bien tras
la deglución o la masticación. El dolor, que sue-
le durar segundos o minutos se inicia en la base
de la lengua e irradia tanto al resto de la faringe
como al oído. Los episodios pueden estar se-
parados por largos intervalos de tiempo. En
el caso de las neuralgias sintomáticas el dolor
suele ser continuo pero con empeoramientos
paroxísticos.
Las características y localización del dolor ha-
cen fácil el diagnóstico. No obstante, hay que
hacer una exploración faríngea y neurológica
completa para precisar la etiología si se trata de
una neuralgia secundaria a tumores de faringe,
ángulo pontocerebeloso o lesiones metastásicas
cervicales. A veces pueden plantearse problemas
de diagnóstico diferencial con la neuralgia del
trigémino que afecta a la rama mandibular.
El tratamiento de la neuralgia esencial, la carba-
mazepina sigue siendo el fármaco de elección.
En último extremo, puede recurrirse a la sección
quirúrgica del nervio, bien a nivel cervical, si el
dolor esta localizado en la faringe, bien a nivel
intracraneal si el dolor es de distribución gene-
ral. En el caso de la neuralgia secundaria el tra-
tamiento dependerá de la etiología.
Traumatismos de la cavidad oral
y faringe
Heridas
Heridas penetrantes
Las heridas abiertas intraorales y faríngeas se
producen por traumatismos internos o externos.
El mecanismo de producción de estas heridas
puede ser directo, como consecuencia del im-
pacto del agente traumatizante, o indirecto, por
desplazamiento tangencial a lo largo de la mu-
cosa y posterior ruptura, secundaria al contacto
con la base del cráneo o las vértebras.
En su cuidado, lo primero que debe hacerse es
asegurar una adecuada vía aérea, para después
observar al paciente, ya que la inflamación se-
cundaria del suelo de la boca, la lengua o la
pared faríngea pueden obstruirla. Es importante
una correcta limpieza de la herida mucosa así
como su cierre, reduciendo la cicatrización por
segunda intención y las indeseables posibles re-
tracciones. Sólo se deben dejar curar espontá-
neamente las heridas pequeñas y bien alinea-
das. Las heridas sucias deben ser limpiadas y
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
234 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
desbridadas convenientemente, cerrándolas de
forma incompleta, aproximando los bordes y per-
mitiendo el drenaje suficiente para evitar la for-
mación de abscesos o celulitis. En ocasiones,
los grandes defectos con pérdida de sustancia
obligan a su cierre con injertos de piel o con
colgajos de mucosa próxima obtenidos por ro-
tación o transposición.
Las heridas penetrantes de la cavidad oral y la
faringe se presentan de forma distinta según su
localización.
Heridas de lengua
Las heridas de lengua pueden presentarse como
consecuencia de traumatismos externos y crisis
comiciales. La rica irrigación de la lengua expli-
ca su tendencia a la hemorragia abundante y, a
la vez, la buena reparación tisular. Las heridas
longitudinales pueden disimular la perdida de
sustancia, ya que la tracción hacia atrás y afue-
ra que realizan los músculos genioglosos produ-
ce la abertura de la herida. Las heridas transver-
sales no precisan más que una sutura simple
con enfrentamiento de los bordes. Las mordedu-
ras penetrantes conllevan riesgo de infección por
la acción de dientes cariados, por lo que es ne-
cesario un tratamiento antibiótico.
Rinofaringe
Las heridas penetrantes a este nivel son poco
frecuentes debido a la importante protección ósea
que presenta. Aparecen en el contexto de gran-
des traumatismos externos (proyectiles, graves
traumatismos craneofaciales) o internos (adenoi-
dectomías agresivas). Solo cuando se presenten
hemorragias importantes puede plantearse ha-
cer un taponamiento, que se puede mantener
durante 24-48 horas y siempre bajo protección
antibiótica.
Orofaringe
Las heridas de la orofaringe son esencialmente
debidas a empalamiento de la pared faríngea. Son
mas frecuentes en los niños al caer hacia delante
con un objeto punzante situado entre los dientes
(lápiz, trozo de caña, etc.). A veces se pueden
presentar una hemorragia importante en cuyo caso
es necesario descartar que exista una herida de la
carótida primitiva o algunas de sus ramas. Es pre-
ciso realizar una exploración de la herida y si es
posible del objeto responsable de la herida, ya que
es necesario descartar que haya quedado un frag-
mento y actúe de cuerpo extraño.
Debe realizarse una sutura de la herida, utilizan-
do un hilo de reabsorción lenta. Además debe
instaurarse un tratamiento antibiótico y dieta lí-
quida.
Hipofaringe
Las perforaciones de hipofaringe son poco fre-
cuentes pero graves, y precisan un tratamiento
urgente. Las circunstancias de su aparición son
variables, pudiendo dividirse en traumatismo
interno: por maniobras endoscópicas o de
intubación, ingestión de cuerpos extraños muy
afilados o, más raramente, de productos cáusti-
cos o cualquier agente traumático que penetre
por la boca.
Los traumatismos externos, menos frecuentes,
suelen ser debidos a heridas por arma blanca o
accidentes de cualquier origen.
El cuadro clínico es similar al de las perforacio-
nes del esófago cervical con dolor, cuadro infec-
cioso con absceso, enfisema cervical y evolu-
ción hacia la celulitis cervicofacial o mediastínica.
La importancia del cuadro clínico esta directa-
mente relacionado con el agente causal, las cir-
cunstancias de la perforación, su localización y
tamaño.
El tratamiento se basa en la supresión de toda
alimentación por vía oral, la administración de
antibióticos que cubran incluso los anaerobios,
la limpieza y sutura de la herida con extracción
de cuerpo extraños si existe y el drenaje del abs-
ceso en caso de existir.
Urgencias faringo-laríngeas
235ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Contusiones o heridas no penetrantes
Los traumatismos directos de los tejidos blan-
dos de la cavidad oral y la faringe pueden dar
lugar un importante edema inflamatorio que
puede comprometer la vía aérea, produciendo
una disnea importante, que obligue a una intuba-
ción endotraqueal o incluso una traqueotomía.
Quemaduras
Las quemaduras de la cavidad oral y la faringe
pueden ser eléctricas, químicas o térmicas, siendo
habitual que las lesiones sean más importantes
en la boca que en la faringe, siendo en la rino-
faringe excepcionales.
Quemaduras eléctricas
Las quemaduras eléctricas en la cavidad oral,
suelen presentarse sobre todo en los niños, siendo
raras en los adultos. Los accidentes se produ-
cen, generalmente, cuando se muerde o chupa
un cable eléctrico.
Las lesiones por quemadura eléctrica suelen de-
jar como secuelas una cicatrización y retracción
importante de los tejidos involucrados, aunque
puede ser letal.
El tratamiento se basará en la limpieza de la
herida y la administración de antibióticos tópi-
cos y sistémicos. Los tejidos necróticos deben
de ser extirpados, cuando estén bien delimita-
dos, que suele ocurrir entre 10 a 14 días.
Quemaduras térmicas
Las quemaduras térmicas de esta región pue-
den ser muy graves, ya que en pocas horas se
puede producir un edema importante que oca-
sione la oclusión de la vía aérea. La exposición
a un incendio puede producir tres tipos de da-
ños: intoxicación por monóxido de carbono, in-
toxicación por humos y quemadura térmica. Las
quemaduras térmicas afectan sobre todo a las
vías respiratorias altas.
El diagnóstico empieza con una cuidadosa his-
toria clínica en la que se obtiene información
sobre cambios en la voz, estridor, esputos man-
chados de ceniza, etc. La faringo-laringoscopia
durante los críticos primeros días nos puede ayu-
dar a predecir de forma adecuada la necesidad
de intubación.
El tratamiento consistirá fundamentalmente en
gargarismos con una solución a partes iguales
de agua, agua oxigenada y solución antiséptica,
con lo que se previene la retención de detritus
cargados de bacterias. Si existe compromiso de
la vía aérea será necesaria la intubación oro o
nasotraqueal, evitando en los primeros momen-
tos la traqueotomía.
Quemaduras químicas
La gravedad de las quemaduras por cáusticos
va a depender, fundamentalmente, de la natura-
leza del cáustico ingerido, su concentración y el
tiempo de contacto con la mucosa. Las bases,
fundamentalmente la sosa y la potasa, provo-
can una necrosis profunda por debajo de la
mucosa, entrañando un riesgo estenótico impor-
tante. Las lejías domésticas en sus concentra-
ciones habituales (5,2%) no suelen producir
quemaduras significativas en la cavidad oral y
faringe.
La clínica se caracteriza por sialorrea, dolor y
disfagia. Es necesario determinar la naturaleza
del cáustico, la concentración y cantidad injerida.
El tratamiento inmediato de estos pacientes va
a depender, fundamentalmente, de las lesiones
de esófago y estómago, por lo que siempre es
importante valorar la afectación de estos órga-
nos. Las quemaduras de boca y faringe se tra-
tan localmente con enjuagues de hielo, solucio-
nes anestésicas, analgésicos y dieta fría para
aliviar la sintomatología.
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
236 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Cuerpos extraños faríngeos
La presentación y el manejo van a depender, en
gran medida de la zona faríngea donde se loca-
lice el cuerpo extraño.
Rinofaringe
Son excepcionales. La principal vía de penetra-
ción es a través de las fosas nasales, o bien
como consecuencia del vómito y la tos sobre
todo si existe insuficiencia velopalatina.
La clínica es bastante anodina, con sensación
de discreta molestia a nivel faríngeo alto e inclu-
so rinolalia. Cuando el episodio inicial pasa in-
advertido, suele desarrollarse una obstrucción
nasal, con rinorrea mucopurulenta, epistaxis de
repetición e inclusive problemas óticos por afec-
tación tubárica.
La radiología y sobre todo la endoscopia confir-
mara la existencia del cuerpo extraño.
El tratamiento es la extracción del cuerpo extra-
ño con la ayuda de la endoscopia e incluso a
veces puede requerir anestesia general.
Orofaringe
Las circunstancias de la impactación del cuerpo
extraño a este nivel suelen ser claras. El pacien-
te, incluido los niños, suele referir el momento
de penetración, a partir del cual refiere dolor, que
aumenta con la deglución, disfagia variable e
incluso sialorrea. Generalmente son espinas y
trozos de hueso pequeño que se enclavan fácil-
mente.
Con frecuencia el cuerpo extraño es fácil de lo-
calizar y extraer, si el paciente colabora y se dis-
pone de los medios necesarios para su extrac-
ción. Solo puede plantear problemas cuando es
invisible, por su localización, tamaño o por ha-
berse desprendido espontáneamente, en cuyos
casos se debe buscar de forma minuciosa el
cuerpo extraño o la herida, mediante faringosco-
pia, insistiendo sobre todo en la región amigda-
lina, fositas glosoepiglóticas y base de lengua.
Las complicaciones son poco frecuentes y gene-
ralmente se deben a la persistencia del cuerpo
extraño, con la aparición de un absceso local,
posterior migración y expulsión espontánea.
Hipofaringe
A este nivel los cuerpos extraños son muy varia-
dos. Cuando son pequeños y agudos su com-
portamiento suele igual que en la orofaringe, con
la particularidad que pueden perforar la mucosa
y pasar a los espacios parafaríngeos. Cuando
son grandes, de bordes irregulares y cortantes
(prótesis, trozos grandes de huesos, etc.) El do-
lor es importante y aumenta con la deglución,
provocando disfagia, incluso para la saliva.
El diagnóstico no suele presentar problemas a
excepción de los muy pequeños, sobre todo si
son radiotransparentes.
La extracción debe de ser cuidadosa y lo menos
traumática posible, por lo que a veces se preci-
sa hacer una endoscopia bajo anestesia gene-
ral. Tras la extracción, en aquellos enclavados,
es preciso valorar correctamente las lesiones que
se hayan podido producir, sobre todo, si existe
perforación franca. Lo normal es que tras la ex-
tracción la evolución sea favorable.
Dolor faríngeo
Si bien es vedad que el dolor faríngeo es un sín-
toma de patología banal en la mayoría de los
casos, a veces el dolor puede ser la única mani-
festación por la que el paciente solicita una visi-
ta médica e incluso de forma urgente.
Ante todo dolor de “garganta” que dure más de
15 días, sin ir acompañado de un proceso
faríngeo infeccioso y sobre todo si se acompaña
Urgencias faringo-laríngeas
237ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
de otalgia, disfagia y/o sensación de cuerpo ex-
traño con factores de riesgo (fumadores y bebe-
dores importantes), pueda existir patología
tumoral de la vía aerodigestiva superior. A la hora
de valorar y tratar a estos pacientes hemos de
considerar las siguientes posibilidades:
a. El dolor como revelador de la existencia de
un tumor, lo que requiere una exploración
minuciosa faringolaríngea,
b. El dolor revelador de una posible recidiva ante
un paciente oncológico que ya ha sido trata-
do correctamente de su tumor. En estos ca-
sos hemos de tener en cuenta todas las po-
sibilidades y hacer una exploración lo más
completa posible hasta encontrar la posible
causa del dolor.
c. El dolor como consecuencia de tratamiento
recibido, tanto quirúrgico como radioterápico.
Aunque hemos de aceptar esta posibilidad,
siempre hemos de descartar la posibilidad
de una recidiva.
No se ha de olvidar la posibilidad de que el dolor
faríngeo se deba a patología relacionada con el
reflujo gastroesofágico.
Urgencias laríngeas
Van a caracterizarse fundamentalmente por la
aparición de disnea, ya que la disnea es el sínto-
ma que más preocupa por traducir una dificul-
tad respiratoria con la posibilidad de complica-
ciones importantes. La disfonía a no ser que sea
de aparición brusca, no suele ser motivo de con-
sulta en los servicios de urgencia.
Ante un paciente que presenta disnea lo primero
que hemos de realizar es identificar a que nivel
se localiza la obstrucción. Todo proceso esteno-
sante laríngeo se manifestara por una disnea,
que presenta unas características que son comu-
nes a todas las disneas obstructivas superiores.
La estenosis leve a moderada suele ser asinto-
mática. En las lesiones glóticas puede haber li-
gera disfonía. Cuando sé sobreagregan infeccio-
nes o después de la endoscopia aparecen sínto-
mas, cuya severidad depende de la lesión origi-
nal y de la magnitud de la noxa.
Las disneas obstructivas superiores pueden pre-
sentarse con carácter agudo, en forma de un
acceso paroxístico extremadamente violento o
en forma crónica, progresiva de lenta instaura-
ción, adaptándose el paciente de forma sorpren-
dente al déficit de oxígeno, presentándose la dis-
nea sólo ante el esfuerzo. En formas avanzadas
el cuadro se manifiesta en reposos, y de noche
(con el sueño cesa la hiperactividad respiratoria
a demás de entrar en juego la musculatura vo-
luntaria que logra vencer la estenosis), en que el
paciente no puede conciliar el sueño y es presa
de agitación. O pueden haber causas mínimas
como secreciones, tos u otras que precipiten dis-
nea aguda.
Puede afirmarse que la disnea laríngea es más
grave y requiere un tratamiento más rápido y
energético en el niño que en el adulto, pues la
laringe infantil tiene una luz más estrecha, las
cuerda vocales (C.V.) son mas cortas, la glotis
es pequeña y no tolera las disminuciones de
calibre. Además, la laringe infantil está situada
a mayor altura, más vertical, y favorece el paso
de aire frío y las falsas rutas. La tendencia
espasmódica también es mayor en el niño.
El enfermo con disnea laríngea se suele presen-
tar agitado e intranquilo llegando incluso a to-
mar con sus manos la región cervical como indi-
cando el sitio del obstáculo.
Debemos pensar que una disnea es de origen
laríngeo cuando presenta los siguientes síntomas,
los cuales los dividiremos en:
Síntomas Principales
– Disnea de predominio inspiratorio. El alar-
gamiento del tiempo inspiratorio retarda el
ritmo respiratorio dando lugar a una
bradipnea. Cuando la estenosis progresa la
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espiración también se alarga y en consecuen-
cia se acentúa la bradipnea.
– Tiraje supraesternal y depresión de las par-
tes blandas del tórax. Es debido a que el
vacío pleural inspiratorio da lugar a que las
partes blandas son atraídas por el tórax en
lugar del aire que no puede penetrar por la
laringe.
– Descenso pronunciado de la laringe, sobre-
todo en el momento de la inspiración. Más
evidente en los adultos que en los niños.
– Estridor, huélfago o cornaje (ruido carac-
terístico que produce el aire al pasar por
la laringe estenosada) al principio inspirato-
rio y después, en los dos tiempos respira-
torios.
Síntomas complementarios
– Disfonía. Síntoma acompañante, aunque no
siempre presente. En las disneas de origen
traqueal la disfonía no se presenta excepto
en estados avanzados por lesiones recurren-
ciales que provocan parálisis en las C.V.
– Tos perruna, más propia de las afecciones
subglóticas.
– Retroflexión cefálica, como un intento de
alargar el diámetro anteroposterior laríngeo
y favorecer la entrada de aire.
– Ingurgitación de las yugulares y cianosis so-
bre todo facial y en las crisis agudas. Los
signos de hipoxemia suele ser tardíos y su
aparición va a depender de múltiples facto-
res como el contenido de oxígeno en la san-
gre arterial, la concentración de hemoglobi-
na, el gasto cardíaco, el flujo sanguíneo
tisular, la captación de oxígeno por los teji-
dos e incluso e las características especiales
de los tegumentos tales como color, espesor
e irrigación.
– Dilatación de las ventanas nasales e incluso
aleteo nasal.
– Pulso paradójico de Kussmaul, el pulso se
debilita y hasta desaparece en la inspiración.
– En los estados finales el paciente lo pode-
mos encontrar en estado de sopor y depre-
sión como consecuencia de la asfixia, sien-
do un dato de muy mal pronóstico, pues
puede presentarse en escasos segundos o
minutos una parada cardiorrespiratoria.
Diagnóstico diferencial de las disneas
laríngeas
Se ha de hacer fundamentalmente con:
– Disneas de origen cardiopulmonar. Los an-
tecedentes patológicos, la radiología y ex-
ploración nos facilitaran el diagnóstico.
– Disneas psicógenas. Se caracterizan por ser
suspirosas, no relacionadas con el esfuerzo
y sí con crisis emocionales.
– Disneas obstructivas supralaríngeas por obs-
táculo nasal, rino o bucofaríngeo. Hay me-
joría de la ventilación por la abertura de la
boca, de la tracción mandibular o de la base
de la lengua, junto a la situación del tiraje
alto submandibular. Típicas disneas suprala-
ríngeas son las crisis asfíxticas que durante
el sueño pueden presentar los enfermos con
SAOS.
– Disneas por obstrucción traqueal. Son las
que suelen presentar mayores problemas,
aunque la normalidad en la voz y la existen-
cia de tos en las de origen traqueal, junto a
la exploración clínica, radiológica e incluso
endoscópica suelen aclarar el problema.
Etiología de las disneas laríngeas
Malformaciones congénitas laríngeas
La importancia de la patología malformativa de
la laringe no lo es tanto por su frecuencia, que lo
son poco, sino fundamentalmente por la dificul-
tad diagnóstica que entrañan.
Estas malformaciones las podemos agrupar en
tres grandes capítulos:
Urgencias faringo-laríngeas
239ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
1. Alteraciones de la morfología laríngea entre
las que incluiremos:Las atresias laríngeas,
excepcionales y prácticamente incompatibles
con la vida.
Algunos casos de hendiduras laringoesofá-
gicas que proporcionan una comunicación
entre laringe y esófago han sobrevivido y lo
más característico en estos casos es la pre-
sencia de crisis de disnea y tos en el mo-
mento de la alimentación del niño.
Diafragmas congénitos, generalmente loca-
lizados en región glótica y sobre todo a nivel
anterior. Es preciso que estas membranas
sean importantes para que se presente la
disnea. Lo más común es que esta se pre-
sente cuando se asocia una enfermedad
intercurrente como puede ser un catarro agu-
do. La disfonía puede alcanzar diversos gra-
dos y en los casos poco intensos puede ser
el único síntoma.
La epiglotis bífida es una rara anomalía larín-
gea que puede cursar como una laringoma-
lacia, con estridor inspiratorio y obstrucción
de la vía respiratoria. Estos pacientes deben
de someterse a valoración endocrina debido
a la posibilidad de hipertiroidismo o anoma-
lías hipotalámicas.
Los quistes saculares laríngeos congénitos
son anomalías laríngeas poco comunes si-
milares en su desarrollo embrionario al
laringocele. Surgen de la estructura laríngea
vestigial conocida como sáculo. Están re-
pletos de moco espeso y por lo común no se
comunican con la luz laríngea.
Estenosis subglóticas que son las mas fre-
cuentes de este grupo y que pueden deberse
bien a una fibrosis submucosa, a una
hipoplasia del cartílago tiroides o bien a la
asociación de lesiones submucosas, mus-
culares y cartilaginosas. La sintomatología
puede presentarse bien en el momento del
nacimiento, o a las pocas semanas y gene-
ralmente se trata de un estridor inspiratorio
con cierto componente espiratorio a veces y
dependiendo de la importancia de la esteno-
sis se puede asociar o no disnea e incluso
presentar episodios de cianosis.
El hemangioma subglótico es una afección
vascular congénita, que se suele asociar en
un 50% de los casos con hemangiomas
cutáneos puede dar lugar a obstrucciones
mínimas de las vías respiratorias o grave con
riesgo de muerte, si no se diagnostican y
tratan adecuadamente. La evolución natu-
ral de estos tumores es similar al resto de
los hemangiomas, por lo que en los casos
en que la obstrucción de la vía respiratoria
es mínima, estará indicado en tratamiento
conservador sin intervención. Los casos vo-
luminosos, que producen obstrucción gra-
ve, requieren traqueotomía.
2. Alteraciones de la dinámica laríngea, desta-
cando: el estridor laríngeo congénito o
laringomalacia, es con mucho la más fre-
cuente anomalía laríngea del recién nacido.
La etiopatogenia, aunque es discutida, se
admite que se trataría de una alteración con-
génita de los cartílagos laríngeos, con un
fondo de raquitismo generalizado. Otros creen
que se trataría de una laxitud exagerada de
los ligamentos laríngeos que lleva aparejada
una excesiva movilidad de los diferentes
cartílagos, especialmente la epiglotis. Se ca-
racteriza por la aparición de un ruido inspira-
torio de tonalidad variable que generalmen-
te va en aumento hasta los 6 meses y va
disminuyendo progresivamente hasta los dos
años. En casos graves el estridor puede ser
muy intenso llegando a forzar la musculatu-
ra respiratoria suplementaria del recién na-
cido, con hundimiento de la región supra-
esternal, pudiendo presentarse a este cua-
dro de disnea cianosis y complicaciones res-
piratorias graves. A la exploración endoscó-
pica se observa como ciertas estructuras
laríngeas (sobre todo los aritenoides) son
aspiradas hacia la endolaringe en cada ins-
piración.
Recientemente se ha descrito una entidad
conocida como faringolaringomalacia des-
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
240 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
conocida. Es un trastorno que se ha obser-
vado en pacientes en que primeramente se
diagnostican de laringomalacia y que no evo-
lucionan bien por colapso supraglótico
completo durante la inspiración, sin acorta-
miento de los pliegues aritenoepiglóticos y
faringomalacia.
3. Enfermedad de Urbach Wiethe o lipoproteino-
sis cutáneo mucosa, que es una afección
hereditaria de transmisión autosómica
recesiva, que se suele presentar en el primer
año de la vida y que se caracteriza desde el
punto de vista anatomopatológico por una
infiltración tisular extracelular y lípidos y pro-
teínas que dan lesiones de aspecto vegetan-
te o verrugoso a nivel del cuero cabelludo,
codos, brazos rodillas, etc. Estas lesiones
también se pueden presentar en la laringe,
sobre todo a nivel de las cuerdas vocales
(75% de los casos), por lo que no solamen-
te pueden presentar disnea, sino también
disfonía. Los accidentes disneicos a veces
son importantes de forma que si no se ac-
túa de forma rápida pueden comprometer la
vida del enfermo. Junto a la afectación de la
mucosa laríngea se suele afectar también la
lengua, labios, paladar blando e incluso la
faringe. La biopsia de las lesiones laríngeas,
junto a la de las lesiones cutáneas permite
el diagnóstico.
Laringitis
La patología inflamatoria de la laringe puede pro-
ducir como síntomas principales de su disfun-
ción, disfonía y disnea. La intensidad de estos
síntomas vendrá determinada por la severidad y
etiología del proceso causal. Aunque las laringi-
tis suelen ser un proceso banal, en ocasiones
pueden presentar complicaciones graves, sobre
todo como consecuencia del edema e importan-
cia de la reducción de la luz laríngea.
Entre los procesos inflamatorios más importan-
tes de la laringe tenemos:
Laringitis aguda catarral del adulto
Es una patología frecuente, que puede ser un
cuadro primario de la mucosa laríngea o formar
parte de una inflamación generalizada y progre-
siva de la VRS. Suelen ser cuadros epidémicos,
producidos por virus, que se presentan preferen-
temente en épocas invernales.
Clínica. Los síntomas inicialmente son los de un
resfriado común, con disfonía. Puede existir tos
irritativa, en ocasiones perruna y de predominio
nocturno, no suele haber signos de obstrucción
laríngea (disnea). Puede aparecer una ligera
febrícula. Al principio las secreciones laríngeas
son escasas, y más tarde cuando se entra en la
fase exudativa las secreciones son abundantes
y viscosas con la expectoración hay mejoría de
la voz.
El diagnóstico nos lo dará la historia clínica (existe
disfonía pero no disnea) y la exploración de la
laringe con la laringoscopia indirecta donde se
aprecia una laringe enrojecida, tanto a nivel
glótico como supraglótico, pero sin existir com-
promiso alguno de la luz laríngea y buena mo-
vilidad de las cuerdas vocales. También puede
aparecer inflamada la mucosa faríngea y traqueal
vecina. Si aparece disnea generalmente es de-
bido a que existe patología asociada tanto de la
laringe como de tipo general sobre todo pul-
monar. Si existe fiebre es preciso descartar una
neumonía.
El tratamiento es sintomático, con reposo vo-
cal, antitusígenos, buena hidratación y descan-
so en ambiente caliente y húmedo. El paciente
debe abandonar los irritantes locales como el
tabaco. Si se asocia una sobreinfección bacteria-
na se pautaran antibióticos de amplio espectro,
en ocasiones asociados a corticoides.
Laringitis subglótica
Es la forma más frecuente de laringitis aguda en
los niños. Se presenta con mayor frecuencia en-
tre los dos y cinco años de edad y es más fre-
Urgencias faringo-laríngeas
241ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
cuente en los varones. Este tipo de laringitis ocu-
rre a lo largo de todo el año, pero los casos au-
mentan en las temporadas frías y húmedas y
sobre todo en la primavera, coincidiendo con la
polinización, ya que se puede acompañar de un
fondo alérgico. Las bacterias causales más fre-
cuentes son, el estreptococo
betahemolítico o viridans y el estafilococo dora-
do, aunque se pueden encontrar otros gérmenes.
La etiología viral, aunque hoy esta muy admiti-
da hemos de tener en cuenta que es difícil de
demostrar, no encontrándose un virus específi-
co, sino que los diferentes virus responsables de
epidemias pueden ser encontrados en las larin-
ges de estos enfermos.
Desde el punto de vista clínico hemos de tener
en cuenta que el síntoma primero y primordial
es la disnea, inspiratoria fundamentalmente, que
suele ser continua, aunque con crisis de agudi-
zación. Las crisis suelen presentarse de madru-
gada, como consecuencia del ciclo circardiano
esteroideo, ya que en ese momento es cuando
menos cantidad de corticoides suprarrenales
existen en sangre. Se suele asociar estridor, tos
y la voz suele ser normal o modificada de forma
variable cuando se afecte la glotis que suele ser
tardíamente. Como signo de gravedad puede
haber cianosis, irregularidades del ritmo cardiaco
y taquicardia. El aumento de la fiebre es un sig-
no de mal pronóstico.
El diagnóstico es fácil y debe de hacerse por la
clínica, sobre todo por la disnea. Hemos de te-
ner en cuenta que la laringoscopia refleja puede
ser poco útil para el diagnóstico, pues no siem-
pre se puede observar las alteraciones
subglóticas. La microlaringoscopia directa, aun-
que permite ver mejor la subglotis, puede agra-
var el cuadro por las maniobras de intubación.
Laringitis estridulosa
Descrita primeramente por Bretonneau, en 1826,
se caracteriza por un acceso de disnea laríngea,
de aparición brutal, generalmente nocturna, pa-
sajera, susceptible de reproducirse, evolucionan-
do siempre favorablemente, en un niño general-
mente de dos a seis años y portador de una
infección de vías respiratorias superiores. Estas
crisis suelen durar pocos minutos. Es frecuente
asociarse tos y un llanto disfónico, pero nunca
afónico. Esta escena se explica por un espasmo
laríngeo en un niño donde la sensibilidad a las
infecciones respiratorias es considerable. La exis-
tencia de vegetaciones adenoideas voluminosas
favorece la reacción laríngea. No se trata de un
espasmo puro, pues el examen laríngeo suele
mostrar un estado inflamatorio ligero de toda la
laringe.
Laringitis Supraglótica aguda
(epíglotitis aguda)
Es un cuadro que tiende a afectar generalmente
a los niños entre los 8 meses y los 6 años de
edad, pero que se observa con frecuencia en el
adulto, en los que al igual que en los niños pue-
de ser letal.
Está producida en el 90% de los casos por el
Hemophilus Influenzae del tipo B.
Clínica. El curso clínico es muy variable; parece
haber dos tipos de pacientes:
– Aquellos con compromiso respiratorio rápi-
damente progresivo que conduce a la muer-
te si no se recupera la vía aérea mediante
intervención.
– Otros pacientes presentan un curso más be-
nigno sin compromiso respiratorio y resolu-
ción de todos los signos y síntomas en algu-
nos días.
El cuadro suele cursar con disfagia y odinofagia
intensa y negativa a ingerir alimentos. Disnea pro-
gresiva con estridor inspiratorio. Los pacientes ge-
neralmente aparecen sentados en la cama. Fiebre
elevada. Voz gangosa (como si el paciente tuviera
una patata caliente en la boca). Puede aparecer
un deterioro importante del estado general.
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
242 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
El diagnóstico de sospecha nos lo dará la clíni-
ca. La laringoscopia es el procedimiento más
importante se reconoce un borde enormemente
engrosado, edematoso y enrojecido de la epiglo-
tis (color rojo cereza). Si no se puede efectuar la
laringoscopia, la radiografía lateral del cuello
muestra una tumefacción supraglótica
protuyendo en la vía aérea (Figura 2). También
solicitaremos un hemograma completo.
Deben hospitalizarse inmediatamente en la UCI
con monitorización y estar preparados para prac-
ticar una traqueotomía (muchos médicos abo-
gan por ella tan pronto se haga el diagnostico)
sin embargo siempre hay que tener en cuenta
las complicaciones de una traqueotomía practi-
cada urgentemente. Se le pautará al paciente
oxigenoterapia, reposo de voz y dieta absoluta,
corticoterapia por vía intravenosa para disminuir
el edema y antibioterapia por vía IV.
Siempre hay que tener en cuenta ante la duda si
es necesario o no realizar una vía aérea artificial
(intubación o traqueotomía) es preferible hacerla.
Laringitis por reflujo gastroesofágico
Como consecuencia de la acción de los jugos
gástricos sobre la mucosa laringea se produce
edema, hiperplasia e incluso hiperqueratosis.
Incluso pueden producirse ulceras y tejido de
granulación, sobre todo a nivel posterior de la
glotis. En el adulto la tos irritativa persistente es
frecuente.
La disfonía suele ser progresiva e intermitente. A
veces se pueden presentar episodios de apneas,
consecutivos a laringoespasmos. Algún caso de
muerte súbita es achacable a este mecanismo.
Laringitis específicas agudas
Son todos los procesos, inflamatorios o infec-
ciosos que cursan con un edema de la mucosa
laríngea. Tenemos las siguientes causas:
– Infecciosa: (Inf. Laríngea, absceso retrofarín-
geo. Absceso periamigdalino, angina de
Ludwig.
– No Infecciosa: Alérgica (alimentos, drogas),
edema angioneurótico hereditario, Traumá-
tica (cuerpos extraños, radioterapia, aspira-
ción de tóxicos).
– Sistémica (nefropatías, cardiopatías, cirrosis,
etc.).
– Neoplasias laríngeas o de vecindad que pro-
duzcan una obstrucción de la vena cava
superior.
Suelen comenzar con disfonía, afonía, disnea y
estridor. Puede presentar
Tiraje y cianosis. No suele existir tos ni dolor.
Suele ser de aparición brusca la clínica. A la
laringoscopia se verá un edema rojizo (inflama-
torio) o pálido si no es inflamatorio.
El edema alérgico responde a la administración
subcutánea de adrenalina a dosis de 0,2 ml. Al
1:1000/sbc, corticoides por vía IV y antihis-
tamínicos y líquidos por vía IV. Los corticoides
Figura 2.
Radiografía lateral
de cuello en la
que se observa
el engrosamiento
de la epiglotis
en un paciente
con una epiglotitis
Urgencias faringo-laríngeas
243ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
junto a la oxigenoterapia son los elementos prin-
cipales para el tratamiento de los edemas no
inflamatorios. Siempre hay que actuar sobre la
enfermedad de base.
Ante la aparición de signos clínicos que ponga
de manifiesto el compromiso de la vía aérea se
procederá actuar a realizar una vía aérea artifi-
cial (intubación endotraqueal o traqueotomía).
Espasmos laríngeos
Se trata de contracciones transitorias o durade-
ras, de parte o de la totalidad de la musculatu-
ra laríngea. Estos espasmos pueden ser prima-
rios sin causa local que los justifique o secun-
darios a procesos laríngeos de tipo inflamato-
rio, tumoral etc.
El laringoespasmo hay que considerarlo, sobre
todo el primario, como manifestación de la
tetania o espasmofilia. Son particularmente fre-
cuentes en la infancia, sobre todo en los niños
obesos y de constitución linfática. Normalmen-
te aparecen de forma brusca, mas frecuente-
mente en invierno, sin ningún proceso local o
general previo, aunque en ocasiones lo hace en
el curso de una afección gripal, adenoiditis,
amigdalitis, etc.
El cuadro clínico es alarmante: el enfermo pali-
dece y se instaura una disnea laríngea de grado
variable.
Edemas laríngeos
Los edemas laríngeos como causa de disnea
son más frecuentes en el niño que en el adulto.
Frecuentemente los edemas se localizan en los
aritenoides, repliegues aritenoepiglóticos, y re-
gión infraglótica, al existir en estas zonas un
corion laxo.
Los edemas laríngeos pueden ser de causa local
o general. Entre los primeros tenemos fundamen-
talmente los postraumáticos, tanto externos co-
mo ligados a maniobras instrumentales endo-
laríngeas, postirradiación y los que se presentan
tras la inhalación e ingestión de substancias
cáusticas y corrosivas. Los edemas tras trauma-
tismos laríngeos externos cuando se acompa-
ñan de hematomas o enfisema submucoso pue-
den tener una gravedad extrema, ya que la dis-
nea puede pasar desapercibida sobre todo en
sujetos politraumatizados en estado de coma y
agravarse en pocos minutos.
Los edemas laríngeos de causa general son poco
frecuentes. De forma excepcional algunas cardio-
patías, hepatopatías y nefropatías pueden ser
causa de edemas laríngeos.
El edema angioneurótico de Quicke puede, en
ocasiones, evolucionar con un edema laríngeo.
Suele ir precedido de edema de labios, lengua y
úvula. Las crisis se pueden desencadenar por
estrés, emociones, traumatismos, intervenciones
quirúrgicas o bien alérgenos exógenos o endó-
genos desconocidos.
Cuerpos extraños laríngeos
La inhalación de un cuerpo extraño es un acci-
dente grave que se presenta sobre todo en niños
menores de 5 años. Generalmente los cuerpos
extraños que se suelen localizar en la laringe son
los voluminosos que se detienen en el vestíbulo
laríngeo y que pueden producir la muerte pos
asfixia en pocos minutos o bien los finos y pun-
tiagudos que pueden quedar enclavados.
Traumatismos laríngeos
y secuelas
El gran numero de accidentes, sobre todo de cir-
culación, así como el creciente numero de enfer-
mos ingresados en las Unidades de Cuidados
Intensivos que precisan intubación laringo-tra-
queal y/o traqueotomía son motivo son motivo
de lesiones y secuelas que pueden ser causas de
disnea laríngea.
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
244 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Los traumatismos laríngeos pueden ser: a. abier-
tos, y b. cerrados. El tipo de lesiones producidas
en cada uno de ellos es variable y esta en relación
del agente causal. En los traumatismos abiertos
desde la herida limpia, producida en intentos de
autolisis, hasta la destrucción de los tejidos blan-
dos y fracturas conminutas de los cartílagos.
En los cerrados las lesiones pueden variar desde
las simples contusiones laríngeas hasta las
luxaciones y fracturas. La fijación aritenoidea bi-
lateral al igual que las parálisis bilaterales pue-
den producir estreches del área glótica. No son
infrecuentes la asociación de fijación articular
de un aritenoides y la fusión cicatricial entre
ambos que también produce disnea junto a
disfonía y fatiga vocal.
La disfonía y sobre todo la disnea, cuando se
presenta, pueden presentarse de forma inmediata
o aparecer al cabo de varias horas como conse-
cuencia de un edema, hematomas, enfisema
submucoso, subcutáneo o mediastinico o pará-
lisis recurrencial.
La inspección del cuello junto a la palpación y
laringoscopia indirecta, cuando sea posible, o la
fibroscopia flexible permitirá una valoración de
las lesiones. La TC pueden ayudar a confirmar
el diagnostico.
Poco frecuentes son las lesiones producidas por
las radiaciones ionizantes utilizadas sobre todo
en el tratamiento de neoplasias de laringe o zo-
nas limítrofes, quemaduras térmicas o quími-
cas, etc. Los pacientes sometidos a radiotera-
pia pueden presentar edemas laríngeos a veces
de difícil interpretación y en ocasiones pueden
enmascarar recidivas laríngeas.
Parálisis laríngeas
Para que la parálisis laríngea ocasionen disnea
han de ser bilaterales y que las cuerdas queden
en aproximación. Generalmente se deben a pará-
lisis de los nervios recurrentes por procesos
tumorales de tiroides, tráquea y esófago cervical
o bien por traumatismos accidentales o yatrogé-
nicos, sobre todo por cirugía de la glándula
tiroides. La disnea aumenta con el esfuerzo,
acompañándose habitualmente de estridor
inspiratorio evidente.
A la laringoscopia se observa una inmovilidad
de ambas cuerdas y una situación medial o
yuxtamedial de ambas. Se puede observar en
los casos antiguos atrofia de ambas cuerdas
vocales.
A veces, sobre todo al inicio, es difícil estableces
el diagnostico diferencial entre la parálisis y una
anquilosis cricoaritenoidea. Generalmente las
posibles etiologías, los signos inflamatorios de
la articulación ola manipulación del aritenoides
pueden ser determinantes.
Una afección poco frecuente, es la parálisis de
dilatadores o síndrome Gerhardt, que se carac-
teriza por una disnea laríngea, con voz conser-
vada. La etiopatogenia de este síndrome es poco
clara. La lesión nerviosa no puede estar a nivel
periférico, ya que van juntas las fibras constric-
toras con las dilatadoras, por lo que la lesión ha
de estar localizada a nivel central, en el núcleo
ambiguo. Probablemente sea de etiología vascu-
lar, existiendo pequeñas lesiones en determina-
dos puntos del bulbo raquídeo. Los núcleos
dilatadores se encuentran irrigados por un tron-
co vascular común con lo que ante cualquier
proceso arterioesclerótico, expansivo, etc., se
origina fácilmente la obstrucción del tronco
vascular con la consiguiente parálisis. Muchos
de estos casos son luéticos en la tercera etapa o
lúes vascular.
La característica clínica esencial es la disnea,
con fonación conservada; por tanto las cuerdas
en la línea media vibran, pero no se separan.
Además las cuerdas no están atróficas. La
estroboscopia confirma el movimiento normal
de las cuerdas durante la fonación.
La traqueotomía ha de ser permanente mientras
no se resuelva el problema, con los diferentes
métodos quirúrgicos.
Urgencias faringo-laríngeas
245ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Tumores laríngeos
La disnea es un síntoma importante en los tu-
mores laríngeos. Los tumores benignos, como
angiomas, condromas, leiomiomas, neurofibro-
mas, schwanomas e incluso los quistes y
laringoceles, suelen presentar disnea tardía. A la
disnea se suele asociar estridor e incluso altera-
ciones de la voz, a no ser que las lesiones se
localicen en la región subglótica. En los angiomas
subglóticos, a veces, la disnea se presenta des-
de el nacimiento. El diagnóstico suele ser fácil,
cuando se encuentran angiomas en otras regio-
nes y se practica la laringoscopia.
La papilomatosis laríngea, constituye la tumo-
ración laríngea benigna más frecuente en los ni-
ños. Puede presentarse a cualquier edad, aun-
que la incidencia es mayor entre los 2 y 4 años,
apareciendo el 80% de los casos antes de los
10 años. La localización más frecuente de los
papilomas es la laringe, sobre todo a nivel glotico.
Es consecuencia de la infección laríngea por el
virus del papiloma humano.
El síntoma inicial es la disfonía o un llanto débil
debido la invasión de la glotis por los papilomas.
Posteriormente puede presentarse la disnea, te-
niendo en cuenta que la disfunción respiratoria
aguda es rara.
El curso de la enfermedad es imprevisible, exis-
tiendo dos formas evolutivas:
– Una benigna, que se suele presentar sobre
todo en niños mayores de 5 años con afec-
tación glótica. Suelen responder bien a los
tratamientos microquirúrgicos (Figura 3).
– Una forma agresiva, que suele presentarse
en lactantes, con afectación subglótica e in-
cluso traqueal. Suelen recidivar, sin respon-
der a los tratamientos.
Los tumores malignos de laringe son unas de
las causas más frecuentes de disnea laríngea,
en sujetos adultos. La disnea va a presentarse
de forma distinta dependiendo de que su localiza-
ción inicial sea glótica, infraglótica o supraglótica.
En los tumores supraglóticos y glóticos la dis-
nea es un síntoma tardío de la enfermedad y se
debe al volumen tumoral. En el caso de los tu-
mores subglóticos la disnea suele ser el primer
síntoma de presentación, sobretodo cuando tar-
da en afectar a las cuerdas vocales.
Tratamiento
Actuaremos según la etiología, pero siempre he-
mos de estar preparados ya que en ocasiones
estos procesos pueden ser causa de un cuadro
de disnea importante que requiere un tratamien-
to sintomático, con carácter urgente, para com-
batir la asfixia lo que obliga a tomar una deci-
sión inmediata para procurar mantener
permeable la via respiratoria por lo que en oca-
siones hemos de recurrir bien a la intubación o
traqueotomía.
Este tratamiento puede ser:
Tratamiento conservador, fundamentalmente por
medio de la oxigenoterapia, bien en tienda, más-
caras faciales o cánulas nasales, con lo que pre-
tendemos aumentar el contenido de oxígeno en
la sangre arterial elevando la concentración de
oxígeno en el aire inspirado y que debe ser
dosificada y controlada adecuadamente.
También puede ser útil la administración de
corticoesteroides, por vía parenteral, ya que con
ello disminuimos el componente edematoso
laríngeo presente en mayor o menor grado.
Este tratamiento conservador se debe de hacer
en régimen hospitalario y estando preparados
para actuar en el caso de que la evolución de la
disnea no sea favorable.
Tratamiento activo, mediante la intubación o la
traqueotomía. La traqueotomía tiene su indica-
ción fundamental en todos los procesos esteno-
santes laríngeos, de forma que integran lo que pu-
diéramos llamar indicaciones clásicas. No obstante
podremos utilizar también la intubación traqueal.
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
246 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Durante muchos años se ha pretendido poner
en rivalidad la traqueotomía y la intubación.
Nosotros creemos que las ventajas e inconve-
nientes de cada método están equilibrados y lo
que debemos de hacer es en cada caso de dis-
nea laríngea es valorar las ventajas e inconve-
nientes y decidimos por lo que mejor creamos.
También hemos de valorar los cuidados poste-
riores, pues es evidente que si la disnea se pre-
senta en un enfermo atendido en una Unidad de
Cuidados Intensivos la decisión será a favor de
la intubación, mientras si ello no ocurre en otros
ambientes, se practicará la traqueotomía, siem-
pre y cuando no exista contraindicación para
realizarlas. En todo momento si nos decidimos
por la intubación hemos de valorar cuidadosa-
mente los criterios anatomoclinicos de intubación
difícil. En general en todas las causas de disnea
laríngea, en que pueda existir un problema de
espacio, puede presentarse al menos una difi-
cultad en la intubación laríngea, cuando no una
contraindicación, por lo que casi siempre en las
disneas laríngeas se prefiere la traqueotomía.
Además si añadimos que la intubación, sobre
todo si se prevé que va a ser prolongada, puede
lesionar aun más las estructuras laríngeas, se
comprenderá que exista indicación de realizar
traqueotomía, la cual soslaya la región laríngea
alterada por los diferentes procesos patológicos
causante de la disnea.
En cuanto al momento de practicar la traqueoto-
mía, no existe una norma definida sobre cuan-
do se debe de llevar a cabo. Hemos de tener en
cuenta que aquí no vamos a tratar aquellos ca-
sos de traqueotomías practicadas como trata-
miento previo a otra intervención, sin que exista
una verdadera urgencia respiratoria o aquellos
casos en que la urgencia respiratoria ha sido re-
suelta, al menos en parte, mediante la intubación
y que por diferentes motivos tenemos que prac-
ticar la traqueotomía, sino aquellos casos de
urgencia respiratoria laríngea en que el enfermo
no puede o debe ser intubado en virtud de las
características propias de la afección patológica
responsable de la estenosis laríngea. Dentro de
la patología laríngea con un cuadro de disnea ni
que decir tiene que existen grados. Muchos ca-
sos discretos, podrán tratarse con métodos con-
servadores, pero en otros casos se nos plantea
el problema de hasta cuando debemos o pode-
mos esperar sin comprometer la vida del enfer-
mo. Creemos que ante un cuadro de la naturale-
za de la obstrucción laríngea es preferible pecar
de exceso de cautela. Es evidente que en mu-
chos casos, ante la gravedad del enfermo la de-
cisión no ofrece duda, pero en otros puede re-
sultar difícil la decisión de realizar o no la
traqueotomía y en estos casos de duda y si des-
pués del tratamiento médico oportuno el enfer-
mo no mejora es preferible decidirse por realizar
la traqueotomía, pues de lo contrario es posible
que en más de una ocasión la espera sea peligro-
sa y fallezca el paciente, o al menos tengamos
que realizar la traqueotomía a la desesperada.
Tipos y técnicas de traqueotomía
Se ha dicho que la traqueotomía era un tipo de
intervención que podría ser realizada por no im-
Figura 3.
Papiloma localizado
Urgencias faringo-laríngeas
247ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
porta quien, no importa donde y no importa con
que. Esto que podríamos decir que era un con-
cepto útil hasta hace 40 años, cuando se reali-
zaban las traqueotomías heroicas de extrema
urgencia en niños diftéricos, hoy no hemos de
aceptarlo, ya que las indicaciones actuales de la
traqueotomía de urgencia son muy limitadas.
Para evitar las secuelas y complicaciones es pre-
ciso la realización de una técnica depurada y
rigurosa, aún en los casos de extrema urgencia.
A continuación describiremos los siguientes ti-
pos de traqueotomía:
Traqueotomía de extrema urgencia
En ocasiones se pueden presentar casos de
disneas laríngeas en que la urgencia de la
traqueotomía es extrema, disponiendo de solo
unos minutos o segundos para su realización,
de forma que ha veces hemos de realizarla en
ambiente no quirúrgico. En estos casos dispo-
nemos de tres alternativas:
Los traqueostomos. Son instrumentos constitui-
dos por un trocar que permiten penetrar en la
tráquea o laringe, generalmente a nivel intercri-
cotiroideo, a través del cual se puede introducir
un catéter con el que podemos aportar oxígeno
durante algún tiempo, lo que permite realizar una
traqueotomía reglada o una intubación poste-
riormente sin poner en peligro la vida del enfer-
mo. Uno de los traqueostomos más utilizados
es el trócar-catéter traqueal de Flotes y el de
Shelden, permitiendo este último la colocación
de una cánula metálica. Estos instrumentos son
utilizados sobre todo en algunos ambientes por
anestesistas-reanimadores.
Laringotomía intercricotiroidea
Se produce un abordaje directo en la luz laríngea
a través de la membrana intercricotiroidea. Aun-
que hemos de reconocer que a este nivel la colo-
cación de una cánula resulta relativamente fá-
cil, hemos de tener en cuenta que puede dejar
como secuela una estenosis subglótica secun-
daria de difícil solución. Nosotros creemos que
solo muy excepcionalmente puede estar justifi-
cada su utilización.
Traqueotomía de emergencia
o heroica
Es la que nosotros creemos es más útil y prácti-
ca. Todos hemos practicado traqueotomías a
enfermos disneicos que hacen paradas respira-
torias y es imposible una intubación. La técnica
que nosotros utilizamos tiene un fundamento
parecido a la traqueotomía expeditiva de Brocq.
Resulta sencilla siempre que se conozca la ana-
tomía laringo-traqueal y cervical y solo es nece-
sario un bisturí con hoja del nº24, una cánula
con manguito y un aspirador.
Se identifica y mantiene la tráquea entre los de-
dos índice y pulgar de la mano izquierda y se
toma el bisturí con la derecha apoyado por el
dedo índice. De un golpe se secciona la piel, es-
tructuras pretraqueales, así como la tráquea, lo
cual se nota perfectamente por la resistencia que
ofrece. A la vez que se secciona la tráquea, se
introduce el dedo índice y se suelta el bisturí.
Con la mano izquierda introducimos la cánula a
la vez que sacamos el índice derecho del
traqueostomo. Una vez que se introduce la cá-
nula se insufla el manguito, con lo que evitamos
la entrada de sangre, que hasta entonces se ha
procurado aspiraría con el terminar de aspira-
ción. Una vez solucionado el problema
ventilatorio pulmonar podemos hacer tranquila-
mente la hemostasia de los vasos lesionados,
que normalmente suelen ser las venas subcutá-
neas y sobre todo el istmo del tiroides y algunos
de los vasos tiroideos superiores o inferiores y
más frecuentemente algunas de sus anastomo-
sis e incluso las yugulares anteriores.
Con esta técnica podemos tener solucionado el
problema respiratorio en sólo 15 ó 20 segundos.
Como es natural la anestesia y asepsia pasan a
un segundo plano, máxime que el enfermo esta
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
248 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
inconsciente cuando tenemos necesidad de uti-
lizar esta técnica.
Traqueotomía reglada
Siempre que se pueda es la que se debe de rea-
lizar y si es posible, en un quirófano. De no ser
posible, situación que ocurre sobre todo en en-
fermos ingresados en las Unidades de Cuidados
Intensivos, se debe de disponer de una buena
iluminación y del instrumental y material necesa-
rios para resolver todos los problemas que se nos
puedan presentar durante el acto quirúrgico.
Siempre que sea posible se debe de realizar bajo
anestesia general e intubación, pero si ello no es
posible y hay que haberla bajo anestesia local
se debe de utilizar una medicación tranquilizan-
te, pero sin efectos depresores respiratorios, así
como la colocación de una perfusión venosa.
El enfermo lo colocamos en decúbito supino, con
la cabeza en hiperextensión siempre que la dis-
nea no lo impida, en cuyo caso se colocará en
posición semisentado.
La incisión clásica vertical, se extiende desde el
borde inferior del cartílago tiroides al borde su-
perior de la horquilla esternal. Su longitud estará
en función de las características del cuello del
sujeto: más corta en los enfermos delgados que
en los obesos, en los que la identificación de la
tráquea resulta más difícil. También se puede
utilizar la incisión vertical, que si bien puede de-
jar una cicatriz mas estética, sin embargo puede
plantear mayores dificultades.
Incisión de la aponeurosis superficial y tejido
celular graso procurando realizar una hemostasia
cuidadosa.
Incisión del plano muscular (esternocleidohioideo
y esternotiroideo) estrictamente sobre la línea
media a lo largo de la línea blanca. Se separa
con separadores de Farabeuf y se llega al istmo
del tiroides, el cual aunque se puede desplazar
hacia abajo, nosotros preferimos en la mayoría
de las ocasiones su ligadura y sección, tras su
aislamiento y pinzamiento, con lo que tendre-
mos el plano traqueal a la vista.
En cuanto a la abertura traqueal nosotros so-
mos partidarios de realizarla entre el 2º y 3º
anillos, practicando dos pequeñas incisiones la-
terales que nos permita introducir perfectamen-
te la cánula, tras suturar esta parte de tráquea a
la piel, con lo que evitaremos todos los proble-
mas que se pueden presentar con la salida acci-
dental de la cánula, pues se crea una vía siem-
pre expedita para la respiración y recolocación
de la cánula, aparte de que disminuyen las posi-
bilidades de aparición de enfisema subcutáneo.
La sutura la realizamos con material reabsor-
bible, con lo que se evita tener que retirar los
puntos.
Cuidados postoperatorios
Fundamentalmente son los siguientes:
1. Aspiración de las secreciones traqueobron-
quiales, procurando realizarlas con sondas
estériles que no sean traumáticas. A veces
cuando las secreciones bronquiales son de-
masiado espesas es necesario administrar
algún fluidifacante en forma de instilaciones
o aerosoles.
2. Humidificación del aire inspirado, pues al
suprimirse la humidificación de la mucosa
nasal y faríngea, las secreciones bronquia-
les se pueden espesar formándose costras.
En el caso de que haya que administrar oxí-
geno debe de ser administrado tras su paso
por un frasco humidificador.
3. Limpieza de la cánula. La interna debe de
ser limpiada tantas veces como sea preciso,
pues de lo contrario las secreciones se pue-
den acumular y obstruir la cánula. Cuando
se utilizan cánulas de baloncillo hemos de
procurar que este tenga la presión correcta,
pues si la presión es excesiva se puede pro-
ducir necrosis de la mucosa traqueal, con lo
peligros que ello puede ocasionar.
Urgencias faringo-laríngeas
249ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
Complicaciones de la traqueotomía
Las complicaciones de la traqueotomía son muy
variadas y su conocimiento permite por una parte
evitarías y por otra diagnosticarías y realizar el
tratamiento oportuno precozmente.
Para su mejor estudio, vamos a dividirlas en:
– Preoperatorias
– Postoperatorias
Preoperatorias
Sólo admitimos que puedan presentarse en las
traqueotomías de extrema urgencia, pero no en
la reglada, que normalmente se hace con la co-
laboración del anestesista-reanimador, se pue-
da o no intubar al enfermo. En el caso de
traqueotomía reglada, se podrán presentar difi-
cultades de mayor o menor importancia, pero
no complicaciones. Entre estas complicaciones
tenemos:
1. Hemorragias. Es una complicación frecuen-
te en el caso de traqueotomía de extrema
urgencia, por lo que hemos de contar con
ello para solucionaría lo antes posible. En la
traqueotomía reglada, la hemorragia no debe
presentarse, ya que la hemostasia deberá
realizarse progresivamente, plano por plano
y abrir la tráquea con un campo exangüe.
2. Muerte súbita. Se puede presentar, bien en
el momento de la incisión traqueal y pene-
tración del aire en la tráquea, bien en el
momento de la introducción de la cánula o
en el curso de una aspiración. Se compren-
derá que esta complicación no debe presen-
tarse cuando se realice la traqueotomía en
enfermos intubados y bajo el control del
anestesista-reanimador, ya que en el momen-
to de la apertura de la tráquea se pueden
administrar anestésicos intravenosos, evitan-
do los depresores del centro respiratorio. En
el caso de realizar la intervención con anes-
tesia local es muy útil aparte de infiltrar bien
el plano pretraqueal, inyectar 1 ó 2 cc de
anestesia tópica en tráquea, unos segundos
antes de abrirla.
3. Lesiones de los cartílagos laríngeos. Lo más
frecuente es la del cricoides y no suele oca-
sionar problemas, a no ser que sea muy ex-
tensa o bien se produzca secundariamente
una condritis o pericondritis.
4. Lesiones recurrenciales y del esófago. Son
accidentes que solo ponen de manifiesto la
ignorancia del cirujano y que no están justi-
ficados ni aún en los casos de traqueotomías
en enfermos con malposición de tráquea,
tumor tiroideo, traqueomalacia, etc.
Postoperatorias
Son las complicaciones más numerosas y fre-
cuentes. Solo trataremos aquellas que pueden
presentar problemas de Urgencia, tales como:
1. Hemorragias secundarias. Estas hemorra-
gias, que en muchas ocasiones se presen-
tan por fallo técnico en la intervención o co-
locación de la cánula, se evitan con una
hemostasia correcta y control de la cánula,
evitando lesiones de decúbito.
2. Enfisema. Dentro de estas complicaciones
es sobre todo frecuente el enfisema subcutá-
neo del cuello, cara y parte superior del tó-
rax. No suele ser grave a no ser que se pro-
duzca una ruptura de la pleura mediastínica,
que podría dar lugar a un neumotórax. Aun-
que excepcionalmente se puede producir un
neumomediastino, que se diagnostica fácil-
mente mediante una radiografía de tórax y
si se hace un tratamiento correcto suelen
evolucionar favorablemente, de lo contrario
puede terminar en una mediastinitis. Cuan-
do se presente el enfisema subcutáneo he-
mos de actuar inmediatamente:
- Colocando una cánula con neumota-
ponamiento e insuflarlo debidamente, para
evitar el paso de aire entre la pared tra-
queal y la cánula.
JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez
250 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
- Reabrir la sutura cutánea para facilitar la
salida de aire.
3. Atelectasia. Generalmente es debida a la obs-
trucción de un bronquio bien por un coágulo
de sangre o secreciones demasiado espesas,
o bien por una cánula excesivamente larga
colocada sobre un bronquio generalmente el
derecho, con lo que al insuflar el manguito
se evita la ventilación del otro pulmón, tras
lo cual se reabsorbe rápidamente el aire
alveolar y con ello se produce el colapso del
tejido pulmonar.
4. Obstrucción de la cánula. Cuando los cui-
dados postoperatorios no suelen ser los ade-
cuados, es posible que las secreciones bron-
quiales excesivamente espesas, así como
pequeños coágulos de sangre se acumulen
en la luz de la cánula, e incluso inmediata-
mente por debajo de ella, produciendo su
oclusión y dando lugar a la producción de
un cuadro asfíctico importante. Esto se evi-
ta mediante la aspiración cuidadosa y pe-
riódica, así como la limpieza de la cánula
interna, tantas veces como sea necesario.
Es útil la utilización de fluidificantes y situar al
enfermo en un ambiente húmedo. También
existe la posibilidad de obstrucción de la cá-
nula por un defecto del baloncillo, que al
insuflarlo se produzca una hernia importante
del mismo y ocluya total o parcialmente el
extremo distal de la cánula. El diagnóstico
solo es fácil si se piensa en esta posibilidad.
5. Ulceras traqueobronquiales. Pueden ser pro-
vocadas por una cánula inadecuada o una
situación incorrecta de ella, por la acción
irritativa de la sonda de aspiración, etc. A
veces pueden ocasionar problemas graves,
como puede ser hemorragias de difícil trata-
miento. En otras ocasiones es el estadio ini-
cial de una estenosis traqueal.
6. Fístulas traqueoesofágicas. Se han descrito
algunos casos aislados bien como consecuen-
cia de una herida operatoria de la pared pos-
terior de la tráquea que llegue hasta la luz
esofágica, bien por un mecanismo compresi-
vo del neumotaponamiento. Generalmente si
no existe una infección añadida, no presenta
problemas y suele cerrar espontáneamente.
7. Traqueomalacias. Este proceso puede origi-
nar un colapso de la tráquea en un sector
más o menos amplio de ella y por consiguien-
te la dificultad respiratoria. En los portado-
res de cánula, la lesión se desencadena por
la presión constante de ésta sobre la cara
interna de los anillos traqueales, desvitali-
zándolos, con lo que el anillo traqueal tien-
de a cerrarse y asfixiar al enfermo.
8. Situación incorrecta de la cánula. Lo más
frecuente es la colocación de la cánula en el
tejido celular peritraqueal, bien desde el mis-
mo acto operatorio, error inadmisible, o lo
que es más habitual, una salida posterior
de la cánula del orificio traqueal. Esto últi-
mo se presenta, sobre todo, en sujetos obe-
sos, con cuello corto, en los que la cánula
suele quedar poco introducida en la tráquea
y ante un golpe de tos, movimientos intem-
pestivos, etc. salirse y alojarse en la región
pretraqueal. Puede presentarse un cuadro
asfíctico que puede comprometer la vida del
enfermo. Esta complicación se puede preve-
nir realizando la sutura de los bordes de la
incisión cutánea a los de la tráquea.
Otras complicaciones, tales como traqueobron-
quitis secas, cicatrices viciosas, etc., tienen me-
nos importancia en cuanto a los problemas de
urgencia, que pueden presentarse.
Decanulación
Cuando los motivos que obligaron a la traqueoto-
mía desaparecen se nos plantea realizar la
decanulación. La decanulación no suele presen-
tar problemas en los adultos, pues si el enfermo
soporta la cánula, generalmente la fenestra, tapa-
da más de 24 horas, tras la realización de incluso
de esfuerzos, el sujeto lo podemos decanular. Sin
embargo en el niño, sobre todo si la traqueotomía
ha permanecido durante varias semanas o me-
Urgencias faringo-laríngeas
251ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
ses, el problema de dependencia puede hacer difí-
cil la decanulación.
Las dificultades de decanulación, pueden reve-
lar un proceso mecánico obstructivo, tales como:
– No haber curado completamente la causa
que indicó la traqueotomía.
– Un granuloma o espolón traqueal supra-
canalicular.
– Una traqueomalacia.
– Una anquilosis crico-aritenoidea.
– Una estenosis traqueal, etc.
Otras veces no se encuentra ninguna lesión or-
gánica en el sector laringotraqueal y la dificultad
de decanulación se debe a causas psíquicas, en
ocasiones más difícil de solucionar que las or-
gánicas. Este hecho se da con más frecuencia
en los niños y en enfermos con retraso mental.
También disponemos de tratamientos quirúrgicos
encaminados a restablecer la vía aérea como:
Métodos endoscópicos. Dilataciones mediante
bujías, microcirugía para la exéresis de los
granulomas, resecciones parciales de la cuerda
vocal con láser endoscópico.
Métodos por vía externa. Aritenopexia (es la fija-
ción del cartílago aritenoides al ala tiroidea, se-
parándolo de la línea media). Aritenoidectomía
(resección del aritenoides por vía endoscópica o
por tirotomía). Intervención de Rethi. Resección
cricotraqueal.
También se debe pensar en procesos patológi-
cos sistémicos que pueden originar obstrucción
local en la laringe y vía aérea superior ej:
policondritis recidivante, artritis cricoaritenoidea
por artritis reumatoidea, LED, gota, Sd. Reiter y
granulomatosis de Wegener, etc.
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Urgencias faringolaringeas

  • 1. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 228 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Original Resumen En este artículo exponemos aquellas causas más fre- cuentes de consulta en una unidad de urgencias de otorrinolaringología por patología faríngea y laríngea. Palabras clave: Urgencias. Faringe. Laringe. Patolo- gía faringo-laríngea. Summary We’ve make a summary of all the pharyngeal and laryngeal pathology that have the patients that come to the otolaryngology emergency room. Key words: Emergency. Pharynx. Larynx. Pharyngo- laryngeal pathology Introducción Las urgencias relacionadas con la patología de la faringe y la laringe son frecuentes en un servi- cio de Otorrinolaringología. En ocasiones pue- den poner en peligro la vida del paciente por lo que el diagnóstico y tratamiento deben ser rápi- dos. La causa más frecuente de consulta urgen- te por patología faringe son las amigdalitis y la odinofagia y la disnea en los casos de patología laríngea. Urgencias faríngeas Sólo estudiaremos los procesos que con más frecuencia son motivo de ser atendidos en los servicios de urgencia: faringoamigdalitis agudas, Juan L. Quesada Juan Lorente Daniel López Marta Pérez Hospital General Universitario Valle Hebrón. UAB Servicio de Otorrinolaringología Barcelona Urgencias faringo-laríngeas las adenoiditis, las amigdalitis lingual aguda, las celulitis y abscesos periamigdalinos, los absce- sos para y retrofaríngeos, hemorragias, neural- gias, traumatismos y cuerpos extraños faríngeos. Por ultimo estudiaremos el dolor de faringe como revelador de un proceso neoplásico faringo- laríngeo. Faringoamigdalitis agudas Son las infecciones de la mucosa faríngea y del tejido amigdalino. Es una patología muy frecuente y entre las agudas más importantes tenemos: Faringoamigdalitis vírica Representan casi el 50% de las infecciones farin- goamigdalinas. Los virus más frecuentemente im- plicados con los adenovirus. Además de la odinofagia, presentan tos, rinorrea acuosa y estornudos junto a fiebre no muy ele- vada. El tratamiento es sintomático. Faringoamigdalitis bacteriana Esta producida sobre todo por el estreptococo hemolítico del grupo A. Predomina en la infancia (5 a 8 años), cursa con disfagia, otalgia refleja, odinofagia, mal es- tado general y fiebre alta. A la exploración se ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Correspondencia: Juan L. Quesada Hospital General Universitario Valle Hebrón. Servicio de Otorrinolaringología Pg. Vall d’Hebron, 119-129 08035 Barcelona 229ORL-DIPS 2001;28(5):229-252
  • 2. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 230 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 observan unas amígdalas hiperémicas, recubier- tas por un exudado blanquecino (Figura 1). Fre- cuentemente los pilares amigdalinos y la úvula presentan un aspecto edematoso y congestivo. Se acompañan de adenopatías laterocervicales inflamatorias. El diagnóstico lo tendremos por la clínica y la exploración orofaríngea. Tratamiento: antibióticos (penicilina, eritromicina, clindamicina, etc.), analgésicos y antitérmicos, buena hidratación y gargarismos con antisépti- cos bucales. Mononucleosis infecciosa Cuadro clínico producido por el virus de Ebstein- Barr. Es un proceso que afecta principalmente a adultos jóvenes. Se caracteriza por un dolor faríngeo con enroje- cimiento faríngeo, hipertrofia amigdalar y adenopatías generalizadas. A veces hepatoesple- nomegalia. En el hemograma se observa una leucocitosis con linfocitosis y con linfocitos atípicos. El diagnóstico se basa fundamentalmente aparte de la clínica en la valoración en sangre periférica de anticuerpos heterófilos frente VEB (test de Paul- Bunnel), aunque también pode- mos determinar los títulos específicos de IgG e IgM. El tratamiento es sintomático con analgésicos y antitérmicos. La utilización de paracetamol y gargarismos con suero fisiológico alivian la sintomatología. Reposo en cama durante la fase aguda, prolongándose en los casos con afecta- ción hepática. Adenoiditis agudas Frecuentes en los niños hasta los 6 años, sien- do excepcionales en el adulto por la regresión fisiológica de la amígdala faríngea. La infección puede ser bien por virus (rinovirus, coranovirus, adenovirus) o bacterias (neumococo, estreptococo, H. Influenza). Se puede presentar, fundamentalmente, en dos formas clínicas: – Forma catarral, vírica, en la que tras un cua- dro febril poco importante y cuadro general poco afectado aparece secreción nasal an- terior y posterior. – Forma purulenta. Bacteriana primaria o se- cundaria por sobreinfección de la forma catarral. La afección general y cuadro febril suele ser importante y la rinorrea se hace pronto francamente purulenta. En ambas formas puede haber una obstrucción nasal importante no solo consecuencia de la rinorrea y afectación de la mucosa nasal, sino sobre todo por la hipertrofia del tejido adenoideo, no siendo raro que el niño presente respiración bucal y ronquidos nocturnos. Junto a esta sintomatología pueden presentarse afección de los órganos vecinos sobre todo rinitis, otitis media secretoria y sinusitis. La inhalación de secreciones rinofaringeas puede provocar una laringotraqueobronquitis. Es frecuente la existen- cia de adenopatias cervicales. El tratamiento es similar al que se hace en la amigdalitis aguda. Pueden ser útiles los descon- Figura 1. Exploración de la cavidad oral en la que se observa una amigdalitis aguda
  • 3. Urgencias faringo-laríngeas 231ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 gestionantes nasales u antihistaminicos. La adenoiditis no complicada suele resolverse al poco tiempo. Solo se administran antibióticos para las infecciones bacterianas. Cuando exista hipertrofia adenoidea será conveniente realizar tratamiento quirúrgico. Amigdalitis lingual Aparece casi de forma exclusiva en adultos amigdalectomizados. Puede presentarse de for- ma aislada o acompañarse de un cuadro de afectación general del anillo linfático de Waldeyer. Cursa con odinofagia, otalgia refleja, sialorrea, fiebre elevada con voz de ocupación y a veces trismus. El diagnóstico nos lo da la laringoscopia indirec- ta (hipertrofia de amígdalas linguales con pla- cas pultáceas) junto con la clínica. Tratamiento: el mismo que el resto de amigdalitis. Celulitis y abscesos periamigdalinos Se trata de una infección aguda localizada en el espacio periamigdalar y suele ser consecuencia de una amigdalitis aguda. Se puede dar a cualquier edad, siendo rara en los niños y más frecuente en los adultos jóve- nes. Aunque generalmente se debe a estreptoco- cos betahemolíticos del grupo A, también pue- den estar causados por anaerobios, como los bacteroides y las fusobacterias. Clínicamente se caracterizan porque en el curso de una amigdalitis aguda, aparece odinofagia y disfagia intensa, otalgia refleja, mal estado ge- neral y fiebre elevada, trismus, voz gangosa con sialorrea. A la exploración se aprecia un abombamiento unilateral de la amígdala hacia la línea media con el consiguiente desplazamiento de la úvula hacia el lado sano. La palpación de los ganglios linfáticos de la región mandibular suele ser do- lorosa. El hemograma demuestra una leucocitosis im- portante con aumento de polinucleares. Aunque las complicaciones son raras, existe la posibilidad de diseminación a espacios parafarín- geos con lesión de las estructuras vasculares, sobre todo tromboflebitis de la yugular interna y sepsis. Excepcionalmente la diseminación se pue- de hacer al espacio retrofaríngeo y mediastino. El enfermo debe ser valorado adecuadamente a la hora de indicar el tratamiento. En algunos casos puede ser útil la TC, sobre todo en aque- llos casos de un cuadro clínico poco claro, ya que no hemos de olvidar de hacer un diagnosti- co diferencial con tumores y masas parafarín- geas, cuando estas se asocian a hiperhemia faringea e inflamación. El tratamiento puede ser: – Conservador: antibiótico (útil amoxicilina- clavulánico), analgésicos y antitérmicos. – Quirúrgico: incisión y drenaje del absceso bajo anestesia local. Puede ser útil identifi- car el absceso mediante la punción-aspira- ción con una aguja de cierto calibre, que permita el paso del exudado purulento. Se puede plantear al paciente la necesidad de una amigdalectomía. Absceso parafaríngeo Patología poco frecuente, suele deberse a la com- plicación de un absceso periamigdalino, aunque en ocasiones son idiopáticos. El absceso se si- túa lateralmente al músculo constrictor superior de la faringe y cerca de la carótida. Junto a la sintomatología general propia de un absceso, existe una sintomatología faríngea, con tortícolis y tumefacción dolorosa en el ángulo de la mandíbula.
  • 4. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 232 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 La exploración faríngea resulta muchas veces anodina, aunque puede existir una protrusión masiva de toda la pared lateral de la faringe. El diagnóstico no plantea problemas, aunque es conveniente la realización de una TC con el fin de precisar la extensión y localización. El tratamiento será la administración de antibió- ticos por vía parenteral. Si la evolución no es favorable se pueden realizar el drenaje del mis- mo a través de la faringe o por vía cervical. Absceso retrofaríngeo Es un cuadro raro y se presenta sobre todo en los lactantes y niños <2 años. Se trata de un adenoflemón de los ganglios retrofaríngeos de Gillette, como consecuencia, generalmente, de una adenoiditis. Los síntomas más importantes son, además del cuadro febril, una odinofagia acentuada que pue- de comprometer la alimentación del niño, e in- cluso estridor y disnea por obstrucción de la vía respiratoria. El diagnóstico se hace por la clínica y explora- ción faríngea. El ensanchamiento del espacio prevertebral puede demostrarse mediante radio- grafías laterales de cuello o mejor con una TC. El tratamiento obliga a la incisión y drenaje del absceso, procurando aspirar el exudado para evitar una broncoaspiración. Además, es ne- cesaria la administración de penicilina o el an- tibiótico más apropiado, tras la identificación del germen en el antibiograma del material drenado. Hemorragias faríngeas Son rarísimas y en líneas generales benignas a excepción de las debidas a neoplasias cuando afecta a un vaso importante o las quirúrgicas, sobre todo tras una amigdalectomía y/o adenoi- dectomía. Su etiología puede ser muy variable: Esenciales, en las que no se encuentra la zona hemorrágica. En ocasiones se observan peque- ñas varices en la base de lengua. Debidas a alteraciones de la hemostasia, aso- ciadas a veces a pequeños traumatismos. Tumores benignos, tales como angiomas y el angiofibroma nasofaríngeo, que si bien general- mente da lugar a epistaxis, en ocasiones puede ser causa de hemorragias faríngeas. Tumores malignos, que a veces pueden provo- car hemorragias graves, sobre todo si afectan a vasos importantes. Complicaciones de una amigdalectomía y adenoidectomía, que pueden generalmente ser precoces antes de las primeras 24 horas después de la operación y que se suelen deber, bien a ha- ber dejado algún resto amigdalar, a hemostasia intraoperatoria insuficiente o a una alteración de la coagulación por enfermedades sistémicas que pasan desapercibidas a las analíticas de rutina. Las tardías aparecen después del sexto o séptimo día, coincidiendo con la caída de la escara. En cualquier caso el tratamiento será etiológico. En las hemorragias post-amigdalectomía o adenoidectomía, si no es suficiente la retirada del coágulo y compresión del lecho quirúrgico, será necesario la revisión bajo anestesia y la li- gadura de la superficie sangrante. A veces, so- bre todo en las hemorragias graves debidas a tumores malignos, se requiere la ligadura del tronco arterial correspondiente, no siendo raro obligar a la ligadura de la carótida externa. Inde- pendientemente de la actuación quirúrgica, si la pérdida sanguínea es importante, se debe resta- blecer la volemia por transfusión, evaluando el pulso y la tensión arterial del enfermo en un pri- mer momento y posteriormente mediante con- troles analíticos.
  • 5. Urgencias faringo-laríngeas 233ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Neuralgias faríngeas Fundamentalmente: herpes zóster faríngeo y neu- ralgia del glosofaríngeo. Herpes zóster faríngeo Afección viral faríngea, caracterizada por dolor y vesículas en el territorio del nervio glosofaríngeo. Está causada por el virus varicela zóster. Es más frecuente después de los 50 años de edad. Sue- le iniciarse con síntomas prodrómicos 2-3 días antes, caracterizados por escalofríos, febrícula y mal estado general. Posteriormente aparece un dolor intenso, asociado a vesículas en la base de lengua y la pared lateral de la faringe. A ve- ces, esta neuralgia persiste durante varios días o semanas. En el tratamiento es útil la adminis- tración de aciclovir. Neuralgia del glosofaríngeo Síndrome poco frecuente caracterizado por epi- sodios recidivantes de dolor intenso en la pared posterior de la faringe, amígdala, parte posterior de lengua y, a veces, el oído. Afecta con mayor frecuencia a los varones después de los 40 años. Su etiología se desconoce en la mayor parte de los casos, si bien hay casos sintomáticos, se- cundarios a lesiones de la fosa cerebral poste- rior, aracnoiditis de la base del cráneo, tumores del glomus, neurinomas del acústico, etc. Clínicamente se caracteriza por episodios inter- mitentes de dolor breve, intenso y paroxístico, que aparece bien de forma espontánea, bien tras la deglución o la masticación. El dolor, que sue- le durar segundos o minutos se inicia en la base de la lengua e irradia tanto al resto de la faringe como al oído. Los episodios pueden estar se- parados por largos intervalos de tiempo. En el caso de las neuralgias sintomáticas el dolor suele ser continuo pero con empeoramientos paroxísticos. Las características y localización del dolor ha- cen fácil el diagnóstico. No obstante, hay que hacer una exploración faríngea y neurológica completa para precisar la etiología si se trata de una neuralgia secundaria a tumores de faringe, ángulo pontocerebeloso o lesiones metastásicas cervicales. A veces pueden plantearse problemas de diagnóstico diferencial con la neuralgia del trigémino que afecta a la rama mandibular. El tratamiento de la neuralgia esencial, la carba- mazepina sigue siendo el fármaco de elección. En último extremo, puede recurrirse a la sección quirúrgica del nervio, bien a nivel cervical, si el dolor esta localizado en la faringe, bien a nivel intracraneal si el dolor es de distribución gene- ral. En el caso de la neuralgia secundaria el tra- tamiento dependerá de la etiología. Traumatismos de la cavidad oral y faringe Heridas Heridas penetrantes Las heridas abiertas intraorales y faríngeas se producen por traumatismos internos o externos. El mecanismo de producción de estas heridas puede ser directo, como consecuencia del im- pacto del agente traumatizante, o indirecto, por desplazamiento tangencial a lo largo de la mu- cosa y posterior ruptura, secundaria al contacto con la base del cráneo o las vértebras. En su cuidado, lo primero que debe hacerse es asegurar una adecuada vía aérea, para después observar al paciente, ya que la inflamación se- cundaria del suelo de la boca, la lengua o la pared faríngea pueden obstruirla. Es importante una correcta limpieza de la herida mucosa así como su cierre, reduciendo la cicatrización por segunda intención y las indeseables posibles re- tracciones. Sólo se deben dejar curar espontá- neamente las heridas pequeñas y bien alinea- das. Las heridas sucias deben ser limpiadas y
  • 6. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 234 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 desbridadas convenientemente, cerrándolas de forma incompleta, aproximando los bordes y per- mitiendo el drenaje suficiente para evitar la for- mación de abscesos o celulitis. En ocasiones, los grandes defectos con pérdida de sustancia obligan a su cierre con injertos de piel o con colgajos de mucosa próxima obtenidos por ro- tación o transposición. Las heridas penetrantes de la cavidad oral y la faringe se presentan de forma distinta según su localización. Heridas de lengua Las heridas de lengua pueden presentarse como consecuencia de traumatismos externos y crisis comiciales. La rica irrigación de la lengua expli- ca su tendencia a la hemorragia abundante y, a la vez, la buena reparación tisular. Las heridas longitudinales pueden disimular la perdida de sustancia, ya que la tracción hacia atrás y afue- ra que realizan los músculos genioglosos produ- ce la abertura de la herida. Las heridas transver- sales no precisan más que una sutura simple con enfrentamiento de los bordes. Las mordedu- ras penetrantes conllevan riesgo de infección por la acción de dientes cariados, por lo que es ne- cesario un tratamiento antibiótico. Rinofaringe Las heridas penetrantes a este nivel son poco frecuentes debido a la importante protección ósea que presenta. Aparecen en el contexto de gran- des traumatismos externos (proyectiles, graves traumatismos craneofaciales) o internos (adenoi- dectomías agresivas). Solo cuando se presenten hemorragias importantes puede plantearse ha- cer un taponamiento, que se puede mantener durante 24-48 horas y siempre bajo protección antibiótica. Orofaringe Las heridas de la orofaringe son esencialmente debidas a empalamiento de la pared faríngea. Son mas frecuentes en los niños al caer hacia delante con un objeto punzante situado entre los dientes (lápiz, trozo de caña, etc.). A veces se pueden presentar una hemorragia importante en cuyo caso es necesario descartar que exista una herida de la carótida primitiva o algunas de sus ramas. Es pre- ciso realizar una exploración de la herida y si es posible del objeto responsable de la herida, ya que es necesario descartar que haya quedado un frag- mento y actúe de cuerpo extraño. Debe realizarse una sutura de la herida, utilizan- do un hilo de reabsorción lenta. Además debe instaurarse un tratamiento antibiótico y dieta lí- quida. Hipofaringe Las perforaciones de hipofaringe son poco fre- cuentes pero graves, y precisan un tratamiento urgente. Las circunstancias de su aparición son variables, pudiendo dividirse en traumatismo interno: por maniobras endoscópicas o de intubación, ingestión de cuerpos extraños muy afilados o, más raramente, de productos cáusti- cos o cualquier agente traumático que penetre por la boca. Los traumatismos externos, menos frecuentes, suelen ser debidos a heridas por arma blanca o accidentes de cualquier origen. El cuadro clínico es similar al de las perforacio- nes del esófago cervical con dolor, cuadro infec- cioso con absceso, enfisema cervical y evolu- ción hacia la celulitis cervicofacial o mediastínica. La importancia del cuadro clínico esta directa- mente relacionado con el agente causal, las cir- cunstancias de la perforación, su localización y tamaño. El tratamiento se basa en la supresión de toda alimentación por vía oral, la administración de antibióticos que cubran incluso los anaerobios, la limpieza y sutura de la herida con extracción de cuerpo extraños si existe y el drenaje del abs- ceso en caso de existir.
  • 7. Urgencias faringo-laríngeas 235ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Contusiones o heridas no penetrantes Los traumatismos directos de los tejidos blan- dos de la cavidad oral y la faringe pueden dar lugar un importante edema inflamatorio que puede comprometer la vía aérea, produciendo una disnea importante, que obligue a una intuba- ción endotraqueal o incluso una traqueotomía. Quemaduras Las quemaduras de la cavidad oral y la faringe pueden ser eléctricas, químicas o térmicas, siendo habitual que las lesiones sean más importantes en la boca que en la faringe, siendo en la rino- faringe excepcionales. Quemaduras eléctricas Las quemaduras eléctricas en la cavidad oral, suelen presentarse sobre todo en los niños, siendo raras en los adultos. Los accidentes se produ- cen, generalmente, cuando se muerde o chupa un cable eléctrico. Las lesiones por quemadura eléctrica suelen de- jar como secuelas una cicatrización y retracción importante de los tejidos involucrados, aunque puede ser letal. El tratamiento se basará en la limpieza de la herida y la administración de antibióticos tópi- cos y sistémicos. Los tejidos necróticos deben de ser extirpados, cuando estén bien delimita- dos, que suele ocurrir entre 10 a 14 días. Quemaduras térmicas Las quemaduras térmicas de esta región pue- den ser muy graves, ya que en pocas horas se puede producir un edema importante que oca- sione la oclusión de la vía aérea. La exposición a un incendio puede producir tres tipos de da- ños: intoxicación por monóxido de carbono, in- toxicación por humos y quemadura térmica. Las quemaduras térmicas afectan sobre todo a las vías respiratorias altas. El diagnóstico empieza con una cuidadosa his- toria clínica en la que se obtiene información sobre cambios en la voz, estridor, esputos man- chados de ceniza, etc. La faringo-laringoscopia durante los críticos primeros días nos puede ayu- dar a predecir de forma adecuada la necesidad de intubación. El tratamiento consistirá fundamentalmente en gargarismos con una solución a partes iguales de agua, agua oxigenada y solución antiséptica, con lo que se previene la retención de detritus cargados de bacterias. Si existe compromiso de la vía aérea será necesaria la intubación oro o nasotraqueal, evitando en los primeros momen- tos la traqueotomía. Quemaduras químicas La gravedad de las quemaduras por cáusticos va a depender, fundamentalmente, de la natura- leza del cáustico ingerido, su concentración y el tiempo de contacto con la mucosa. Las bases, fundamentalmente la sosa y la potasa, provo- can una necrosis profunda por debajo de la mucosa, entrañando un riesgo estenótico impor- tante. Las lejías domésticas en sus concentra- ciones habituales (5,2%) no suelen producir quemaduras significativas en la cavidad oral y faringe. La clínica se caracteriza por sialorrea, dolor y disfagia. Es necesario determinar la naturaleza del cáustico, la concentración y cantidad injerida. El tratamiento inmediato de estos pacientes va a depender, fundamentalmente, de las lesiones de esófago y estómago, por lo que siempre es importante valorar la afectación de estos órga- nos. Las quemaduras de boca y faringe se tra- tan localmente con enjuagues de hielo, solucio- nes anestésicas, analgésicos y dieta fría para aliviar la sintomatología.
  • 8. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 236 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Cuerpos extraños faríngeos La presentación y el manejo van a depender, en gran medida de la zona faríngea donde se loca- lice el cuerpo extraño. Rinofaringe Son excepcionales. La principal vía de penetra- ción es a través de las fosas nasales, o bien como consecuencia del vómito y la tos sobre todo si existe insuficiencia velopalatina. La clínica es bastante anodina, con sensación de discreta molestia a nivel faríngeo alto e inclu- so rinolalia. Cuando el episodio inicial pasa in- advertido, suele desarrollarse una obstrucción nasal, con rinorrea mucopurulenta, epistaxis de repetición e inclusive problemas óticos por afec- tación tubárica. La radiología y sobre todo la endoscopia confir- mara la existencia del cuerpo extraño. El tratamiento es la extracción del cuerpo extra- ño con la ayuda de la endoscopia e incluso a veces puede requerir anestesia general. Orofaringe Las circunstancias de la impactación del cuerpo extraño a este nivel suelen ser claras. El pacien- te, incluido los niños, suele referir el momento de penetración, a partir del cual refiere dolor, que aumenta con la deglución, disfagia variable e incluso sialorrea. Generalmente son espinas y trozos de hueso pequeño que se enclavan fácil- mente. Con frecuencia el cuerpo extraño es fácil de lo- calizar y extraer, si el paciente colabora y se dis- pone de los medios necesarios para su extrac- ción. Solo puede plantear problemas cuando es invisible, por su localización, tamaño o por ha- berse desprendido espontáneamente, en cuyos casos se debe buscar de forma minuciosa el cuerpo extraño o la herida, mediante faringosco- pia, insistiendo sobre todo en la región amigda- lina, fositas glosoepiglóticas y base de lengua. Las complicaciones son poco frecuentes y gene- ralmente se deben a la persistencia del cuerpo extraño, con la aparición de un absceso local, posterior migración y expulsión espontánea. Hipofaringe A este nivel los cuerpos extraños son muy varia- dos. Cuando son pequeños y agudos su com- portamiento suele igual que en la orofaringe, con la particularidad que pueden perforar la mucosa y pasar a los espacios parafaríngeos. Cuando son grandes, de bordes irregulares y cortantes (prótesis, trozos grandes de huesos, etc.) El do- lor es importante y aumenta con la deglución, provocando disfagia, incluso para la saliva. El diagnóstico no suele presentar problemas a excepción de los muy pequeños, sobre todo si son radiotransparentes. La extracción debe de ser cuidadosa y lo menos traumática posible, por lo que a veces se preci- sa hacer una endoscopia bajo anestesia gene- ral. Tras la extracción, en aquellos enclavados, es preciso valorar correctamente las lesiones que se hayan podido producir, sobre todo, si existe perforación franca. Lo normal es que tras la ex- tracción la evolución sea favorable. Dolor faríngeo Si bien es vedad que el dolor faríngeo es un sín- toma de patología banal en la mayoría de los casos, a veces el dolor puede ser la única mani- festación por la que el paciente solicita una visi- ta médica e incluso de forma urgente. Ante todo dolor de “garganta” que dure más de 15 días, sin ir acompañado de un proceso faríngeo infeccioso y sobre todo si se acompaña
  • 9. Urgencias faringo-laríngeas 237ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 de otalgia, disfagia y/o sensación de cuerpo ex- traño con factores de riesgo (fumadores y bebe- dores importantes), pueda existir patología tumoral de la vía aerodigestiva superior. A la hora de valorar y tratar a estos pacientes hemos de considerar las siguientes posibilidades: a. El dolor como revelador de la existencia de un tumor, lo que requiere una exploración minuciosa faringolaríngea, b. El dolor revelador de una posible recidiva ante un paciente oncológico que ya ha sido trata- do correctamente de su tumor. En estos ca- sos hemos de tener en cuenta todas las po- sibilidades y hacer una exploración lo más completa posible hasta encontrar la posible causa del dolor. c. El dolor como consecuencia de tratamiento recibido, tanto quirúrgico como radioterápico. Aunque hemos de aceptar esta posibilidad, siempre hemos de descartar la posibilidad de una recidiva. No se ha de olvidar la posibilidad de que el dolor faríngeo se deba a patología relacionada con el reflujo gastroesofágico. Urgencias laríngeas Van a caracterizarse fundamentalmente por la aparición de disnea, ya que la disnea es el sínto- ma que más preocupa por traducir una dificul- tad respiratoria con la posibilidad de complica- ciones importantes. La disfonía a no ser que sea de aparición brusca, no suele ser motivo de con- sulta en los servicios de urgencia. Ante un paciente que presenta disnea lo primero que hemos de realizar es identificar a que nivel se localiza la obstrucción. Todo proceso esteno- sante laríngeo se manifestara por una disnea, que presenta unas características que son comu- nes a todas las disneas obstructivas superiores. La estenosis leve a moderada suele ser asinto- mática. En las lesiones glóticas puede haber li- gera disfonía. Cuando sé sobreagregan infeccio- nes o después de la endoscopia aparecen sínto- mas, cuya severidad depende de la lesión origi- nal y de la magnitud de la noxa. Las disneas obstructivas superiores pueden pre- sentarse con carácter agudo, en forma de un acceso paroxístico extremadamente violento o en forma crónica, progresiva de lenta instaura- ción, adaptándose el paciente de forma sorpren- dente al déficit de oxígeno, presentándose la dis- nea sólo ante el esfuerzo. En formas avanzadas el cuadro se manifiesta en reposos, y de noche (con el sueño cesa la hiperactividad respiratoria a demás de entrar en juego la musculatura vo- luntaria que logra vencer la estenosis), en que el paciente no puede conciliar el sueño y es presa de agitación. O pueden haber causas mínimas como secreciones, tos u otras que precipiten dis- nea aguda. Puede afirmarse que la disnea laríngea es más grave y requiere un tratamiento más rápido y energético en el niño que en el adulto, pues la laringe infantil tiene una luz más estrecha, las cuerda vocales (C.V.) son mas cortas, la glotis es pequeña y no tolera las disminuciones de calibre. Además, la laringe infantil está situada a mayor altura, más vertical, y favorece el paso de aire frío y las falsas rutas. La tendencia espasmódica también es mayor en el niño. El enfermo con disnea laríngea se suele presen- tar agitado e intranquilo llegando incluso a to- mar con sus manos la región cervical como indi- cando el sitio del obstáculo. Debemos pensar que una disnea es de origen laríngeo cuando presenta los siguientes síntomas, los cuales los dividiremos en: Síntomas Principales – Disnea de predominio inspiratorio. El alar- gamiento del tiempo inspiratorio retarda el ritmo respiratorio dando lugar a una bradipnea. Cuando la estenosis progresa la
  • 10. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 238 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 espiración también se alarga y en consecuen- cia se acentúa la bradipnea. – Tiraje supraesternal y depresión de las par- tes blandas del tórax. Es debido a que el vacío pleural inspiratorio da lugar a que las partes blandas son atraídas por el tórax en lugar del aire que no puede penetrar por la laringe. – Descenso pronunciado de la laringe, sobre- todo en el momento de la inspiración. Más evidente en los adultos que en los niños. – Estridor, huélfago o cornaje (ruido carac- terístico que produce el aire al pasar por la laringe estenosada) al principio inspirato- rio y después, en los dos tiempos respira- torios. Síntomas complementarios – Disfonía. Síntoma acompañante, aunque no siempre presente. En las disneas de origen traqueal la disfonía no se presenta excepto en estados avanzados por lesiones recurren- ciales que provocan parálisis en las C.V. – Tos perruna, más propia de las afecciones subglóticas. – Retroflexión cefálica, como un intento de alargar el diámetro anteroposterior laríngeo y favorecer la entrada de aire. – Ingurgitación de las yugulares y cianosis so- bre todo facial y en las crisis agudas. Los signos de hipoxemia suele ser tardíos y su aparición va a depender de múltiples facto- res como el contenido de oxígeno en la san- gre arterial, la concentración de hemoglobi- na, el gasto cardíaco, el flujo sanguíneo tisular, la captación de oxígeno por los teji- dos e incluso e las características especiales de los tegumentos tales como color, espesor e irrigación. – Dilatación de las ventanas nasales e incluso aleteo nasal. – Pulso paradójico de Kussmaul, el pulso se debilita y hasta desaparece en la inspiración. – En los estados finales el paciente lo pode- mos encontrar en estado de sopor y depre- sión como consecuencia de la asfixia, sien- do un dato de muy mal pronóstico, pues puede presentarse en escasos segundos o minutos una parada cardiorrespiratoria. Diagnóstico diferencial de las disneas laríngeas Se ha de hacer fundamentalmente con: – Disneas de origen cardiopulmonar. Los an- tecedentes patológicos, la radiología y ex- ploración nos facilitaran el diagnóstico. – Disneas psicógenas. Se caracterizan por ser suspirosas, no relacionadas con el esfuerzo y sí con crisis emocionales. – Disneas obstructivas supralaríngeas por obs- táculo nasal, rino o bucofaríngeo. Hay me- joría de la ventilación por la abertura de la boca, de la tracción mandibular o de la base de la lengua, junto a la situación del tiraje alto submandibular. Típicas disneas suprala- ríngeas son las crisis asfíxticas que durante el sueño pueden presentar los enfermos con SAOS. – Disneas por obstrucción traqueal. Son las que suelen presentar mayores problemas, aunque la normalidad en la voz y la existen- cia de tos en las de origen traqueal, junto a la exploración clínica, radiológica e incluso endoscópica suelen aclarar el problema. Etiología de las disneas laríngeas Malformaciones congénitas laríngeas La importancia de la patología malformativa de la laringe no lo es tanto por su frecuencia, que lo son poco, sino fundamentalmente por la dificul- tad diagnóstica que entrañan. Estas malformaciones las podemos agrupar en tres grandes capítulos:
  • 11. Urgencias faringo-laríngeas 239ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 1. Alteraciones de la morfología laríngea entre las que incluiremos:Las atresias laríngeas, excepcionales y prácticamente incompatibles con la vida. Algunos casos de hendiduras laringoesofá- gicas que proporcionan una comunicación entre laringe y esófago han sobrevivido y lo más característico en estos casos es la pre- sencia de crisis de disnea y tos en el mo- mento de la alimentación del niño. Diafragmas congénitos, generalmente loca- lizados en región glótica y sobre todo a nivel anterior. Es preciso que estas membranas sean importantes para que se presente la disnea. Lo más común es que esta se pre- sente cuando se asocia una enfermedad intercurrente como puede ser un catarro agu- do. La disfonía puede alcanzar diversos gra- dos y en los casos poco intensos puede ser el único síntoma. La epiglotis bífida es una rara anomalía larín- gea que puede cursar como una laringoma- lacia, con estridor inspiratorio y obstrucción de la vía respiratoria. Estos pacientes deben de someterse a valoración endocrina debido a la posibilidad de hipertiroidismo o anoma- lías hipotalámicas. Los quistes saculares laríngeos congénitos son anomalías laríngeas poco comunes si- milares en su desarrollo embrionario al laringocele. Surgen de la estructura laríngea vestigial conocida como sáculo. Están re- pletos de moco espeso y por lo común no se comunican con la luz laríngea. Estenosis subglóticas que son las mas fre- cuentes de este grupo y que pueden deberse bien a una fibrosis submucosa, a una hipoplasia del cartílago tiroides o bien a la asociación de lesiones submucosas, mus- culares y cartilaginosas. La sintomatología puede presentarse bien en el momento del nacimiento, o a las pocas semanas y gene- ralmente se trata de un estridor inspiratorio con cierto componente espiratorio a veces y dependiendo de la importancia de la esteno- sis se puede asociar o no disnea e incluso presentar episodios de cianosis. El hemangioma subglótico es una afección vascular congénita, que se suele asociar en un 50% de los casos con hemangiomas cutáneos puede dar lugar a obstrucciones mínimas de las vías respiratorias o grave con riesgo de muerte, si no se diagnostican y tratan adecuadamente. La evolución natu- ral de estos tumores es similar al resto de los hemangiomas, por lo que en los casos en que la obstrucción de la vía respiratoria es mínima, estará indicado en tratamiento conservador sin intervención. Los casos vo- luminosos, que producen obstrucción gra- ve, requieren traqueotomía. 2. Alteraciones de la dinámica laríngea, desta- cando: el estridor laríngeo congénito o laringomalacia, es con mucho la más fre- cuente anomalía laríngea del recién nacido. La etiopatogenia, aunque es discutida, se admite que se trataría de una alteración con- génita de los cartílagos laríngeos, con un fondo de raquitismo generalizado. Otros creen que se trataría de una laxitud exagerada de los ligamentos laríngeos que lleva aparejada una excesiva movilidad de los diferentes cartílagos, especialmente la epiglotis. Se ca- racteriza por la aparición de un ruido inspira- torio de tonalidad variable que generalmen- te va en aumento hasta los 6 meses y va disminuyendo progresivamente hasta los dos años. En casos graves el estridor puede ser muy intenso llegando a forzar la musculatu- ra respiratoria suplementaria del recién na- cido, con hundimiento de la región supra- esternal, pudiendo presentarse a este cua- dro de disnea cianosis y complicaciones res- piratorias graves. A la exploración endoscó- pica se observa como ciertas estructuras laríngeas (sobre todo los aritenoides) son aspiradas hacia la endolaringe en cada ins- piración. Recientemente se ha descrito una entidad conocida como faringolaringomalacia des-
  • 12. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 240 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 conocida. Es un trastorno que se ha obser- vado en pacientes en que primeramente se diagnostican de laringomalacia y que no evo- lucionan bien por colapso supraglótico completo durante la inspiración, sin acorta- miento de los pliegues aritenoepiglóticos y faringomalacia. 3. Enfermedad de Urbach Wiethe o lipoproteino- sis cutáneo mucosa, que es una afección hereditaria de transmisión autosómica recesiva, que se suele presentar en el primer año de la vida y que se caracteriza desde el punto de vista anatomopatológico por una infiltración tisular extracelular y lípidos y pro- teínas que dan lesiones de aspecto vegetan- te o verrugoso a nivel del cuero cabelludo, codos, brazos rodillas, etc. Estas lesiones también se pueden presentar en la laringe, sobre todo a nivel de las cuerdas vocales (75% de los casos), por lo que no solamen- te pueden presentar disnea, sino también disfonía. Los accidentes disneicos a veces son importantes de forma que si no se ac- túa de forma rápida pueden comprometer la vida del enfermo. Junto a la afectación de la mucosa laríngea se suele afectar también la lengua, labios, paladar blando e incluso la faringe. La biopsia de las lesiones laríngeas, junto a la de las lesiones cutáneas permite el diagnóstico. Laringitis La patología inflamatoria de la laringe puede pro- ducir como síntomas principales de su disfun- ción, disfonía y disnea. La intensidad de estos síntomas vendrá determinada por la severidad y etiología del proceso causal. Aunque las laringi- tis suelen ser un proceso banal, en ocasiones pueden presentar complicaciones graves, sobre todo como consecuencia del edema e importan- cia de la reducción de la luz laríngea. Entre los procesos inflamatorios más importan- tes de la laringe tenemos: Laringitis aguda catarral del adulto Es una patología frecuente, que puede ser un cuadro primario de la mucosa laríngea o formar parte de una inflamación generalizada y progre- siva de la VRS. Suelen ser cuadros epidémicos, producidos por virus, que se presentan preferen- temente en épocas invernales. Clínica. Los síntomas inicialmente son los de un resfriado común, con disfonía. Puede existir tos irritativa, en ocasiones perruna y de predominio nocturno, no suele haber signos de obstrucción laríngea (disnea). Puede aparecer una ligera febrícula. Al principio las secreciones laríngeas son escasas, y más tarde cuando se entra en la fase exudativa las secreciones son abundantes y viscosas con la expectoración hay mejoría de la voz. El diagnóstico nos lo dará la historia clínica (existe disfonía pero no disnea) y la exploración de la laringe con la laringoscopia indirecta donde se aprecia una laringe enrojecida, tanto a nivel glótico como supraglótico, pero sin existir com- promiso alguno de la luz laríngea y buena mo- vilidad de las cuerdas vocales. También puede aparecer inflamada la mucosa faríngea y traqueal vecina. Si aparece disnea generalmente es de- bido a que existe patología asociada tanto de la laringe como de tipo general sobre todo pul- monar. Si existe fiebre es preciso descartar una neumonía. El tratamiento es sintomático, con reposo vo- cal, antitusígenos, buena hidratación y descan- so en ambiente caliente y húmedo. El paciente debe abandonar los irritantes locales como el tabaco. Si se asocia una sobreinfección bacteria- na se pautaran antibióticos de amplio espectro, en ocasiones asociados a corticoides. Laringitis subglótica Es la forma más frecuente de laringitis aguda en los niños. Se presenta con mayor frecuencia en- tre los dos y cinco años de edad y es más fre-
  • 13. Urgencias faringo-laríngeas 241ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 cuente en los varones. Este tipo de laringitis ocu- rre a lo largo de todo el año, pero los casos au- mentan en las temporadas frías y húmedas y sobre todo en la primavera, coincidiendo con la polinización, ya que se puede acompañar de un fondo alérgico. Las bacterias causales más fre- cuentes son, el estreptococo betahemolítico o viridans y el estafilococo dora- do, aunque se pueden encontrar otros gérmenes. La etiología viral, aunque hoy esta muy admiti- da hemos de tener en cuenta que es difícil de demostrar, no encontrándose un virus específi- co, sino que los diferentes virus responsables de epidemias pueden ser encontrados en las larin- ges de estos enfermos. Desde el punto de vista clínico hemos de tener en cuenta que el síntoma primero y primordial es la disnea, inspiratoria fundamentalmente, que suele ser continua, aunque con crisis de agudi- zación. Las crisis suelen presentarse de madru- gada, como consecuencia del ciclo circardiano esteroideo, ya que en ese momento es cuando menos cantidad de corticoides suprarrenales existen en sangre. Se suele asociar estridor, tos y la voz suele ser normal o modificada de forma variable cuando se afecte la glotis que suele ser tardíamente. Como signo de gravedad puede haber cianosis, irregularidades del ritmo cardiaco y taquicardia. El aumento de la fiebre es un sig- no de mal pronóstico. El diagnóstico es fácil y debe de hacerse por la clínica, sobre todo por la disnea. Hemos de te- ner en cuenta que la laringoscopia refleja puede ser poco útil para el diagnóstico, pues no siem- pre se puede observar las alteraciones subglóticas. La microlaringoscopia directa, aun- que permite ver mejor la subglotis, puede agra- var el cuadro por las maniobras de intubación. Laringitis estridulosa Descrita primeramente por Bretonneau, en 1826, se caracteriza por un acceso de disnea laríngea, de aparición brutal, generalmente nocturna, pa- sajera, susceptible de reproducirse, evolucionan- do siempre favorablemente, en un niño general- mente de dos a seis años y portador de una infección de vías respiratorias superiores. Estas crisis suelen durar pocos minutos. Es frecuente asociarse tos y un llanto disfónico, pero nunca afónico. Esta escena se explica por un espasmo laríngeo en un niño donde la sensibilidad a las infecciones respiratorias es considerable. La exis- tencia de vegetaciones adenoideas voluminosas favorece la reacción laríngea. No se trata de un espasmo puro, pues el examen laríngeo suele mostrar un estado inflamatorio ligero de toda la laringe. Laringitis Supraglótica aguda (epíglotitis aguda) Es un cuadro que tiende a afectar generalmente a los niños entre los 8 meses y los 6 años de edad, pero que se observa con frecuencia en el adulto, en los que al igual que en los niños pue- de ser letal. Está producida en el 90% de los casos por el Hemophilus Influenzae del tipo B. Clínica. El curso clínico es muy variable; parece haber dos tipos de pacientes: – Aquellos con compromiso respiratorio rápi- damente progresivo que conduce a la muer- te si no se recupera la vía aérea mediante intervención. – Otros pacientes presentan un curso más be- nigno sin compromiso respiratorio y resolu- ción de todos los signos y síntomas en algu- nos días. El cuadro suele cursar con disfagia y odinofagia intensa y negativa a ingerir alimentos. Disnea pro- gresiva con estridor inspiratorio. Los pacientes ge- neralmente aparecen sentados en la cama. Fiebre elevada. Voz gangosa (como si el paciente tuviera una patata caliente en la boca). Puede aparecer un deterioro importante del estado general.
  • 14. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 242 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 El diagnóstico de sospecha nos lo dará la clíni- ca. La laringoscopia es el procedimiento más importante se reconoce un borde enormemente engrosado, edematoso y enrojecido de la epiglo- tis (color rojo cereza). Si no se puede efectuar la laringoscopia, la radiografía lateral del cuello muestra una tumefacción supraglótica protuyendo en la vía aérea (Figura 2). También solicitaremos un hemograma completo. Deben hospitalizarse inmediatamente en la UCI con monitorización y estar preparados para prac- ticar una traqueotomía (muchos médicos abo- gan por ella tan pronto se haga el diagnostico) sin embargo siempre hay que tener en cuenta las complicaciones de una traqueotomía practi- cada urgentemente. Se le pautará al paciente oxigenoterapia, reposo de voz y dieta absoluta, corticoterapia por vía intravenosa para disminuir el edema y antibioterapia por vía IV. Siempre hay que tener en cuenta ante la duda si es necesario o no realizar una vía aérea artificial (intubación o traqueotomía) es preferible hacerla. Laringitis por reflujo gastroesofágico Como consecuencia de la acción de los jugos gástricos sobre la mucosa laringea se produce edema, hiperplasia e incluso hiperqueratosis. Incluso pueden producirse ulceras y tejido de granulación, sobre todo a nivel posterior de la glotis. En el adulto la tos irritativa persistente es frecuente. La disfonía suele ser progresiva e intermitente. A veces se pueden presentar episodios de apneas, consecutivos a laringoespasmos. Algún caso de muerte súbita es achacable a este mecanismo. Laringitis específicas agudas Son todos los procesos, inflamatorios o infec- ciosos que cursan con un edema de la mucosa laríngea. Tenemos las siguientes causas: – Infecciosa: (Inf. Laríngea, absceso retrofarín- geo. Absceso periamigdalino, angina de Ludwig. – No Infecciosa: Alérgica (alimentos, drogas), edema angioneurótico hereditario, Traumá- tica (cuerpos extraños, radioterapia, aspira- ción de tóxicos). – Sistémica (nefropatías, cardiopatías, cirrosis, etc.). – Neoplasias laríngeas o de vecindad que pro- duzcan una obstrucción de la vena cava superior. Suelen comenzar con disfonía, afonía, disnea y estridor. Puede presentar Tiraje y cianosis. No suele existir tos ni dolor. Suele ser de aparición brusca la clínica. A la laringoscopia se verá un edema rojizo (inflama- torio) o pálido si no es inflamatorio. El edema alérgico responde a la administración subcutánea de adrenalina a dosis de 0,2 ml. Al 1:1000/sbc, corticoides por vía IV y antihis- tamínicos y líquidos por vía IV. Los corticoides Figura 2. Radiografía lateral de cuello en la que se observa el engrosamiento de la epiglotis en un paciente con una epiglotitis
  • 15. Urgencias faringo-laríngeas 243ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 junto a la oxigenoterapia son los elementos prin- cipales para el tratamiento de los edemas no inflamatorios. Siempre hay que actuar sobre la enfermedad de base. Ante la aparición de signos clínicos que ponga de manifiesto el compromiso de la vía aérea se procederá actuar a realizar una vía aérea artifi- cial (intubación endotraqueal o traqueotomía). Espasmos laríngeos Se trata de contracciones transitorias o durade- ras, de parte o de la totalidad de la musculatu- ra laríngea. Estos espasmos pueden ser prima- rios sin causa local que los justifique o secun- darios a procesos laríngeos de tipo inflamato- rio, tumoral etc. El laringoespasmo hay que considerarlo, sobre todo el primario, como manifestación de la tetania o espasmofilia. Son particularmente fre- cuentes en la infancia, sobre todo en los niños obesos y de constitución linfática. Normalmen- te aparecen de forma brusca, mas frecuente- mente en invierno, sin ningún proceso local o general previo, aunque en ocasiones lo hace en el curso de una afección gripal, adenoiditis, amigdalitis, etc. El cuadro clínico es alarmante: el enfermo pali- dece y se instaura una disnea laríngea de grado variable. Edemas laríngeos Los edemas laríngeos como causa de disnea son más frecuentes en el niño que en el adulto. Frecuentemente los edemas se localizan en los aritenoides, repliegues aritenoepiglóticos, y re- gión infraglótica, al existir en estas zonas un corion laxo. Los edemas laríngeos pueden ser de causa local o general. Entre los primeros tenemos fundamen- talmente los postraumáticos, tanto externos co- mo ligados a maniobras instrumentales endo- laríngeas, postirradiación y los que se presentan tras la inhalación e ingestión de substancias cáusticas y corrosivas. Los edemas tras trauma- tismos laríngeos externos cuando se acompa- ñan de hematomas o enfisema submucoso pue- den tener una gravedad extrema, ya que la dis- nea puede pasar desapercibida sobre todo en sujetos politraumatizados en estado de coma y agravarse en pocos minutos. Los edemas laríngeos de causa general son poco frecuentes. De forma excepcional algunas cardio- patías, hepatopatías y nefropatías pueden ser causa de edemas laríngeos. El edema angioneurótico de Quicke puede, en ocasiones, evolucionar con un edema laríngeo. Suele ir precedido de edema de labios, lengua y úvula. Las crisis se pueden desencadenar por estrés, emociones, traumatismos, intervenciones quirúrgicas o bien alérgenos exógenos o endó- genos desconocidos. Cuerpos extraños laríngeos La inhalación de un cuerpo extraño es un acci- dente grave que se presenta sobre todo en niños menores de 5 años. Generalmente los cuerpos extraños que se suelen localizar en la laringe son los voluminosos que se detienen en el vestíbulo laríngeo y que pueden producir la muerte pos asfixia en pocos minutos o bien los finos y pun- tiagudos que pueden quedar enclavados. Traumatismos laríngeos y secuelas El gran numero de accidentes, sobre todo de cir- culación, así como el creciente numero de enfer- mos ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos que precisan intubación laringo-tra- queal y/o traqueotomía son motivo son motivo de lesiones y secuelas que pueden ser causas de disnea laríngea.
  • 16. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 244 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Los traumatismos laríngeos pueden ser: a. abier- tos, y b. cerrados. El tipo de lesiones producidas en cada uno de ellos es variable y esta en relación del agente causal. En los traumatismos abiertos desde la herida limpia, producida en intentos de autolisis, hasta la destrucción de los tejidos blan- dos y fracturas conminutas de los cartílagos. En los cerrados las lesiones pueden variar desde las simples contusiones laríngeas hasta las luxaciones y fracturas. La fijación aritenoidea bi- lateral al igual que las parálisis bilaterales pue- den producir estreches del área glótica. No son infrecuentes la asociación de fijación articular de un aritenoides y la fusión cicatricial entre ambos que también produce disnea junto a disfonía y fatiga vocal. La disfonía y sobre todo la disnea, cuando se presenta, pueden presentarse de forma inmediata o aparecer al cabo de varias horas como conse- cuencia de un edema, hematomas, enfisema submucoso, subcutáneo o mediastinico o pará- lisis recurrencial. La inspección del cuello junto a la palpación y laringoscopia indirecta, cuando sea posible, o la fibroscopia flexible permitirá una valoración de las lesiones. La TC pueden ayudar a confirmar el diagnostico. Poco frecuentes son las lesiones producidas por las radiaciones ionizantes utilizadas sobre todo en el tratamiento de neoplasias de laringe o zo- nas limítrofes, quemaduras térmicas o quími- cas, etc. Los pacientes sometidos a radiotera- pia pueden presentar edemas laríngeos a veces de difícil interpretación y en ocasiones pueden enmascarar recidivas laríngeas. Parálisis laríngeas Para que la parálisis laríngea ocasionen disnea han de ser bilaterales y que las cuerdas queden en aproximación. Generalmente se deben a pará- lisis de los nervios recurrentes por procesos tumorales de tiroides, tráquea y esófago cervical o bien por traumatismos accidentales o yatrogé- nicos, sobre todo por cirugía de la glándula tiroides. La disnea aumenta con el esfuerzo, acompañándose habitualmente de estridor inspiratorio evidente. A la laringoscopia se observa una inmovilidad de ambas cuerdas y una situación medial o yuxtamedial de ambas. Se puede observar en los casos antiguos atrofia de ambas cuerdas vocales. A veces, sobre todo al inicio, es difícil estableces el diagnostico diferencial entre la parálisis y una anquilosis cricoaritenoidea. Generalmente las posibles etiologías, los signos inflamatorios de la articulación ola manipulación del aritenoides pueden ser determinantes. Una afección poco frecuente, es la parálisis de dilatadores o síndrome Gerhardt, que se carac- teriza por una disnea laríngea, con voz conser- vada. La etiopatogenia de este síndrome es poco clara. La lesión nerviosa no puede estar a nivel periférico, ya que van juntas las fibras constric- toras con las dilatadoras, por lo que la lesión ha de estar localizada a nivel central, en el núcleo ambiguo. Probablemente sea de etiología vascu- lar, existiendo pequeñas lesiones en determina- dos puntos del bulbo raquídeo. Los núcleos dilatadores se encuentran irrigados por un tron- co vascular común con lo que ante cualquier proceso arterioesclerótico, expansivo, etc., se origina fácilmente la obstrucción del tronco vascular con la consiguiente parálisis. Muchos de estos casos son luéticos en la tercera etapa o lúes vascular. La característica clínica esencial es la disnea, con fonación conservada; por tanto las cuerdas en la línea media vibran, pero no se separan. Además las cuerdas no están atróficas. La estroboscopia confirma el movimiento normal de las cuerdas durante la fonación. La traqueotomía ha de ser permanente mientras no se resuelva el problema, con los diferentes métodos quirúrgicos.
  • 17. Urgencias faringo-laríngeas 245ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Tumores laríngeos La disnea es un síntoma importante en los tu- mores laríngeos. Los tumores benignos, como angiomas, condromas, leiomiomas, neurofibro- mas, schwanomas e incluso los quistes y laringoceles, suelen presentar disnea tardía. A la disnea se suele asociar estridor e incluso altera- ciones de la voz, a no ser que las lesiones se localicen en la región subglótica. En los angiomas subglóticos, a veces, la disnea se presenta des- de el nacimiento. El diagnóstico suele ser fácil, cuando se encuentran angiomas en otras regio- nes y se practica la laringoscopia. La papilomatosis laríngea, constituye la tumo- ración laríngea benigna más frecuente en los ni- ños. Puede presentarse a cualquier edad, aun- que la incidencia es mayor entre los 2 y 4 años, apareciendo el 80% de los casos antes de los 10 años. La localización más frecuente de los papilomas es la laringe, sobre todo a nivel glotico. Es consecuencia de la infección laríngea por el virus del papiloma humano. El síntoma inicial es la disfonía o un llanto débil debido la invasión de la glotis por los papilomas. Posteriormente puede presentarse la disnea, te- niendo en cuenta que la disfunción respiratoria aguda es rara. El curso de la enfermedad es imprevisible, exis- tiendo dos formas evolutivas: – Una benigna, que se suele presentar sobre todo en niños mayores de 5 años con afec- tación glótica. Suelen responder bien a los tratamientos microquirúrgicos (Figura 3). – Una forma agresiva, que suele presentarse en lactantes, con afectación subglótica e in- cluso traqueal. Suelen recidivar, sin respon- der a los tratamientos. Los tumores malignos de laringe son unas de las causas más frecuentes de disnea laríngea, en sujetos adultos. La disnea va a presentarse de forma distinta dependiendo de que su localiza- ción inicial sea glótica, infraglótica o supraglótica. En los tumores supraglóticos y glóticos la dis- nea es un síntoma tardío de la enfermedad y se debe al volumen tumoral. En el caso de los tu- mores subglóticos la disnea suele ser el primer síntoma de presentación, sobretodo cuando tar- da en afectar a las cuerdas vocales. Tratamiento Actuaremos según la etiología, pero siempre he- mos de estar preparados ya que en ocasiones estos procesos pueden ser causa de un cuadro de disnea importante que requiere un tratamien- to sintomático, con carácter urgente, para com- batir la asfixia lo que obliga a tomar una deci- sión inmediata para procurar mantener permeable la via respiratoria por lo que en oca- siones hemos de recurrir bien a la intubación o traqueotomía. Este tratamiento puede ser: Tratamiento conservador, fundamentalmente por medio de la oxigenoterapia, bien en tienda, más- caras faciales o cánulas nasales, con lo que pre- tendemos aumentar el contenido de oxígeno en la sangre arterial elevando la concentración de oxígeno en el aire inspirado y que debe ser dosificada y controlada adecuadamente. También puede ser útil la administración de corticoesteroides, por vía parenteral, ya que con ello disminuimos el componente edematoso laríngeo presente en mayor o menor grado. Este tratamiento conservador se debe de hacer en régimen hospitalario y estando preparados para actuar en el caso de que la evolución de la disnea no sea favorable. Tratamiento activo, mediante la intubación o la traqueotomía. La traqueotomía tiene su indica- ción fundamental en todos los procesos esteno- santes laríngeos, de forma que integran lo que pu- diéramos llamar indicaciones clásicas. No obstante podremos utilizar también la intubación traqueal.
  • 18. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 246 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Durante muchos años se ha pretendido poner en rivalidad la traqueotomía y la intubación. Nosotros creemos que las ventajas e inconve- nientes de cada método están equilibrados y lo que debemos de hacer es en cada caso de dis- nea laríngea es valorar las ventajas e inconve- nientes y decidimos por lo que mejor creamos. También hemos de valorar los cuidados poste- riores, pues es evidente que si la disnea se pre- senta en un enfermo atendido en una Unidad de Cuidados Intensivos la decisión será a favor de la intubación, mientras si ello no ocurre en otros ambientes, se practicará la traqueotomía, siem- pre y cuando no exista contraindicación para realizarlas. En todo momento si nos decidimos por la intubación hemos de valorar cuidadosa- mente los criterios anatomoclinicos de intubación difícil. En general en todas las causas de disnea laríngea, en que pueda existir un problema de espacio, puede presentarse al menos una difi- cultad en la intubación laríngea, cuando no una contraindicación, por lo que casi siempre en las disneas laríngeas se prefiere la traqueotomía. Además si añadimos que la intubación, sobre todo si se prevé que va a ser prolongada, puede lesionar aun más las estructuras laríngeas, se comprenderá que exista indicación de realizar traqueotomía, la cual soslaya la región laríngea alterada por los diferentes procesos patológicos causante de la disnea. En cuanto al momento de practicar la traqueoto- mía, no existe una norma definida sobre cuan- do se debe de llevar a cabo. Hemos de tener en cuenta que aquí no vamos a tratar aquellos ca- sos de traqueotomías practicadas como trata- miento previo a otra intervención, sin que exista una verdadera urgencia respiratoria o aquellos casos en que la urgencia respiratoria ha sido re- suelta, al menos en parte, mediante la intubación y que por diferentes motivos tenemos que prac- ticar la traqueotomía, sino aquellos casos de urgencia respiratoria laríngea en que el enfermo no puede o debe ser intubado en virtud de las características propias de la afección patológica responsable de la estenosis laríngea. Dentro de la patología laríngea con un cuadro de disnea ni que decir tiene que existen grados. Muchos ca- sos discretos, podrán tratarse con métodos con- servadores, pero en otros casos se nos plantea el problema de hasta cuando debemos o pode- mos esperar sin comprometer la vida del enfer- mo. Creemos que ante un cuadro de la naturale- za de la obstrucción laríngea es preferible pecar de exceso de cautela. Es evidente que en mu- chos casos, ante la gravedad del enfermo la de- cisión no ofrece duda, pero en otros puede re- sultar difícil la decisión de realizar o no la traqueotomía y en estos casos de duda y si des- pués del tratamiento médico oportuno el enfer- mo no mejora es preferible decidirse por realizar la traqueotomía, pues de lo contrario es posible que en más de una ocasión la espera sea peligro- sa y fallezca el paciente, o al menos tengamos que realizar la traqueotomía a la desesperada. Tipos y técnicas de traqueotomía Se ha dicho que la traqueotomía era un tipo de intervención que podría ser realizada por no im- Figura 3. Papiloma localizado
  • 19. Urgencias faringo-laríngeas 247ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 porta quien, no importa donde y no importa con que. Esto que podríamos decir que era un con- cepto útil hasta hace 40 años, cuando se reali- zaban las traqueotomías heroicas de extrema urgencia en niños diftéricos, hoy no hemos de aceptarlo, ya que las indicaciones actuales de la traqueotomía de urgencia son muy limitadas. Para evitar las secuelas y complicaciones es pre- ciso la realización de una técnica depurada y rigurosa, aún en los casos de extrema urgencia. A continuación describiremos los siguientes ti- pos de traqueotomía: Traqueotomía de extrema urgencia En ocasiones se pueden presentar casos de disneas laríngeas en que la urgencia de la traqueotomía es extrema, disponiendo de solo unos minutos o segundos para su realización, de forma que ha veces hemos de realizarla en ambiente no quirúrgico. En estos casos dispo- nemos de tres alternativas: Los traqueostomos. Son instrumentos constitui- dos por un trocar que permiten penetrar en la tráquea o laringe, generalmente a nivel intercri- cotiroideo, a través del cual se puede introducir un catéter con el que podemos aportar oxígeno durante algún tiempo, lo que permite realizar una traqueotomía reglada o una intubación poste- riormente sin poner en peligro la vida del enfer- mo. Uno de los traqueostomos más utilizados es el trócar-catéter traqueal de Flotes y el de Shelden, permitiendo este último la colocación de una cánula metálica. Estos instrumentos son utilizados sobre todo en algunos ambientes por anestesistas-reanimadores. Laringotomía intercricotiroidea Se produce un abordaje directo en la luz laríngea a través de la membrana intercricotiroidea. Aun- que hemos de reconocer que a este nivel la colo- cación de una cánula resulta relativamente fá- cil, hemos de tener en cuenta que puede dejar como secuela una estenosis subglótica secun- daria de difícil solución. Nosotros creemos que solo muy excepcionalmente puede estar justifi- cada su utilización. Traqueotomía de emergencia o heroica Es la que nosotros creemos es más útil y prácti- ca. Todos hemos practicado traqueotomías a enfermos disneicos que hacen paradas respira- torias y es imposible una intubación. La técnica que nosotros utilizamos tiene un fundamento parecido a la traqueotomía expeditiva de Brocq. Resulta sencilla siempre que se conozca la ana- tomía laringo-traqueal y cervical y solo es nece- sario un bisturí con hoja del nº24, una cánula con manguito y un aspirador. Se identifica y mantiene la tráquea entre los de- dos índice y pulgar de la mano izquierda y se toma el bisturí con la derecha apoyado por el dedo índice. De un golpe se secciona la piel, es- tructuras pretraqueales, así como la tráquea, lo cual se nota perfectamente por la resistencia que ofrece. A la vez que se secciona la tráquea, se introduce el dedo índice y se suelta el bisturí. Con la mano izquierda introducimos la cánula a la vez que sacamos el índice derecho del traqueostomo. Una vez que se introduce la cá- nula se insufla el manguito, con lo que evitamos la entrada de sangre, que hasta entonces se ha procurado aspiraría con el terminar de aspira- ción. Una vez solucionado el problema ventilatorio pulmonar podemos hacer tranquila- mente la hemostasia de los vasos lesionados, que normalmente suelen ser las venas subcutá- neas y sobre todo el istmo del tiroides y algunos de los vasos tiroideos superiores o inferiores y más frecuentemente algunas de sus anastomo- sis e incluso las yugulares anteriores. Con esta técnica podemos tener solucionado el problema respiratorio en sólo 15 ó 20 segundos. Como es natural la anestesia y asepsia pasan a un segundo plano, máxime que el enfermo esta
  • 20. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 248 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 inconsciente cuando tenemos necesidad de uti- lizar esta técnica. Traqueotomía reglada Siempre que se pueda es la que se debe de rea- lizar y si es posible, en un quirófano. De no ser posible, situación que ocurre sobre todo en en- fermos ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos, se debe de disponer de una buena iluminación y del instrumental y material necesa- rios para resolver todos los problemas que se nos puedan presentar durante el acto quirúrgico. Siempre que sea posible se debe de realizar bajo anestesia general e intubación, pero si ello no es posible y hay que haberla bajo anestesia local se debe de utilizar una medicación tranquilizan- te, pero sin efectos depresores respiratorios, así como la colocación de una perfusión venosa. El enfermo lo colocamos en decúbito supino, con la cabeza en hiperextensión siempre que la dis- nea no lo impida, en cuyo caso se colocará en posición semisentado. La incisión clásica vertical, se extiende desde el borde inferior del cartílago tiroides al borde su- perior de la horquilla esternal. Su longitud estará en función de las características del cuello del sujeto: más corta en los enfermos delgados que en los obesos, en los que la identificación de la tráquea resulta más difícil. También se puede utilizar la incisión vertical, que si bien puede de- jar una cicatriz mas estética, sin embargo puede plantear mayores dificultades. Incisión de la aponeurosis superficial y tejido celular graso procurando realizar una hemostasia cuidadosa. Incisión del plano muscular (esternocleidohioideo y esternotiroideo) estrictamente sobre la línea media a lo largo de la línea blanca. Se separa con separadores de Farabeuf y se llega al istmo del tiroides, el cual aunque se puede desplazar hacia abajo, nosotros preferimos en la mayoría de las ocasiones su ligadura y sección, tras su aislamiento y pinzamiento, con lo que tendre- mos el plano traqueal a la vista. En cuanto a la abertura traqueal nosotros so- mos partidarios de realizarla entre el 2º y 3º anillos, practicando dos pequeñas incisiones la- terales que nos permita introducir perfectamen- te la cánula, tras suturar esta parte de tráquea a la piel, con lo que evitaremos todos los proble- mas que se pueden presentar con la salida acci- dental de la cánula, pues se crea una vía siem- pre expedita para la respiración y recolocación de la cánula, aparte de que disminuyen las posi- bilidades de aparición de enfisema subcutáneo. La sutura la realizamos con material reabsor- bible, con lo que se evita tener que retirar los puntos. Cuidados postoperatorios Fundamentalmente son los siguientes: 1. Aspiración de las secreciones traqueobron- quiales, procurando realizarlas con sondas estériles que no sean traumáticas. A veces cuando las secreciones bronquiales son de- masiado espesas es necesario administrar algún fluidifacante en forma de instilaciones o aerosoles. 2. Humidificación del aire inspirado, pues al suprimirse la humidificación de la mucosa nasal y faríngea, las secreciones bronquia- les se pueden espesar formándose costras. En el caso de que haya que administrar oxí- geno debe de ser administrado tras su paso por un frasco humidificador. 3. Limpieza de la cánula. La interna debe de ser limpiada tantas veces como sea preciso, pues de lo contrario las secreciones se pue- den acumular y obstruir la cánula. Cuando se utilizan cánulas de baloncillo hemos de procurar que este tenga la presión correcta, pues si la presión es excesiva se puede pro- ducir necrosis de la mucosa traqueal, con lo peligros que ello puede ocasionar.
  • 21. Urgencias faringo-laríngeas 249ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 Complicaciones de la traqueotomía Las complicaciones de la traqueotomía son muy variadas y su conocimiento permite por una parte evitarías y por otra diagnosticarías y realizar el tratamiento oportuno precozmente. Para su mejor estudio, vamos a dividirlas en: – Preoperatorias – Postoperatorias Preoperatorias Sólo admitimos que puedan presentarse en las traqueotomías de extrema urgencia, pero no en la reglada, que normalmente se hace con la co- laboración del anestesista-reanimador, se pue- da o no intubar al enfermo. En el caso de traqueotomía reglada, se podrán presentar difi- cultades de mayor o menor importancia, pero no complicaciones. Entre estas complicaciones tenemos: 1. Hemorragias. Es una complicación frecuen- te en el caso de traqueotomía de extrema urgencia, por lo que hemos de contar con ello para solucionaría lo antes posible. En la traqueotomía reglada, la hemorragia no debe presentarse, ya que la hemostasia deberá realizarse progresivamente, plano por plano y abrir la tráquea con un campo exangüe. 2. Muerte súbita. Se puede presentar, bien en el momento de la incisión traqueal y pene- tración del aire en la tráquea, bien en el momento de la introducción de la cánula o en el curso de una aspiración. Se compren- derá que esta complicación no debe presen- tarse cuando se realice la traqueotomía en enfermos intubados y bajo el control del anestesista-reanimador, ya que en el momen- to de la apertura de la tráquea se pueden administrar anestésicos intravenosos, evitan- do los depresores del centro respiratorio. En el caso de realizar la intervención con anes- tesia local es muy útil aparte de infiltrar bien el plano pretraqueal, inyectar 1 ó 2 cc de anestesia tópica en tráquea, unos segundos antes de abrirla. 3. Lesiones de los cartílagos laríngeos. Lo más frecuente es la del cricoides y no suele oca- sionar problemas, a no ser que sea muy ex- tensa o bien se produzca secundariamente una condritis o pericondritis. 4. Lesiones recurrenciales y del esófago. Son accidentes que solo ponen de manifiesto la ignorancia del cirujano y que no están justi- ficados ni aún en los casos de traqueotomías en enfermos con malposición de tráquea, tumor tiroideo, traqueomalacia, etc. Postoperatorias Son las complicaciones más numerosas y fre- cuentes. Solo trataremos aquellas que pueden presentar problemas de Urgencia, tales como: 1. Hemorragias secundarias. Estas hemorra- gias, que en muchas ocasiones se presen- tan por fallo técnico en la intervención o co- locación de la cánula, se evitan con una hemostasia correcta y control de la cánula, evitando lesiones de decúbito. 2. Enfisema. Dentro de estas complicaciones es sobre todo frecuente el enfisema subcutá- neo del cuello, cara y parte superior del tó- rax. No suele ser grave a no ser que se pro- duzca una ruptura de la pleura mediastínica, que podría dar lugar a un neumotórax. Aun- que excepcionalmente se puede producir un neumomediastino, que se diagnostica fácil- mente mediante una radiografía de tórax y si se hace un tratamiento correcto suelen evolucionar favorablemente, de lo contrario puede terminar en una mediastinitis. Cuan- do se presente el enfisema subcutáneo he- mos de actuar inmediatamente: - Colocando una cánula con neumota- ponamiento e insuflarlo debidamente, para evitar el paso de aire entre la pared tra- queal y la cánula.
  • 22. JL. Quesada, J. Lorente, D. López, M. Pérez 250 ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 - Reabrir la sutura cutánea para facilitar la salida de aire. 3. Atelectasia. Generalmente es debida a la obs- trucción de un bronquio bien por un coágulo de sangre o secreciones demasiado espesas, o bien por una cánula excesivamente larga colocada sobre un bronquio generalmente el derecho, con lo que al insuflar el manguito se evita la ventilación del otro pulmón, tras lo cual se reabsorbe rápidamente el aire alveolar y con ello se produce el colapso del tejido pulmonar. 4. Obstrucción de la cánula. Cuando los cui- dados postoperatorios no suelen ser los ade- cuados, es posible que las secreciones bron- quiales excesivamente espesas, así como pequeños coágulos de sangre se acumulen en la luz de la cánula, e incluso inmediata- mente por debajo de ella, produciendo su oclusión y dando lugar a la producción de un cuadro asfíctico importante. Esto se evi- ta mediante la aspiración cuidadosa y pe- riódica, así como la limpieza de la cánula interna, tantas veces como sea necesario. Es útil la utilización de fluidificantes y situar al enfermo en un ambiente húmedo. También existe la posibilidad de obstrucción de la cá- nula por un defecto del baloncillo, que al insuflarlo se produzca una hernia importante del mismo y ocluya total o parcialmente el extremo distal de la cánula. El diagnóstico solo es fácil si se piensa en esta posibilidad. 5. Ulceras traqueobronquiales. Pueden ser pro- vocadas por una cánula inadecuada o una situación incorrecta de ella, por la acción irritativa de la sonda de aspiración, etc. A veces pueden ocasionar problemas graves, como puede ser hemorragias de difícil trata- miento. En otras ocasiones es el estadio ini- cial de una estenosis traqueal. 6. Fístulas traqueoesofágicas. Se han descrito algunos casos aislados bien como consecuen- cia de una herida operatoria de la pared pos- terior de la tráquea que llegue hasta la luz esofágica, bien por un mecanismo compresi- vo del neumotaponamiento. Generalmente si no existe una infección añadida, no presenta problemas y suele cerrar espontáneamente. 7. Traqueomalacias. Este proceso puede origi- nar un colapso de la tráquea en un sector más o menos amplio de ella y por consiguien- te la dificultad respiratoria. En los portado- res de cánula, la lesión se desencadena por la presión constante de ésta sobre la cara interna de los anillos traqueales, desvitali- zándolos, con lo que el anillo traqueal tien- de a cerrarse y asfixiar al enfermo. 8. Situación incorrecta de la cánula. Lo más frecuente es la colocación de la cánula en el tejido celular peritraqueal, bien desde el mis- mo acto operatorio, error inadmisible, o lo que es más habitual, una salida posterior de la cánula del orificio traqueal. Esto últi- mo se presenta, sobre todo, en sujetos obe- sos, con cuello corto, en los que la cánula suele quedar poco introducida en la tráquea y ante un golpe de tos, movimientos intem- pestivos, etc. salirse y alojarse en la región pretraqueal. Puede presentarse un cuadro asfíctico que puede comprometer la vida del enfermo. Esta complicación se puede preve- nir realizando la sutura de los bordes de la incisión cutánea a los de la tráquea. Otras complicaciones, tales como traqueobron- quitis secas, cicatrices viciosas, etc., tienen me- nos importancia en cuanto a los problemas de urgencia, que pueden presentarse. Decanulación Cuando los motivos que obligaron a la traqueoto- mía desaparecen se nos plantea realizar la decanulación. La decanulación no suele presen- tar problemas en los adultos, pues si el enfermo soporta la cánula, generalmente la fenestra, tapa- da más de 24 horas, tras la realización de incluso de esfuerzos, el sujeto lo podemos decanular. Sin embargo en el niño, sobre todo si la traqueotomía ha permanecido durante varias semanas o me-
  • 23. Urgencias faringo-laríngeas 251ORL-DIPS 2001;28(5):229-252 ses, el problema de dependencia puede hacer difí- cil la decanulación. Las dificultades de decanulación, pueden reve- lar un proceso mecánico obstructivo, tales como: – No haber curado completamente la causa que indicó la traqueotomía. – Un granuloma o espolón traqueal supra- canalicular. – Una traqueomalacia. – Una anquilosis crico-aritenoidea. – Una estenosis traqueal, etc. Otras veces no se encuentra ninguna lesión or- gánica en el sector laringotraqueal y la dificultad de decanulación se debe a causas psíquicas, en ocasiones más difícil de solucionar que las or- gánicas. Este hecho se da con más frecuencia en los niños y en enfermos con retraso mental. También disponemos de tratamientos quirúrgicos encaminados a restablecer la vía aérea como: Métodos endoscópicos. Dilataciones mediante bujías, microcirugía para la exéresis de los granulomas, resecciones parciales de la cuerda vocal con láser endoscópico. Métodos por vía externa. Aritenopexia (es la fija- ción del cartílago aritenoides al ala tiroidea, se- parándolo de la línea media). Aritenoidectomía (resección del aritenoides por vía endoscópica o por tirotomía). Intervención de Rethi. Resección cricotraqueal. También se debe pensar en procesos patológi- cos sistémicos que pueden originar obstrucción local en la laringe y vía aérea superior ej: policondritis recidivante, artritis cricoaritenoidea por artritis reumatoidea, LED, gota, Sd. Reiter y granulomatosis de Wegener, etc. Bibliografía 1. Adams GL, Boies LR, Hilger PA. Boies Funda- mentals of Otolaryngology. A textbook of Ear, Nose and Throat diseases. 6th ed. Philadelphia W.B.: Saunders Company, 1989. 2. Altman KW, Wetmore RF, Marsh RR. Congenital airway abnomalities requiring tracheotomy: a profile of 56 patients and their diagnoses over 9 year period. Int J Pediatr Otolaryngol 1997; 41(2):199-206. 3. Choissone E, Álvarez de Cozar F. Otorrinolarin- gología. 2ª ed. Editorial científico-médica, 1990. 4. Cubero MT, de la Rica y Rodas R. Lesiones faríngeas. Traumatismos y quemaduras. Cuer- pos extraños. Hemorragias. Edemas. Abcesos. En: Moreno J, Vincent E, ed. Urgencias Qui- rúrgicas. ELA, 1992. 5. Fernández Vega M. Urgencias en Otorrinolarin- gología. Acta ORL Española 1991;42(nº extraor- dinario). 6. Froenhlich P, Seid AB, Denovelle F, et al. Discoordinate pharyngolaryngomalacia. Int J Pediatr Otorhinolaryngol 1997;39:9-18. 7. Gaynor EB. Otolaryngologic manifestations of gastroesophageal reflux. Amer J Gastroenterol 1991;86:801-8. 8. Gil-Carcedo LM, Marco J, Medina J, et al. Tra- tado de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabe- za y Cuello. Tomo III. Ed. Proyectos médicos, 1999. 9. Gray RF, Todd NW, Jacobs IN. Tracheostomy decannulation in children: approaches and tech- niques. Laryngoscope 1998;108:8-12. 10. Gregg CM, Wiatrax BJ, Koopmann CF Jr. Man- agement options for infantile subglotic heman- gioma. Amr J Otolaryngol 1995;16:409-14. 11. Jiménez J, Poch J. Disnea laríngea. Cuerpos extraños. Abceso laríngeo. En: Moreno J, Vin- cent E, ed. Urgencias Quirúrgicas. ELA, 1992. 12. Jong AL, Kuppersmith RB. Update on the pediatric airway. The otolaryngologic clinics of North America. Philadelphia: W.B. Saunders Company, USA, 2000;33(1). 13. Marco J. Patología laríngea y reflujo gastroeso- fágico. Facts & Research 1999;2-4. 14. Paparella MM, Shumrick DA, Gluckman JL, Meyerhoff WL. Otorrinolaringología. Tomo III. 3ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 1994.
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