Este tipo de técnicas facilitan unas pautas básicas para educar a niños de 3 a 12 años y sirven para actuar en caso de que estos incumplan las normas elementales.
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01 técnicas básicas para educar
1. Acuerdo entre la pareja
Capítulo
Importancia
¿En qué deben estar de acuerdo?
¿Qué ocurre cuando no hay acuerdo?
¿Cómo se consigue el acuerdo?
¿Para qué situaciones es válida está técnica?
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2. Acuerdo entre la pareja
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Importancia
El acuerdo entre la pareja es una condición imprescindible y esencial para
educar a un hijo.
Sin esta condición podemos decir que no es posible aplicar el resto de
técnicas, ni solucionar los problemas cotidianos; probablemente tampoco es
posible educar al niño adecuadamente.
Los padres deben mantenerse de acuerdo por estas razones:
- La educación del niño es responsabilidad de los dos y depende de am-
bos.
- Por la importancia que tiene en la educación el ejemplo de los padres.
- Por la importancia decisiva de que el niño reciba el mismo mensaje de su
padre y de su madre y que estos mensajes no sean contradictorios.
¿En qué deben estar de acuerdo?
Aunque cada miembro de la pareja aporte su estilo personal, el acuerdo
entre la pareja a la hora de educar al niño debe estar, al menos, en los si-
guientes aspectos:
1. Qué entendemos por educación.
Ambos deben compartir una idea parecida de lo que supone educar a un
niño, de la importancia de la educación y de lo que se pretende con ese
proceso en el caso concreto de su hijo.
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Acuerdo entre la pareja
2. Responsabilidad compartida.
La dedicación en la tarea de educar al hijo es compartida y no solo res-
ponsabilidad de uno de los miembros. Este acuerdo debe reflejarse en el día
a día, de manera práctica.
3. Qué vamos a enseñarle.
Más en concreto, y referido a la tarea cotidiana, también debe reflejarse
el acuerdo sobre qué quieren enseñarle al niño concretamente. Esto se re-
fleja en qué normas y límites tiene el niño, qué le exigen y qué le enseñan
en cada momento.
4. Cómo lo vamos a hacer.
Cómo van a enseñárselo es otro aspecto en el que deben mantener acuer-
do los padres: el estilo educativo, los procedimientos y las técnicas más o
menos comunes que emplean con el niño.
5. En las técnicas de disciplina.
Cuando el niño se niegue a cumplir las exigencias, incumpla las normas o
sobrepase los límites, los padres deben actuar de la misma manera.
¿Qué ocurre cuando no hay acuerdo?
La falta de acuerdo entre la pareja a la hora de educar a los hijos tiene
múltiples manifestaciones, comenzando por mostrar criterios y formas de
actuar abiertamente diferentes.
Pero hay otras formas más sutiles, veamos algunos ejemplos:
4. Acuerdo entre la pareja
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- Cuando uno de los padres se despreocupa y no participa en la educa-
ción del niño en el día a día y solo uno asume la responsabilidad.
– ¡Carmen! –Grita el padre mientras lee el periódico. –El niño ha roto el bo-
lígrafo y tiene las manos llenas de tinta.
- Cuando se encubre al niño ante el otro miembro de la pareja.
- Cuando después de haber acordado una forma de actuar, uno de los
padres rompe el acuerdo delante del niño.
- Cuando se actúa de manera que uno hace de “padre bueno” y al otro se
le da el rol de padre intransigente.
Goyo ha suspendido cuatro asignaturas. Sus padres han acordado que este
trimestre sólo podrá jugar con la videoconsola los sábados y domingos.
Sin embargo, el niño ha insistido y ha convencido a su madre. Hoy ha estu-
diado bastante y le ha pedido jugar un rato después de la cena.
–Está bien –comenta la madre. –Pero no sabemos si aceptará papá.
–Intenta convencerlo –suplica el niño.
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Acuerdo entre la pareja
Ambos, madre e hijo hablan con el padre. Sorprendido comenta a su mu-
jer:
–Habíamos quedado que este trimestre no había videoconsola entre sema-
na.
–Ya, pero es solo un día. El niño ha estudiado esta tarde –replica la madre.
–No estoy de acuerdo, eso no es lo acordado –responde el padre.
–No seas tan intransigente. ¡Venga! Cede un poco que no pasa nada –vuelve
a responder la madre de Goyo.
La falta de acuerdo tiene a medio plazo consecuencias negativas para
todos:
- Sobre todo, el niño recibe mensajes contradictorios y en realidad no sabe
a qué atenerse y no aprecia el valor de lo que se le quiere enseñar.
- En muchas ocasiones uno de los miembros de la pareja lleva todo el
peso de la educación, con lo que implica de sobre esfuerzo y estrés.
- Uno de los progenitores va asumiendo el rol que podríamos llamar de
“padre bueno” y otro de “malo”.
- Cuando se trata de un comportamiento prolongado y el niño va cre-
ciendo, aprende a aprovecharse de la situación en beneficio propio.
6. Acuerdo entre la pareja
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En resumen, la falta de acuerdo tiene diferentes manifestaciones y suele
tener varias consecuencias negativas.
¿Cómo se consigue el acuerdo?
El acuerdo entre la pareja es algo que se va construyendo cada día. Algu-
nas orientaciones que pueden ayudar son:
1. La pareja debe mantener un diálogo continuo sobre la educación del
niño, sobre los aspectos a los que anteriormente hemos aludido: qué enten-
demos por educación, qué queremos enseñarle, cómo queremos hacerlo,
cómo debemos actuar en las situaciones problemáticas de cada día.
2. El niño debe recibir el mismo mensaje de papá y mamá en los aspec-
tos anteriores: normas, límites y exigencias. Para ello, es necesario haberlas
acordado anteriormente.
3. En las situaciones cotidianas en las que no sabemos qué criterio adop-
tar, una medida práctica es aplazar la decisión hasta hablarlo con la pareja.
Pero con cuidado. Debe transmitirse el mensaje de que las decisiones las
tomamos conjuntamente y no que uno es “el bueno” que va a convencer
al “duro”.
Este sábado es el cumpleaños de una amiga de Marina, de doce años. Ha
quedado en invitar a algunas compañeras de clase a merendar y después ir al
cine. Terminarán más tarde de lo que habitualmente sus padres les dejan.
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Acuerdo entre la pareja
Marina pide permiso a su madre para ir. La madre le contesta:
–Esto lo tenemos que hablar papá y yo.
–¿Pero tú me dejarías mamá? –insiste la hija.
–Es una decisión que tenemos que hablar tu padre y yo, que decidimos los
dos.
4. En las situaciones cotidianas no contradecir las decisiones de uno de los
miembros, ni mostrar delante del niño el desacuerdo.
5. Las diferencias que naturalmente aparecerán es conveniente hablarlas y
negociarlas sin la presencia del niño. En ocasiones, es necesario cambiar de
criterio y de decisión porque no han sido acertadas. En este caso también
deben presentarse como rectificación conjunta.
8. Acuerdo entre la pareja
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Nacho, de 4 años, sigue buscando impaciente uno de sus cuentos en el mue-
ble del salón. Su padre está viendo un interesante partido. Nacho no para de
ponerse delante de la TV rebuscando entre las estanterías.
Su padre se impacienta.
–Nacho, por favor, quítate de en medio no me estás dejando ver el partido.
–Estoy buscando mi libro –replica el niño.
–Pero me estás molestando; búscalo más tarde.
Ante la impaciencia del padre, el niño busca inquieto hasta que tira al suelo
todos los libros de una estantería.
El padre no puede más:
–¡Fuera! ¡Vete a tu habitación, ya no puedes estar aquí! –le grita el padre
indignado.
Nacho se va llorando a buscar consuelo con su madre.
Cuando el niño duerme, la madre comenta a su marido:
–No ha estado bien lo de esta tarde con Nacho, podías haber dejado un mo-
mento el partido y buscarle el cuento, y peor lo de echarlo del salón.
–Tienes razón cariño.
Por tanto, el acuerdo se consigue: manteniendo la pareja un diálogo con-
tinuo, enviando al niño el mismo mensaje, aplazando las decisiones si no
están acordadas, no mostrando desacuerdo delante del niño y negociando
las medidas educativas sin su presencia.
¿Para qué situaciones es válida esta técnica?
El acuerdo entre la pareja es más bien una condición y una actitud nece-
saria para educar a los niños.
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Acuerdo entre la pareja
Por tanto, es válida para cualquier situación, sin embargo, algunas situa-
ciones más concretas pueden ser:
- Qué conductas le permitimos al niño y cuáles no.
- Qué medida adoptamos si se porta mal.
- Qué le exigimos que haga.
- Qué decidimos si el niño nos pide algo que no está previsto.
Gerardo va a cumplir once años. Para esta Navidad ha pedido un teléfono
móvil. Sus padres no saben qué hacer.
En realidad es una actitud que debemos mantener siempre que tenemos
que adoptar una decisión sobre el niño. Además es una estrategia especial-
mente válida a partir de los once años, en la preadolescencia y más tarde en
la adolescencia donde los conflictos con la autoridad de los padres, las nor-
mas y límites se harán cotidianos y donde actuar unidos será clave para
hacer frente a la situación.
Resumiendo.
Hemos presentado la primera condición para educar: mantener un acuer-
do entre la pareja. Como hemos indicado, es una condición básica para
poder educar adecuadamente a un niño. Para ello hemos señalado la im-
portancia del acuerdo entre la pareja, en qué deben estar de acuerdo los pa-
dres, qué ocurre cuando esta condición no se cumple, cómo deben llevarla
a cabo en el día a día y para qué situaciones es válida.