La abeja doméstica fermenta el polen almacenado en los panales cubriéndolo con miel para hacerlo digerible. Las larvas se alimentan inicialmente de polen y jalea real, una sustancia nutritiva segregada por las abejas nodrizas. Las larvas destinadas a ser reinas se alimentan exclusivamente de jalea real, rica en nutrientes, lo que permite su rápido crecimiento y desarrollo como reinas. La jalea real contiene agua, azúcares, proteínas, vitaminas, minerales y

1. Alimentación Mágica
La abeja doméstica genera unas encimas que depositan sobre el polen que almacena en
los panales. Posteriormente, lo tapa con una capa de miel, a fin de que sea un proceso de
fermentación anaeróbico, para que una semana después el polen resulte digerible,
obteniéndose de él todas las proteínas, grasas, minerales, etc.
Las larvas durante los primeros tres días de vida se alimentan a base de polen con jalea
real, una sustancia segregada por las abejas nodrizas que sirve de alimento a todas.
Posteriormente, se alimentarán con una mezcla de miel, agua y polen.
Las larvas reales (aquellas que se convertirán en reinas) son alimentadas desde su primer
día con jalea real pura (sin polen). Esta alimentación tan exquisita es uno de los requisitos
para que una hembra se desarrolle como reina y no como obrera. La larva de la abeja
reina en tan sólo cinco días ha alcanzado dos mil veces su peso inicial y doblado la
longitud con respecto a sus compañeras obreras. Las reinas también se alimentan de este
energético sustento.
El otro requisito es que sea cuidada por una abeja calefactora. Este tipo de abeja agita los
mismos músculos que los usados en las alas para aumentar su temperaturas hasta 45ºC.
Así hace que las larvas reales sean incubadas a 1`5 ºC más de temperatura que las
obreras haciendo además que sean más inteligentes y que viven diez veces más. Dos
tercios de la miel producida por una colmena se utiliza para alimentar a estas abejas
calefactores.
La jalea real se compone de: casi un 60% de agua, azúcares, proteínas, lípidos y ceniza.
Contiene vitaminas B1, B2, B6, B5, B8, E y PP, y ácido fólico. Tiene también antibióticos,
gammaglobulina, albúminas, y aminoácidos. Además minerales como hierro, oro, calcio,
cobalto, silicio, magnesio, manganeso, níquel, plata, azufre, cromo y cinc.
Entre las propiedades más destacables de la jalea están: estimula el sistema nervioso;
mejora la oxigenación cerebral; regulariza los trastornos digestivos; aumenta la resistencia
al frío y la fatiga; aumenta el contenido de hemoglobina, leucocitos y glóbulos rojos en la
sangre; retarda el proceso de envejecimiento de la piel y mejora su hidratación y
elasticidad; estimula el sistema inmunitario; etc.