1. Desde Tierradentro
VIENE ANDANDO LA PALABRA
Por Óskar Benjamín Gutiérrez*
Bogotá, D.C., Colombia, noviembre de 2008
Aída Quilcué, Consejera Mayor del CRIC, se sienta a descansar un poco luego de
minguear por más de 40 días. Acaba de visitar varias embajadas en Bogotá en las
que explicaba porqué los pueblos indígenas le exigen al gobierno nacional el
cumplimiento de viejos acuerdos.
Ha caminado toda su vida. Ella es una indígena Nasa de Tierradentro y se ha
dedicado a la lucha de los Pueblos Indígenas.
Con su Vara de Mando en la mano izquierda, esta mujer habla con la energía de
una gran líder.
“Yo he aprendido a caminar de la mano con la gente y así lo hemos hecho en
esta minga de resistencia social y comunitaria, como lo hiciera en su momento
nuestra Cacica Gaitana”.
Y es que cada frase y cada palabra de Aída, cada paso que da, es una postura
política frente a su Pueblo, es un compromiso hacia sus comunidades.
Tiene una voz firme y un acento característico del suroccidente colombiano.
Mientras se toma una tasa de café, con gran vivacidad mueve sus ojos como
insinuando hacia dónde debemos dirigir las miradas. Con ese mismo entusiasmo
mantiene la conversación.
“Esta minga de los pueblos es el resultado de la gran necesidad que tenemos
por defender la vida y los Derechos Humanos, nuestros Territorios, la adopción
de la declaratoria de la ONU sobre los derechos de los Pueblos Indígenas,
nuestro rechazo frente a la legislación que no respeta la consulta previa con
nuestras organizaciones representativas y la exigencia de cumplimiento frente a
varios acuerdos entre el gobierno nacional y nuestras organizaciones.”
No le deja de sonar su celular mientras constantemente da instrucciones sobre el
quéhacer político y organizativo.
“Es necesario replantear el escenario de la dignidad y la defensa de la vida. En
nuestro país deberíamos empezar a diseñar otro modelo de política en el que la
gente sea quien decida desde su conciencia.
Nosotros iniciamos esta minga el 12 de octubre en La María, departamento del
Cauca, porque este día nos recuerda el horror, la discriminación, el racismo, el
desplazamiento y la desaparición forzada de los indígenas.
Iniciamos la Minga en La María porque además teníamos el antecedente de la
Cumbre de los Pueblos Indígenas y sectores sociales desarrollada en el 2005.
2. Las comunidades deciden entonces adelantar la ‘operación guadua’ que
consistió en taponar la Panamericana a la altura de La María ese 12 de octubre
de 2008.
Necesitábamos generar ese mecanismo de presión pero también el de la
protesta sobre el derecho social. Uno de los balances de aquella toma es el de
tener 122 heridos y un muerto fuera de los otros dos compañeros en Villarrica.
Decidimos entonces marchar hacia Cali 40 mil personas como cambio de
estrategia de resistencia civil.
La minga dejó entonces de ser caucana y pasó a ser de todos los indígenas
colombianos y de diversos sectores sociales.”
¿Por qué no pudieron encontrarse para conversar con el Presidente allí en Cali?
“Porque Uribe nos condicionó a ser recibidos en una pequeña comisión y no en
minga. Nosotros dijimos que no nos íbamos en comisión cuando la decisión era
conversar en Minga. Porque no quisimos caer en el juego del gobierno nacional
que consistió en caucanizar el movimiento. Esta era ya una minga nacional que
exigía el cumplimiento de acuerdos nacionales, no solo los del Cauca. Hicimos
entonces nuestra audiencia pública con la silla vacía y le dimos un plazo a Uribe
hasta las dos de la tarde cuando la cita era a las 10 de la mañana. Él manifestó
tener problemas de seguridad. A las cuatro dimos la orden de retirar la minga y
levantar la audiencia del parque. Media hora después llega Uribe y arma un
consejo callejero en un puente cerca de allí. Luego dijo que los indios no lo
atendieron. Sin embargo, las declaraciones de él y sus voceros no hacían más
que tildarnos y estigmatizarnos como terroristas y miembros de las FARC.
Indignados decidimos emprender nuestro regreso a La María. Uribe nos dice
que lo atendamos en Popayán pero la minga insiste que sea en La María por
ser un sitio representativo de la violación de los derechos humanos; además allí
estaba un escuadrón móvil antidisturbios de la Policía Nacional que había
causado destrozos en las propiedades de la comunidad y nuestro interés era
hacérselo notar a Uribe, aunque él ya lo supiera.”
De nuevo se frustra el encuentro con el Presidente. Y de regreso en La María la
minga vuelve a ser caucana o las demás organizaciones indígenas los siguen
acompañando?
“Esta movilización no sólo continuó siendo de los Pueblos Indígenas de
Colombia en general; también de muchas organizaciones y sectores sociales.
Por eso decidimos caminar hasta Bogotá. En el camino conversamos con los
corteros y encontramos muchas expectativas. Por eso tenemos esperanza.
Cuando nos acercábamos al Tolima me armaron un debate entre el
Comandante de Policía y el Secretario de Gobierno de Ibagué, diciendo que era
un irrespeto de nosotros con las víctimas del volcán del Machín que en esos
días hizo erupción, pasar con la minga por Ibagué; vaya despropósito. Nosotros
sabíamos que era una estrategia usar a los desplazados para así evitar que
entráramos a la ciudad y enviarnos por la variante. El gobierno decía que no al
taponamiento de vías; sin embargo cuando llegamos a esa ciudad, la Policía
tenía taponada la carretera para impedir nuestro paso, rompiendo sus propias
3. convicciones y principios, sólo por no dejar que entráramos. Armamos entonces
un cordón de varias filas con 200 mujeres guardias, conmigo a la cabeza.
Cruzamos el primer cerco de seguridad de la fuerza pública y ahí entonces
empezaron a atropellarnos con los caballos. Nos pegaron con los bolillos y sin
embargo nuestra gente iba muy disciplinada a pesar de la cantidad. Entramos a
Ibagué con toda nuestra minga e hicimos actos públicos. Visitamos entonces a
los desplazados por la erupción del volcán El Machín y mi sorpresa fue verlos
encerrados en un coliseo en donde literalmente no podían hablar por la
cantidad de fuerza pública alrededor de ellos; nadie podía entrar a solidarizarse
con ellos. Total que no era un irrespeto que pasara la Minga por Ibagué como
decía Uribe, era una estrategia perversa para usar a los desplazados por esta
tragedia natural contra nosotros. Por el contrario, había un claro irrespeto de
las autoridades locales hacia estos damnificados.
Salimos entonces hacia Chicoral, lugar histórico en el que se firmó el gran pacto
del Chicoral por el Gobierno de Pastrana Borrero en 1972, acordándose la
contrareforma agraria. Decidimos allí redactar un nuevo pacto para legitimar la
reforma agraria en Colombia y rechazar de manera contundente el estatuto de
desarrollo rural. Llegamos luego a Fusagasugá. Nos recibieron muy bien y nos
quedamos en la Universidad de Cundinamarca. Yo llevo en el alma a
Fusagasugá porque los que no estuvieron de acuerdo con nosotros, nos
respetaron y guardaron silencio frente a nuestra postura. Pero la mayoría nos
recibió muy bien; esta fue la mayor estadía en una ciudad. Yo recuerdo a Fusa
con mucha alegría por su gente.
Luego llegamos a Soacha en donde nos esperaban muchas organizaciones.
Aquí la discusión más fuerte fue la llegada a Bogotá y la quedada en la
Universidad Nacional. Dijeron que no nos dejaban entrar, pero nosotros dijimos
que sí por ser este el centro de la discusión, del debate, de la academia y del
pensamiento. Finalmente, luego de las actitudes racistas y xenofóbicas de sus
directivas, logramos entrar aunque nos dejaron todas las aulas cerradas y nos
dieron un sitio abierto en donde amanecimos a la intemperie. Hay que decir
que el gobierno de Bogotá nos ayudó mucho, sobre todo a través de la
comisión garante y de observación que tenemos a nivel nacional. Siendo la
educación la herramienta para la transformación del país, se promueve a través
de las instituciones educativas el racismo y la no tolerancia.”
¿Qué balance entonces les dejó esta minga?
“Tuvimos once horas de debate con los ministros pero no encontramos ninguna
solución a los problemas planteados por nosotros. Eso casi que ya lo sabíamos.
Aquí lo importante era generar opinión. Ahora ganamos que el gobierno
nacional le haya bajado el tono a los indios y que podamos seguir hablando el
tema de los acuerdos estructurales. Eso lo hemos ganado a pulso.
El objetivo del debate alrededor de la minga yo digo que lo hemos cumplido.
Aparte de discutir nuestros puntos clave, se trataba de visibilizar un problema y
llegarle a la opinión pública sobre la verdad de los grupos étnicos y la violación
a los derechos humanos. Eso creo que lo logramos. Por eso vamos a seguir
caminando, porque este no es un tema sólo indígena, es nacional.
4. Bueno. Dejo hasta aquí porque mientras la minga indígena reposa, la Madre
Tierra está protestando en Tierradentro con el volcán en erupción.”
Da media vuelta, se aprieta por el cuello una bufanda que se le caía por los brazos
y se despide con la misma velocidad con la que emprende el nuevo rumbo.
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Luis Evelis Andrade, Autoridad Nacional Indígena, ONIC:
“La minga se mantiene como proceso porque está en el consciente e
inconsciente colectivo de los pueblos, como experiencia cultural, como
experiencia de trabajo conjunto; yo diría que en el ámbito político pasa lo
mismo, la minga se hace frente a determinadas realidades; en este momento
hemos hecho la minga frente a lo que pasa en este país con los Pueblos
Indígenas, con los campesinos, con los afros, con los sectores excluidos;
termina una jornada en la que en términos políticos considero hemos
avanzado. Tal vez en términos reivindicativos desde las respuestas concretas
del Estado no. Ahora la minga nos reta a tomar nuevas fuerzas, a evaluar, a
mejorar las condiciones de nuestros pueblos. La minga por la vida, la dignidad
y la paz de los pueblos continúa su camino.”
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*Comunicador Social y Periodista independiente, autor de varias publicaciones
de grupos étnicos colombianos.