Día del Maestro - Recuerdo a Sarmiento y reflexión sobre la educación
1. Hoy nos reunimos para recordar el Día del Maestro, una fecha que moviliza
afectivamente a los que pertenecemos a esta comunidad educativa.
Sabemos que el motivo de la conmemoración es un nuevo aniversario del
fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento: importante intelectual de la vida
cultural y política de nuestro país, político, pedagogo, escritor y presidente.
Pero más allá de esta información, que ya todos conocemos, destacamos hoy
algo de su pensamiento que puede resultarnos útil. A pesar de que existen
algunas controversias respecto a la figura de Sarmiento, es interesante insistir
en su valoración de la educación como agente transformador de un país.
“Entendía que el fortalecimiento de una identidad desde la
escuela era la manera de reunir una sociedad dividida
culturalmente.”
Hoy, mientras nos asustamos observando el desmembramiento de la sociedad,
sería interesante que aprovechemos el espacio que nos brinda la escuela para
estar más atentos y reflexionar sobre la posibilidad de revertir esta situación.
Porque trabajando día a día entre docentes y alumnos podemos comenzar a
construir una nueva realidad que nos resulte más feliz, pensando en aquello
que nos caracteriza y nos une para valorizarlo y afianzarlo como base para la
construcción de algo más.
Por eso es importante, además de recordar a Sarmiento y saludar a los
docentes, ver ¿qué podemos hacer por nosotros mismos y nuestro futuro?
No olvidemos que la historia se mueve no sólo por las grandes figuras, sino
también por el pequeño gran esfuerzo de cada uno de nosotros, allí radica
nuestra responsabilidad.
En el marco de estas reflexiones, queremos homenajear a todos los maestros,
a los que trazaron el camino hasta este punto y a los que hoy, día a día,
construyen responsablemente el futuro, al servicio de las nuevas generaciones.
Que con la intersección de María, Madre de Misericordia, sean capaces los
docentes de educar también con la vida misma y los alumnos de reconocer en
ellos la presencia Divina e inspiradora del Espíritu Santo.