Los obispos paraguayos emitieron un mensaje con motivo del aniversario de la independencia del país, expresando su preocupación por la situación económica y social que está deteriorando la calidad de vida de la población. Señalan que la familia es fundamental para formar ciudadanos comprometidos con el bien común y que la Iglesia apoya a las familias en su labor formativa. Exhortan al pueblo paraguayo a elevar su oración y participación ciudadana para superar los desafíos actuales y construir un futuro mejor para la nación.
Pronunciamiento de Mujeres en defensa de la Ley 348
La Patria necesita compromiso de todos
1. La Patria es Compromiso de Todos
Con motivo de la conmemoración de los 194 años de la independencia patria, los obispos del Paraguay
nos dirigimos al pueblo católico paraguayo y a todas las personas de buena voluntad para
expresarles nuestra salutación y un mensaje de esperanza.
Ante el agravamiento de la situación económica y social de la República y el notorio desmejoramiento de
la calidad de vida de la población, se observa un ambiente de pesimismo y desesperanza paralizantes
que ponen en peligro la posibilidad de trabajar los cambios necesarios para la construcción del Paraguay
que queremos y necesitamos.
En la Carta Pas toral “El Saneamiento Moral de la Nación”, de 1979, afirm aban los obispos: “Lo que nos
preocupa en estos momentos es el grave deterioro moral de nuestra sociedad, la quiebra de los
valores morales que pone en peligro la estabilidad misma de la Nación.
En verdad, no es sólo una sucesión de desórdenes y actos delictuosos, sino en definitiva es la
destrucción del mismo hombre, de la persona humana, única portadora de los valores morales”
Con relación a la familia, en el contexto del día de la madre, reiteramos lo que ya afirmábamos en nuestro
mensaje de noviembre pasado:
“Las familias constituyen el s oporte afectivo de los hijos y la pr imera escuela de aprendizaje del valor y
sentido de la vida. La desestructuración de la misma, a causa de vínculos quebrados por conflictos,
separaciones de los padres o por ausencia de ellos, lleva a los hijos hacia vacíos existenciales y de
afectos que producen grandes y profundas des ilusiones”.
La Patria necesita de personas comprometidas con el bien común; necesita de un tejido social
conformado por ciudadanos con auténtico espíritu patriótico, solidarios, sensibles con las necesidades
del prójimo; ciudadanos formados en el seno de familias íntegras, con fuertes lazos de amor y de respeto
entre sus miembros.
La Iglesia acompaña de manera particular a las familias para animarlas a cumplir y fortalecer su misión de
ser comunidad formadora y educadora de la fe de los hijos, comunidad de amor y promotora de un nuevo
orden social de convivencia fraternal.
Son muchas las situaciones económicas, sociales y políticas, internas y externas, que desafían la
participación activa de la ciudadanía, con entusiasmo y coraje, para salvaguardar la soberanía de la Patria
que soñaron los próceres de Mayo.
Todos soñamos y queremos una sociedad mejor, un país diferente y tenemos que recordar y repetir que
esto supone y exige el compromiso, el esfuerzo y el aporte de todos y cada uno a su medida y según
su responsabilidad y posibilidad. La patria es compromiso de todos.
Sin embargo, cabe recordar que los que administran los poderes públicos tienen la mayor carga de
responsabilidad para encauzar las soluciones urgentes que requieren los grandes y graves temas
que aquejan hoy al Paraguay. Para ello, es necesaria una profunda renovación de nuestra clase política,
en su rol pedagógico motivador de la construcción de una ciudadanía que, participando con su voz y su
voto, se sienta plenamente involucrada en la gestación del presente y futuro de la Nación.
Exhortamos una vez más al pueblo paraguayo a elevar su oración, con confianza y seguridad en el amor
de Dios Padre que quiere la construcción de su Reino para nuestro bien.
2. Invocamos la protección y acompañamiento de Nuestra Madre, la Inmaculada Concepción, en su
advocación de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, quien nos anima a hacer lo que su Hijo
diga. San Roque González, nuestro hermano y compatriota, que conoció este país, que luchó por su
desarrollo y crecimiento, nos sirva de modelo de amor a la Patria, nos anime y aliente en este camino.-
Asunción, 13 de mayo de 2005
Por la Presidencia de la CEP.
+ Ricardo Valenzuela
Secretario General de la CEP