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Santo Domingo, R. D.
Marzo 2010

Conocimiento, Valoración y Uso del Calendario Escolar IDEICE 0

Instituto Dominicano de Evaluación e
Investigación de la Calidad Educativa

Conocimiento, Valoración y Uso
del Calendario Escolar por
Directores/as y Maestros/as de
Centros Educativos Públicos


Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa
(IDEICE)

Conocimiento, Valoración y Uso del Calendario Escolar por
Directores/as y Maestros/as de Centros Educativos Públicos

__ ____________________________
Marzo 2010

Está estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de este
documento sin la autorización escrita del Instituto “Copyright”, bajo
las sanciones establecidas en las leyes.

Derechos Reservados:
Ministerio de Educación
República Dominicana

Investigador Principal
Saturnino de los Santos S., Ph. D.

Equipo Técnico Equipo de Apoyo
Saturnino de los Santos S., Ph. D. Martha Tejada Maribel Meran
Dr. Basilio Florentino Morillo Flora Tejada Mirna Feliz
Manuel E. Herasme, M. Ed. Ybernia Matos Bianca Zabala
Vilma Rafelina Gerardo, M. Ed. Miguel Frías Alexis Almánzar
Jesús Geraldo Martínez, M.A. Yanini Cabrera Martina Espinal
Ricardo Marte

Diagramación: Lic. Martha Tejada
Santo Domingo, República Dominicana


Gestión de Gobierno

Dr. Leonel Fernández Reyna
Presidente de República Dominicana

Melanio A. Paredes P., M.A.
Ministro de Educación


INDICE

PRESENTACIÓN .......................................................................................... 1
Conocimiento, Valoración y Uso del Calendario Escolar por
Directores/as y Maestros/as de Centros Educativos Públicos ................ 4
Resumen ...................................................................................................... 4
Hallazgos y Conclusiones ………………..……...………….…………………8
Nivel de Conocimiento de los/las Directores/as y Maestros/as sobre el
Calendario Escola …………………………………...….....……..........………8
Nivel de Valoración del Calendario Escolar por los/las Directores/as y
Maestros/as ……………………..….……...……..….…….....……….....…...9
Uso del Calendario Escolar por los/las Directores/as y Maestros/as …....11
PARTE I ...................................................................................................... 13
INTRODUCCIÓN DEL ESTUDIO............................................ ……………..13
1.1 Conceptualización y Antecedentes. …………………….……...…….…13
1.2 El Calendario Escolar en el Contexto Dominicano ………….…….….19
1.3 El Problema ………………………………………….……….……….…...20
1.4 Propósito del Estudio ………………………………….….………..……..22
1.5 Operacionalización de las Variables ……….………………...…………23
1.6 Definiciones de Términos Claves ……………...……………...….……..25
1.7 Alcances y Límites del Estudio ………………………......…..………….28
PARTE II ............................................................................................ ….….30
SUSTENTACIÓN DE LAS VARIABLES ................................................ …30
DENTRO DEL MODELO CONCEPTUAL ASUMIDO ................................ .30
2.1 Calendario Escolar ………………………………………….……………30
2.2 Conocimiento sobre el Contenido del Calendario Escolar ….……....32
2.3 Valoración del Calendario Escolar …………………………...…….…..35
2.4 Uso del Calendario Escolar ………………….…….………………….36
2.5 Modelo Conceptual ………………….…………………….…………...39
PARTE III .................................................................................................... 41
METODOLOGÍA DE TRABAJO ................................................................. 41

Conocimiento, Valoración y Uso del Calendario Escolar IDEICE i

3.1 Diseño, Población y Muestra …………………...…………………..…41
3.2 Instrumentación: Elaboración y Aseguramiento de la Validez y
Confiabilidad del Instrumento Utilizado …………..……………….....45
3.3 Organización del Trabajo …………………………..………………….47
PARTE IV .................................................................................................... 51
PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS ........................................... ….51
4.1Nivel de Conocimiento del Calendario Escolar ….……………......….51
4.2 Valoración del Calendario Escolar …………………………………….62
4.3 Uso del Calendario Escolar ……………………………………...……68
4.3.1 Uso del Calendario Escolar Según Rol, Nivel Educativo,
Tanda, Zona y Género ……………………………..………………68
4.3.2 Magnitud de Uso del Calendario Escolar Según Ámbitos
Regionales.................................................................................. 75
4.3.3 Contenido del Calendario Escolar de Mayor Utilidad y Uso ........ 77
4.3.4 Nivel Socialización del Contenido del Calendario Escolar .......... 79
4.3.5 Otros Documentos que se Usan Conjuntamente con el
Calendario Escolar. .................................................................... 80
4.3.6 Algunas Observaciones y Sugerencias para Mejorar la
Elaboración y Uso del Calendario Escolar. ................................. 81
PARTE V ..................................................................................................... 83
DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS: ....................................................... 83
Resumen de Hallazgos, Conclusiones e Implicaciones y
Recomendaciones ..................................................................................... 83
5.1 Resumen de los Hallazgos Según Objetivos. ……………...…….84
5.1.1 Nivel de Conocimiento de los/las Directores/as y Maestros/as
sobre el Calendario Escolar………………………………………...84
5.1.2 Nivel de Valoración del Calendario Escolar por los/las
Directores/as y Maestros/as. ...................................................... 85
5.1.3 Uso del Calendario Escolar por los/las Directores/as y
Maestros/as ................................................................................ 86
5.2 Conclusiones e Implicaciones ………………..…………..…………..88
5.3 Recomendaciones ………………………………………...…..……….91
Referencias bibliográficas …………………..……….……….………………93

Conocimiento, Valoración y Uso del Calendario Escolar IDEICE ii

PRESENTACIÓN
Los resultados de aprendizajes que se obtienen hoy en la educación
dominicana están aún lejos de satisfacer las aspiraciones de la
sociedad, indicando que las iniciativas emprendidas por el país para
mejorar la educación durante las últimas décadas han tenido muy
pocos efectos reales sobre la calidad del servicio educativo.

Dentro del conjunto de factores que parecen estar incidiendo sobre
los resultados de aprendizajes se destaca el tiempo dedicado al
proceso enseñanza-aprendizaje, al considerar que este constituye
una variable fuertemente asociada con el desarrollo de contenidos
curriculares, realización de actividades y uso de medios didácticos
para el logro de propósitos pedagógicos sustantivos. Al respecto,
son relevantes los planteamientos formulados por Fuller & Clarke
(1994) y Brunner & Elacqua (2003) en el sentido de que la
disponibilidad y óptimo aprovechamiento del tiempo es un elemento
importante tanto para la planificación y organización de las
actividades pedagógicas por parte de los/las docentes, como en lo
referente al desarrollo de estas a nivel del aula conjuntamente con
los alumnos.

Los resultados de los estudios de EDUCA/Gallup (2005 y 2008) y
SERCE (2008) coincide en señalar que la República Dominicana
está entre los países que imparten menos horas efectivas de
docencia al año, lo que parece haber tenido una significativa
incidencia para que la educación dominicana haya quedado entre
las de más bajos desempeño en Comprensión Lectora, Matemática
y Ciencias.

Frente a esta realidad, las actuales autoridades educativas han
planteado su determinación en el sentido de garantizar el
cumplimiento efectivo del Calendario Escolar oficialmente
establecido para regir durante el año lectivo. En la educación
dominicana el Calendario Escolar fue instituido como un mecanismo
de gestión clave para impulsar el aprovechamiento del tiempo en el
quehacer pedagógico en aula, la conducción de la gestión de
centros, la articulación con la comunidad y para responder a los
requerimientos histórico-cívicos que conducen a la creación de


ciudadanía, todos los cuales son considerados aspectos de crítica
importancia para una educación de calidad.

En este caso, el Calendario Escolar es una herramienta-guía de
carácter oficial que rige y orienta el uso del tiempo por las
instituciones escolares, en términos de organizar, desarrollar y
evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Opera como un
instrumento normativo contextualizado para una administración
escolar eficiente en todo sistema educativo formal.

Sin embargo, la falta de un estricto respeto del Calendario Escolar
parecía sugerir que los actores claves del proceso, aquellos que
están llamados a garantizar su cumplimiento, carecían de un
adecuado nivel de conocimiento sobre dicho instrumento normativo,
tenían una baja valoración del mismo y en general no estarían
vinculando su aplicación o uso a actividades de planificación,
organización de los tiempos, espacios y recursos facilitadores del
proceso escolar.

Para verificar o descartar las sospechas indicadas en el párrafo
anterior y respondiendo a gestiones de la Subsecretaría de Asuntos
Técnicos-Pedagógicos, el Instituto Dominicano de Evaluación e
Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), concibió y organizó
una indagación formal centrada en el conocimiento, valoración y uso
del Calendario Escolar por parte del profesorado y los/las
directivos/as de centros educativos públicos, como potenciales
elementos explicativos de lo que se ha revelado como un bajo nivel
de compromiso de estos actores respecto al cumplimiento de la
normativa que establece el uso del tiempo escolar.

En términos de propósito el estudio estuvo dirigido a determinar y
describir el nivel de conocimiento, valoración y uso del Calendario
Escolar que tienen y hacen los/las directores/as y maestros/as de
los centros educativos públicos de la República Dominicana. En el
aspecto metodológico, el mismo fue concebido como un estudio
transeccional-descriptivo en el que las variables de interés fueron
medidas en un solo momento para establecer su estado, magnitud,
distribución e incidencia. El universo en que se concentró la
indagación estuvo compuesto por directores/as y maestros/as de


centros educativos de las 18 direcciones regionales de la SEE. Una
muestra probabilística se utilizó para la obtención de los datos,
empleando un cuestionario autoadministrado específicamente
diseñado para este estudio.

Los principales hallazgos revelan que los/las directores/as y
maestros/as de centros educativos públicos en la educación
dominicana tienen un alto nivel de conocimiento del Calendario
Escolar como instrumento normativo y guía para la gestión escolar;
que dichos actores educativos tienen una valoración bastante alta
del Calendario Escolar como instrumento útil e idóneo para viabilizar
el cumplimiento efectivo de sus respectivas responsabilidades; y que
la mayoría de estos/as lo utiliza más o menos frecuentemente en el
marco de su desempeño, a la vez que una alta proporción de
ellos/as perciben que sus colegas usan regularmente el Calendario
Escolar al momento de planificar, organizar y controlar sus
respectivas actividades escolares.

Basado en estos resultados, se descarta que la falta de
aprovechamiento del tiempo pautado para el desarrollo de los
procesos pedagógicos en aula, las actividades curriculares para la
construcción independiente de los aprendizajes, la conducción de la
gestión de centros y la articulación con la comunidad, entre otros, se
deba a un bajo nivel de conocimiento, valoración y uso del
Calendario Escolar como instrumento-guía de la gestión docente.
Será necesario identificar y analizar otros potenciales factores
socioeconómicos, ambientales, materiales, culturales, etc. que
pudieran ser los responsables de este comportamiento de la
comunidad educativa y sus consecuencias indeseables.


Conocimiento, Valoración y Uso del
Calendario Escolar por Directores/as y
Maestros/as de Centros Educativos Públicos

Resumen
Luego de las grandes iniciativas e inversiones que han significado
para el país los Planes Decenales de Educación puestos en marcha
en la República Dominicana, estudios sobre los aprendizajes
logrados por los alumnos del país indican que tales intervenciones
no han surtido los efectos esperados en aspectos esenciales de la
calidad educativa como son la efectividad de los aprendizajes,
pertinencia de la formación, eficiencia de los procesos, relevancia o
impacto de las intervenciones y la equidad del servicio. Existe aun la
percepción general de que se ha ido acumulando una alta deuda
social en materia de garantizar una educación de calidad a la
Sociedad.

En el interés por establecer las causas que determinan los
resultados que revelan una baja calidad educativa, se ha planteado
la necesidad de examinar el Sistema en su conjunto, para ir
identificando los factores de mayor incidencia en esta problemática,
y a partir de ello poder generar recomendaciones conducentes al
diseño de políticas y otras iniciativas encaminadas a revertir los
déficits acumulados en materia de calidad educativa.

En la actualidad existe bastante coincidencia entre sistemas y
actores educativos de las diferentes regiones del mundo, en el
sentido de que el tiempo dedicado al proceso enseñanza-
aprendizaje constituye un factor con alta incidencia sobre el
desarrollo de contenidos curriculares, realización de actividades y
uso de medios didácticos para el logro de propósitos pedagógicos
sustantivos. En relación con esto reputados autores tales como
Fuller & Clarke (1994) y Brunner & Elacqua (2003) han planteado
que la disponibilidad y óptimo aprovechamiento del tiempo interviene
tanto en la planificación y organización de las actividades
pedagógicas por parte de los/las docentes, como en lo que


concierne al desarrollo de estas a nivel del aula conjuntamente con
los alumnos.

En el caso de la República Dominicana los seguimientos y estudios
realizados por algunas instancias responsables de la Secretaría de
Estado de Educación y por organizaciones independientes
(EDUCA/Gallup, 2005 y 2008) muestran un sensible incumplimiento
del horario y el calendario escolar en el país, lo que coincide con lo
revelado por el estudio SERCE (2008) en el sentido de que la
República Dominicana está entre los que imparten menos horas
efectivas de docencia al año, lo que parece haber incidido para que
haya quedado entre los de más bajos desempeño en Comprensión
Lectora, Matemática y Ciencias.

Se reconoce que existe en el país una cultura socialmente extendida
de incumplimiento de las normativas públicas relativas al uso del
tiempo escolar. Frente a esta situación, las actuales autoridades
educativas han planteado su determinación en el sentido de
garantizar el cumplimiento efectivo del Calendario Escolar
oficialmente establecido para regir durante el año lectivo. En este
caso el Calendario Escolar en la educación dominicana ha sido
instituido como un mecanismo clave, impulsador del
aprovechamiento del tiempo para el quehacer pedagógico en aula,
para la conducción de la gestión de centros, para articularse a la
comunidad y responder a los requerimientos histórico-cívicos que
conducen a la creación de ciudadanía, tarea de crítica importancia
en la Sociedad Dominicana de hoy.

Se trata de una herramienta-guía de carácter oficial que rige y
orienta el uso del tiempo por las instituciones escolares, en el
sentido de organizar, desarrollar y evaluar el proceso de enseñanza-
aprendizaje, el Calendario Escolar constituye un instrumento
normativo contextualizado, indispensable para una administración
escolar eficiente en todo sistema educativo formal. En la República
Dominicana el Calendario Escolar o modalidades de este se ha
venido emitiendo desde principios de la década de los años 50,
teniendo como base normativa unas veces una orden
departamental, otras una ordenanza, o bien mediante una resolución
(SEE, 2004). En base a una revisión histórica del Calendario


Escolar podría decirse que este ha evolucionado de conformidad
con el desarrollo del Sistema Educativo, y en este sentido ha ido
incorporando importantes avances hasta llegar a configurar el
formato que tiene en la actualidad.

En el fondo, la falta de un estricto respeto del Calendario Escolar
podría sugerir que los actores claves del proceso, quienes están
llamados a hacer realidad su cumplimiento, carecen de un adecuado
nivel de conocimiento sobre dicho instrumento normativo, tienen una
baja valoración del mismo y en general no vinculan su aplicación o
uso a actividades de planificación, organización de los tiempos,
espacios y recursos facilitadores del proceso escolar.

De cara a esta realidad y por gestiones de la Subsecretaría de
Asuntos Técnicos-Pedagógicos, el Instituto Dominicano de
Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE),
concibió y organizó una indagación formal sobre el nivel de
conocimiento, uso y valoración del Calendario Escolar que tiene el
profesorado y los/las directivos/as de centros educativos públicos,
como potenciales elementos explicativos de lo que aparenta ser un
bajo nivel de compromiso de estos actores respecto al cumplimiento
de la normativa que establece el uso del tiempo escolar.

El tiempo escolar se expresa en términos de las horas de clases a
ser impartidas en el día; de los días de docencia durante las
semanas del mes; y los meses en que se desarrolla la docencia
durante el año lectivo. Esta configuración del tiempo se define de
conformidad con la estructura académica que utiliza el Sistema
Educativo, e incluye los niveles, ciclos, grados educativos y tandas
en relación a los cuales se establecen especificaciones del tiempo
escolar y su implicación para el despliegue del currículo (desarrollo
de los contenidos, métodos y técnicas que se aplican, evaluación,
etc.).

El estudio estuvo dirigido a determinar y describir el nivel de
conocimiento, valoración y uso del Calendario Escolar que tienen y
hacen los/las directores/as y maestros/as de los centros educativos
públicos de la República Dominicana. En términos de sus objetivos
particulares la acción investigativa se orientó a: (1) determinar y


describir el nivel de conocimiento que tienen los/las directores/as y
maestros/as de los centros educativos públicos sobre las
características y el contenido general del Calendario Escolar,
tomando como base el documento distribuido para el año lectivo
2008-2009; (2) describir el nivel en que los/las directores/as y
maestros/as de los centros educativos valoran el Calendario Escolar
como instrumento normativo y de planificación de la labor que
realizan; y (3) determinar y describir el uso que dan estos actores
educativos al Calendario Escolar en el contexto de su rutina de
trabajo en los centros educativos donde laboran.

En sus aspectos metodológicos, el mismo fue concebido como un
estudio transeccional-descriptivo en el que las variables de interés
fueron medidas en un solo momento para establecer su estado,
magnitud, distribución e incidencia. El universo en que se concentró
la indagación estuvo compuesto por directores/as y maestros/as de
centros educativos de las 18 direcciones regionales de la SEE. Una
muestra probabilística se utilizó para la obtención de los datos
requeridos.

Para la recolección de los datos se diseñó y utilizó un cuestionario
para ser autoadministrado. El mismo estuvo integrado por 48
reactivos distribuidos en cuatro partes o secciones correspondiendo
cada sección con cada una de las variables bajo estudio. Este
instrumento fue examinado en cuanto a su validez de contenido,
constructo y criterio. En cuanto a la confiabilidad, y específicamente
en el caso de la variable “valoración del Calendario Escolar” en que
se utilizó una escala interval (aditiva), ésta se estableció luego de la
recolección de los datos pero antes del análisis. Un coeficiente
(Alpha) de confiabilidad de .80 fue establecido para los datos
finalmente procesados. Un equipo de encuestadores integrado por
personas idóneas, externas al Sistema Educativo fue seleccionado y
entrenado para la recolección de los datos a nivel de centros
educativos. Se obtuvo un 98.5% de respuesta útil, estableciéndose
que la proporción del 1.5% de no respuesta no se debió a razones
que pudieran relacionarse con las variables bajo estudio. Los datos
fueron procesados utilizando el Paquete Estadístico para las
Ciencias Sociales (SPSS v11).


Hallazgos y Conclusiones

Los principales resultados obtenidos respecto a cada uno de los
objetivos que guiaron la indagación, las correspondientes
conclusiones derivadas así como las implicaciones teóricas y
prácticas asociadas son como sigue:

Nivel de Conocimiento de los/las Directores/as y
Maestros/as sobre el Calendario Escolar

Los resultados de este estudio revelan que los/las directores/as y
maestros/as de centros educativos públicos en la educación
dominicana tienen un alto nivel de conocimiento del Calendario
Escolar como instrumento normativo y guía para la gestión escolar.
En una alta proporción estos actores manifestaron haber recibido y
leído el contenido del Calendario Escolar, dieron cuenta sobre otros
colegas docentes que conocen dicho instrumento, así como de que
conservan un ejemplar del mismo. Asimismo, en un alto porcentaje,
directores/as y maestros/as acertaron al identificar las
características constitutivas del Calendario Escolar seleccionadas
para medir y verificar su conocimiento, entre las que se incluyen
imagen contenida en la portada, el tipo de impresión utilizada,
material en que está impreso y tipo de encuadernación en que se
presenta el documento.

Por otra parte, al comparar los resultados entre directores/as y
maestros/as se estableció que el nivel de conocimiento sobre el
Calendario Escolar de los/las directores/as es significativamente
superior al de los/las maestros/as (t=5.018, p<.001), que estos no
difieren en función del nivel educativo en que se desempeñan ni de
las tandas matutina y vespertina, pero sí en lo referente a la tanda
nocturna. Es decir, los/las directores/as y maestros/as que laboran
en tanda nocturna tienen un nivel de conocimiento estadísticamente
inferior al que tienen los de las otras dos tandas (F=6.297, p<.01).
De igual manera, no existen diferencias significativas en el
conocimiento del Calendario Escolar entre directores/as y
maestros/as atribuibles a la zona donde están localizados los
centros donde prestan sus servicios docentes. Sin embargo, en
términos del género de estos/as docentes se encontró que el sexo


femenino exhibe un conocimiento significativamente mayor del
Calendario Escolar que sus colegas del sexo masculino (t=2.738,
p<.05).

En este sentido se concluye que la gran mayoría de los/las
directores/as y maestros/as de centros educativos públicos de la
educación dominicana conocen y disponen del Calendario Escolar
como un instrumento normativo y guía para la gestión escolar.
Dichos actores docentes han recibido, revisado y socializado
ampliamente el referido instrumento, relacionando su contenido y
dispositivos normativos con el conjunto de potenciales decisiones,
acciones y tareas específicas del quehacer escolar que conlleva su
aplicación. Tal conocimiento implica que directores/as y maestros/as
están en condiciones de valorar y ponderar la utilidad de dicho
instrumento como un recurso a su disposición en el contexto de su
desempeño docente, y en base a su correcta aplicación propiciar un
mejoramiento progresivo en la eficiencia del Sistema Educativo y
sus resultados intencionales.

Por otra parte, el hecho de que estos actores claves del proceso
docente comprendan las consecuencias positivas que pueden
derivarse de la aplicación efectiva del Calendario Escolar, hace que
sea altamente probable que se empeñen en asumir una conducta
activa en su efectiva implementación. Asimismo, y como puede
derivarse de los juicios de Prada Madrid (2008) sería razonable
esperar que estos actores docentes vayan definiendo una visión
conceptual, valorativa y pragmática hasta formarse una concepción
propia, contextualizada, que les permitirá interactuar de manera
efectiva con el entorno, y desarrollar sus competencias para tomar
decisiones correctas en la gestión escolar.

Nivel de Valoración del Calendario Escolar por los/las
Directores/as y Maestros/as

Este estudio revela que los/las directores/as y maestros/as de los
centros educativos públicos de la educación dominicana tienen una
valoración bastante alta del Calendario Escolar como instrumento
útil e idóneo para viabilizar el cumplimiento efectivo de sus


respectivas responsabilidades. En el constructo de valoración aquí
referido se consignan los criterios de sentida necesidad de contar
con dicho instrumento cada año para apoyar la actuación y
desempeño docente; la pertinencia de la inversión que se realiza
para garantizar la elaboración y distribución de éste; y la apreciación
del Calendario Escolar como instrumento práctico idóneo para
orientar la planificación, organización y control de la labor escolar.

Por otra parte, se establece, a partir de estos mismos resultados,
que los/las directores/as tienen una valoración del Calendario
Escolar significativamente superior a la de los/las maestros/as
(t=2.737, p<.01). Sin embargo, no se encontraron diferencias
significativas en la valoración de dicho calendario por parte de
los/las directores/as y maestros/as que puedan atribuirse al nivel
educativo al que están vinculados/as, la tanda en que laboran, la
zona donde está ubicado el centro educativo, ni el género que define
a estos/as docentes.

La conclusión es que el Calendario Escolar es altamente valorado
por los/las directores/as y maestros/as de los centros educativos
públicos del país, al estimarlo un instrumento muy pertinente y
necesario, que les sirve de apoyo y orientación en sus actividades
de planificación, organización y control de la labor escolar. Es decir,
estos actores docentes han juzgado y acreditado como valioso y
aplicable el Calendario escolar como medio para la consecución de
objetivos y metas escolares bajo su responsabilidad. Considerando
dicha valoración a la luz de los planteamientos de Montano &
Kaspryzk (2008), ésta alta y positiva valoración del Calendario
Escolar por los/las y maestros/as puede asumirse como evidencia
de su convicción y certeza de una firme aceptación y preferencia
respecto de dicho instrumento en su contenido, dispositivos
normativos y propósito intencionales, en el marco de la labor
docente que realizan.


Uso del Calendario Escolar por los/las Directores/as y
Maestros/as

Referente al uso del Calendario Escolar que hacen los/las
directores/as y maestros/as de los centros educativos públicos del
país, se determinó que la mayoría de estos/as lo utiliza más o
menos frecuentemente en el marco de su desempeño; y que una
alta proporción de estos/as actores docentes perciben que sus
colegas usan regularmente el Calendario Escolar al momento de
planificar, organizar y controlar sus respectivas actividades
escolares.

Adicionalmente, este estudio ha revelado que los/las directores/as
hacen un mayor y más frecuente uso del Calendario Escolar que
los/las maestros/as en el cumplimiento de sus responsabilidades
escolares. Igualmente se establece que el nivel inicial, la tanda
matutina, y las zonas rural aislada y urbana marginal hacen el mayor
y más frecuente uso del referido instrumento, en relación con sus
correspondientes criterios de comparación.

Asimismo, los ámbitos regionales donde más se utiliza el Calendario
Escolar para orientarse en las decisiones de gestión escolar son las
Direcciones Regionales de Educación 12 (Higuey), 10 (Santo
Domingo II) y 14 (Nagua); mientras en las que menos se aplica son
la 04 (San Cristobal), 09 (Mao) y la 15 (Santo Domingo III). Se
estableció igualmente que en los ámbitos regionales, distritales y de
centros educativos el calendario Escolar es socializado a través de
las reuniones de los docentes, de juntas de centros y de
padres/madres.

Las actividades de gestión escolar que mayormente demandan del
uso del Calendario Escolar son la planificación de actividades;
consulta sobre fechas y eventos; la organización de seguimiento a
maestros y estudiantes, y la preparación de solicitudes de recursos y
materiales. Y los aspectos de contenido del Calendario Escolar que
se estiman de mayor utilidad y uso son el calendario de actividades
escolares, la normativa sobre el tiempo escolar y el año laboral
docente y escolar. Y para guiar la gestión el Calendario Escolar
tiene como instrumentos complementarios la Guía Pedagógica, el


Proyecto Educativo de Centro (PEC) y el Proyecto Anual de Centro
(PAC).

Respecto a este aspecto se concluye que el Calendario Escolar es
frecuentemente utilizado por los/las directores/as y maestros/as
como fuente de consulta, sustentación y guía para la gestión escolar
a su cargo. Asimismo, entre estos actores docentes, aquellos/as
que pertenecen al Nivel Inicial, los/as que laboran en tanda
matutina, y además los/las que sus centros se encuentran ubicados
en las zonas rural aislada y urbana marginal son quienes hacen el
mayor y más frecuente uso del referido instrumento. Esto sugiere
que con el Calendario Escolar se ha logrado impactar el desarrollo
de las actividades escolares y el desempeño de los actores que
intervienen, particularmente en lo referente a directores/as y
maestros/as en el ámbito de los centros educativos de los niveles
Inicial, Básico y Medio.

De acuerdo con los postulados de la Teoría Unificada de Aceptación
y Uso de la Información o Innovación (Wikipedia, Mayo 2008), y
tomando como base el conocimiento y valoración del Calendario
Escolar reportada por los/las docentes, conjuntamente con la
expectativa de funcionamiento de este instrumento (su pertinencia),
la aceptación del esfuerzo que conlleva su uso, la deseabilidad
social de su aplicación y las condiciones que se proveen para su
puesta en práctica, son todos elementos y argumentos que justifican
y favorecen la continuidad de dicho instrumento como una
herramienta efectiva para la gestión escolar.


PARTE I
INTRODUCCIÓN DEL ESTUDIO

1.1 Conceptualización y Antecedentes

El sistema Educativo Dominicano ha venido esforzándose y
adoptando diversas iniciativas orientadas a elevar la calidad
del servicio que ofrece a la Sociedad. Los más reveladores
ejemplos de estas iniciativas han estado enmarcados en tres
planes decenales de educación diseñados e implementados1.
Estas intervenciones han implicado importantes inversiones
provenientes del Presupuesto Nacional, así como de
organismos internacionales financiadores y donantes de
ayuda al desarrollo. Sin embargo, no obstante dichas
inversiones, estudios sobre los aprendizajes logrados por los
alumnos del país indican que tales intervenciones no han
surtido los efectos esperados en aspectos esenciales de la
calidad educativa como son la efectividad de los aprendizajes,
pertinencia de la formación, eficiencia de los procesos,
relevancia o impacto de las intervenciones y la equidad del
servicio. Existe la percepción general de que se ha ido
acumulando una alta deuda social en materia de garantizar
una educación de calidad a la Sociedad.

En el interés por establecer las causas que determinan los
resultados que revelan una baja calidad educativa, se ha
planteado la necesidad de examinar el Sistema en su
conjunto, para ir identificando los factores de mayor incidencia

1 Secretaría de Estado de Educación (2008). Plan Decenal de Educación 2008-2018. Secretaría de Estado de
Educación (2003). Plan Estratégico de Desarrollo de la Educación Dominicana 2003-2012. Santo Domingo: Editora
Corripio. Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos (1993). Síntesis del Plan Decenal de Educación.
Santo Domingo: Editora de Colores.


en esta problemática, y a partir de ello poder generar
recomendaciones conducentes al diseño de políticas y otras
iniciativas encaminadas a revertir los déficits acumulados en
materia de calidad educativa.

En la actualidad existe bastante coincidencia entre sistemas y
actores educativos de las diferentes regiones del mundo en el
sentido de que el tiempo dedicado al proceso enseñanza-
aprendizaje constituye un factor con alta incidencia sobre el
desarrollo de contenidos, realización de actividades y uso de
medios didácticos para el logro de propósitos pedagógicos
sustantivos. De acuerdo con Fuller & Clarke (1994) y Brunner
& Elacqua (2003) la disponibilidad y óptimo aprovechamiento
del tiempo interviene tanto para la planificación y organización
de las actividades pedagógicas por parte de los/la docente,
como en lo que concierne al desarrollo de estas a nivel del
aula conjuntamente con los alumnos.

En el caso de la República Dominicana los seguimientos y
estudios realizados por algunas instancias responsables de la
Secretaría de Estado de Educación y por organizaciones
independientes (EDUCA/Gallup, 2005 y 2008) muestra un
sensible incumplimiento del horario y el calendario escolar en
el país, lo que coincide con lo revelado por el estudio SERCE
(2008) en el sentido de que la República Dominicana está
entre los que imparten menos horas efectivas de docencia al
año.

En estrecha relación con lo anterior, y al reconocerse que el
uso apropiado del tiempo escolar es una variable estratégica y
esencial para los aprendizajes, los resultados obtenidos por la


República Dominicana en el Segundo Estudio Regional
Comparativo y Explicativo de los Aprendizajes de los
Estudiantes de América Latina y el Caribe (UNESCO-
OREALC, 2008), están siendo utilizados para ilustrar la
magnitud del problema y la urgencia de acometer su solución.
Se destaca que de 16 países de la región que fueron
estudiados, la República Dominicana se ubica entre los de
más bajos desempeño en Comprensión Lectora, Matemática y
Ciencias, lo que es atribuible, entre otros factores, al escaso
tiempo que se dedica al desarrollo de las actividades docentes
y las correspondientes aplicaciones prácticas.

A pesar de los esfuerzos orientados a lograr una efectiva y
sostenida sensibilización de los actores del Sistema Educativo
más directamente vinculados a la administración y aplicación
del calendario-horario escolar (directivos y maestros de
centros, alumnos), y del reforzamiento que imprimen las
órdenes departamentales, ordenanzas y resoluciones
mediante las cuales se establece dicho calendario escolar
para cada año lectivo, existe en el país una cultura
socialmente extendida de incumplimiento de las normativas
públicas relativas al uso del tiempo escolar. Frente a esta
situación, las actuales autoridades educativas han planteado
su determinación en el sentido de garantizar el cumplimiento
efectivo del calendario escolar oficialmente establecido para
regir durante el año lectivo.

Por otra parte, y como contraste a la referida cultura de
incumplimiento del calendario escolar, se da cuenta de un
significativo número de directores, docentes, estudiantes y
familias de centros educativos públicos y privados que se


empeñan en cumplir sus deberes y responsabilidades
educativas de conformidad con las disposiciones
contempladas en la referida normativa, así como la existencia
de innovaciones exitosas basadas en una eficaz gestión
institucional y pedagógica. En este sentido, se citan los
ejemplos de un empleo intensivo del tiempo escolar (de cinco
a seis horas al día), en los casos de los 40 centros del
Movimiento Fe y Alegría, para todos los niveles y modalidades
educativas; los cuatro Centros de Excelencia de Educación
Media (CEM) y los 45 centros de Educación Técnico-
Profesional (entre siete y ocho horas al día).

Para una mejor comprensión del horario escolar en el Sistema
Educativo Dominicano conviene centrar el análisis en las dos
dimensiones básicas de gestión institucional y pedagógica
de los centros educativos, y el seguimiento y control de dicha
gestión. Tal estrategia de análisis remite a considerar la
flexibilidad con que se inicia o se concluye la jornada escolar
en cada una de las tandas, en numerosos centros educativos.
En el caso de los centros que cumplen los estándares de
puntualidad para la apertura de las actividades de la jornada
(en la tanda matutina esto implica el acto de la Bandera),
frecuentemente muchos estudiantes acceden al centro con
notable retraso.

El establecimiento del Calendario Escolar ha sido instituido
como mecanismo clave, impulsador del aprovechamiento del
tiempo para el quehacer pedagógico en aula, para la
conducción de la gestión de centros, para articularse a la
comunidad y responder a los requerimientos histórico-cívicos
que conducen a la creación de ciudadanía, tarea de crítica


importancia en la Sociedad Dominicana de hoy. No obstante,
el estudio EDUCA-GALLUP (2005), pone en evidencia que el
Calendario Escolar ha sido frecuente y significativamente
incumplido por los centros educativos, sus directivos y
docentes, aduciendo una variedad de razones. Tal
incumplimiento genera serios malestares tanto al proceso
formativo como a empleadores, financiadores y usuarios del
servicio educativo que esta supuesto a recibir la Sociedad.

Sin dudas, la situación descrita en los párrafos anteriores está
demandando acciones de intervención para contribuir al
cumplimiento de las disposiciones que norman el uso del
tiempo que demandan los procesos pedagógicos, para
construir conocimientos de calidad en el alumnado, y lograr
tener una ciudadanía más competente social, humana y
técnicamente.

En el fondo, la falta de un estricto respeto del Calendario
Escolar podría sugerir que los actores claves del proceso,
quienes están llamados a hacer realidad su cumplimiento, no
tienen el nivel de conocimiento requerido sobre dicho
instrumento, la necesidad de su aplicación rigurosa y la
utilidad de este para organizar los tiempos, espacios y
recursos facilitadores del proceso escolar. Igualmente
importante es la valoración que tengan dichos actores del
referido instrumento como guía para un desempeño de
calidad.

De cara a esta realidad y por gestiones de la Subsecretaría de
Asuntos Técnicos-Pedagógicos, el Instituto Dominicano de
Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE),


concibió y organizó una indagación formal sobre el nivel de
conocimiento, uso y valoración del Calendario Escolar que
tiene el profesorado y los/las directivos/as de centros
educativos públicos, como potenciales elementos explicativos
de lo que aparenta ser un bajo nivel de compromiso de estos
actores respecto al cumplimiento de la normativa que
establece el uso del tiempo escolar.

Los datos de dicha consulta se obtuvieron de una muestra
representativa de directores/as de centros públicos, y
maestros/as de todas las regionales y distritos educativos del
país. El levantamiento de datos se realizó entre el 23 y 27 de
marzo de 2009, cuyo procesamiento y análisis condujeron a
los resultados que se reportan en este breve informe.

A continuación se presenta una sintética conceptualización y
contextualización del Calendario Escolar, la problemática de
uso y cumplimiento, el propósito de esta indagación aplicada,
objetivos particulares, variables de interés y sus
correspondientes definiciones operativas. Asimismo, se da
cuenta sobre el diseño utilizado para la organización,
conducción del estudio, el universo o población objeto del
mismo, la selección de la muestra y el proceso de recolección
de datos. Finalmente, se describe el procesamiento y análisis
de los datos, presentación y discusión de los resultados, así
como la derivación de conclusiones, implicaciones y
recomendaciones referentes al Calendario Escolar como
instrumento para una gestión institucional y pedagógica de
calidad.


1.2 El Calendario Escolar en el Contexto
Dominicano

Concebido como una herramienta-guía de carácter oficial que
rige y orienta el uso del tiempo por las instituciones escolares,
en el sentido de organizar, desarrollar y evaluar el proceso de
enseñanza-aprendizaje, el Calendario Escolar constituye un
instrumento normativo contextualizado, indispensable para
una administración escolar eficiente en todo sistema educativo
formal. En la República Dominicana el Calendario Escolar o
modalidades de este se ha venido emitiendo desde principios
de la década de los años 50, teniendo como base normativa
unas veces una orden departamental, otras una ordenanza, o
bien mediante una resolución (SEE, 2004). En base a una
revisión histórica del Calendario Escolar podría decirse que
este ha evolucionado de conformidad con el desarrollo del
Sistema Educativo, y en este sentido ha ido incorporando
importantes avances hasta llegar a configurar el formato que
tiene en la actualidad.

El calendario y horario escolar comenzó a ser considerado
como mecanismo para someter a un orden controlable la
rutina o acontecer escolar, y aprovechar de la manera más
efectiva el recurso tiempo en beneficio de las actividades de
enseñanza, teniendo en cuenta los intereses legítimos del
alumno, el maestro, la familia y la sociedad en general.

La duración y la ubicación temporal de cada una de las
actividades que conforman la rutina del proceso escolar
aparecen plasmadas en el calendario escolar. Dicha duración
y las posibles opciones secuenciales para su despliegue son


importantes también en función de la calidad del proceso así
como para evitar la ocurrencia de fatiga, rutinización,
aburrimiento o discontinuidad en el desempeño de docentes y
alumnos.

1.3 El Problema

La Secretaría de Estado de Educación, como institución
regulada por la Ley General de Educación 66´97, tiene la
misión de garantizar el derecho a la educación de la
ciudadanía dominicana. En su Artículo 4, la Ley expresa que
la educación ha de permitir a cada uno/a su desarrollo
integral en el marco de su individualidad, en el cultivo de una
actividad socialmente útil y pertinente, adecuada a sus
intereses y al interés nacional, sin ningún tipo de
discriminación. En este sentido la Ley General de Educación
prevé una educación pertinente, relevante, eficiente y
equitativa.

La misma ley define los contextos en que ha de desarrollarse
esa educación, cuyo espacio por excelencia lo constituye el
Centro Educativo. Asimismo, establece los mecanismos de
control y los recursos para garantizar la calidad de los
procesos de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, una de
las variables señaladas como de importancia substancial para
medir el cumplimiento de criterios básicos asociados a la
calidad educativa es el tiempo, que en este contexto es
referido como tiempo escolar.


El tiempo escolar se expresa en términos de las horas de
clases a ser impartidas en el día; de los días de docencia
durante las semanas del mes; y los meses en que se
desarrolla la docencia durante el año lectivo. Esta
configuración del tiempo se define de conformidad con la
estructura académica que utiliza el Sistema Educativo, e
incluye los niveles, ciclos, grados educativos y tandas en
relación a los cuales se establecen especificaciones del
tiempo escolar y su implicación para el despliegue del
currículo (desarrollo de los contenidos, métodos y técnicas
que se aplican, evaluación, etc.).

En cumplimiento del mandato de la referida ley, el Consejo
Nacional de Educación ha establecido el Calendario Escolar
como una normativa que está llamada a propiciar que se
coordinen y respeten los tiempos escolares en los cuales
debe tener lugar el desarrollo del currículo. Se parte de la
racionalidad de que si los actores involucrados asumen el
calendario y horario escolar, en tanto instrumento normativo y
de planificación que dicta el deber ser y hacer en el tiempo,
con el uso de los recursos y los espacios contemplados, habrá
un pleno desarrollo curricular y los aprendizajes previstos
serán logrados por el alumnado de los distintos niveles y
modalidades de acuerdo con los estándares que aspira la
Sociedad dominicana.

Sin embargo, existen ciertas interrogantes algunas de las
cuales se han originado en los hallazgos del estudio
conducido por EDUCA-GALLUP (2005), en el sentido de que
en la educación del país prevalece un inadecuado
aprovechamiento del tiempo escolar, evidenciándose esto en


el hecho de que el tiempo efectivo de trabajo escolar no
alcanza las 2.5 horas promedio por día (solo de alrededor del
40% de lo requerido). Se sospecha que este es uno de los
factores que han incidido negativamente para los alarmantes
resultados que ha tenido la República Dominicana en la
evaluación realizada por el Laboratorio Latinoamericano de
Evaluación de la Calidad de la Educación (UNESCO-LLECE,
2008).

En qué magnitud conoce el personal directivo y docente de los
centros educativos los dispositivos normativos contemplados
en el Calendario Escolar? Cuál es el nivel de valoración que
tienen estos actores sobre el Calendario Escolar? En qué
medida y sentido usan estos directivos y docentes el
Calendario Escolar como base para tomar sus decisiones en
el desempeño de las funciones a su cargo en el escenario
educativo?

Con la intención de obtener respuesta a estas interrogantes
se organizó y condujo una indagación nacional, como un
primer esfuerzo que pudiera generar información útil para
apoyar la elaboración y distribución adecuada y oportuna del
Calendario Escolar, así como proveer orientaciones para su
efectiva aplicación en el contexto de la educación dominicana.

1.4 Propósito del Estudio

Este estudio estuvo dirigido a determinar y describir el nivel de
conocimiento, valoración y uso del Calendario Escolar que
tienen y hacen los/las directores/as y maestros/as de los


centros educativos públicos de la República Dominicana. En
términos de sus objetivos particulares la acción investigativa
se orientó a:
1. Determinar y describir el nivel de conocimiento que tienen
los/las directores/as y maestros/as de los centros
educativos públicos sobre las características y el contenido
general del Calendario Escolar, tomando como base el
documento distribuido para el año lectivo 2008-2009.
2. Describir el nivel en que los/las directores/as y maestros/as
de los centros educativos valoran el Calendario Escolar
como instrumento normativo y de planificación de la labor
que realizan.
3. Determinar y describir el uso que dan estos actores
educativos al Calendario Escolar en el contexto de su
rutina de trabajo en los centros educativos donde laboran.

1.5 Operacionalización de las Variables

Para garantizar la coherencia entre los objetivos propuestos
en el estudio y el tipo de datos a levantar a partir de la
consulta a la población docente sujetos de estudio, se
procedió a la operacionalizaron de cada una de las variables
contenidas en los objetivos específicos y su correspondiente
traducción en indicadores. Y con base en estos indicadores,
se elaboraron las preguntas y reactivos que dieron lugar al
contenido del instrumento para la obtención de los datos. El
Cuadro 1 muestra la operacionalización realizada.


Cuadro 1
Objetivos, Variables e Indicadores del Estudio sobre Conocimiento,
Uso y Valoración del Calendario Escolar
Objetivos Variables Indicadores

 Recepción del Calendario
Escolar.
Determinar y describir el
 Tenencia del Calendario
nivel de conocimiento que
Escolar.
tienen los directores/as y
 Identificación de contenidos
docentes de los centros
claves del Calendario Escolar.
educativos públicos sobre Nivel de conocimiento sobre las
 Identificación de imágenes
las características y el características y el contenido
claves contenidas en el
contenido general del general del Calendario
Calendario Escolar.
Calendario Escolar, Escolar.
 Identificación de colores,
tomando como base el
simbologías y otras
documento distribuido para
características en el Calendario
el año lectivo 2008-2009.
Escolar.
 Haber leído el Calendario
Escolar.

 Ponderación de la creación-
producción del Calendario
Escolar.

 Valoración de la entrega
oportuna del Calendario
Escolar.
Describir el nivel en que  Aprecio por la recepción del
los/las directores/as y Grado de valoración del Calendario Escolar
maestros/as de los centros Calendario Escolar como  Valoración de la utilidad del
educativos públicos valoran instrumento para la gestión Calendario Escolar.
el Calendario Escolar como escolar.  Valoración del diseño del
instrumento para la gestión Calendario Escolar.
escolar que realizan.
 Valoración de las informaciones
contenida en el Calendario
Escolar.

 Valoración de la suficiencia de
las informaciones disponible en
el Calendario Escolar.
 Frecuencia con que utiliza el
Determinar y describir el Calendario Escolar.
uso que dan los/las  Tipo de uso que hace del
directores/as y maestros/as Tipos de uso, frecuencia con Calendario Escolar.
al Calendario Escolar en el que usan y partes de mayor  Partes del Calendario Escolar
contexto de su labor uso del Calendario Escolar. que más utiliza en las
docente en los centros decisiones de trabajo.
educativos públicos.  Tipos de actividades educativas
que demandan el uso del


Objetivos Variables Indicadores

Calendario Escolar.
 Identificación de actores que
usan el documento Calendario
Escolar.
 Percepción de coherencia
existente entre la programación
del centro educativo y los
dispositivos del Calendario
Escolar.
 Cumplimiento de las actividades
contempladas en el Calendario
Escolar.

 Tipos de socializaciones del
Calendario Escolar en que ha
participado.

1.6 Definiciones de Términos Claves

Las siguientes definiciones básicas se proveen con la
intención de facilitar el mejor entendimiento de los términos
claves (variables) que constituyeron los aspectos de principal
interés en el presente estudio. Dichas definiciones incluyen
una parte constitutiva o conceptual elaborada a partir de
teorías y enfoques convencionales establecidos, y otra parte
operacional que especifica el sentido y la forma cómo se hace
operativo el concepto en el contexto de este trabajo.

Calendario Escolar. Es un instrumento normativo que regula
el uso del tiempo por las instituciones escolares y el sistema
educativo en general, consignando las fechas y las
actividades relevantes a las que se les asignará tiempo
durante el año lectivo. En este sentido establece, para cada
año, la fecha de inicio y de finalización de las actividades
escolares, incluidas las que contribuyen al desarrollo físico,


psicosocial, cognitivo, cultural, cívico-patriótico y espiritual
(religioso) de los/las estudiantes. Para los fines de referencia
en el marco de este estudio el Calendario Escolar es el
documento diseñado y distribuido, generalmente a principio de
cada año lectivo, por la Secretaría de Estado de Educación a
los/las directivos/as y maestros/as de centros educativos, así
como a otros gestores y actores a nivel distrital, regional y
nacional para su conocimiento y aplicación durante el año
escolar.

Conocimiento del Calendario Escolar. De acuerdo con la
definición de Martinic (1987) el conocimiento de o sobre algo
es el conjunto de saberes que sobre ese algo tiene y maneja
con autonomía una persona; en este caso estaría referido al
Calendario Escolar. Dicho conocimiento puede implicar un
grado de elaboración en el que se reconstruye y ordena la
experiencia de acuerdo con reglas y principios del
pensamiento racional contextualizado. En este sentido, el
conocimiento puede ser concebido como una percepción
(conocimiento blando) o bien como una realidad empírica
verificable (conocimiento duro). Según Petrouski (1985) el
conocimiento percibido se refiere a la sensación interior
respecto al objeto o sujeto de referencia, que resulta de una
impresión o imagen simbólica, material o práctica creada por
los sentidos. El conocimiento real, por su parte, es el reflejo y
reproducción de la realidad en el pensamiento y acción
humana en un contexto práctico específico (en este caso de
los/las directores/as y maestros/as en el contexto de los
centros educativos). En el marco de esta indagación el
conocimiento real esta referido, en términos operativos, al
grado en que los/las directores/as y maestros/as de los


centros educativos públicos acertaron a responder
correctamente los reactivos referentes a la disponibilidad,
principales características distintivas, contenidos relevantes,
situaciones y frecuencia en que aplica o corresponde el uso
del Calendario Escolar, que les fueron sometidos.

Valoración del documento del Calendario Escolar. Valorar
es el acto de juzgar algo (un objeto, actividad o procedimiento)
como valioso, deseable, útil o capaz de rendir un servicio (o
beneficio). Conforme a los argumentos de Raths y
colaboradores (citados por Santoyo M., 1998) solo surge una
verdadera valoración cuando se ha meditado y considerado
cuidadosamente entre aceptar o usar algo o no hacerlo. En
este sentido, valoración del Calendario Escolar es el aprecio,
deseabilidad e integración progresiva de este instrumento
normativo a la racionalidad y las decisiones rutinarias de la
vida escolar, en el marco de cada año lectivo, por parte de los
actores educativos que intervienen en las mismas. En el
contexto de este estudio la valoración del Calendario Escolar
se operacionaliza como el grado en que los/las directores/as y
maestros/as de centros educativos públicos juzgan de manera
positiva o negativa la elaboración, diseño o formato, entrega y
recepción de este instrumento que norma y orienta el uso del
tiempo en las actividades escolares. Incluye igualmente, la
magnitud en que dichos actores califican en términos
favorables o desfavorables la suficiencia, pertinencia y utilidad
de la información contenida en el documento del Calendario
Escolar.

Uso del Calendario Escolar. Como definición genérica
derivada del Diccionario de la Lengua Española (Espasa-


Calpe, 2005), uso o usar es la acción de emplear, utilizar,
aplicar o habituarse a una concepción, un objeto, una práctica
o un procedimiento. En el caso del Calendario Escolar se
refiere a la utilización, aplicación y/o cumplimiento de los
contenidos y dispositivos contemplados en este instrumento-
guía por parte de los actores educativos. Dado el sentido con
que es utilizado en este trabajo, uso del calendario se
operacionaliza mediante la especificación del número de
veces que el/la directora/a y maestro/a consulta o recurre a
éste para orientarse en la toma de una decisión escolar, el
tipo de situación o circunstancia en que esto ocurre, parte de
este instrumento-guía que más se utiliza, las actividades que
demandan su uso, la percepción de coherencia entre los
dispositivos del Calendario Escolar, la planificación del centro
y las socializaciones realizadas en torno al documento del
Calendario Escolar.

1.7 Alcances y Límites del Estudio

Este fue un estudio de carácter nacional centrado en el
examen del conocimiento, valoración y uso del Calendario
Escolar que diseña, elabora y distribuye la Secretaría de
Estado de Educación al inicio de cada año escolar. El
universo definido como fuente legítima y única, para la
obtención de los datos sobre las referidas variables, y al que
se aplican los resultados son los/las directores/as y
maestros/as de centros educativos de la educación pública del
país.

Dado que este ejercicio investigativo persigue determinar y
describir el estado de las variables de interés en un solo


momento, sin pretensiones explicativas y/o predictivas, se
utilizó un diseño transeccional-descriptivo. Asimismo, se ha
representado el universo (directores/as y maestros/as de
centros educativos públicos, niveles Inicial, Básico y Medio)
mediante el empleo de una muestra probabilística, aplicando
las correspondientes técnicas de análisis paramétrico.

Se pretende que la información generada a partir de este
estudio resulte pertinente, relevante y de aplicación práctica
en el contexto educativo dominicano.


PARTE II
SUSTENTACIÓN DE LAS VARIABLES
DENTRO DEL MODELO CONCEPTUAL ASUMIDO

2.1 Calendario Escolar

El calendario escolar se asume como la organización
temporal, espacial y de momento u oportunidad de uso de los
recursos que se requieren para el despliegue de un conjunto
coherente de actividades implicadas en el currículo. Opera
como el instrumento normativo que acomoda cada actividad,
acción o evento contemplado en la planificación educativa de
cada año lectivo con arreglo al tiempo, espacio, recursos
materiales requeridos y actores comprometidos. En tal
sentido, incluye por un lado, la actividad lectiva y todas
aquellas acciones formativas que la proyectan en diversos
contextos y ámbitos de interacción educativa (en el hogar, en
la escuela, en el contacto con los medios de comunicación y
en la vida cotidiana), y por otro lado, los actores que
intervienen directa o indirectamente en las relaciones de
convivencia (padres/tutores y otros familiares, profesores,
compañeros de estudios, amigos, colectivos organizacionales)
(Morán & Caride, 2005).

En general se asume que cuando no se sigue lo pautado en el
Calendario Escolar durante el año lectivo, se tiende a reducir
el tiempo escolar, y de acuerdo con Pischke (2003) una
reducción del tiempo escolar puede inducir a un mayor
número de repeticiones de curso o fracasos en la enseñanza.
Por su parte, Bernal (2007) argumenta que no se trata solo de
la cantidad de tiempo empleado en la cuestión escolar, sino


sobre todo el cómo se distribuya, cómo se organiza y qué se
hace en ese tiempo; esto es, que éstas sean decisiones que
se hagan con un criterio de calidad. En otros argumentos
relacionados con este tema el mismo Bernal hace referencia a
tres criterios en base a los cuales se realiza la organización y
utilización del tiempo en el ámbito del aula y del centro
educativo; éstos son el criterio higiénico, el pedagógico y el
sociocultural.

Desde el punto de vista higiénico este autor sugiere
diferenciar lo que sería el tiempo real y el tiempo útil, teniendo
en cuenta el número total de horas que docentes y alumnos
están en el centro educativo, qué proporción es considerado
tiempo muerto o de imprevistos y el tiempo que efectivamente
se aprovecha en la realización de actividades de aprendizaje.
A este respecto se consideran relevantes los días de la
semana (de inicio, de medio o de final de semana), la tanda
(matutina, vespertina o nocturna) y el momento específico
dentro de la tanda (al inicio, a mediado o al final de la tanda).

Referente al criterio pedagógico se valora la manera cómo se
alternan los tipos y duración de las actividades y unidades de
trabajo, y la habilitación de tiempo de libre disposición para
posibilitar que los/las alumnos/as organicen y usen este
tiempo, así como facilitar el agrupamiento de éstos intra y
entre clases.

Y tercero, desde el punto de vista sociocultural el referido
autor plantea tener en cuenta las características particulares
del centro (condiciones físicas, dotación de mobiliario y
tecnología, precariedades) y las condiciones contextuales y


sociales (rural, urbano, marginal, costumbres y tradiciones de
la zona, etc.).

En términos prácticos, el Calendario Escolar sirve de apoyo y
orientación a los actores (directores/as de centros,
maestros/as, estudiantes y familias) y al proceso educativo,
teniendo como propósito central el uso racional y efectivo del
tiempo en el trabajo escolar pautado en el año lectivo. En el
caso dominicano, si bien este instrumento se ha entregado de
manera consistente en el tiempo, dicha entrega se ha venido
realizando sin que se hayan generado y analizado evidencias
empíricas que den cuenta sobre la medida en que los
principales destinatarios del mismo (directivos/as y
maestros/as) se familiarizan con el mismo, en el sentido de su
recepción, revisión del contenido de éste (conocimiento); en
qué nivel los referidos actores valoran el contenido, el formato
o presentación que tiene y la utilidad de esta herramienta
orientadora; y finalmente, en qué magnitud lo usan o aplican
como guía para planificar, organizar y controlar el tiempo de
trabajo durante el año lectivo,.

2.2 Conocimiento sobre el Contenido del Calendario
Escolar

Conocer el Calendario Escolar es comprenderlo, que implica
traducirlo en términos del conjunto de posibles decisiones,
acciones o tareas específicas que conllevaría su aplicación en
el marco de su desempeño como docentes. Este
conocimiento supone la obtención, revisión, análisis y
organización por parte del/la docente (director/a o maestro/a)


de la información proveniente de su entorno (la SEE), con lo
que no solo está en condiciones de valorar la utilidad del
contenido de dicho instrumento-guía sino que podrá
clasificarlo y priorizarlo como un recurso al que habría de
recurrir para potenciales usos escolares. Entre estos
potenciales usos estaría proporcionar una base para la
comunicación con sus interlocutores en el ambiente escolar y
comunitario, o bien como fundamento de toma de decisiones
en el marco del desempeño de sus funciones.

Parece razonable asumir que la comprensión del significado y
la utilidad (conocimiento) que se atribuye al Calendario
Escolar para propiciar un buen funcionamiento del Sistema
Educativo, se convierta en un factor motivador que impulsa a
los principales actores educativos a usar o aplicar este
instrumento-guía en su ejercicio laboral. Complementario con
lo anterior también podría considerarse la ponderación por
parte de dichos actores claves, de las consecuencias positivas
que pudieran derivarse de la puesta en uso de dicho
instrumento. En otras palabras, si el sujeto actuante (el/la
directora/a y el/la maestro/a) comprende las implicaciones que
tiene la aplicación efectiva del Calendario Escolar, existe una
alta probabilidad de que adopte la conducta que se espera de
él/ella, correspondiendo con una expectativa de resultados
valorada positivamente por la sociedad o grupo referente.

Al reflexionar sobre los datos, información y conocimientos
como pilares fundamentales para la toma de decisiones,
Prada Madrid (2008) plantea que el conocimiento es la
información organizada dentro de un marco conceptual que se
puede expresar como una visión del mundo, una teoría, un


concepto, un principio, una normativa o cualquier otra base de
la necesaria abstracción conceptual que permite al sujeto
comprender el entorno, mejorar su capacidad para resolver
problemas y servir de base para la toma de decisiones. Así
entendido, el conocimiento incluye el elemento crítico de la
comprensión que es base fundamento de la actuación
racional de los individuos.

Por su parte, Devenport & Prusak (2008) sostienen que el
conocimiento que tengan los tomadores de decisiones (como
lo son los/las directores/as de centros y los/las maestros/as)
es valioso por que se encuentra en el escenario de la acción,
en contacto con el problema a resolver o situación a intervenir,
y como tal puede utilizarse para adoptar decisiones sensatas
e inteligentes dentro de una determinada estrategia. A la luz
de esa racionalidad se platea que aunque el conocimiento y
las decisiones residen en las mentes de las personas, tal
conocimiento y la habilidad para su utilización es el principal
aspecto en el cual una organización invierte al contratar a un
individuo.
Es igualmente pertinente la visión previamente formulada por
Devenport &Prusack (1998) de acuerdo con la cual el
conocimiento de algo o sobre algo combina dosis de
información, experiencia, valores y saber hacer, todo lo cual
se constituye en plataforma para la incorporación de nueva
información y experiencia útiles para la acción en el contexto
del desempeño.


2.3 Valoración del Calendario Escolar

En la búsqueda de una teoría general que provea bases para
entender en qué magnitud, cómo y por qué las personas
valoran algo, es posible encontrar un amplio rango de
perspectivas (filosófica, axiológica, sociológica, psicológica o
económica) en que sustentarse. Dentro de éstas es
particularmente pertinente la perspectiva psicológica en la que
se establece que las personas desarrollan una asociación
con, creen en y adoptan el valor de algo, y luego asumen una
conducta al respecto. Asimismo, dentro de la corriente
axiológica algunos autores han hecho la distinción entre el
valor intrínseco (Kagan, 1998) y valor instrumental
(Korsgaard, 2006) de las cosas.

Mientras alguna entidad o instrumento es intrínsecamente
valioso o valorado por lo que es en sí mismo, esta misma u
otra distinta (un objeto, actividad, información, norma, guía)
puede ser instrumentalmente valiosa o valorada por la utilidad
como medio para la consecución de un bien u objetivo
superior. En lo que concierne al Calendario Escolar su
valoración instrumental resulta ser lo más importante como
mediador para la obtención de metas superiores en materia
de gestión educativa y calidad de los aprendizajes en la
educación dominicana.

De acuerdo con hallazgos obtenidos por Montano & Kasprzyk
(2008) la valoración positiva y las motivaciones que se tengan
son factores que impulsan a las personas a aceptar y aplicar
una innovación, norma o procedimiento. Mientras más positiva
(o alta) sea la valoración mayor sería la convicción y certeza


de la firme aceptación o preferencia efectiva expresada a
través de una conducta de selección, uso y/o aplicación de la
información, concepto, norma o una determinada
representación simbólica de estos.

Al referirse a la gestión, valoración y uso de la información y el
conocimiento Wiig (en Macintosh, 1998) identifica la
inspección y categorización del conocimiento, tasación de su
valor y síntesis de actividades relacionadas con este, como
tres aspectos críticos a tener en cuenta. Para el caso del
Calendario Escolar estos se traducen, primero, en identificar
que este es un bien del conocimiento educativo, con un
contenido pertinente, que tiene una utilidad, forma como se
presenta y su accesibilidad; segundo, se establecen las
oportunidades para utilizar ese bien, los efectos que pueden
derivarse de su uso, obstáculos potenciales y reales, y el valor
añadido que dicho uso representa en un contexto educativo
dominicano; y tercero, la especificación de aquellas acciones
o decisiones que son necesarias para planificar el uso o
puesta en práctica de ese conocimiento contenido en el
Calendario Escolar, lograr una mejor utilización del mismo, y
vigilar y revisar dicha utilización para ver si produce valor
añadido en la calidad de la educación dominicana.

2.4 Uso del Calendario Escolar

Como se indicó anteriormente la noción de uso aquí utilizada
es equivalente a utilización y aplicación del Calendario
Escolar. Su empleo es similar a lo que Weiss & Bucuvalas
(1980) definieron como la consideración de alguien respecto


a la probabilidad de tomar en cuenta una determinada
información o conocimiento al momento de decidir sobre algo.
Previamente tanto Caplan et al (1975) como Rich (1977) se
refirieron al mismo tema diferenciando entre uso del
conocimiento instrumental y uso del conocimiento conceptual.
Sin embargo, fue Caplan y sus colaboradores quienes al
estudiar un grupo de más de 200 servidores públicos se
concentraron en el uso del componente de conocimiento
instrumental, respecto a lo cual definieron su utilización en
términos del nivel en que dichos servidores estuvieron
familiarizados con la información relevante, conjuntamente
con su consideración o intención de aplicarla como parte de
su actuación relacionada con alguna de las políticas
impulsadas por la institución de procedencia.

Por otra parte, la Teoría Unificada de Aceptación y Uso de
Tecnología (o innovación) (Unified Theory of Acceptance and
Use of Technology; Wikipedia, Mayo 2008) plantea la
existencia de cuatro constructos claves que intervienen como
determinantes de la intención y subsecuente conducta de uso
de una innovación (o norma) propuesta: la expectativa de su
funcionamiento (pertinencia), la aceptación del esfuerzo (o
costo) requerido, la deseabilidad social de la misma y las
condiciones facilitadoras para su aplicación.

Para el caso del Calendario Escolar esto implicaría que si los
directores y maestros de los centros educativos conocen y
disponen de este instrumento-guía, y además lo valoran como
pertinente, útil y aplicable, no solo lo usarían de manera
voluntaria para orientar sus decisiones y actividades
educativas, sino que deberían hacerlo en tanto se trata de una


normativa respecto a cuyo cumplimiento existe un alto interés
social. Este último aspecto, y de conformidad con la Teoría
de la Acción Razonada (Theory of Reasoned Action) de Ajzen
& Fishbein (1980) quedaría reforzado por la percepción de las
expectativas y deseabilidad de parte de sus superiores
jerárquicos y amplios sectores sociales que tengan los/las
directores/as y maestros/as en relación al cumplimiento del
calendario y horario escolar.

Adicionalmente, el haber usado el Calendario Escolar como
base y fundamento de sus decisiones escolares no solo revela
el cumplimiento de las disposiciones contenidas en dicho
instrumento-guía sino que puede tomarse como un indicador
de aplicabilidad y funcionamiento, así como de la conducta
que podría esperarse de estos actores en términos del futuro
cumplimiento de ésta y otras normativas o políticas similares.

Según Carvelo (1997) la aplicación o uso de una práctica
tiene como condición el convencimiento de que esta dará
lugar a algún resultado deseable, de donde se colige que el
uso o aplicación de un instrumento normativo (como lo es el
Calendario Escolar) por parte de los/as directores/as y
maestros/as de los centros educativos tendría como condición
que estos conozcan y acepten dicho instrumento.

Además, según se deriva de los hallazgos del estudio de
Propp (1997) el uso o utilización de la información (contenida
en el Calendario Escolar) en las decisiones de gestión suele
estar directamente asociada con el nivel de aceptación de
dicha información u orientación recibida, y se considera que
tal aceptación es consecuencia de una positiva valoración de


la misma en términos de su contenido, aplicabilidad y
conveniencia de sus efectos.

2.5 Modelo Conceptual
Elaboración y Distribución del Calendario Escolar

Compromiso con
Conocimiento del Valoración del Uso del el Cumplimiento Mejora en la
Calendario Escolar Calendario Escolar Calendario Escolar del Calendario y Calidad Educativa
Horario Escolar

Etapa I Etapa II
Estudio del Calendario Escolar Estudio de la Misión 1000x1000

Figura 1: Modelo Racional en que se Fundamenta la Línea de Investigación
Sobre el Calendario y Horario Escolar.

La concepción del modelo teórico asume que el Calendario
Escolar ha sido creado como una herramienta pertinente y
efectiva para asistir y orientar a los actores educativos
(directores/as, maestros/as, coordinadores/as, técnicos/as,
familias) a hacer un eficiente uso del tiempo escolar como
recurso para propiciar una educación de calidad. A partir de
esta racionalidad el proceso se inicia con el acceso a o
recepción del Calendario Escolar por parte de los actores que
intervienen directamente en el proceso educativo (en este
caso directores/as de centros y maestros/as), quienes
deberán tener un adecuado entendimiento de su contenido y
de la forma de ponerlo en práctica. Se asume que el
documento contiene información relevante, clara y explícita, y
es lo suficientemente inclusivo de las diferentes situaciones
que se presentan en la realidad del mundo escolar.


Un segundo momento es aquel en que los/las directores/as y
maestros/as hacen una valoración positiva de la utilidad,
aplicabilidad y conveniencia de la puesta en práctica del
Calendario Escolar para propiciar el logro de los objetivos del
proceso educativo. En este momento del proceso se deben
proveer las orientaciones, motivaciones y estímulos
requeridos para impulsar la aceptación, confianza y
apropiación del Calendario Escolar de parte de dichos actores
educativos. Los gestores educativos responsables del diseño,
distribución y promoción del Calendario Escolar no solo están
supuestos a garantizar que los destinatarios de este
instrumento-guía sea oportunamente recibido, sino también
conocido y apreciado o valorado en términos de su pertinencia
y utilidad instrumental en la administración del tiempo escolar.

Y luego, dichos actores toman reflexiva y conscientemente la
decisión de aceptar la idea de que en verdad el uso o
aplicación del Calendario Escolar es la mejor forma de
administrar el tiempo para propiciar oportunidades educativas
en el desarrollo de su programa de trabajo, y por tanto ponen
en práctica lo que dispone dicho Calendario Escolar en cada
una de las situaciones y circunstancias contempladas. Se
requiere prever que en este tercer momento pueden
presentarse situaciones imprevistas o confusas para la
aplicación de las disposiciones que se contemplan en el
Calendario Escolar en el contexto de la realidad del ambiente
escolar. En general ello requerirá a los actores educativos
tener las habilidades para el reconocimiento y solución de
problemas, creatividad, innovación, diseño intuitivo de
opciones, análisis estratégico y efectiva administración de
programa.


PARTE III
METODOLOGÍA DE TRABAJO

3.1 Diseño, Población y Muestra

En su diseño este se concibió como un estudio transeccional-
descriptivo, en el que las variables de interés (conocimiento,
valoración y uso del Calendario Escolar) fueron medidas en
un solo momento (última semana de marzo del 2009). Este
es el diseño apropiado cuando se trata de la consulta a una
población y levantamiento de datos en un tiempo único y el
propósito consiste en describir el estado de las variables y/o
características del universo estudiado, su magnitud,
distribución e incidencia (Hernández S., R., Fernández C. C. &
Baptista L., P., 2008; Shaughnessy, J. J., Zechmeister, E. B. &
Zechmeister, J. S., 2007).

La población objeto de estudio estuvo compuesta por
directores/as y maestros de centros educativos (unidad de
análisis) de las 18 direcciones regionales de educación de la
Secretaría de Estado de Educación. Una vez determinado el
marco espacial o alcance para el estudio (todas las
direcciones regionales), para la elección de la muestra se
establecieron criterios y el procedimiento básico de su
aplicación, lo que incluyó la selección aleatoria de distritos y
centros educativos, y en cada uno de estos, los sujetos
(directores/as y maestros/as) a ser consultados. En términos
específicos los criterios y procesos de muestreo utilizados
fueron los siguientes:


1. La selección de los distritos se realizó a partir del listado
oficial de “Centros Educativos Públicos”, disponible en la
página Web de la SEE, dentro de la sección Cartografía
Escolar, de la Oficina de Planificación Educativa. Al efecto,
de los 104 distritos educativos, se seleccionaron 52 (50%),
mediante el procedimiento de muestreo aleatorio
sistemático. En anexo se presenta la relación de distritos
seleccionados.

2. En lo referente a la selección de los centros al interior de
los distritos de la muestra, se asumieron los siguientes
criterios:
a) Para el presente estudio sólo aplican los centros que
tengan, al menos, un director y dos maestros.
b) Asegurar la selección de un centro de educación del
Nivel Básico, otro del Nivel Medio y de ser posible, uno
de la Modalidad de Adultos. Si éste último tipo no
existiese en un determinado distrito, se tomará otro
centro del Nivel Básico, para completar dos: uno de la
zona urbana y otro de la zona rural o urbano-marginal.
c) Aplicar la técnica de muestreo sistemático, como
procedimiento general de muestreo para la selección
de los centros, en el marco de cada uno de los distritos
educativos. Para ello se asumió como marco muestral
la plantilla cartográfica de regionales, distritos y centros
educativos de la SEE, antes referida. El procedimiento
que se siguió fue el siguiente:
Determinación del factor de expansión (K)
correspondiente, que se obtuvo al dividir la
cantidad de centros educativos de cada distrito
entre tres (cantidad de centros a seleccionar).


La selección del primer centro se hizo al azar
simple, dentro del rango de valores de K.
La selección del segundo y del tercer centro, se
hizo, contando k elementos (centros educativos)
en orden, a partir del primer centro seleccionado.
En los casos en que se repitió un tipo de centro
(Básico, Medio ó Básico de Adulto) ya
seleccionado, entonces se avanzó hacia delante
hasta encontrar el tipo de centro a seleccionar.
Si en un primer recorrido al interior del marco
muestral del distrito correspondiente, se llegó
hasta el final de la lista de centros y aún faltó algún
elemento por seleccionar, se continuó contando
desde el último elemento seleccionado siguiendo
en el inicio de la lista de centros de dicho distrito.
Si en la muestra seleccionada algún elemento
muestral no aplicó en función del criterio número
uno (1), se procedió a sustituir dicho elemento por
el próximo centro de la misma categoría que le
continúe en el marco muestral del distrito.

3. Para la selección de los sujetos de la muestra a lo interno
de cada centro educativo se decidió elegir cinco personas
por centro educativo para ser encuestadas, en los casos en
que la cantidad de docentes lo permitiera. Dentro de este
número siempre figuró el director o la directora. Dado que
se estableció como criterio de selección de centros
educativos aquellos que contaban, por lo menos, con un
director o directora y dos profesores, si un centro tenía de 2
a 4 maestros, todos fueron seleccionados. En los casos en
que un centro tuvo más de cuatro maestros se procedió a


seleccionar cuatro de ellos, mediante procedimiento del
azar simple, según los casos siguientes:

Si el centro era sólo del Nivel Básico o de Básico de
Adultos, los cuatro profesores fueron seleccionados
mediante el procedimiento al azar simple.

Si el centro era del Nivel Básico e Inicial se seleccionó
un docente del Nivel Inicial (al azar si hay más de uno)
y los tres restantes del Nivel Básico.

En los centros del Nivel Medio, se seleccionó uno por
cada área académica básica (Lengua Española,
Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias de la
Naturaleza). En el caso de que hubiera más de uno
por área, la selección se hizo al azar simple.

Con los criterios y procedimientos expuestos la muestra
quedó compuestas por 733 personas, de las cuales 52
eran directores o directoras y 681 maestros.


Gráfica 1: Proporción Porcentual de la Muestra Según Dirección Regional
de Educación

01 Barahona 3.9%
02 San Juan de la Maguana 5.8%
03 Azua 4.1%
04 San Cristóbal 4.7%
05 San Pedro de Macorís 9.8%
06 La Vega 6.7%
07 San Francisco de Macorís 7.7%
08 Santiago 5.2%
09 Mao 3.9%
10 Santo Domingo II 6.2%
11 Puerto Plata 8.5%
12 Higüey 4.1%
13 Montecristi 5.2%
14 Nagua 3.3%
15 Santo Domingo III 6.3%
16 Cotuí 5.9%
17 Monte Plata 4.1%
18 Bahoruco (Neyba) 4.5%

0.0% 1.0% 2.0% 3.0% 4.0% 5.0% 6.0% 7.0% 8.0% 9.0% 10.0%

3.2 Instrumentación: Elaboración y Aseguramiento
de la Validez y Confiabilidad del Instrumento
Utilizado

Para la obtención de los datos, se diseñó y utilizó un
cuestionario para ser autoadministrado. El mismo estuvo
integrado por 48 reactivos distribuidos en cuatro partes o
secciones. En la primera, se contemplaron todas las
preguntas e indicaciones dirigidas a generar datos sobre la
identificación del centro educativo, su oferta de servicio y
ubicación; el rol y género de la persona que respondía el
instrumento, y para cuya medición se empleó una escala
nominal. La segunda parte fue diseñada para obtener datos


referentes al estado de la variable “nivel de conocimiento del
Calendario Escolar” y para su medición se utilizó una
combinación de las escalas nominal y ordinal. En la tercera
parte, similar a la segunda, las preguntas y situaciones
planteadas se centraron en los niveles de “Uso del Calendario
Escolar” también empleando las escalas nominal y ordinal. Y
la cuarta y última parte, fue diseñada para levantar datos
sobre el nivel de la variable “Valoración del Calendario
Escolar” utilizando una escala interval tipo Likert contentiva de
once reactivos.
El instrumento fue examinado en cuanto a su validez de
contenido, constructo y criterio. Para tales fines fue sometido
a la revisión de expertos en investigación educativa los cuales
formularon observaciones y recomendaciones que fueron
integradas, y que contribuyeron a fortalecer la coherencia
entre los objetivos de la investigación, las variables, los
indicadores y los tipos de reactivos elaborados para la
recolección de los datos. Del mismo modo, se hizo una
aplicación piloto en un centro educativo de las mismas
condiciones socioculturales de aquellos que fueron
seleccionados en la muestra. Las observaciones realizadas
por los docentes (directivos y maestros) de este centro fueron
ponderadas e incorporadas cuando las mismas iban en el
sentido de esclarecer la comprensión de la forma de
responder al instrumento. Esta prueba permitió reducir
algunos niveles de ambigüedades que existían y que podrían
afectar la comprensión de algunas preguntas o reactivos. De
esta forma se logró elevar el nivel de validez de los datos
recolectados.


En cuanto a la confiabilidad, y específicamente en el caso de
la variable “valoración del Calendario Escolar” en que se
utilizó una escala interval (aditiva), ésta se determinó luego de
la recolección de los datos pero antes del análisis. El
procedimiento utilizado consistió en el procesamiento de todos
los datos recolectados, y como primer paso del análisis
estadístico se realizó el análisis de confiabilidad utilizando la
Alpha de Cronbach a partir de lo cual la escala fue ajustada
eliminando uno de los reactivos que generaba redundancia o
inconsistencia interna de la escala. Luego, un coeficiente
(Alpha) de confiabilidad de .80 fue establecido para los diez
reactivos de la escala final.

3.3 Organización del Trabajo

Una vez identificados los objetivos, determinadas las
variables, indicadores y el correspondiente instrumento para la
obtención de los datos se procedió a configurar y montar la
logística para la recolección de los datos. En este sentido, se
valoró el hecho de que el personal de campo que realizaría la
función de encuestadores debía estar integrado por personas
externas al Sistema Educativo, de manera que la información
recolectada estuviera lo más protegida posible de las
dificultades relacionadas con conflictos de intereses y al
mismo tiempo disminuir potenciales indiscreciones. Por lo
tanto, se procedió a la contratación de un conjunto de
encuestadores externos al Sistema, constituido por
profesionales y estudiantes de término de la carrera de
educación, comunicación social o mercadeo.

Se contrató un/a encuestador/a por cada distrito educativo, a
quien se le asignó la responsabilidad del levantamiento de los
datos en los tres centros educativos que fueron seleccionados


en la muestra, lo que implicó la contratación de un total de 52
encuestadores/as. Como en cada centro debía aplicarse el
cuestionario a un máximo de cinco personas, cada
encuestador/a tubo un máximo de quince personas las cuales
recibieron y completaron un instrumento (un máximo de 15
instrumentos por encuestador/a).

Habiéndose explicitado el trabajo que harían los
encuestadores, se procedió a establecer los niveles de
controles sobre la labor que estos/as debían realizar. Para
este proceso se decidió integrar las Direcciones Regionales
de Educación en cinco ejes, tal y como ha dispuesto la
Secretaría de Estado de Educación, introduciendo un ajuste
con la Dirección Regional 17 (Monte Plata), la cual se incluyó
en el Eje Central de Santo Domingo. Para cada eje se designó
un investigador responsable de coordinar, organizar, capacitar
y monitorear el trabajo de los y las encuestadores/as. El
diseño estructural y logístico que se instaló se describe en el
siguiente cuadro.
Cuadro 2
Estructura para el Trabajo de Campo del Estudio Conocimiento, Uso y
Valoración del Calendario Escolar
DIRECCIONES DISTRITOS
RESPONSABLES EJES
REGIONALES EDUCATIVOS
San Pedro, La Romana,
San Pedro S. de la Mar, S. J.de los
Investigador 1 Eje Este Llanos, El Valle
Higuey San Rafael, Miches

Jánico, Stiago. Noroeste,
Santiago
Stiago. Noreste
Mao Mao, S. I. de Sabaneta
Investigador 2 Eje
Occidental Sosúa, Imbert, Altamira,
Puerto Plata
Villa Isabela
Guayubín, Dajabón,
Monte Cristi
Restauración


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