1. COVID-19 y prestación de servicios
esenciales a las sobrevivientes de la
violencia contra las mujeres y las niñas
INTRODUCCIÓN
En este informe se destacan las nuevas tendencias y las implicaciones para la prestación de ser-
vicios esenciales (salud, policía y justicia, servicios sociales y coordinación de estos) a mujeres y
niñas que han sufrido violencia durante la actual pandemia de COVID-19. Se exponen, además,
las medidas adoptadas en los planos regional, nacional y local, en colaboración con los gobier-
nos, las organizaciones de la sociedad civil y las entidades de las Naciones Unidas1
. Entre ellas
se incluyen prácticas prometedoras de la Iniciativa Spotlight de la UE y las Naciones Unidas, así
como de los países piloto y países que por iniciativa propia participan en el Programa Mundial
Conjunto de las Naciones Unidas sobre Servicios Esenciales para las Mujeres y las Niñas Vícti-
mas de la Violencia y la implantación de sus principales orientaciones2
, el Paquete de servicios
esenciales. Se basa en los conocimientos y la experiencia de gran diversidad de partes interesa-
das que respaldan soluciones para poner fin a la violencia por parte de la pareja íntima y otras
formas de violencia contra las mujeres y las niñas, teniendo en cuenta el contexto de cada país
en el que está teniendo lugar la crisis. Formula recomendaciones para su consideración por
parte de los distintos asociados, incluidos los ministerios clave, organizaciones de la sociedad
civil y organizaciones internacionales, que pretenden mejorar la calidad de los servicios coor-
dinados multisectoriales y el acceso a estos para todas las mujeres y niñas, incluidas las más
marginadas y que se ven expuestas a un mayor riesgo de sufrir violencia.
Fotografía:
CDC
Global/Victor
Balaban
Al servicio de las personas y las naciones.
2. 2
TENDENCIAS Y DESAFÍOS
La prevalencia de la violencia contra las mujeres ya
es muy alta, puesto que una de cada tres mujeres del
mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún
momento de su vida3
, y prácticamente seis de cada
diez mujeres han sido asesinadas intencionadamente
en todo el mundo por su pareja u otro miembro de su
familia4
. Antes de la pandemia, muchas mujeres y niñas
no tenían acceso a los servicios esenciales gratuitos más
básicos para su seguridad, protección y recuperación,
como son las líneas de ayuda de emergencia, la policía y
larespuestadelsectordelajusticia,laatenciónsanitaria,
un alojamiento seguro, refugio y asesoramiento psicoso-
cial. Pese a que estos servicios ya existían, por lo general
han carecido de una financiación y de una dotación de
personal suficientes, han estado mal coordinados o no
han ofrecido la calidad necesaria. Según las pruebas, tan
solo el 40% de las mujeres que sufren violencia buscan
algún tipo de ayuda5
, y muchas no comunican sus expe-
riencias ante los mecanismos formales por vergüenza,
temor a represalias o desconocimiento sobre cómo
acceder a la ayuda disponible. Las mujeres y niñas que
sufren diversas formas de discriminación, como son las
mujeres migrantes, las mujeres que viven con discapaci-
dad o las que habitan en zonas rurales y remotas, se ven
expuestas a un mayor riesgo de sufrir violencia y tienen
menos probabilidades de recibir el apoyo que necesitan.
El impacto de la violencia en mujeres y niñas es grave en
las situaciones y contextos de emergencia que cuentan
con sistemas de salud que funcionan mal, un estado
de derecho débil, elevados niveles de violencia contra
las mujeres y desigualdad de género. Por ejemplo, las
repercusiones económicas del brote del ébola en África
Occidental expusieron a las mujeres a un mayor riesgo
de explotación y violencia sexual6
. Además, las pruebas
obtenidas en las zonas de asistencia humanitaria, inclui-
dos los campos de personas refugiadas, confirman que,
en aquellos casos en que se mantiene o se aloja a las
familias o a las personas en estrecha proximidad durante
períodos prolongados de tiempo, las tasas de violencia
contra las mujeres y los niños son elevadas7
.
Durante la actual pandemia, dado que las personas
pasan más tiempo aisladas en sus hogares en estre-
cha proximidad, haciendo frente a estrés adicional
provocado por el cierre de las escuelas, el aumento
de la carga de cuidado y las limitaciones económicas,
las mujeres y los niños se ven expuestos al riesgo de
sufrir mayores niveles de violencia. Informes recientes
de determinadas partes de Asia, América del Norte,
América Latina y Europa apuntan a un notable incre-
mento del número de mujeres que llaman a las líneas
de ayuda y denuncian abusos durante la actual pan-
demia8
. En Túnez, por ejemplo, las llamadas a una línea
de ayuda durante los primeros días del confinamiento
se multiplicaron por cinco9
. En Italia, las llamadas a las
líneas de ayuda experimentaron un drástico descenso;
sin embargo, aumentaron los SMS y los correos elec-
trónicos a los servicios de apoyo. Otros factores de
riesgo, como un consumo poco saludable de alcohol
o el abuso de sustancias, están relacionados con el
aumento de la probabilidad de sufrir violencia por
parte de la pareja íntima. Mitigar este tipo de riesgos
es difícil en contextos cotidianos normales y todavía lo
es más durante la crisis de la COVID-19.
INFORMES RECIENTES DE
DETERMINADAS PARTES DE ASIA,
AMÉRICA DEL NORTE, AMÉRICA
LATINA Y EUROPA APUNTAN A
UN NOTABLE INCREMENTO DEL
NÚMERO DE MUJERES QUE
LLAMAN A LAS LÍNEAS DE AYUDA Y
DENUNCIAN ABUSOS DURANTE LA
ACTUAL PANDEMIA.
3. 3
¿CÓMO AFECTARÁ LA CRISIS DE LA
COVID-19ALAPRESTACIÓNDESERVICIOS?
La pandemia de COVID-19 y el distanciamiento social
para reducir su propagación pueden afectar de forma
significativa a la prestación de servicios sociales, de
salud, justicia y política esenciales a mujeres y niñas que
han sufrido violencia o se ven expuestas al riesgo de
padecerla. Según una encuesta realizada por Safe Lives
—organización benéfica británica dedicada a poner fin
al maltrato en el hogar—, tres cuartas partes de los ser-
vicios de primera línea (76%) han tenido que reducir su
oferta de servicios a causa de la COVID-1910
. A medida
que los trabajadores sanitarios se ven sobrecargados y
dan prioridad a los casos de COVID-19, puede que se
vea interrumpido el apoyo urgente como, por ejemplo,
la atención clínica de violaciones, las evaluaciones y la
atención de salud mental, incluido el asesoramiento
psicosocial a las sobrevivientes de violencia. Es probable
que el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva
esenciales, incluidos los dirigidos a las mujeres que han
sido víctimas de violencia, se vea más limitado11
.
También es posible que los agentes del sector policial y
de la justicia se vean desbordados y centren sus priori-
dades en garantizar el cumplimiento de la cuarentena,
vigilar el distanciamiento social o dar respuesta a la
agitación ciudadana y a otros delitos, como el aumento
de los saqueos a causa de las consecuencias económi-
cas y sociales de la respuesta a la COVID-19. Puede
que el acceso a la justicia se vea limitado, a causa del
cierre de los tribunales o el retraso de las audiencias, y
que provoque la acumulación de casos. Es posible que
los mecanismos de justicia informal adecuados para
abordar la violencia contra las mujeres no resulten
prácticos durante la respuesta a la COVID-19.
Puede que las mujeres y las niñas se enfrenten a
mayores dificultades para comunicar de inmediato los
casos de violencia y obtener servicios esenciales poli-
ciales y de justicia, ya sea de forma física, o a través de
líneas de ayuda, dado que viven con sus maltratadores
las 24 horas de los siete días de la semana, y no tienen
privacidad para hacer este tipo de llamadas. Es posible
que las órdenes de protección no puedan hacerse valer
durante este tiempo, lo que favorecería la impunidad
mientras aumenta la violencia contra las mujeres.
También es posible que se reduzcan servicios como
los centros de crisis, las líneas de ayuda, los refugios
y los alojamientos seguros, que con frecuencia son
administrados por organizaciones de la sociedad
civil y de mujeres en la primera línea de la respuesta
comunitaria, lo que reduciría todavía más las escasas
fuentes de apoyo de las que disponen las mujeres en
situaciones de abuso. En el Reino Unido, el 22% de
los servicios de primera línea han indicado que en la
actualidad no tienen capacidad para prestar apoyo
eficaz a las víctimas de abusos adultas, mientras que el
42% asegura que no pueden prestar apoyo eficaz a los
niños víctimas de abuso12
. Aunque se mantengan los
servicios esenciales básicos, el colapso de la respuesta
coordinada entre los diferentes sectores, el distancia-
miento social y las restricciones de viaje implicarán que
estos sectores se enfrenten a dificultades para propor-
cionar un apoyo significativo y pertinente a las mujeres
y las niñas que sufren violencia. Los trabajadores de
primera línea, que en su mayoría son mujeres, también
pueden verse expuestos al riesgo de violencia, tanto en
el hogar como en el lugar de trabajo13
.
Photo:
UN
Women/Allison
Joyce
MANY FRONTLINE
SERVICES HAVE
TO REDUCE THEIR
SERVICE DUE TO
COVID-19
4. 4
¿CÓMODEBERÍANADAPTARSELOSSERVICIOS
ESENCIALESDURANTELACRISISDELA
COVID-19?
En algunos países, los sectores de servicios, policiales
y de justicia, y sociales han adaptado la prestación de
sus servicios al contexto actual mediante el uso de
tecnologías en línea o móviles, o mediante colabora-
ciones con la comunidad, para concienciar y prestar
apoyo a las sobrevivientes. Pasar a prestar apoyo a
través de Internet plantea dificultades, al igual que
salvar la enorme brecha tecnológica digital mundial14
.
En muchos contextos en los que trabajan ONU-Mujeres
u otras entidades de las Naciones Unidas, organi-
zaciones internacionales y nacionales —sobre todo
cuando se centran en poblaciones de bajos ingresos
o marginadas—, no siempre se dispone de teléfonos,
computadoras o Internet. Incluso cuando estas tec-
nologías están disponibles, las mujeres no siempre
tienen acceso o control sobre su uso y es posible que
se las vigile de cerca mientras las utilizan. En el Reino
Unido, por ejemplo, el 67% de los proveedores de
servicios de primera línea mencionan las dificultades
informáticas para prestar los servicios de forma remota
en las circunstancias actuales y el 42% manifiesta su
inquietud respecto a la seguridad de las clientas mien-
tras utilizan el teléfono o los servicios en línea15
.
EL 67% DE LOS
PROVEEDORES DE
SERVICIOS DE PRIMERA
LÍNEA EN EL REINO UNIDO
HAN HECHO REFERENCIA
A DIFICULTADES
INFORMÁTICAS
Fotografía:
Leonora
Baumann
Naciones
Unidas/MINUJUSTH
5. 5
RECOMENDACIONES
A continuación se recogen recomendaciones sobre la
prestación de servicios de apoyo esenciales durante
la crisis de la COVID-19. Es fundamental que cualquier
respuesta dirigida a mujeres y niñas que han experi-
mentado violencia adopte los principios básicos de un
enfoque centrado en las sobrevivientes16
. Esto debería
incluir la consideración de sus numerosas necesidades,
la evaluación de sus riesgos y vulnerabilidades, su
seguridad y protección constantes, y los principios de
confidencialidad y privacidad y de no causar daños.
GOBIERNO
•
Garantizar que los proveedores de servicios esencia-
les de todos los sectores, incluidas las organizaciones
de la sociedad civil, disponen del nivel necesario de
protocolos y equipos de protección individual para
protegerse y proteger a otros de la propagación de la
COVID-19, sin comprometer el nivel de accesibilidad al
servicio, su disponibilidad y su capacidad de respuesta.
•
Emitir anuncios de interés público con el mensaje
de que no se tolerará la violencia contra las mujeres
y las niñas durante la pandemia y que los autores se
enfrentarán a graves consecuencias.
•
Como se observó a partir del brote del ébola,
garantizar que en los planes de preparación,
respuesta y recuperación nacional ante la COVID-
19 se incluyan respuestas equitativas y seguras
para las sobrevivientes de la violencia contra las
mujeres y las niñas, incluido el apoyo a las orga-
nizaciones de la sociedad civil y de derechos de
las mujeres, y que se haga uso de la información
proporcionada por los grupos de mujeres y niñas17
.
•
Facilitar financiación urgente y flexible a los servi-
cios de apoyo operados por el Estado, en especial
a las organizaciones de la sociedad civil y de dere-
chos de las mujeres, ya que estos últimos grupos
son los que con mayor frecuencia prestan apoyo a
las personas más afectadas económicamente por
las crisis.
•
Prestar apoyo económico y a los medios de
subsistencia (por ejemplo, transferencias de efec-
tivo, desgravaciones fiscales, prestaciones por
desempleo, vales para suministros o bienes, etc.)
a fin de reducir las dificultades financieras y la
pobreza, ambos factores de riesgo para el abuso.
•
Colaborar con el sector privado y promover en él
el apoyo a la prestación de atención de calidad que
contribuya a salvar vidas, para prevenir eficazmente
la COVID-19; esto incluye equipos de protección
—como desinfectantes, guantes, mascarillas, etc.—
gratuitos o a precios subvencionados.
SOCIEDAD CIVIL
•
Contribuir a la gestión del conocimiento, por ejem-
plo, mediante el intercambio con el gobierno y los
asociados de las Naciones Unidas de buenas prác-
ticas y lecciones aprendidas sobre la adaptación
de los servicios de primera línea durante crisis y la
atención a las necesidades inmediatas.
Gobierno Sociedad civil Naciones Unidas
ASPECTOS GENERALES
6. 6
NACIONES UNIDAS
•
Realizar evaluaciones rápidas y estudios explor-
atorios que sirvan de base a la planificación, la
programación y la implementación de las respues-
tas18
, incluido el intercambio de información con
proveedores de servicios de la sociedad civil.
Debe consultarse a las comunidades, entre ellas
a las organizaciones de sobrevivientes, sobre sus
necesidades y el acceso a la tecnología.
•
Mediante el aprendizaje electrónico o seminarios
web, fomentar la capacidad de los proveedores de
servicios, tanto del gobierno como de la sociedad
civil, en todos los sectores, incluidos los relacio-
nados con la protección de los niños, sobre cómo
abordar la comunicación de casos de violencia
contra las mujeres y las niñas agravados por la
pandemia; derivar a especialistas para ofrecer
atención adicional; o pasar al apoyo en línea.
•
En la medida de lo posible, hacer un seguimiento y
evaluar las intervenciones, incluida la recopilación
de datos desglosados por sexo, edad y discapaci-
dad, con miras a fundamentar las intervenciones
para lograr una mayor eficacia y eficiencia.
GOBIERNO
•
Garantizar que la policía y las instituciones judi-
ciales otorgan la máxima prioridad al aumento de
los incidentes de violencia contra las mujeres y las
niñas en el contexto de la COVID-19.
•
En función de las necesidades operativas, analizar
el despliegue de policías de unidades dedicadas a
otro tipo de delitos para que trabajen en los casos
de violencia contra las mujeres y las niñas.
•
Garantizar que las medidas de protección judi-
cial siguen estando disponibles y son accesibles,
por ejemplo, admitiendo solicitudes remotas
para administrar y garantizar la conformidad con
las órdenes de protección; admitir testimonios
y pruebas a través de medios electrónicos; o
introduciendo turnos de trabajo especiales para
abogados, fiscales y jueces.
•
Considerar la posibilidad de utilizar unidades
móviles integradas de justicia, administradas por
funcionariosdeestesector,adaptadasalasmedidas
de distanciamiento social, con el fin de respaldar
respuestas integrales en los casos que implican
violencia contra las mujeres y las niñas, y llegar a
aquellas que se encuentran en zonas más remotas.
•
Garantizar que las mujeres que han experimen-
tado la violencia pueden abandonar su hogar para
escapar de los abusos sin ser objeto de ningún tipo
de sanción o limitación por incumplir las medidas
del estado de alarma por la COVID-19.
SOCIEDAD CIVIL
•
En los casos en que sea relevante y seguro, desarr-
ollar la solidaridad a nivel local con el fin de reducir
las oportunidades de explotar a las mujeres y niños
y abusar de estos; por ejemplo, trabajar con
organizaciones internacionales y nacionales encar-
gadas de la aplicación de la ley en la elaboración y
la difusión de mensajes sobre los riesgos potencia-
les de la trata, así como de información sobre los
servicios de apoyo pertinentes.
NACIONES UNIDAS
•
Sensibilizar a la policía y a otro personal de segu-
ridad sobre el impacto de la COVID-19 y el posible
incremento de los casos de violencia contra las
mujeres y los niños.
•
Reforzar los mecanismos de coordinación, incluso
entre comunidades y agentes de justicia formales
o informales, con miras a garantizar la rendición
de cuentas mutua en la defensa de los derechos
humanos, sobre todo los derechos humanos de las
mujeres, durante la pandemia.
SECTOR DE LA SALUD
(véanse las orientaciones específicas
para el sector de la salud que
acompañan a este documento)19
SECTOR POLICIAL Y
DE JUSTICIA20
7. 7
GOBIERNO
•
Concienciar de que, en la medida de lo posible,
los refugios y los centros de crisis operados por
el Estado y las organizaciones de la sociedad civil
deben permanecer abiertos durante la crisis de la
COVID-19, al tiempo que se respetan las precau-
ciones de seguridad necesarias.
•
Ofrecer servicios reducidos o remotos cuando
sea posible, por ejemplo, hablar con un asesor
capacitado por teléfono, por SMS o conectarse a
un «chat» seguro en línea a horas concretas.
•
Actualizar las redes de remisión para reflejar
los cambios en las instalaciones de atención dis-
ponibles, e informar a los proveedores de servicios
de la sociedad civil y a las comunidades clave sobre
estas nuevas vías.
•
Actualizar la información en los directorios de
servicios con el fin de garantizar que se mantiene
la remisión a los servicios de apoyo durante la
pandemia.
•
Las líneas nacionales de ayuda deben seguir oper-
ativas y disponibles ininterrumpidamente durante
la crisis de la COVID-19.
SOCIEDAD CIVIL
•
Como pudo observarse durante la crisis del ébola,
proporcionar apoyo psicosocial basado en la
comunidad de forma remota por medio de grupos
de mujeres locales, con el propósito de garantizar
que las iniciativas de prevención y respuesta que
abordan la violencia contra las mujeres y las niñas
son titularidad de la comunidad y están dirigidas
por mujeres y niñas21
. Llevar a cabo un plan de
seguridad con la sobreviviente para minimizar el
riesgo para su seguridad, incluso si está en con-
tacto o sigue viviendo con una pareja que abusa
de ella por ejemplo, mediante la identificación de
lugares dentro de su casa, refugios de emergencia
u otros «espacios seguros» dentro de este plan.
•
Promover que la sobreviviente permanezca en
contacto con su propia red de apoyo, como familia
y amigos, mediante mensajes de texto, el uso de
WhatsApp, Face Time o las redes sociales. Garan-
tizar que está familiarizada con la información y
las orientaciones que le ayudarán a mantenerse
segura en la medida de lo posible mientras emplea
plataformas a través de Internet.
NACIONES UNIDAS
•
Contemplar reforzar o ampliar los refugios u otros
alojamiento seguros operados por el Estado, la
sociedad civil y organizaciones de mujeres; esto
incluye plantearse readaptar otros espacios, por
ejemplo, habitaciones de hotel desocupadas,
instituciones de enseñanza o tiendas en campos
de desplazados internos.
•
Prestar apoyo en la elaboración o la revisión de
los procedimientos operativos estándar para la
remisión, en colaboración con todas las partes
interesadas, a fin de garantizar la disponibilidad y
la accesibilidad de los servicios esenciales para las
sobrevivientes de la violencia contra las mujeres y
las niñas.
•
Promover programas que aborden y prevengan los
mecanismos de supervivencia negativos durante
el aislamiento en el hogar, incluido el recurso al
abuso del alcohol o de sustancias.
•
Alentar que los miembros de la comunidad —por
ejemplo, trabajadores del servicio postal, far-
macéuticos, vecinos, etc.— estén pendientes de
las mujeres y las niñas que puedan encontrarse
en situación de riesgo de sufrir violencia, y, en la
medida de lo posible, les ofrezcan apoyo, incluida
información sobre los recursos disponibles.
SECTOR DE LOS
SERVICIOS SOCIALES
8. 8
PRÁCTICAS PROMETEDORAS
• En el Canadá, el Gobierno anunció una ayuda por
importe de 50 millones de dólares para dar apoyo
a los refugios y centros de agresión sexual para las
sobrevivientes de violencia.
• En Sudáfrica, el Departamento de Desarrollo
Social ha anunciado una estrategia para prestar
asistencia a parte de los proveedores de servicios
de ONG y destinar fondos de socorro a este sector.
• En Escocia, el Gobierno ha asignado financiación
de su Fondo de Comunidades para for Scottish
Women’s Aid y de Rape Crisis Scotland para garan-
tizar que se mantiene el acceso a los principales
servicios de apoyo durante la crisis, y que las
víctimas pueden seguir denunciando los delitos,
incluso a través de plataformas de vídeo en línea,
mensajes de texto y llamadas telefónicas.
• En la República de Irlanda, el Departamento de
Justicia e Igualdad anunció que está asignando una
financiación de más de 160.000 euros a grupos
comunitarios y de voluntarios que se ocupan de la
violencia de género.
• En Túnez, varios organismos de las Naciones
Unidas y organizaciones de la sociedad civil están
redirigiendo la financiación a la ayuda de emergen-
cia destinada a las sobrevivientes de la violencia.
• En los Estados Unidos, la Fundación Ford, junto
con más de 40 fundaciones con sede en ese país
e internacionales, han liberado la financiación de
requisitos contractuales existentes y permitido
que estos fondos se destinen a gastos operativos
(gastos generales) con menos requisitos respecto
a la presentación de informes.
GOBIERNO
• En España, los Estados Unidos, Francia e Italia,
las mujeres pueden alertar a las farmacias sobre
una situación de violencia doméstica mediante un
mensaje con un código que ha sido creado específi-
camente para facilitar el apoyo policial y de otro tipo.
• En el Canadá, los refugios para víctimas de la vio-
lencia doméstica se consideran servicios esenciales
y permanecen abiertos durante el confinamiento.
• En Colombia, el Gobierno ha emitido un decreto
para garantizar el acceso continuo a los servicios
de manera virtual, como el asesoramiento jurídico
y psicosocial, y los servicios policiales y de justicia,
incluidas las audiencias22
.
• En la Argentina, la Unidad Fiscal Especializada de
Violencia contra las Mujeres (UFEM) ha publicado
una lista de medidas urgentes sugeridas a los fis-
cales para casos de violencia contra las mujeres
durante el aislamiento en sus domicilios. Estas
medidas incluyen desplazar a la policía al domicilio
para detener la violencia y retirar al agresor del
lugar; recibir las reclamaciones y denuncias en
casa o de forma remota; además de aplicar medi-
das de protección judiciales.
• En Sudáfrica, el Presidente de la Corte Suprema
ha autorizado a todos los presidentes de tribu-
nales y jueces de los tribunales tanto de mayor
como de menor rango que emitan directivas desti-
nadas a facilitar el acceso a los tribunales cuando
se trate de asuntos urgentes, como las solicitudes
de fianza, la manutención, la violencia doméstica y
casos relacionados con niños.
• En Bolivia, las directrices sobre las medidas de
protección urgentes para las mujeres que han
sido víctimas de violencia deben comunicarse de
inmediato al fiscal o el juez que preside la sala.
En coordinación con el municipio local, la policía
debe promover el distanciamiento del agresor o
derivar a las sobrevivientes a un centro de acogida
y realizar una evaluación de riesgos.
ACCESO A LOS SERVICIOS
POLÍTICAS Y
FINANCIAMIENTO
9. 9
• En el Brasil se están desarrollando varias aplica-
ciones, como «SOS Mulher» en el estado de São
Paulo mediante una asociación entre la policía y
la sociedad civil, para denunciar los casos de vio-
lencia doméstica y familiar durante el aislamiento
social, así como los casos de incumplimiento de las
medidas de protección de emergencia impuestas
al agresor, lo que puede derivar en la detención
preventiva y el inicio de actuaciones penales.
• En el Perú se ha creado recientemente un equipo
de atención móvil para dar respuesta a los casos
urgentes de violencia contra mujeres y niñas en
zonas donde que no está presente el Servicio
de Atención Urgente («SAU») de asistencia psi-
cológica, jurídica y de servicios sociales.
• En China se han publicado manuales en línea23
sobre cómo pueden protegerse las mujeres de la
violencia doméstica durante la pandemia, lo cual
incluye el recurso a asistencia jurídica en línea.
• En Antigua y Barbuda, la Dirección de Asuntos
de Género ha colaborado con dos importantes
empresas de telecomunicaciones para garantizar
el acceso gratuito a las líneas de ayuda contra la
violencia doméstica.
•
En Madrid (España), un servicio de mensajería
instantánea con función de geolocalización ofrece
una sala de chat en línea que brinda apoyo psi-
cológico inmediato a las personas sobrevivientes
de la violencia. La plataforma de mensajería
instantánea emplea el GPS para localizar a las
mujeres en situaciones de peligro que necesitan
ayuda de emergencia24
.
• En el Reino Unido, la policía de Cumbria ha hecho
un llamamiento a los trabajadores del servicio
postal, los repartidores, las empresas de entrega
a domicilio de comida y a todos los trabajadores
esenciales que visitan domicilios para que estén
atentos a los indicios de abuso y los comuniquen
al departamento de policía25
.
• EnlaRepúblicadeIrlanda,elGobiernoylosservicios
de primera línea han puesto en marcha una impor-
tante campaña en televisión, radio y redes sociales
con el objeto de llegar a las víctimas de maltrato en
el hogar y asegurarles que los servicios dirigidos a
ellas siguen disponibles (véase más en https://www.
stillhere.ie/). El Gobierno había anunciado previa-
mente que las restricciones de viaje establecidas
para ralentizar la propagación del virus no se aplican
a las víctimas de la violencia doméstica.
SOCIEDAD CIVIL
• En el Reino Unido, «Bright Sky» es una aplicación
que presta apoyo e información sobre remisiones
para las sobrevivientes. Tiene una función de dia-
rio para documentar de forma segura los casos de
abuso. La aplicación también está oculta para pro-
teger a aquellas mujeres que están preocupadas
por el hecho de que sus parejas u otras personas
puedan revisar sus teléfonos.
•
Safety Net Australia26
colabora con Telstra desde
2014 para ofrecer teléfonos móviles, un saldo de
30 dólares y consejos básicos sobre tecnología a las
sobrevivientes de violencia y les ofrece los medios
para ponerse en contacto con servicios de apoyo27
.
• En México, la organización de mujeres ‘Equis
Justicia para las Mujeres’ ha hecho una labor de
sensibilización sobre el hecho de que las prisiones
son lugares de alto riesgo para la transmisión de
la COVID-19, y ha pedido a las autoridades que
mejoren las condiciones de las reclusas y abogado
por su liberación28
.
•
Con el apoyo del fondo fiduciario de las Naciones
Unidas en apoyo de las medidas para eliminar la
violencia contra la mujer, en Zimbabwe, Women
in Law in South Africa (Zimbabwe) prevé difundir su
número de teléfono de emergencia en distritos con-
cretos para que las mujeres puedan seguir buscando
asesoramiento legal por teléfono o SMS durante la
actual crisis. Por otra parte, el proyecto está enviando
SMS masivos para aumentar la concienciación de otros
proveedores de servicios —como, por ejemplo, los
servicios de salud y la policía— que forman parte de la
vía de remisión para los casos de violencia de género.
• En Serbia, el fondo fiduciario de las Naciones
Unidas Fenomena se ha adaptado a la crisis actual
mediante la contratación de una ONG espe-
cializada y dos abogados independientes y está
ofreciendo consultas legales a las sobrevivientes
10. 10
de manera ininterrumpida a través del correo elec-
trónico. También ha puesto en marcha un teléfono
de socorro disponible las 24 horas del día.
• En la India, la International Foundation for Crime
Prevention and Victim Care, que también percibe
unasubvencióndelfondofiduciariodelasNaciones
Unidas, mantiene su compromiso de garantizar su
línea de ayuda disponible las 24 horas, así como
sus servicios de crisis y rehabilitación para las
sobrevivientes de quemaduras a disposición de las
personas que requieran ayuda.
• En Etiopía, para hacer frente al posible impacto
en la enseñanza de las niñas acogidas en el refu-
gio, AWSAD (Association of Women’s Sanctuary
and Development), receptora de una subvención
del fondo fiduciario de las Naciones Unidas, ha
establecido espacios de estudio para las niñas que
normalmente asistirían a escuelas públicas en las
aulas de su refugio principal. También ha establecido
recientemente un nuevo alojamiento seguro en el
centro de Addis Abeba para acoger a 30 mujeres y
niñas que acaban de ser derivadas y que antes esta-
ban acogidas con prisioneras en un alojamiento de
emergencia en una comisaría de policía.
NACIONES UNIDAS
• En Tanzanía, ONU-Mujeres presta apoyo al Gobi-
erno para integrar la información específica sobre
la violencia contra las mujeres y los niños en los
protocolos y procedimientos operativos estándar,
lo que facilitará a los proveedores de servicios la
detección de la violencia contra las mujeres y los
niños en los casos notificados de COVID-19.
• EnlaRegióndelaASEAN,comopartedelprograma
de la Iniciativa Spotlight entre la UE y Naciones Uni-
das sobre el programa relativo a migración segura
y justa, ONU-Mujeres está elaborando una lista de
verificación del plan de seguridad para su difusión
entre todas las mujeres, incluidas las trabajadoras
migrantes, a fin de ayudarlas a mitigar los riesgos
de violencia y el abuso, y también a adoptar medi-
das adecuadas para garantizar su seguridad.
• Como parte del programa de la Iniciativa Spotlight
antesmencionada,ONU-Mujeresestáactualizando
los procedimientos operativos estándar para las
redes de remisión en Filipinas, Indonesia, Malasia
y Tailandia, y elaborando directorios de servicios
de apoyo con mapas actualizados de los servicios
de apoyo a disposición de todas las mujeres, lo
cual incluye a las trabajadoras migrantes.
• En la región del Pacífico (Fiji, Islas Salomón, Kiri-
bati, Samoa, Tonga y Vanuatu), ONU-Mujeres ha
prestado apoyo a los gobiernos nacionales y a la
sociedad civil para desarrollar una serie de paquetes
decapacitaciónenlínea,kitsderecursos,materiales
de información, educación y comunicaciones (IEC)
y hojas de consejos dirigidas a los trabajadores de
primera línea para que respalden la adaptación de
los procedimientos operativos estándar multisecto-
riales y las vías de remisión, así como la prestación
de servicios a distancia. Incluye, entre otros, los
siguientes temas: proceso de remisión comunitario;
Facebook y asesoramiento; autocuidado de los
trabajadores de las líneas de ayuda; pasos para
obtener órdenes de protección de forma remota; y
apoyo y remisiones para mujeres con discapacidad
y miembros de la comunidad LGBTQI.
• En el Camerún, Kenya y Nigeria, Rwanda, Soma-
lia, Sudán del Sur y Tanzanía, ONU-Mujeres ha
respaldado el desarrollo de materiales IEC, y se
están difundiendo en radio y televisión mensajes
sobre la COVID-19 y la violencia contra las mujeres
en distintos idiomas locales.
•
En Sierra Leona, el Sudán y Tanzanía, ONU-Mu-
jeres ha obtenido un apoyo político de alto
nivel para incluir las cuestiones de género en las
respuestas nacionales a la COVID-19.
• En el Camerún, Côte d’Ivoire, Liberia, Malí, el
Níger, Nigeria, la República Centroafricana y el
Senegal, como parte de la Iniciativa Spotlight y
otros programas para poner fin a la violencia contra
las mujeres, ONU-Mujeres está proporcionando
equipos de protección (mascarillas, soluciones
hidroalcohólicas, jabón, etc.) a las sobrevivientes
y a las mujeres que viven con el VIH.
• En el Senegal, ONU-Mujeres ha reasignado la finan-
ciación de su programa de agricultura resistente al
climaalaadquisicióndearrozamujeresproductoras
participantes. Se está utilizando como complemento
a la respuesta del Gobierno a la COVID-19 para famil-
ias vulnerables, que incluye las necesidades básicas
y transferencias en efectivo mensuales.
11. 11
NOTAS FINALES
1
Esta nota complementa los materiales sobre violencia contra las
mujeres y las niñas y la COVID-19 elaboradas por ONU-Mujeres; se
puede obtener más información en https://www.unwomen.org/es/
news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-against-women-
during-pandemic
2
En el caso del componente de salud, se basa en las directrices de la
OMS de respuesta a la violencia contra las mujeres.
3
https://www.who.int/reproductivehealth/publications/
violence/9789241564625/es/
4
https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/GSH2018/
GSH18_Gender-related_killing_of_women_and_girls.pdf
5
https://unstats.un.org/unsd/gender/downloads/WorldsWomen2015_
report.pdf
6
Véase «COVID-19: Un enfoque de género – Proteger la salud y los
derechos sexuales y reproductivos y promover la igualdad de género»,
en https://www.unfpa.org/sites/default/files/resource-pdf/COVID-
19_A_Gender_Lens_Guidance_Note.docx_en-US_es-MX.pdf, pág. 6.
7 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24818066
8
https://time.com/5803887/coronavirus-domestic-violence-victims/ y
https://www.womensaid.org.uk/the-impact-of-covid-19-on- women-
and-children-experiencing-domestic-abuse-and-the-life- saving-
services-that-support-them/
9
https://aawsat.com/english/home/article/2206776/tunisia-lockdown-
brings-rise-domestic-violence
10
La encuesta se realizó del 24 al 27 de marzo de 2020. Se puede
obtener más información en https:// safelives.org.uk/sites/default/
files/resources/SafeLives%20survey%20 of%20frontline%20
domestic%20abuse%20organisations%20for%20 COVID-19%20
30.03.20_0.pdf , pág. 1
11
https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/52034/
OPSNMHMHCovid19200008_spa.pdf?sequence=1isAllowed=y y
https://www.unfpa.org/sites/default/files/resource-pdf/COVID-19_A_
Gender_Lens_Guidance_Note.docx_en-US_es-MX.pdfs, pág. 5.
12 Véase la nota 10, pág. 1
13
http://www.sddirect.org.uk/media/1881/vawg-helpdesk-284-covid-
19-and-vawg.pdf pág. 2
14
http://www.oecd.org/internet/bridging-the-digital-gender-divide.pdf
15 Véase la nota 10, pág. 1
16
https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/
sections/library/publications/2015/essential-services-package-module-
1-en.pdf?la=envs=3347 ps. 13-14.
17
https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/genderandgbv
findingsduringevdresponseindrc-final8march2019.pdf, pág. 11
18
Véase además el seminario web de Gender Based Violence AoR,
Remote GBV Assessments and Transitioning to Remote Service
Delivery - GBV AoR
19
https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/52034/
OPSNMHMHCovid19200008_spa.pdf?sequence=1isAllowed=y
20
Véanse también, más detalladamente, las orientaciones sectoriales
específicas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito tituladas «Coronavirus Disease (COVID-19 response – UNODC
Thematic Brief on gender- based violence against women and girls)»
disponible en https://www.unodc.org/ documents/Advocacy-Section/
GBVAW_and_UNODC_in_COVID19_ final_7Apr2020.pdf
21 Véase la nota 17.
22
https://www.eltiempo.com/justicia/servicios/coronavirus-que-hacer-
si-es-victima-de-violencia-de-genero-en-aislamiento-475600
23
Manual elaborado por la familia Yuanzhong Family y el Centro de
Servicios de Desarrollo de la Comunidad (distrito de Dongcheng,
Beijing) https:// mp.weixin.qq.com/s/qSp14zOcFHLgiCMKxsXQTQ (en
chino).
24
ONU-Mujeres, COVID-19 and Ending Violence Against Women and
Girls, https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/
sections/library/publications/2020/issue-brief-covid-19-and-ending-
violence-against-women-and-girls-en.pdf?la=envs=5006 p.6
25
Policía de Cumbria, «Police appeal to neighbours and workers to help
victims of domestic abuse», marzo de 2020, https://www.cumbria.
police. uk/News/News-Articles/2020/March/Police-appeal-to-
neighbours- and-workers-to-help-victims-of-domestic-abuse.aspx
26
Safety Net Australia es una alianza establecida entre WESNET y la Red
Nacional para la Eliminación de la Violencia Doméstica (NNEVDV), que
trabaja en la intersección entre la tecnología y la violencia contra las
mujeres.
27 https://phones.wesnet.org.au/
28
https://equis.org.mx/mexico-debe-cambiar-practicas-carceles-ante-
pandemia-de-covid-19/