La Primavera Árabe consistió en revoluciones democráticas que comenzaron en 2011 en Túnez y se extendieron a otros países del norte de África y Oriente Medio gobernados por regímenes autoritarios. Fue impulsada por jóvenes que protestaban contra la corrupción, falta de libertades, desempleo y pobreza. Aunque logró derrocar algunos gobiernos, la situación continúa siendo inestable, especialmente en Siria donde la oposición también ha cometido abusos.