Julio Anguita, de 72 años, es un político retirado que fue alcalde comunista de Córdoba y líder de Izquierda Unida. A pesar de estar retirado de la política profesional, continúa escribiendo, dando conferencias y luchando por sus ideales a través de plataformas como el Frente Cívico Somos Mayoría. En la entrevista, habla de su trayectoria política y sus críticas a la situación actual en España, y expresa su deseo continuo de educar a la gente y luchar contra la "cegu
Ruta luxury por el Sáhara en 4x4. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotografías de L...
ENTREVISTA JULIO ANGUITA, EXLÍDER DE IZQUIERDA UNIDA
1. PROTAGONISTAS ENTREVISTA
Julio
Anguita
“Tengo una pensión de 1.848 euros, un
Seat León y un ordenador. ¿Para qué más?”
Fue alcalde comunista de Córdoba entre 1979 y 1986 y el coordinador general de Izquierda
Unida con quien la coalición alcanzó los mejores resultados electorales de su historia. Retirado de la política profesional y de su actividad de profesor de instituto, continúa, dice,
“luchando por la utopía” desde otras plataformas. Contra la ceguera, su último libro, da fe de ello.
por Juan Carlos Rodríguez fotografía de Thomas Canet
Las chicas de la editorial le propusieron
ir a recogerle a la estación de Atocha, pero
Julio Anguita (Fuengirola, Málaga, 21 de
noviembre de 1941) ha preferido hacer a
pie el corto trayecto hasta el hotel. Le va
bien a su delicado corazón. Vestido con un
traje de pana azul, el viejo roble de la izquierda –érase un hombre a un programa pegado– arrastra su pequeña maleta
por el Paseo del Prado, sortea el basural
desperdigado por la calle tras la huelga que
afeó Madrid y entra en el lobby con andar renqueante. A pesar de estar ya alejado de los focos, y de lucir una barba completamente blanca que resta fiereza a sus
facciones morunas, la gente reconoce enseguida al viejo califa.
Retirado de la primera fila de la política
desde que dejó Izquierda Unida en 1999
por culpa de su último infarto, sus mañanas de jubilado en Córdoba las dedica a
ejercitarse en el gimnasio desde las 7.30 h, a
hacer un kilómetro de natación y a jugar
su partidita de mus. Pero, a sus 72 años
recién cumplidos, el resto del tiempo sigue
con su activismo entusiasta: escribe, da
conferencias, publica libros o pone en pie
de combate al personal con su Frente Cívico Somos Mayoría, un “proyecto de sentido común” en el que ya militan unas
15.000 personas. Cualquier cosa con tal de
luchar contra este “estado de excepción”
en el que está sumida España.
Prueba de ese activismo tenaz es su nuevo libro, Contra la ceguera. Cuarenta años
luchando por la utopía (La Esfera), una biografía política resultado de largas conversaciones con el periodista vasco Julio
Flor. En sus páginas, Anguita repasa sus
primeros años en Córdoba como primer
alcalde comunista de España; su etapa
como diputado andaluz y su lucha a contracorriente como líder de IU. Un camino
de rosas y espinas en el que este profesor
de escuela metido a político tuvo que enfrentarse a Carrillo, a Felipe González, a
José María Aznar, al Rey Juan Carlos e
incluso a sus compañeros de partido. Hijo
de un autoritario suboficial del Ejército y
de una gobernanta de una residencia militar que le inculcó el arte de la resistencia, a lo largo de la entrevista asomará también ese otro Julio ferozmente humano. Un
hombre tímido, sensible y afectuoso que
admite haber sido un mal padre, que llora al recordar la muerte de su hijo en la guerra de Irak o que declara estar enamorado de su tercera mujer.
Madrid a
P.Llega auna ciudadbordo del AVE, refulgente símbolo de modernidad, y
aterriza en
maloliente como
consecuencia de la huelga de limpieza
[que concluyó el pasado 17 de noviembre]. ¿Metáfora de esta España que se
ha ido definitivamente a la mierda?
Verá usted [agita nervioso la pierna
izquierda]. De esa España que está en
una situación extrema hay muchos res-
R.
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ponsables. No es cuestión de imputárselo al Gobierno actual ni al anterior, que
también, sino, sobre todo, a esa especie
de rapto bobalicón que significó Europa:
el proyecto de Maastrich y de la moneda
única, causantes de la actual situación.
P. Me consta que no usa Facebook ni
Twitter pero, ¿me podría resumir esta
crítica situación en 140 caracteres?
R. Estamos en un estado de excepción desde el punto de vista económico, social,
político, moral e ideológico que puede conllevar una quiebra del propio Estado.
P. ¿Y esto se arregla con “programa, programa, programa”?
R. [Sonríe]. Depende de qué programa.
Hay que discutir si el modelo europeo
actual nos sirve. Los gobiernos nacionales ya no deciden nada, solo acatan las
imposiciones de la Troika [la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional]. Y que no me
digan que vienen inversiones, porque
eso es un cuento chino.
P. Pero si hasta Bill Gates acaba de comprar el 6% de FCC…
R. Eso es un juego de élites; gente que gana
dinero, invierte, compra y saquea un país.
Pretenden hacernos creer que esto también redundará en nuestro beneficio, pero
es radicalmente mentira.
P. Dice que su libro Contra la ceguera.
Cuarenta años luchando por la utopía,
“es un grito”. ¿Por qué necesitaba clamar? ¿Y por qué ahora?
R. El libro refleja mi deseo impenitente
de explicar, quizá por ese afán de maestro de escuela. Los hechos no son así porque han caído del cielo, sino porque tienen
sus causas. Cuando la gente habla de la crisis, lo hace con el fatalismo con que los pueblos primitivos hablaban de la fuerza del
volcán. Pero hay que recordarle a la población –a la que quiera pensar, a la que quiera leer– que de aquellos polvos de Maastrich vienen estos lodos.
P. Con 13 años leyó el devocionario de los
hermanos trinitarios de Córdoba, donde se definía al paraíso prometido como
“un foco purísimo de saber” para entender el mundo, y eso le marcó de por vida.
¿Su necesidad de saber se mantiene intacta a sus 72 años?
R. Yo fui creyente hasta los 16 o 17 años. De
aquella primitiva fe, que ha desaparecido
por completo (soy ateo, no agnóstico) queda un impulso por buscar el absoluto, las
últimas causas. Una parte importante de
mi modesta biblioteca está dedicada a la
física cuántica. ¿Por qué? Porque quiero
encontrar de una vez que alguien me explique dónde estamos y de dónde venimos. Sé que es un acto de soberbia, pero
qué le vamos a hacer...
P. ¿Es cierto que nunca ha anhelado el poder, sino la sabiduría?
R. Si he querido el poder, porque nunca
le he hecho ascos, ha sido para hacer cosas.
El poder por el poder es lo más aburrido
que conozco.
3. P. Cuarenta años combatiendo la ceguera. ¿No se cansa?
R. Dentro de lo que me permite mi salud, que tengo que cuidarla muchísimo,
escribo, doy conferencias, he impulsado
plataformas como el colectivo Prometeo
o el Frente Cívico Somos Mayoría… Estoy
involucrado en 12 asociaciones, porque lo
que a uno le pide el cuerpo es ayudar. Esto
es un mal de la izquierda: intentar suplir
con un esfuerzo titánico, a veces suicida,
lo que no hace la mayoría de la población.
P. Cuando usted tenía 11 o 12 años, su
padre, suboficial del Ejército, advertía a
las visitas: “No dejarle que hable, no dejarle que hable, porque nos convence”.
¿Siempre tuvo el don de la palabra?
R. Ja, ja. Mi padre decía eso no porque fuera buen orador, sino porque siempre procuraba armarme de razones antes de hablar. El secreto está en el trabajo. Pero
cuando oigo hablar a algunos diputados
pienso: “Este no se ha preparado en absoluto”. En el fondo esta gente desprecia a
la ciudadanía. Y a un político le pagan para
que piense, no para que hable mucho.
P. Habrá ligado mucho gracias a su pico
de oro…
R. Noooo. Permíteme que le cuente una
anécdota. En 1986 yo estaba recorriendo
los pueblos andaluces para explicar el proyecto Convocatoria por Andalucía (germen de IU) y en un momento dado el partido me puso un conductor, el camarada
Francisquín. Al cabo de año y medio, éste
me confesó: “¿Sabes por qué fui contigo?
Porque pensé: ‘Con este tío se tiene que
ligar mucho’, pero luego vi que no”.
P. Insisto: ¿la palabra ha sido su mejor
arma en el terreno amoroso?
R. Mire, es un terreno del que nunca hablo.
Los políticos no tenemos vida privada,
en el sentido de que el ciudadano tiene que
saber qué dinero tenemos o si somos unos
maltratadores, pero sí vida íntima.
P. ¿Julio Anguita es comunista por la gracia de Dios?
R. Yo dejé de creer en Dios a los 16 o 17 años
porque la religión no me daba las respuestas que sí me ofrecía el PCE, aunque siga
teniendo un temperamento religioso en el
sentido de búsqueda de un absoluto, de las
causas últimas. Me hice del PCE porque
era el partido más importante en la lucha
contra Franco y porque ofrecía una teoría en torno a la liberación de los trabajadores y la construcción de un mundo alternativo. Mi apuesta sigue siendo válida.
P. En 1979 deja sus clases en el colegio Los
Califas y forma parte de la candidatura
del PCE. ¿Cómo recuerda su primer mitin electoral?
R. Fue en Castro del Río (Córdoba). Empecé hablando muy bajito y la gente me miraba muy perpleja. Pronto me di cuenta de
que había captado su atención. De los
mítines me satisfacía poder seducir y trasladar el conocimiento que lleva a la reflexión, como el maestro que se realiza cuando ha trasvasado el saber con acierto.
“Quiero muchísimo a mis hijos, pero no he sido un buen padre. He
velado por que tuvieran cubiertas sus necesidades, pero no he estado en casa lo suficiente. Son contradicciones que hay que asumir”
P. ¿Le engancharon los aplausos?
R. Cuando doy una conferencia me pone
nervioso que la gente aplauda. Soy un
gran tímido, como muchos actores.
P. Usted fue un alcalde de tiza y pizarra.
¿Falta pedagogía en la política actual?
R. El político tiene que hacer como Prometeo: robar el saber y dárselo a la gente. Pero
a veces la gente no quiere saber.
P. En 1988 le eligen secretario general
del PCE contra su voluntad, con la excusa de “salvar el proyecto”. ¿Cómo vivió ese desgarro?
R. En 1988 el partido estaba muy mal y
hubo gente que lanzó la consigna de que
yo tenía que ser secretario general. Se lo
confesé a Felipe Alcaraz tomando un café:
“Hay gente del partido que me está empujando a rastras a Madrid y voy a tener un
encontronazo”. Ellos pensaron que yo era
un chico que daba votos, dúctil y maleable,
y se equivocaron conmigo. Soy blando
en las formas, pero duro en el fondo.
P. Aquellos primeros años en Madrid se
sintió muy solo…
R. Tremendamente solo. Hubo momentos
en los que añoraba Córdoba con tanta
angustia que salía temprano de Madrid,
me hacía 403 kilómetros sin autovía, estaba un rato en mi ciudad, comía, y regresaba esa misma tarde. Pero a veces, esa soledad era buscada. No me gustaba alternar
con los compañeros de partido; nunca
fui a “las lentejas de Mona” (popular cenáculo en los años de la Transición).
P. ¿Hubo o no hubo pinza?
R. Fue una fabulación a la que dio pábulo
el grupo PRISA. Una vez José María Aznar se me acercó en el Congreso y me planteó que hiciésemos una moción de censura a Felipe González. Le pedí que me lo
explicara por carta y lo hizo. Todavía la conservo. Estamos hablando de las horas más
bajas del PSOE, cuando era sinónimo de
corrupción y de crímenes de estado. Planteé la moción a IU y acordamos que no.
Pero si hubiésemos aceptado hubiésemos
echado a Felipe de la Moncloa.
P. ¿Cuál ha sido la mayor aportación de
IU a nuestra historia política?
R. La elaboración colectiva. Políticos que
estudian una idea, con el apoyo de unos
técnicos, para defender un criterio propio de forma coherente.
P. ¿Y el legado de Julio Anguita?
R. Poco legado. Yo lo que he sido es un
hombre muy tesonero. Mi mensaje a los
políticos es que estudien, que sean coherentes, y si hay algo que no vale, que lo
digan. Para mí lo importante es el proyecto: qué quiero hacer.
P. Ayer le comenté a un cuñado militar, del PP, que le iba a entrevistar y me
el trabajo de los jornaleros de la informarespondió: “Para ser comunista era basción. Lo del cuarto poder se lo han creído
tante coherente”. ¿Se siente un referenlos que viven de él, pero en el fondo obedete, incluso para las personas más incen al poder y se asimilan a él. Este es el
sospechadas?
drama de los medios de comunicación y
R. No niego que hay sectores de la derede los profesionales que trabajan en ellos.
cha a los cuales caigo bien, quizá porP. Se le tiene por una persona íntegra. ¿Ha
que siempre he hablado con claridad,
sido buen padre?
he predicado con el ejemplo y he vivido
R. Yo quiero muchísimo a mis hijos, pero
con modestia.
no he sido un buen padre. Ni bueno ni
P. ¿Cuáles son sus pertenencias?
malo. No los he maltratado, y he velado por
R. Mi nómina de jubilado (1.848 euros en
que tuvieran cubiertas sus necesidades,
14 pagas, más unos ingresos esporádicos
pero no he estado en casa lo suficiente por
que pueden estar en torno a los 500 eurazones políticas y personales. Estas son
ros mensuales), un Seat León que comcontradicciones que hay que asumir.
pré hace 13 años y un ordenador… Con esto
P. La política le apartó de su verdadera
vivo muy bien, ¿para qué más?
meta: ser profesor de Historia contempoP. En el libro se adivina un hombre más
ránea. ¿Aún tiene esa espina clavada?
sensible de lo que a simple vista parece…
R. Mi gran frustración es no haber dado
R. Me considero una persona incluso afecclase en la universidad.
tiva, lo que pasa es que
He intentado dos vesoy tímido y no doy mis
PASANDO REVISTA
ces terminar la tesis
afectos a cualquiera.
Anguita conoció de cerca a personadoctoral y dos veces la
P. ¿Cuándo fue la últijes que se han ganado un hueco en
puñetera política me lo
ma vez que lloró?
la Historia reciente. “Salvo La
ha impedido: cuando
R. Cuando un periodisPasionaria, el legado de todos es
me eligieron alcalde de
ta llamado Julio Anguiglobalmente negativo”, afirma.
Córdoba y cuando surta Parrado murió en la
Dolores Ibárruri: “Es un símbolo para
gió el Frente Cívico.
guerra de Irak. Estuve
los comunistas y para los que no lo
P. En 2007 se casó, en
mucho tiempo guarson. Es patrimonio de todos”.
segundas nupcias,
dando la compostura,
Santiago Carrillo: “El ego de sentirse
con su tercera mujer,
pero una noche los dijunto a Suárez el padre de la
María Agustina, proques se rompieron [se
Transición lo capturó”.
fesora de inglés exemociona].
El Rey: “El fracaso del 23-F no se
perta en nuevas tecP. Dice que ya no ve la
debió a él, sino a Sabino Fernández
nologías. ¿Le ha
muerte con angustia:
Campos, estupefacto ante la actitud
introducido ya en las
“Me curó de eso mi
nada firme del monarca”.
redes sociales?
hijo Julio en 2003”.
Adolfo Suárez: “En el fondo, un
R. Está empeñada en
R. Sí, puede sonar confontanero manejado por Torcuato
que me ponga el
tradictorio, porque no
Fernández Miranda”.
whatsApp, pero me
creo que haya un más
Felipe González: “El hombre preciso,
niego. No tengo Faceallá. En cierta medida,
en el momento preciso para los
book (aunque quiero
donde él haya ido, iré
intereses a los que sirvió. Con gran
denunciar que hay una
yo. Sé que no me lo voy
capacidad de seducción y un dios
persona que utiliza mi
a encontrar, pero es un
nombre y no soy yo), ni
consuelo.
para sus compañeros”.
José María Aznar: “Un joseantoTwitter, y utilizo lo jusP. ¿Ha echado de meniano en el sentido más profundo
to el ordenador. Que
nos el consuelo de
del término”.
no, que yo no me dejo
aquella fe que tuvo de
arrastrar por todo esto.
niño?
P. En el amor, ¿hasta que el programa
R. No, no sirve. La fe te dice: “es la volunlos separe?
tad de Dios”. A mí eso no me vale, yo quieR. Creo que sí, al menos ahora es mi poro discutir con ese Dios, que me cuente
sición racional y vital. Quiero decir que esa mí si aquello fue justo.
toy enamorado, y ojalá que esto dure para
P. Yo hice prácticas en EL MUNDO con su
hijo. Hoy tendría 42 años…
siempre. Si no fuera así y entrara en la
R. Los hubiera cumplido el 3 de enero…
decrepitud, me conformaría con tener una
P. Habiéndolo conocido, estoy convencihabitación, un ordenador para sacar docudo de que hoy sería muy beligerante con
mentos y salir de vez en cuando a la calle
la precariedad que afecta al periodismo.
a tomar el aire. Soy una persona que pueR. Seguro. Yo he visto a grandes estrellas
de vivir con poco. Y eso es mucho.¯
�
de la comunicación con sueldos astronóCONTRA LA CEGUERA, DE JULIO ANGUITA Y JULIO
micos tratar a patadas a sus compañeros,
FLOR, ESTÁ EDITADO POR LA ESFERA DE LOS LIBROS.
cuando está claro que no harían nada sin
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