CULTURA NAZCA, presentación en aula para compartir
La expresión corporal es el lenguaje universal
1. MARTES 16 DE SETIEMBRE DEL 2014 Colecciones El Comercio EL COMERCIO .A21
MILAGROS
LEIVA
CASTILLA
“Ahora que ya no está, el ex ministro de
Economía Luis Castilla tendrá que explicar
muchas cosas”
La primera y única vez que vi a Luis
Miguel Castilla fue hace tres años.
Acababa de ser nombrado minis-tro
de Economía y almorzaba feliz
con varias personas en un restau-rante
que ya no existe. Le pedí una entrevis-ta,
sonrió, me prometió una hora, pero des-pués
nunca aceptó. El domingo sorprendió
que dejara de ser el ministro más cercano a
la pareja presidencial. Las leyendas sobre su
influencia se escribieron en todos los tonos:
el único sobreviviente del Gabinete original
era un todopoderoso. Era Castilla, y no el
primer ministro, quien aconsejaba qué mi-nistro
poner, cuál sacar, qué hacer. Nadine
creía ciegamente en él y Ollanta también se
apoyaba en sus consejos. Eso decían. La his-toria
de su viudez y los extremos reparos que
ponía a sus ausencias por sus hijas pequeños
siempre conmovió. Cada mes decían que se
iba por su familia, pero él se quedaba.
Ahora que ya no está, Castilla tendrá
que explicar muchas cosas. Ha dicho que se
queda asesorando al presidente Humala,
antes de asumir un nuevo cargo. ¿Podría
contestar preguntas al vuelo, por favor?
1. ¿Este gobierno pagará o no la deuda
que tiene con los fonavistas? El juego de “sí
te pago, pero a fin de año” es una tortura pa-ra
los abuelos desde hace tres años.
2. ¿Es verdad que los aportes a Habitat
iban a ser solo para dependientes formales y
que luego, oh sorpresa, los independientes
fueron incluidos por usted? ¿Podría aclarar
este punto? ¿Por qué una sola AFP iba a tener
un mercado cautivo por dos años? ¿Solo por
una comisión más baja? ¿Es o no monopo-lio?
¿Cómo convenció al presidente Humala
si él supuestamente detesta los monopolios?
¿Sabía usted que Cecilia Blume, sí su amiga y
socia de su hermana, es directora de Habitat?
Ella dice que entró a la AFP después de su re-forma,
¿pero es verdad que el presidente Hu-mala,
quien ya no puede soportar más escán-dalos,
le dijo mejor te vas o nos colgarán?
3. ¿A quién se le ocurrió la ‘ley Coca-Co-la’?
¿Qué le pareció a usted que Coca-Cola
dejara de pagar S/.8’316.973,83 a Serpar
y en lugar de esa suma solo pretendiera
abonar S/.485.729? ¿Le pareció correcto
ese recorte de 7,8 millones? Serpar se ha
quejado porque con escaso presupuesto no
podrá mantener los parques zonales por
ejemplo. Que se hiciera un ‘copy-paste’ del
párrafo de la defensa de Corporación Lin-dley
(es decir, Coca-Cola) al proyecto de
ley 03690 presentado provocó la renun-cia
de Jorge Garcés Cárdenas, asesor del
despacho del Viceministerio de Vivienda
y Urbanismo. ¿Con esta renuncia se re-suelve
tremendo escándalo? ¿Fue o no un
lobby? ¿O es una simple ‘coincidencia’, un
‘error de tipeo’, quizá un ‘extraño plagio’?
¿Es verdad que la ministra Jara le pidió re-troceder
con Coca-Cola, pero que usted no
quiso y al final se impuso el poder con aro-ma
de mujer?
4. La pregunta final es una sola: ¿quiso
renunciar o tuvo que renunciar?
Joaquín Cortés
Bailarín, gitano y transgresor
Camina estirado pegado a
su celular. Tiene el pelo
corto, en comparación
con la melena desboca-da
que lució tantos años,
pero lo suficientemente largo como
para poder atusárselo con la mano
de manera atractiva.
— Nació en 1969, año en que el
hombre pisó por primera vez la Lu-na.
Neil Armstrong dio un pequeño
gran paso para la humanidad. ¿Qué
cree que han significado sus pasos
para el flamenco?
Evidentemente, aportando mi
granito de arena, ya no solo para
el flamenco, sino para la danza en
POSDATA
general, lo que yo hago no es sim-plemente
buscar una evolución. Al
principio, cuando tenía 20 años,
buscaba una revolución, era un re-belde
con causa. Fui un revoluciona-rio,
pero en realidad era un vanguar-dista,
un visionario. Me adelantaba
un poco al tiempo. Lo que yo busca-ba
a través del flamenco, de la dan-za,
del ballet clásico, de la danza
contemporánea, la danza moder-na
con el flamenco mezclada con la
danza española, y a nivel musical el
flamenco con otras vertientes como
el jazz, el gospel y la música clásica,
latina y árabe, todas mezcladas, es
un poco crear una historia totalmen-te
nueva y distinta. Un lenguaje que,
más que a través del idioma, a través
de la expresión corporal, que es el
lenguaje universal, buscar un len-guaje
que mezclase varios idiomas
en el mismo y hacer un mundo sin
fronteras a través de la danza.
—Si la danza representa el lengua-je
del cuerpo, ¿al bailar vestido qué
se oculta?
Todo. Realmente no nos estamos
desnudando. Nunca he bailado des-
Tengo 45 años. A los 19
abandoné el Ballet Nacional
y creé mi propia compañía:
Joaquín Cortés Ballet
Flamenco. Me estrené
con la obra “Cibayi” en el
Teatro Champs-Élysées de
París. Con mi compañía he
actuado en el Teatro Bolshoi
de Moscú y el Teatro Kirov
de San Petersburgo en
Rusia, además de en el Radio
City Music Hall de Nueva
York, en el Royal Albert Hall
de Londres y en el Estadio
Panathinaikó de Atenas,
el primer estadio olímpico
de la historia. ¿Qué hago
cuando no taconeo?
Una vida normal, como
cualquier persona. Me
gusta estar con la familia,
con amigos. Disfrutar de un
paraíso de playa, ir al cine, al
teatro y escuchar música.
REUTERS
“La expresión
corporal es el lenguaje
universal”
De un grupo de 50 niñas, él fue el
único bailarín en una España que
empezaba a dejar de ser gris. Dice
que es un vanguardista, un visio-nario.
Y la verdad es que fue un
adelantado a su tiempo gracias al
lenguaje de la danza que lo con-virtió
en un gitano universal.
nudo totalmente. Sí lo he hecho solo
con un slip y con el torso al descu-bierto.
Me lo han criticado hasta la
saciedad porque hay un sector pu-rista
tradicional que no comprende
que la danza es expresión corporal,
de esta manera, cuanto más nos des-nudemos,
más se verá la expresión
del cuerpo y más transmitiremos a
través del lenguaje corporal.
—¿Qué cuidados toma para sus
pies y palmas de las manos?
Nada. No tengo ningún cuidado.
¿Sabes lo que pasa? Mis pies ya es-tán
a prueba de bombas. Cuando
tenía 12 años, estudiaba más de diez
horas diarias de baile. Recuerdo
que, de pequeño, al regresar a casa
por la noche con los pies destroza-dos,
mi madre me los ponía en agua
caliente con sal gorda y vinagre. Ese
remedio me curaba las heridas y me
aliviaba el dolor. A medida que fui
creciendo a ese ritmo tan ‘heavy’ mis
pies se acostumbraron hasta hacer-se
un caparazón. ¿Las manos? No
me las cuido tanto.
—¿Dónde se gestan los primeros
pasos de sus producciones?
En una cafetería. Me estoy tomando
un café, pido un bolígrafo y papel o
cojo una servilleta. Es curioso, pero
siempre sigo el mismo proceso. De
las siete u ocho obras que he produ-cido,
todas han nacido en un bar. So-lo,
tomándome un café y apuntan-do.
De ahí desarrollo una idea que
después he llevado a un plató, a un
teatro o una nave. Me encierro con
músicos, bailarines y con técnicos y
a continuación surge una historia.
—¿Quién es más incomprendido,
usted o el pueblo gitano?
Desgraciadamente, el pueblo gi-tano.
A mí me gustaría que fuera
al revés.
—¿Cómo era Joaquín antes de em-pezar
a bailar?
Un niño inquieto. No hiperactivo,
pero casi. Era un niño de “culo de
mal asiento”.
—¿Cómo fue eso de bailar siendo
un niño entre tanta niña?
¡Uf!, en aquella época era difícil en
España. Fue un poco la película de
Billy Elliot. El poso de la dictadura
de Franco aún quedaba, a pesar de
haber pasado diez años y la menta-lidad
de la gente no entendía que un
niño bailase. En mi estudio de baile
había cincuenta niñas y, en el mejor
de los casos, éramos dos niños.
—Es verdad que una vez Sofía Lo-ren
dijo “si le pillo 20 años antes…”.
[Se ríe]. Sí. La primera vez que coin-cidí
con ella estaba con Giorgio,
Martin Scorsese y Claudia Cardina-le
justo antes de entrar a un desfile
de moda en Milán. Pensando que no
entendía nada, Sofía hace el típico
comentario, en italiano: “¡Uy!, ¿este
es el bailarín?, si tuviera veinte años
menos no se me escapaba”. Enton-ces
yo sonreí y Giorgio la miró como
diciéndole: “Te ha entendido perfec-tamente”.
—Entonces qué prefiere, ¿conquis-tar
o que lo conquisten?
A mí me gusta conquistar.
—¿Cuando baila a quién ve?
Todavía veo al público, pero más que
ver, me acuerdo de todo lo que me
ha pasado. Hago un viaje en el tiem-po.
Rememoro mis principios, el lle-gar
a donde he llegado.
“
Lo que yo hago no es
simplemente buscar
una evolución. Cuando
tenía 20 años, buscaba
una revolución, pero en
realidad era un visionario”.
“
De las siete obras que
he producido todas han
nacido en un bar. Solo,
tomándome un café y
apuntando”.
GALO MARTÍN
“El Tiempo” de Colombia