1. En camisa de once varas
Arturo Pérez-Reverte
« Internet es el triunfo de la estupidez»
El escritor mantiene al fotógrafo a la distancia de un
florete. En la biblioteca con casa incorporada donde
vive se produce un singular duelo entre cámara y
escritor. No es el único motivo que tiene para
desenvainar. El padre de Alatriste está cabreado
En un hueco entre los 30.000 volúmenes de su biblioteca, Pérez-
Reverte escribe su nuevo libro, un proceso que va contando en
novelaenconstruccion.com. ¿Es un suicidio meterse en la
guarida de un hombre poco amigo de las tonterías? Veamos.
Pregunta.- ¿Echaría de menos algo si desapareciese el
periodismo?
Respuesta.- Te aseguro que las entrevistas no las echaré de
menos.
P.- ¿Ve ahora mucho capullinski?
R.- Hay quien viaja y hace cosas que merecen la pena, pero vivimos en un mundo tan artificial y tan
falsamente seguro que la gente piensa que puede irse a una guerra y no pasa nada. Y cuando pasa,
lloran y tiene que ir el ejército a sacarles. Hay esa tendencia a llamar a mamá, ese eterno ignorar el
iceberg del Titanic.
P.- Es un ídolo de Twitter.
R.- Quizá me va bien porque no le doy trascendencia. Por eso considero una aberración cuando
sacan titulares de mis tuits. Igual que es imposible meter una novela en Twitter.
P.- Todavía se recuerda su lío con Moratinos.
R.- Recibo palos y aplausos. Es muy divertido: ese cruce de trolls, amigos, bronca y del bobo que no
entiende nada está muy bien para un rato. Pero Twitter no es un lugar para vivir
permanentemente.
P.- ¿Qué le parecen los vídeos de gatitos en internet?
R.- Me da igual que se busquen gatitos o perritos. También me gustan los perros. Lo que pasa es
que internet es el triunfo de la estupidez. Su problema es que no discrimina y, al lado de un
pensamiento de Eco o Vargas Llosa te encuentras una tontería de un analfabeto que compite en
espacio con ellos. Ojo: no estoy despreciando internet; sólo digo que he intentado que no me haga
falta.
P.- Hablemos de la virilidad en su obra, del arrojo de Alatriste y...
R.- Perdona: ¿Me estás definiendo Alatriste así?
P.- Errr... No, es sólo una parte...
2. R.- ¿Y los Episodios nacionales de Galdós? ¿Y La isla del tesoro?
P.- [Voz temblorosa] Yo m-me refería al estereotipo de literatura viril.
R.- No te entiendo. Ponme un ejemplo de literatura viril.
P.- [Sudores] El club de la lucha.
R.- No lo he leído. Otro.
P.- [Más sudores] Errr... El Arthur Gordon Pym de Poe.
R.- ¿Me estás diciendo que alguien afirma que Alatriste es literatura aguerrida? Eso es que no lo ha
leído. No sé dónde quieres llegar.
P.- [Risa nerviosa] Yo sólo q...
R.- Alatriste es el libro más amargo, antipatriota y antimilitar que se ha hecho nunca sobre un
personaje de la historia de España. ¿Dirías que La Iliada es un libro viril?
P.- [Soltando un gallo, con voz aflautada] No.
R.- Pues posiblemente sea el más viril de la historia de la
“En España la literatura. Creo que te has metido en un jardín.
Política no respeta P.- [Aclarando la voz] ¿Dónde íbamos? Ah, sí: circula por
Nada y acaba ahí un texto suyo de 1998 vaticinando la crisis.
Ensuciándolo todo R.- Lo grave es que si yo, un don nadie que no sabe nada de
economía pero con sentido común, me di cuenta de eso, ¿no se
daban cuenta toda esta pandilla de sinvergüenzas? ¡Si ellos eran los profesionales!
P.- ¿De quién es la culpa?
R.- Es responsabilidad compartida entre políticos, banqueros y también ciudadanos de a pie.
Hemos vivido irresponsablemente muchos años y nos hemos dejado arrullar. La pena es que el que
no se ha dejado engañar también está pagando. Pero la gente no es inocente. En este mundo actual,
ni los niños lo son.
P.- ¿Cómo valora lo que está haciendo Rajoy?
R.- Cuando quiera opinar sobre él, lo haré sin intermediarios. Igual que cuando lo hice sobre Aznar
o Zapatero.
P.- ¿Es posible amar y odiar locamente a España al mismo tiempo?
R.- Sí. Es mi caso. Los libros ayudan a templar amor y amargura.
P.- ¿Tiene remedio este país?
R.- La única salvación pasa por la cultura, entendida como educación y sentido común. La pregunta
es si los españoles quieren salvarse. Un país que alardea de su incultura es como un enfermo que
alardea de su enfermedad. Se ve en que aquí, hasta que no te toca, no protestas.
P.- ¿Lo de quemar los bancos...?
R.- Suponiendo que tuviese muchos deseos de ejercer la violencia, me bastaría observar las
maneras y el currículo de quien la predica para abstenerme de ello.
3. P.- ¿Qué le parece esta generación perdida de jóvenes?
R.- [Encendido] Tengo una hija, tengo sobrinos, me muevo por el mundo y nunca he visto a los
jóvenes tan lúcidos, despiertos y dispuestos hacer cosas. Es una generación mucho más difícil de
engañar. Su desgracia es que esta sociedad estúpida y perversa que hemos creado los adultos les
está cortando el paso, machacando y negando todas las posibilidades. ¡Les hemos rodeado! Si no
pueden casarse ni tener una casa, ¿dónde van a ir? Pues a tomar copas a los polígonos y a besarse.
P.- ¿Mucho jaleo con las nuevas palabras del diccionario de la RAE, como «canalillo»
o «culamen»?
R.- [Serio] Ojo, que éste es un trabajo muy complejo. Se piensa que la RAE son cuatro abuelos ahí
sentados y no. Un ejemplo: La palabra «judiada», que es antisemita, pero que la usan Cervantes y
Quevedo. No puedes quitarla, igual que «gallego» en América, porque han sido utilizadas, porque
están en los textos clásicos y porque estás privando a la lengua de explicaciones. No le das un tono
moral al asunto.
P.- Cómo son las palabras, qué líos.
R.- La comprensión lectora no es ahora uno de los fuertes de los españoles. Por otra parte, aquí la
política no respeta nada y acaba ensuciándolo todo, ya sea el lenguaje, la justicia, la economía o la
educación.
DARÍO PRIETO MADRID El Mundo