1. El manierismo
La arquitectura manierista es aquella fase de la arquitectura
renacentista que se extiende entre el final de la arquitectura
renacentista y el comienzo de la arquitectura barroca. El término
maniera, usado en el siglo XV para indicar el estilo de cada artista
fue empleado por Giorgio Vasari en el siglo posterior para
describir uno de los cuatro requisitos de las artes (orden, medida,
estilo y maniera), refiriéndose especialmente a las obras de Miguel
Ángel, también fue utilizado de manera peyorativa para definir el
arte italiano entre el Renacimiento y el Barroco.
2. Entre sus características destacan:
La arbitraria alteración de la correspondencia entre las partes y el conjunto del
edificio, con lo que rompe la lógica de las relaciones espaciales y se provoca la
desintegración de la estructura renacentista.
La preferencia por los espacios longitudinales y salas estrechas que favorecen la
perspectiva.
La pérdida o debilitación de las coordenadas axiales, las que ordenan el edificio
según un eje de simetría.
3. El punto de partida de la arquitectura manierista es la Villa Farnesia de
Roma, construida por Baldassarre Peruzzi alrededor de 1509. Presenta
una planta en U con dos alas que encierran una parte mediana en que,
en el puso inferior, se abre un pórtico construido por cinco arcos de
medio punto. En una sala del piso superior el propio Peruzzi pintó
algunas columnas y paisajes, con el fin de dilatar el paisaje
arquitectónico.
4. La obra maestra de Peruzzi se ha de buscar en el Palazzo Massimo alla
Colonne, construido en 1532. La estructura se inserta en una planta de
dimensiones irregulares. La fachada es curvilinea y presenta un pórtico
aquitrabado con columnas libremente espaciadas. Insólitas son las
cornisas que decoran las ventanas de los pisos superiores pegadas a una
pared adornada con almohadillado plano. Inédita es, asimismo la
conformación de los pórticos del patio: están conformados por dos
logias sobrepuestas cerradas al techo con un tercer piso abierto por
ventanas rectangulares tan largas como la columnata inferior.
5. La obra más célebre de Vignola es la Iglesia de los Jesuitas de Roma (Il
Gesú), comenada en 1568. El arquitecto fusionó los esquemas
centralizados de la arquitectura del Renacimiento con los longitudinales
de la época medieval. Se trata de un esquema no completamente nuevo
en la cultura del tiempo. Vignola se inspiró en la Basílica de San Andrés
de Leon Battista Alberti, pero, sin conferir a las capillas laterales la
autonomía renacentista de la iglesia albertiana, la nave, en este caso,
asumió mayor importancia, mientras que las capillas quedaron reducidas
a meras aperturas laterales.