2. La necesidad de descanso.
Dios se preocupa del descanso.
El descanso bíblico:
El descanso en el A. T.
El descanso en el N. T.
El descanso sin Dios.
Vivir en una sociedad que trabaja veinticuatro horas al
día siete días a la semana es un auténtico reto.
¿Cómo podemos hallar descanso en medio de tanto
ajetreo?
Como veremos a lo largo de este trimestre, Dios nos ha
dado en su Palabra las pautas necesarias para hallar, no
solo descanso físico y mental, sino –especialmente– el
descanso más importante, el espiritual.
3. “mas el séptimo día es sábado a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni
tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está
dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú” (Deuteronomio 5:14)
Todos, sin excepción, necesitamos descanso. ¡Hasta los
animales lo necesitan! Incluso Adán y Eva necesitaban
descansar en un mundo perfecto, sin pecado ni estrés. ¡Dios
mismo descansó después de 6 días de trabajo! (Gn. 2:1-3).
Dios colocó en el tiempo un palacio que nos proporcionase
descanso. Un descanso que va más allá de la reparación del
cansancio físico o mental.
Cada seis días de trabajo, Dios
nos manda que, como Él
mismo lo hizo, dediquemos
24 horas a descansar en Su
compañía (Éxodo 20:8-11).
4. “Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido
Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de
gemir, y no he hallado descanso” (Jeremías 45:3)
¿Qué era lo que motivaba la falta de descanso de
Baruc, el secretario de Jeremías (Jeremías 45:1-5)?
Eran tiempos malos para Jerusalén. Un año atrás,
Nabucodonosor había atacado la ciudad y se había
llevado cautivos a algunos de los príncipes, y a
parte de los utensilios del templo (Dn. 1:1).
A este dolor, se añadía la tristeza de los mensajes
de destrucción que Dios estaba enviando a través
de Jeremías. Estaba bajo un terrible cansancio
emocional, y no conseguía hallar descanso para él.
5. “Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor;
fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso” (Jeremías 45:3)
Entiendo tu dolor. A mí me duele
enormemente tener que castigar a
mis hijos; destruir a quienes he
creado y cuidado con amor.
La respuesta de Dios a Baruc es doble:
Preservaré tu vida. Incluso en
medio de la destrucción, “a ti te
daré tu vida por botín en todos los
lugares adonde fueres”
(Jeremías 45:5)
En la tristeza y en el dolor, Dios tiene una promesa especial y positiva para cada
uno. Nos da un respiro, un descanso, en medio de las dificultades.
6. “El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó” (Génesis 2:2 DHHe)
El Antiguo Testamento usa diversos términos hebreos para denotar descanso:
shabbat Gn. 2:2-3; Éx. 5:5
Cesar la obra, descansar, tomar
vacaciones
nuakh Éx. 20:11; Dt. 5:14; Job
3:13; Nm. 10:36; 2R. 2:15
Descansar, detenerse, descender. Se usa
en el 4º mandamiento
shaqat Jos. 11:23
Estar quieto, aliviar, estar tranquilo,
tener paz
raga` Dt. 28:65; Jer. 50:34
Se usa habitualmente con frases que
denotan incapacidad para descansar
shakab Dt. 31:16; 2S. 7:12 Acostarse, dormir, estar muerto
7. “El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad
un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que
ni aun tenían tiempo para comer” (Marcos 6:31)
El Nuevo Testamento también usa diversos términos griegos para denotar descanso:
anapauō Mt. 11:28; 26:45; 1Co.
16:18
Descansar, relajarse, renovarse. Puede
referirse al descanso físico o moral
hēsychazō Lc. 23:56; 1Ts. 4:11; Hch.
11:18
Descanso sabático; vida tranquila; callar
por no tener nada que objetar
katapauō Heb. 4:4
Hacer cesar, brindar descanso,
descansar. Usado en Hebreos 4
En Marcos 6:31 Jesús ordena a sus discípulos que se retiren a descansar. Los periodos de
descanso protegen nuestra salud y nuestro bienestar emocional. Este principio debe
aplicarse a cualquier periodo de ajetreo, incluso cuando estamos realizando la obra de Dios.
8. “He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé,
y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera
que me hallare, me matará” (Génesis 4:14)
Ésta es una declaración de la persona que huye de Dios.
Que se niega a reconocer su pecado. Temerosa solo del
castigo que pueda recibir por sus malos actos.
Al huir de Dios, Caín trató de llenar su necesidad de
descanso espiritual, y su anhelo de gracia divina,
corriendo tras cosas, relaciones humanas o una vida
demasiado ocupada. Muy actual, ¿no crees?
Una vida de actividad frenética, una vida 24/7, una vida
sin el descanso que Dios ofrece, provocará que perdamos
la perspectiva; que nos agotemos física, mental y
emocionalmente; que descuidemos la oración y el estudio
de la Biblia; en definitiva, que nos alejemos de la Fuente
del descanso, de la Fuente de la vida (Mateo 11:28).
9. “Necesitamos comprender mejor el sentido de estas
palabras: “Debajo de su sombra me senté con gran deleite”.
Cantares 2:3 (VM). Ellas no evocan en nuestro espíritu la
imagen de un apresuramiento febril, sino por el contrario,
la de un dulce reposo […] Apartémonos de las encrucijadas
polvorientas y calurosas que frecuenta la multitud y
vayamos a descansar a la sombra del amor del Salvador. Allí
es donde obtendremos fuerza para continuar la lucha; allí
es donde aprenderemos a reducir nuestros afanes y a loar a
Dios. Aprendan de Jesús una lección de calma confiada
aquellos que están trabajados y cargados. Deben sentarse a
su sombra si quieren recibir de él paz y reposo”
E. G. W. (Testimonios para la iglesia, tomo 7, pg. 70)