Este documento analiza la leyenda de las Cinco Campanadas en Villena, España, su origen y evolución a través de los años. Explora las diferentes versiones de la leyenda presentadas por autores en el pasado, y examina el contexto histórico de la Guerra de Sucesión Castellana en el siglo XV que llevó a la revuelta popular en Villena contra el Marqués de Villena. Finalmente, discute los nuevos símbolos identitarios y organización que emergieron en Villena después de la guerra.
Morgado & Rodríguez (eds.) - Los animales en la historia y en la cultura [201...
Reiniciando Villena
1. REINICIANDO VILLENA.
LA LEYENDA DE LAS CINCO CAMPANADAS Y EL ORIGEN DE NUESTRAS
),(67$6+,6725,$75$',,•13$75,021,2,10$7(5,$/
El origen de este estudio, que ahora presento, surgió
tras el ofrecimiento de Francisco Navarro de participar
en la Mesa Redonda organizada por la Comparsa de
Labradores con motivo del Ecuador Festero. La temática
escogida fue la Leyenda de las Cinco Campanadas, que va
a ser representada en la Alegoría de la Cabalgata 2014
por un amplio grupo de maseras/-os, dirigidas/-os por
Paco Ribera.
La Leyenda de las Cinco Campanadas constituye un
rico Patrimonio Inmaterial trasmitido a lo largo de
generaciones. Este acontecimiento histórico se ha
ido modificando con el tiempo, de manos de múltiples
aportaciones de distintos autores, que han ido
conformando la tradición que ha llegado hasta nuestros
días. El problema que nos encontramos a la hora de
analizar estas contribuciones es la escasez de ítems
escritos referentes a dicha leyenda, que nos dificultan
enormemente este trabajo.
La aportación escrita más antigua hasta hoy
conocida sobre esta leyenda, y posiblemente la más
conocida, es la publicada en 1927 por Gaspar Archent
en su Romancero Villenense. Este romance ha sido
extraordinariamente analizado y actualizado por Ángel
Luis Prieto de Paula (2012, 64-71), quien argumenta que
dicho acontecimiento se conforma de la suma de las
leyendas, ya recogidas en prosa; y de otros elementos
aportados por el propio Garpar Archent a la hora de
adaptar los hechos a la métrica propia del romancero.
De este modo, el documento queda envuelto de un
revestimiento literario, que engrandece la épica y lírica
de los sucesos (Prieto, 2014).
El contenido del romancero de Gaspar Archent (1927)
difiere en parte del presentado ocho años después
por Francisco Javier Tarruella Rico (1935), aunque el
mensaje de la historia es el mismo: por una parte, la
existencia de una sublevación por parte de los cristianos
viejos, masacrando a los cristianos nuevos, judaizantes
y moriscos vinculados con el Marqués de Villena. Y
por otro lado, la señal que indica el inicio de dicha
revolución, las cinco campanadas en la iglesia de Santa
María en el momento de alzar a Dios en misa. Fuera de
estos dos elementos comunes, que constituyen el hilo
protagonista de la leyenda, en el trabajo de Tarruella se
396
encuentran nuevos contenidos no mencionados en la
obra de Archent. De éstos hay que destacar el diferente
tratamiento a la figura del Marqués de Villena, quien
le define como un “señor bondadoso, de costumbres
moderadas y sencillas, que trataba muy bien a sus súbditos”
y la intrusión de la Leyenda de la redoma encantada de
don Enrique de Villena “el Astrólogo” (Soler, 2006, 166-
169). Y, a todo ello hay que sumar el antisemitismo,
también presente en la obra de Archent, definiéndose
los partidarios del marqués por su “carácter perverso” y
sus “prácticas de hechicería y magia”.
Otro interesante debate acerca de esta leyenda es
el de su veracidad. En este sentido, comparto la
opinión de Tarruella Rico, quien en 1935 ya definió
este acontecimiento como un hecho “en parte
histórico” (Soler, 2006, 167-168). Pero, mas allá de la
problemática suscitada por el carácter real o mítico
de estos acontecimientos, hemos de englobar estos
sucesos en el contexto histórico de la Guerra de
Sucesión Castellana del siglo XV, estudiados ya
hace años por Torres Fontes (1953). Este conflicto
bélico surgió cuando, tras la muerte de Enrique IV
en diciembre de 1474, surgió un problema sucesorio,
estableciéndose dos facciones que apoyaban dos
candidaturas diferentes de acceso al trono. Por un
lado se encontraban los partidarios del matrimonio
formado por los primos doña Isabel y don Fernando
de Trastámara, proclamados reyes en Segovia en
diciembre de 1474. Y, por otra parte, la otra facción
defendió a doña Juana, hija del fallecido rey Enrique
IV. Ésta fue apodada como “la Beltraneja” por una
parte de la nobleza de Castilla que no la aceptó como
hija legítima de Enrique IV y que argumentaban que
su padre era don Beltrán de la Cueva, primer Duque
de Alburquerque. Uno de los personajes principales
de esta segunda candidatura fue don Diego López
Pacheco, Marqués de Villena, quien pactó el matrimonio
de doña Juana con su tío el rey de Portugal, Alfonso
V, siendo éstos nombrados reyes de Castilla en mayo
de 1475 en Plasencia. A esta última coronación
reaccionaron Isabel y Fernando dirigiendo misivas de
rebelión a todas las poblaciones de sus reinos, contra
el gobierno de los partidarios de doña Juana y Alfonso
V de Portugal, con la falsa apariencia de una revolución
antifeudal (Soler, 2006, 166; Pretel, 2011, 72).
Jesús García Guardiola
HISTORIA E INVESTIGACIÓN
2. Conjunto de posibles proyectiles de piedra en el patio de armas del Castillo de la Atalaya. Tal vez podrían
SHUWHQHFHUDODVHGLRRFXUULGRDͤQDOHVGHHQHURGH)RWRHODXWRU
397
Estos sucesos prebélicos surtieron efecto en la
escala local, ya que durante este periodo se evidencia
un proceso creciente de desorden público entre los
propios vecinos, en contra del poder del marqués,
contra el sistema señorial que representaba y a favor
de los nuevos reyes Isabel y Fernando. Así, no tardaron
en nacer sentimientos de odio hacia los protegidos del
marqués, las autoridades y los recaudadores y, como
muchos de éstos habían sido tradicionalmente judíos,
el antisemitismo se propagó rápidamente (Pretel,
1987, 339-340).
La estrategia de doña Isabel y
don Fernando surtió efecto, ya
que consiguieron inestabilizar la
organización del Marquesado. Esos
antecedentes prebélicos terminaron
desembocando en trágicos y
sangrientos alzamientos populares
contra don Diego y todo lo que
le representaba. Estas acciones
armadas estaban reforzadas
militarmente por los capitanes
reales y fueron alentadas por las
promesas de la reina Isabel de que
esos territorios señoriales serían
recuperados para el realengo
(Franco, 2005, 34). Así fue como
los vecinos de Villena decidieron
alzarse contra el marqués a inicios
de 1476. Dice la tradición que la
señal indicada para el alzamiento
fue un toque de cinco campanadas, en lugar de tres, al
alzar a Dios en la iglesia de Santa María. La revuelta fue
cruel y sangrienta, con asesinatos, robos y saqueos.
Los que pudieron escapar se refugiaron en el castillo,
defendido por Pedro Pacheco, familiar del marqués
(Soler, 1953). Las causas de la revuelta están relatadas
en la Relación de Villena de 1575 (Soler, 1969, 20-21):
“que a causa que en este pueblo Villena avía muchos confesos
que gouzavan con el favor del Marqués de les preheminençias
o effiçios de la tierra, ansí en los de su casa como en los de la
rrepública e administraçión de la justiçia, en tanto grado que
en los ayuntamientos e offiçios del conçejo dél, la metad o
mayor parte avía de ser de los dichos confesos”.
Sobre los acontecimientos ocurridos durante la Guerra
de Sucesión Castellana en nuestra ciudad, sabemos
que el 23 de enero de 1476, el Conde de Cocentaina, don
Juan Ruiz de Corella, con los hermanos Gaspar y Juan
Fabra, entraron a hacer la guerra en el Marquesado.
Gaspar Fabra se apoderó de Villena en una incursión
rápida, aunque no del castillo, al que puso cerco (foto 1),
hasta que Pedro Pacheco, alcaide del castillo, determinó
rendirse bajo unas condiciones que, aceptadas por
Fabra, fueron posteriormente confirmadas por los reyes
(Soler, 2006, 167).
Una vez finalizada la guerra, Villena fue reducida a
la obediencia real (Soler, 1953; Franco, 2005, 35-58),
quedando don Diego López Pacheco a merced de la
Corona. El Marquesado de Villena desapareció, quedando
las villas más ricas y pobladas en manos de la voluntad
real y las restantes al marqués, al que se le respetó el
título y el oficio de mayordomo que había desempeñado
en tiempos de Enrique IV (Franco, 2005, 58).
No voy a profundizar aquí en algunos aspectos
ampliamente tratados en la bibliografía referentes a
las capitulaciones entre los villenenses y Gaspar Fabra
(Soler, 2006, 168-169), a su posterior confirmación por
parte de los reyes doña Isabel y don Fernando, así como
HISTORIA E INVESTIGACIÓN
3. RQͤUPDFLµQGHSULYLOHJLRVSRUSDUWHGHORV5HHVDWµOLFRVHQOD3XHUWDGH$OPDQVDGH9LOOHQDHOG¯DGHDEULOGH•OHRVREUHWDEOD$XWRU-RV«'HOJDGR
Espinosa (pinturamedievaltoledo.blogspot.com).
de los privilegios y exenciones expedidos a favor de
nuestro municipio, la “cédula de perdón”, por las “muertes,
robos y muchos males y daños, tomas injustificas y delitos”
producidos durante la guerra, y en la que aparecen los
nombres de los vencedores (Soler, 1969, 20-21, 104-105,
338-339). Además, tampoco es objeto de la presente
investigación volver a abordar las capitulaciones del
1 de marzo de 1480 entre los reyes y don Diego López
Pacheco, ni la visita realizada por doña Isabel y don
Fernando a nuestra ciudad el 19 de abril de 1488.
ORGANIZACIÓN URBANA DE VILLENA EN EL SIGLO XV.
En el siglo XV, la entonces villa de Villena se estructuraba
en tres núcleos diferenciados, que se correspondían
con el recinto fortificado del castillo, la parte urbana
398
amurallada y el arrabal o barrio extramuros. Al interior de
cada uno de estos núcleos existieron sendos edificios
religiosos para el culto de sus vecinos, que fueron la
ermita de la Virgen de las Nieves o del Castillo, la iglesia
de Santiago y la iglesia de Santa María respectivamente.
De la iglesia de Santiago sabemos que en 1369
ya estaba construida bajo la advocación jacobea.
Desconocemos su aspecto en este periodo, debido a
que con posterioridad a 1476, Sancho García de Medina
llevó a efecto las obras de ampliación de la iglesia (Soler,
2006, 193; Pretel, 2011, 150-154).
Por su parte, a la iglesia de Santa María asistía la
población del arrabal. Esta parroquia conocemos su
existencia ya en 1340 (Soler, 1982), aunque su aspecto
en origen sería muy diferente al actual, que es fruto
/ REINICIANDO VILLENA
HISTORIA E INVESTIGACIÓN
4. 1.- Grabado del siglo XVIII
de Nuestra Señora de
las Nieves, patrona de
Chinchilla. Fuente: virgen-delasnieves.
wordpress.
2.- Estampa de principios
del siglo XX de Nuestra
Señora de las Nieves, pa-trona
de Aspe y Hondón
de las Nieves. Fuente:
gogistesvalencians.
blogspot.com
399
de la iglesia que se empezó a edificar a partir del siglo
XVI (Soler, 2006, 193). La iglesia de Santa María se
viene interpretando tradicionalmente com o la antigua
mezquita-aljama de la medina islámica de Villena, si
bien todavía no se disponen de datos fiables que nos
permitan confirmar esta hipótesis.
Se tiene constancia de una capellanía en el castillo,
inicialmente patrocinada por la familia Manuel,
denominada “Santa María del Castillo”, donde se
rendía culto a Nuestra Señora de las Nieves. Sobre la
antigüedad de esta construcción, estamos a la espera
de los estudios de las excavaciones que se han realizado
en el Castillo de la Atalaya y que están en proceso de
estudio. De momento, utilizando los datos recopilados
por José María Soler primero y posteriormente por Laura
Hernández, la fechamos entre 1345 y el primer tercio del
siglo XIX (Soler, 1982; Soler, 2006, 193; Hernández, 2004,
119). Este antiguo edificio religioso, en origen, podría
seguir el patrón constructivo de las ermitas góticas de
reconquista del reino de Aragón.
com
REINICIANDO VILLENA.
NUEVA ORGANIZACIÓN Y NUEVOS SÍMBOLOS
IDENTITARIOS.
Una vez finalizada la Guerra Civil Castellana, se
van a establecer las reglas del juego de un nuevo
ordenamiento basado en los fundamentos del Estado
Moderno y que deja atrás los fundamentos señoriales
propios de la Baja Edad Media (Pretel, 1987, 342). De
este modo, se fueron derrumbando progresivamente
los símbolos heredados del régimen señorial anterior
en nuestro municipio, tanto a nivel socio-político, como
ideológico o festivo.
Entre las consecuencias sociales observadas tras la
finalización de la contienda bélica, hay que mencionar
la irrupción de una nueva oligarquía de partidarios del
bando que resultó vencedor, el de doña Isabel y don
Fernando. Todo ello vino acompañado de multitud de
turbulencias, muertes y abusos, que posteriormente
fueron amnistiadas por los reyes mediante cartas de
HISTORIA E INVESTIGACIÓN
5. / REINICIANDO VILLENA
+HU£OGLFDPXQLFLSDOͥDQTXHDGDSRUHOHVFXGRGH6DQFKR*DUF¯DGH0HGLQD
sobre la puerta lateral de la iglesia de Santiago. Foto: el autor.
400
HISTORIA E INVESTIGACIÓN
Primer premio Ofrenda, valor artístico, año 2012. Comparsa de Labradores.
Reproducción panel heráldico de la Iglesia de Santiago. Foto: Trazo Villena.
Escudo heráldico de don Diego López Pacheco en la muralla de la barbacana del Castillo de la Atalaya. Foto: el autor.
6. HISTORIA E INVESTIGACIÓN 401
perdón para evitar la perpetuación de la violencia.
Algunas de las familias villenenses que constituyeron
esta nueva oligarquía fueron los Mergelina, Medina,
Olivencia, Rodríguez Navarro, Oliver y Bellod, linajes que
mantienen lazos de parentesco entre ellos y que tienen
también representantes en el clero local (Pretel, 2011,
71-83). Algunas de estas familias llegaron a ocultar
sus orígenes, y los de su fortuna, con leyendas sobre
su nobleza y/o de su promoción por mérito propio. Este
hecho se evidencia en el caso de los Medina (Pretel,
2011, 75) y de los Mergelina (Pretel, 1987, 343).
A nivel político, y en conexión con el hecho anterior, esta
nueva élite social, hasta entonces postergada, ascendió
al poder municipal y produjeron una revolucionaria
transformación del concejo, derogando ordenanzas
dadas en tiempos anteriores y asegurando al municipio
la percepción de una serie de rentas y franquezas
perdidas bajo el régimen señorial (Pretel, 1987, 340).
Éstos fueron ocupando los oficios y cargos, tanto
civiles como religiosos, y disfrutaron de las rentas
eclesiásticas, mientras que los perdedores, vinculados
con el sistema feudal, fueron silenciados, vejados,
marginados, expulsados e incluso exterminados (Pretel,
2011, 75-76). El poderío de esta nueva élite se observa
en la construcción de la nueva iglesia de Santiago y
en el panel heráldico de su muro oriental, en el que se
muestran los escudos de los Reyes Católicos, de Villena
y de Sancho García de Medina (foto 5). De este modo
es como se pregona el estatuto de la que es al tiempo
iglesia mayor de una ciudad de realengo, fundación
personal de un protonotario pontificio, canónigo de la
diócesis de Cartagena, y cuyo poder alcanza la esfera
civil, ya que sus emblemas flanquean el escudo de la
entonces villa (Serra, 2011, 282). Este esquema se
vuelve a repetir en uno de los capiteles existentes en
la puerta lateral del mismo templo (foto 4), en el que
aparece el escudo de don Sancho rodeando al de Villena,
queriendo mostrando así mismo su dominio también en
la esfera civil.
A nivel de imagen exterior de Villena, el inicio de estos
nuevos tiempos surgidos tras la guerra también suponen
fuertes cambios, con la remodelación de algunos de los
símbolos constructivos principales. A partir de este
momento se acometieron obras de remodelación de
la iglesia de Santiago, sustituyendo la iglesia anterior
porque “hera pequeña y angosta” (Pretel, 2011, 154). Con
la iglesia de Santa María sucede lo mismo, iniciándose
reformas a partir del siglo XVI que perduraron hasta
el XVII y que vinieron a conformar la fisonomía que
conocemos en la actualidad de este templo (Soler, 2006,
193). Con posterioridad, este proceso de modernización
urbanística de Villena se afianzará con la construcción
de la Casa Abadía de Santiago (Soler, 1960; Flor, 2004),
el Hospital (Soler, 1969, 192), etc. El Castillo de la
Atalaya quedó como el único elemento relacionado con
el régimen político feudal anterior.
8118(928/7281$18(9$,0$*(1
UNAS NUEVAS FIESTAS.
A nivel religioso, el triunfo en la Guerra Civil Castellana del
bando vinculado a los futuros Reyes Católicos también
introdujo importantes cambios. En este momento
vamos a ser testigos de la irrupción de un nuevo culto
que surge con gran fuerza y que va alcanzando cada
vez mayor predicamento: el de la Virgen de las Virtudes
(foto 7), desplazando cultos anteriores como el de la
Virgen de las Nieves (Soler, 1982).
En párrafos anteriores ya he avanzado la existencia
de una capellanía en el castillo, denominada “Santa
María del Castillo”, tal y como ocurre en la vecina
población de Yecla, y donde se rendía culto a Nuestra
Señora de las Nieves. La importancia de este templo
pudo ser mayor de lo que pensamos, puesto que
esta virgen fue la primera patrona de Villena (Soler,
1982; Soler, 2006, 193; Hernández, 2004, 120). Dicho
edificio se encuentra situado en el ensanche que
forma el antemural o barbacana en el Suroeste de
la fortaleza. El edificio original está constituido por
muros de tapial calicostrado de medio metro de
espesor aproximadamente, con una disposición
interna que varía a lo largo del tiempo, ya que durante
la época del Señorío de Villena (siglo XIV), dicha ermita
se encontraba dentro del recinto urbano de Villena
y al exterior de la fortaleza, con un acceso directo
desde el barrio del Rabal. En cambio, en la época del
Marquesado (siglo XV) se produjo una reorganización
de este espacio mediante la construcción de una
barbacana, que incluyó la ermita en el interior de la
7. / REINICIANDO VILLENA
fortaleza (Hernández, 2004, 121-122). Este último
hecho puede hacernos pensar que en ese momento
dicho culto estaba muy identificado con el poder del
Marqués de Villena, de hecho, la Virgen de las Nieves
también fue patrona de otros lugares del Marquesado,
como Chinchilla (foto 3.1). Por este motivo, podría
ocurrir que, como consecuencia de la derrota de
don Diego López Pacheco en nuestra ciudad, dicha
devoción mariana se fuese borrando progresivamente.
Frente a un culto anterior, ya definido por José María
Soler como “olvidado”, surge con fuerza uno nuevo,
402
HISTORIA E INVESTIGACIÓN
con la milagrosa aparición de la Virgen de las Virtudes,
según la tradición en 1474 (Soler, 1962). Además,
resulta curiosa esta fecha, coincidente con el año de
la coronación de doña Isabel y don Fernando como
reyes de Castilla. A partir de este momento es cuando
se erige el Santuario de la Virgen de las Virtudes, cuya
construcción sabemos que fue anterior a julio de 1490
(Soler, 1962; Soler, 1969, 189).
Finalmente, y para finalizar la presente aportación, he
de llamar la atención de la creación en este contexto
de inicios de la Edad Moderna en Villena de una nueva
identidad festera, en relación con el nuevo culto de
la Virgen de las Virtudes, sustituyendo a anteriores
rituales festivos bajomedievales que fueron borrados
de las tradiciones villenenses. Sabemos que desde la
fundación del Santuario de Las Virtudes se celebran
en él dos romerías anuales, que gozaban de gran
popularidad en toda la región y eran financiadas por el
concejo (Soler, 1961, 1962 y 1969, 189). Estos son los
orígenes de nuestras fiestas de Moros y Cristianos y
constituyen un riquísimo Patrimonio Inmaterial de gran
valor histórico, forjado concienzudamente a partir de
este contexto de finales del siglo XV.
Por todo lo aquí comentado, nuestras fiestas de Moros
y Cristianos de Villena se pueden definir como un
conjunto de tradiciones ancestrales que, desde el siglo
XV han pasado de padres a hijos, de abuelas a nietas,
de una generación a otra. Es un patrimonio no tangible
que perdura necesariamente a través de transmisiones
orales, hábitos comunitarios, herencias artísticas y
técnicas teatrales, es decir, unas vías de transmisión
frágiles que estamos obligados a proteger y cuidar
esmeradamente para poder legar al futuro. Una de las
mejores formas que existen actualmente para este fin
es la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial.
Así mismo, también es importante la concesión del
título honorífico de Fiestas de Interés Turístico Nacional
para conseguir que nuestras fiestas tengan la difusión
que merecen. No olvidemos que nos encontramos ante
un evento que ha traspasado con creces las fronteras
locales en sus muchos años de andadura y que esta
celebración también actúa como un importante
elemento promocional de la ciudad como destino de
atracción turística.
Nuestra Señora de las Virtudes (1814). Museo Arqueológico “José María
Soler”. Donación de doña Leonor Calabuig Serrano en nombre de doña Amparo
Milán Pérez. Foto: Museo de Villena.
8. HISTORIA E INVESTIGACIÓN 403
BIBLIOGRAFÍA
ARCHENT AVELLÁN, G. (1927): Romancero Villenense.
Historia, Tradición, Leyenda. Valencia.
AYLLÓN GUTIÉRREZ, C. (2011): “Sancho García de
Medina y los orígenes de la colegiata de Villena”. En
Galindo Mateo, I. (ed.): Sancho García de Medina y el
Arcedianato de Villena. Política, fe y cultura en torno al
Renacimiento levantino, pp. 149-173. Editorial Tératos.
Valencia.
FLOR AMAT, M. (2004): “El Palacio Municipal de Villena.
Hoy Ayuntamiento, antes Casa Abadía”. Revista Anual
Villena, nº 54, pp. 100-107. M.I. Ayuntamiento de Villena.
HERNÁNDEZ ALCARAZ, L. (2004): “La ermita de Nuestra
Señora de las Nieves o del Castillo”. Revista Anual
Villena, nº 54, pp. 119-122. M.I. Ayuntamiento de Villena.
PRETEL MARÍN, A.
· (1987): “Los bandos del marquesado en el siglo XIV”.
Congreso de Historia del Señorío de Villena, pp. 333-
348. Instituto de Estudios Albacetenses. Diputación de
Albacete. CSIC. Albacete.
· (2011): El Marquesado de Villena en tiempos de don
Sancho García de Medina”. En Galindo Mateo, I. (ed.):
Sancho García de Medina y el Arcedianato de Villena.
Política, fe y cultura en torno al Renacimiento levantino,
pp. 71-84. Editorial Tératos. Valencia.
PRIETO DE PAULA, A.L. (2012): “Una recreación del
poema Las Cinco Campanadas del Romancero de
Gaspar Archent”. Revista Anual Villena nº 62, pp. 64-71.
M.I. Ayuntamiento de Villena.
SERRA DESFILIS, A. (2011): “Arquitectura, símbolo y
función en la iglesia de Santiago de Villena”. En Galindo
Mateo, I. (ed.): Sancho García de Medina y el Arcedianato
de Villena. Política, fe y cultura en torno al Renacimiento
levantino, pp. 263-289. Editorial Tératos. Valencia.
SOLER GARCÍA, J.M.
· (1953): “Villena y los Reyes Católicos”. Revista Anual
Villena, nº 3. M.I. Ayuntamiento de Villena.
· (1960): “Pequeña historia de la Casa de la Ciudad”.
Revista Anual Villena nº 10. M.I. Ayuntamiento de
Villena.
· (1961): “Esquema histórico de las Comparsas de
Moros y Cristianos”. Revista Anual Villena nº 11. M.I.
Ayuntamiento de Villena.
· (1962): “Origen de las fiestas de Villena en honor a la
Virgen de las Virtudes”. Revisa Anual Villena nº 12. M.I.
Ayuntamiento de Villena.
· (1969): La Relación de Villena de 1575. Instituto de
Estudios Alicantinos. Serie I. Diputación Provincial de
Alicante. Alicante.
· (1982): “Nuestra Señora de las Nieves. Un antiguo
culto olvidado”. Revista Anual Villena, nº 32. M.I.
Ayuntamiento de Villena.
· (2006): Historia de Villena. Desde la Prehistoria hasta
el siglo XVIII. M.I. Ayuntamiento de Villena. Concejalía
de Cultura. Fundación “José María Soler”. Villena.
TARRUELLA RICO. F.J. (1935): Topografía Médica
de Villena. Premio “García Röel” 1935. Academia de
Medicina de Valencia. Inédito.
TORRES FONTES, J. (1953): “La conquista del
Marquesado de Villena en el reinado de los Reyes
Católicos”. Hispania. Revista española de historia, nº
50, pp. 37-151. Madrid.