1. El orden Sacerdotal
•El sacerdote es un representante de Cristo, el fue ordenado principalmente
para oficiar la Misa, en donde se da la consagración, que es convertir el pan
y el vino, en cuerpo y sangre de Cristo. Así mismo tiene el poder en
representación de Cristo de perdonar los pecados.
•Esto se dice fácil sin embargo este prodigio excede en dignidad a toda la
creación del universo entero.
•El motivo por el cual Cristo instituyo este sacramento, es debido a que
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad.
•El orden sacerdotal difiere notablemente de los demás sacramentos en
dos aspectos, el primero es solo el Obispo puede administrarlo. El segundo
es que este sacramento no se recibe completo de una sola vez. Se da por
etapas en sucesivos grados.
2. Obispos, presbíteros y diáconos
• La materia de este sacramento: imposición de las manos, la forma las
palabras del ritual, las cuales son distintas para diácono, sacerdote y
obispo.
• La Palabra ministro, significa servidor.
• El diácono, tiene como función y tiene la gracia para bautizar, predicar y
administrar la comunión. El diácono puede ser laico y estar casado.
• El Presbítero o sacerdote, además de lo anterior, tiene poder de Cristo,
para cambiar el pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo así como
perdonar los pecados.
• El Obispo que posee la plenitud del sacramento, el poder de confirmar y
de ordenar a otros diáconos y sacerdotes.
3. El Papa y los Cardenales
• El Papa no tiene un poder espiritual mayor que cualquier Obispo.
Sin embargo por ser Obispo de Roma, territorialmente dependen
todas las diócesis de mundo.
• Ser cardenal es un puesto honorifico, es un puesto eclesiástico. Su
función es pertenecer al colegio cardenalicio, el cual se reúne para
elegir un nuevo Papa.
• Cualquier Católico, del sexo masculino, puede aspirar a ser
sacerdote, el requisito es que quiera ser mejor persona, buscar el
bien y evitar el mal. No tiene que ser un Santo, solo que quiera
cambiar y alejarse del pecado, para servir a Dios y los demás
hombres, así poder consagrar y perdonar los pecados.