El documento satirizaba las afirmaciones exageradas de científicos alemanes, rusos y vascos sobre los orígenes de la telefonía. Los alemanes decían que los antiguos germanos tenían una red de teléfonos de cobre hace 35,000 años, mientras que los rusos afirmaban que sus antepasados tenían fibra óptica hace 55,000 años. Finalmente, los vascos no encontraron nada pero insistieron en que los antiguos vascos ya tenían teléfonos móviles hace más de 255,000 años.