1. TALLER DE ÉTICA
SEXTO
(Semana del 22 al 27 de Marzo)
(Trabajo de Clase)
1- (Luegoderealizarlalecturadeltextoa continuaciónextraigatresconclusiones)
(Reflexión)
«UNOS TIENEN LA FAMA»1
por Carlos Rey
A escasos años de haber concluido su carrera, el ingeniero suizo Mauricio Koechlin fue
contratado por una compañía constructora francesa. Desde el principio no hubo la menor duda
de que aquel puesto le venía a Koechlin como anillo al dedo. Tanto es así que de un día para
otro pasó a dirigir, por evidentes méritos propios, el gabinete de estudios del jefe. Nadie llegó a
poner en tela de juicio esa decisión. Más bien, a medida que se iba desenvolviendo en aquella
empresa, se iba comprobando la sabiduría de haberle confiado aquella responsabilidad. La
prueba más contundente del ingenio de aquel hombre habría de ser el proyecto que
emprendería su firma en el Campo de Marte de París para realzar la Exposición Centenaria de
1889 con motivo del centésimo aniversario de la revolución francesa. A la famosa construcción
de hierro de 300 metros de alto que quedó allí como fruto de su talento creador, la bautizó la
posteridad, con notoria injusticia, con el solo nombre del ingeniero propietario de la firma
constructora, Gustavo Eiffel. De modo que hasta el día de hoy todo el mundo la conoce como
la Torre Eiffel. Con razón que el paremiólogo español Luis Junceda la considera una
sobresaliente ilustración del refrán que dice: «Unos tienen la fama, y otros cardan la lana.»1
Surgió una vez entre los discípulos de Jesucristo una discusión sobre cuál de ellos sería el más
importante. Jesús los conocía a la perfección, así que aprovechó la oportunidad para
enseñarles una lección muy valiosa. Primero les dijo: «Si alguno quiere ser el primero, que sea
el último de todos y el servidor de todos.» Luego llamó a un niño y lo puso en medio de ellos.
Abrazándolo, les dijo: «Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como
niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el
más grande en el reino de los cielos.»2 Parece que Jacobo y Juan no captaron bien esa
enseñanza, porque algún tiempo después tuvieron el atrevimiento de pedirle al Maestro que les
concediera que en su reino uno de ellos se sentara a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús
les recriminó diciéndoles que no sabían lo que estaban pidiendo. Cuando los otros diez
apóstoles se enteraron, con sobrada razón se indignaron contra sus dos compañeros. Una vez
más Jesús aprovechó la ocasión para decirles: «... el que quiera hacerse grande entre ustedes
deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni
aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate
por muchos.»3 Lo que importa, entonces, no es ser importante sino insignificante, no primero
sino último, no jefe sino servidor, no famoso sino desconocido, no grande sino pequeño. En vez
de empeñarnos en tener la fama, debiéramos afanarnos por cardar la lana, si es que de veras
tenemos el propósito de entrar en el reino de los cielos. Asegurémonos de que nuestro nombre
aparezca en el libro de la vida. Los demás libros no tienen mayor importancia.
1 http://www.conciencia.net/?ID=2014mar04
2. 2-
THE NATURE OF
PEACE AND ITS
IMPLICATIONS FOR
PEACE EDUCATION
(Leo R. Sandy and Ray
Perkins, Jr.)
“Peace is not merely
the absence of war
but the presence of
justice, of law, of
order--in short, of
government.” -Albert
Einstein
Towards an adequate
definition
It is difficult not to see in
these “positive”
approaches to the
definition of “peace”
radical implications for a
reorganization of our
society and, indeed, our
entire world. There is no
denying that a positive
conception of peace along
the lines suggested by
Galtung, Sharp, Reardon,
et al. would involve
fundamental changes on
the level of the individual
psyche and the nation-
state as well. At both
levels genuine peace
requires the advent of a
new self-lessness, a
willingness to see our
fellow humans as our
bothers and sisters, and--
as the traditional religions
have always counciled--to
love them as we love
ourselves.
But besides this
subjective component of
each individual’s altruistic
love, there must be justice
which depends on the
right sort of social
organization. This is
Reardon’s point. It is also
implied by Trostle’s “state
of well-being ... of global
harmony ... part of one
world.” The suggestion
here is that, at the very
least, a state of (genuine)
peace is something
beyond what can be
achieved by the traditional
system of sovereign
nation-states. The
problem, of course, is that
this system lacks a system
of workable law, each
state being the ultimate
arbiter of whether it will
wield force in its pursuit
of national interest or not.
Without workable world
law it’s hard to see how
there can be justice, and
so, peace,in its true sense.
The world federalists have
expressed this point
succinctly but powerfully:
“There can be no world
peace without
international justice; no
international justice
without world law; and no
effective world law
without institutions to
make, interpret and
enforce it.”3 And the
world federalists may be
right when they make this
requirement of
enforceable world law a
sine qua non for the
abolition of the age-old
institution of war itself.
Certainly Albert Einstein
thought so when he
declared that “Peace is
not merely the absence of
war but the presence of
justice, of law, of order--
in short, of government”
(Einstein, 1968).
In conclusion, we believe
that a proper definition of
“peace” must include
positive characteristics
over and above the mere
absence of belligerence.
Rather,it must include
those positive factors that
foster cooperation among
human groups with
ostensibly different
cultural patterns so that
social justice can be done
and human potential can
freely develop within
democratic political
structures. And this--
promoting social
justice/freedom by
democratic means--will
almost certainly require
more “selfless” concern at
all levels: at the personal
level, more brotherly love;
and at the international
level, less narrow national
self-interest-- a goal
which we believe
will require a diminution
of the current system of
nation states and the
gradual emergence of a
world community self-
governed by world
law. In this way, a truly
peacefulworld will be a
world where war has been
made impossible--or, at
least much less likely--by
a new community where
people not only see
themselves in their hearts
as part of one human
“family,” but where,in
(political-legal-moral)
reality, they really are part
of such a “family.”
3. 3- Cinco consejos para aprender a escuchar2
El éxito de la comunicación se basa en la capacidad para escuchar con atención y empatía
a tu interlocutor. Esta habilidad es muy importante a la hora de establecer dinámicas de
grupo, para mejorar en el trabajo y, en general, ser más efectivo en nuestro día a día. Así
que es muy importante diferenciar entre oír, lo que no podemos evitar, y escuchar, es
decir, prestar atención sobre lo que nos están contando.
La comunicación es vital para el buen funcionamiento de toda organización o grupo. Sin
embargo, en las empresas a veces suelen darse problemas en este sentido que acaban
por afectar las relaciones entre empleados, entre jefes y subordinados o entre clientes y
empresa.
Para que no se den este tipo de problemas, CommLab India, ha recogido cinco formas
básicas para practicar la habilidad de escuchar de una manera eficiente.
#1. Demuestra interés en los puntos de vista ajenos.
Cada persona puede tener una opinión diferente y lo ideal es escuchar a las personas con
la mente abierta. Dejar a un lado tus prejuicios y dirigir la atención al interlocutor son dos
buenas recomendaciones que te ayudarán. Mostrar interés en lo que te explica la otra
persona indicará que te importa y, automáticamente, te convertirá en una persona con la
que vale la pena conversar.
#2. Concéntrate.
No divagues y presta atención a lo que te están contando. Una buena manera de no
distraerte es pensar que la persona con la que estás hablando puede revelarte una
información importante y no se te debe pasar por alto.
2 http://lenguajecorporal.org/cinco-consejos-para-aprender-a-escuchar/
4. #3. No interrumpas innecesariamente.
A poder ser, no interrumpas ya que es muy desagradable y rompe el hilo de la
conversación. Pero si te ves obligado a hacerlo, espera a que la otra persona haya
acabado de exponer la idea que está compartiendo contigo.
#4. Presta atención a tu lenguaje corporal.
La comunicación no verbal también es muy importante. Si te muestras interesado de
manera verbal pero tu mirada se desvía, pareces distraído o indicas con tu cuerpo que
tienes prisa o estás aburrido, no servirá de nada. Es importante acompañar y reforzar la
comunicación verbal con la no verbal.
#5. Ármate de paciencia.
A veces en la empresa hay personas que te cuentan cosas que no te interesan. Si lo que
te tiene que explicar tu interlocutor se trata de algo que puede parecer una tontería o bien
lo diga para provocar, no te precipites y deja que termine su explicación. Si su objetivo es
desagradable, tendrás más armas con las que rebatirle y si realmente pensamos que su
idea no tiene sentido, no vale la pena enfrascarse en discusiones que no llevan a ninguna
parte.