6. Si además van a mover mucho el disco siempre nos decantamos por un disco duro de 2 1/2 antes que por uno de 3 1/2. Los discos de 2 pulgadas y medio (vamos los discos de portátil) están mucho más pensados para moverse sin problemas. Son más pequeños, caben en casi cualquier sitio y además no necesitan alimentación adicional. Los discos de 3 pulgadas no están hechos para moverse mucho. Siempre tendremos alguien a quien no le ha fallado nunca su disco de 3 pulgadas al moverlo, pero en la tienda tenemos un montón de discos de 3 pulgadas externos rotos. Cuando los discos los montamos nosotros, es decir el cliente escoge una carcasa y un disco duro y nosotros lo ensamblamos pues todavía podemos enviar el disco al SAT y casi nunca nos dan problemas. Pero si el disco viene ya montado, pues hay que mandarlo entero al SAT y como la carcasa lleve algún golpe… pues el SAT con razón lo devuelve sin reparar.
7. Luego viene la carcasa. Hay gente que escoge una carcas de plástico muy cerrada. En ocasiones llevan un ventilador, con lo cual tenemos un ruidito más que nos acompaña. Al final a nosotros las carcasas que más nos gustan son las de aluminio llenas de chapa agujereada. Así sin necesidad de ventiladores, tenemos el disco muy bien ventilado. Luego está la moda de los discos duros con salida de televisión. Aquí el índice de discos duros rotos por caídas se mulplica exponencialmente; el motivo es claro, el disco está al lado del televisor, puede que el hueco para ponerlo no sea tan amplio y cómodo como al lado del PC, tenemos a los niños, a la suegra… cerca y basta una caída de encima de la mesa del TV al suelo, para que aquello haga crack.