Reforma laboral, ni causa ni remedio - Clemente polo - Expansion.com
1. Reforma laboral, ni causa ni remedio, de Clemente Polo en
Expansión
EN PRIMER PLANO
Terminaba mi último artículo (EXPANSIÓN, 14 de febrero) afirmando que las medidas incluidas en el Real
Decreto 3/2012 no son las que necesita el mercado laboral español para empezar a corregir las graves
disfunciones que lo aquejan desde hace décadas. Esta convicción, no el hecho evidente de que la reforma
altera significativamente las relaciones entre empresarios y trabajadores a favor de los primeros, era lo que
me indujo a calificarla como “una reforma laboral más”. De los tres grandes bloques de cambios
legislativos, las medidas dirigidas a reducir el coste de despido y facilitar los despidos colectivos, por una
parte, y flexibilizar la interpretación de los convenios y el descuelgue de los mismos, por otra, han sido las
que han suscitado el rechazo frontal de las organizaciones sindicales, exteriorizado en las manifestaciones
celebradas el domingo pasado. Las medidas orientadas a proporcionar subvenciones o beneficios fiscales a
ciertos empresarios por contratar a determinados colectivos de trabajadores no han levantado, sin embargo,
ningún rechazo por parte de CCOO y UGT, a pesar de la ineficiencia y dudosa justicia que supone primar a
unos colectivos sobre otros y el elevado coste que tienen para los contribuyentes.
Para cubrirse en salud, Rajoy se apresuró a reconocer -casi antes de aprobarlas!- que las medidas adoptadas
no evitarán que el paro siga aumentando en los próximos meses. Una perfecta coartada para quienes como el
propio Rajoy, Sáenz de Santamaría y Montoro jamás dieron un día de tregua a las reformas emprendidas por
Rodríguez Zapatero y las descalificaron sin contemplaciones tan pronto los resultados de la EPA
confirmaban que se seguía destruyendo empleo y aumentando el paro en España.
Ahora piden un acto de fe, confianza ilimitada en unas medidas que crearán más paro en los próximos meses
pero servirán -nos dicen- para sentar las bases de un crecimiento sólido, dando a entender que el elevado
coste del despido y la inflexibilidad originada por la negociación colectiva han sido los obstáculos que han
frenado la creación de puestos de trabajo en las épocas de bonanza y provocado aumentos muy fuertes del
paro durante las etapas recesivas. ¿Se les puede conceder algún crédito a semejantes afirmaciones?
La evolución de la economía española desde la aprobación de la Constitución en 1978 pone de manifiesto
que se han generado abundantes puestos de trabajo durante las épocas de crecimiento (1986-92 y 1995-
2008) y destruido empleo con gran intensidad durante las recesiones (1992-93 y 2008-10) y los períodos de
crecimiento anémico (1978-85, 1994 y 2010-11). Tras el ingreso en la CEE en 1986, el número de
asalariados temporales aumentó casi en 2,0 millones entre el segundo trimestre de 1987 y el tercer trimestre
de 1992, mientras que el de indefinidos lo hizo en 419.000 entre el segundo trimestre de 1987 y el cuarto
trimestre de 1991. La recesión de 1992-93 puso fin al proceso de creación de empleo y el número de
asalariados temporales cayó en 287.000 desde el tercer trimestre de 1992 al cuarto trimestre de 1993, y el de
indefinidos en 540.000 desde el cuarto trimestre de 1991 al cuarto trimestre de 1994. Durante la prolongada
expansión 1994-2008, se incrementó en 2,4 millones el número de asalariados temporales y en 6 millones el
de indefinidos. Por último, la desaceleración económica y la recesión de 2008-10 han recortado 1,6 millones
de empleos temporales entre el tercer trimestre de 2007 y el cuarto trimestre de 2011 y 755.800 asalariados
con contrato indefinido entre el segundo trimestre de 2008 y el cuarto de 2011.
Las cifras anteriores ponen de manifiesto que ni los costes de despido ni las rigideces impuestas por los
convenios sectoriales han impedido crear millones de empleos durante las fases de expansión o constituido
un serio obstáculo para recortar drásticamente plantillas durante las épocas de vacas flacas. Si centramos la
atención en la última recesión, se constata que el ajuste de las empresas españolas ha sido incluso más
intenso que en otros países desarrollados donde los costes de despido y las rigideces se supone que son muy
inferiores a las del nuestro.
En los ocho trimestres comprendidos entre el cuarto trimestre de 2008 y el tercer trimestre de 2010, la caída
media del PIB fue del 2.09%, la del empleo del 4,74% y la tasa de paro se elevó 8.4 puntos en España. Las
cifras de los EE.UU. en ese mismo período indican que aunque el PIB se redujo en una cuantía similar,
2. 1,9%, el empleo sólo se redujo el 2,43% y la tasa de paro aumentó en 2.3 puntos. ¿Cómo a la vista de estas
cifras alguien puede sostener con seriedad que el coste del despido o las rigideces impuestas por los
convenios sectoriales impiden ajustar con rapidez las plantillas en España?
Al margen de la ideología, lo que las cifras de Contabilidad Nacional y la EPA de las últimas décadas
sugieren es que los empresarios españoles son los más rápidos del condado global desenfundando y
enviando al paro a sus trabajadores. En ausencia de penalizaciones, lo más rentable resulta recortar plantillas
para reducir los costes salariales, aunque ello incremente la factura en prestaciones a los desempleados del
Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). No es mera casualidad que la participación del Excedente de
explotación bruto en el PIB haya pasado del 41,67% en 2007 al 44,76% en 2011, un incremento de las rentas
no salariales privadas de 33.167 millones de euros sólo en 2011 que supera la cuantía de las prestaciones a
los desempleados del SEPE el año pasado.
El Gobierno tiene mayoría absoluta y todo el derecho a llevar a cabo las reformas que considere
convenientes, incluso aquéllas que como ésta los empresarios reciben con alborozo apenas disimulado. Pero
lo que intelectualmente no es de recibo es apuntar al elevado coste de despido o la supuesta inflexibilidad
impuesta por los convenios como las causas de los males pasados y el remedio de los futuros. Porque
sencillamente no es verdad.
Clemente Polo. Catedrático de Fundamentos del Análisis Económico.
http://elcomentario.tv/reggio/reforma-laboral-ni-causa-ni-remedio-de-clemente-polo-en-expansion/25/02/2012/