2. ¿Cómo evitar la ansiedad?
1 Pedro 5:7. echando toda vuestra ansiedad
sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros.
Muchos de nosotros pasamos por un
problema todos los días aunque nada
terrible nos haya pasado. Es el problema de
la ansiedad o la preocupación.
3. La magnitud del
problema es
evidente. Vivimos
en una «era de
ansiedad»
Los cristianos no somos inmunes al
problema de la ansiedad.
4. Mateo 6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por
vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber;
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida
más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
«Tened ánimo» (Mateo 14.27);
«No se turbe vuestro corazón» (Juan 14.1, 27).
¿Qué es la
ansiedad?
5. Es motivada por el pesar causado por
eventos que ya han ocurrido, el temor a las
tragedias que puedan ocurrir y la
preocupación por cosas que no pueden ser
cambiadas.
6. Su característica principal es que, a diferencia de
la preocupación prudente por el futuro, nunca
lleva a ningún tipo de acción constructiva.
¿Por qué es la ansiedad un
problema?
1) La ansiedad es un problema para los
cristianos, primeramente porque Cristo no nos
desea ansiosos. Mateo 14:31
7. «La preocupación es desastrosa para la salud,
le roba a la vida su entusiasmo, obstaculiza el
pensamiento constructivo y creativo, y paraliza el
alma»
2) Además, la ansiedad nos priva de la paz y
el contentamiento sin proveernos ningún
beneficio.
3) Además, la ansiedad puede conducir a
otros problemas. Muchos problemas físicos son
sicosomáticos —esto es, se originan en la mente.
8. la solución principal
El 40 por ciento de nuestras • preocupaciones nunca
sucederán.
• El 30 por ciento de nuestras preocupaciones tienen que
ver con decisiones pasadas que no podemos alterar.
• El 12 por ciento de nuestras preocupaciones son por
críticas que otros nos dirigen, la mayoría son falsas y
expresadas por personas que se sienten inferiores.
• El 10 por ciento de nuestras preocupaciones son por
nuestra salud, que empeora cuando nos preocupamos.
• El 8 por ciento de nuestras preocupaciones son
«legítimas», puesto que la vida tiene algunos problemas
reales que necesitamos enfrentar.
9. Dos reglas: Primeramente, en lugar de
preocuparnos por algo que se puede cambiar,
¡debemos cambiarlo! En segundo lugar, si algo
no puede cambiarse, ¿por qué preocuparnos por
ello?
«Dios, danos gracia para aceptar con
serenidad las cosas que no pueden
cambiarse, valor para cambiar las cosas que
deben cambiarse y sabiduría
para distinguir una de la otra»
10. La idea es bíblica.
Mateo 6:34. Así que, no os afanéis por el día de
mañana, porque el día de mañana traerá su afán.
Basta a cada día su propio mal.
sugerencias
espécificas para
contrarrestar la
ansiedad
11. En primer lugar, tenemos que determinar la causa
de la ansiedad.
En segundo lugar, cuando la causa se reconoce,
necesitamos hacer lo que podamos para
remediarla.
En tercer lugar, si el problema no puede ser
resuelto, entonces, con la ayuda de Dios,
tenemos que aprender a vivir con el mismo.
12. ¿Cómo aprendemos a vivir con una situación
«permanente» que causa ansiedad?
1. Tenemos que
preguntarnos si la situación
es lo suficientemente
importante como para
preocuparnos.
¿No es la vida
más que el
alimento, y el
cuerpo más que el
vestido?
(Mateo 6:25)
2. Debemos considerar la posibilidad de que
tenemos expectativas irrealistas.
13. 3. Podemos aprender a vivir en compartimientos
de un día de tamaño. «Así que, no os afanéis por
el día de mañana, porque el día de mañana traerá
su afán. Basta a cada día su propio mal»
(Mateo 6.34).
4. Tenemos que aceptar la amonestación bíblica
en cuanto a estar contentos. «Sean vuestras
costumbres sin avaricia, contentos con lo que
tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé,
ni te dejaré» (Hebreos 13.5)
14. 5. Podemos de una manera consciente cultivar
aptitudes cristianas que nos ayuden a vivir con
nuestras dificultades.
Las virtudes cristianas de la paciencia, el dominio propio
(2ª Pedro 1.6), la tolerancia (Colosenses 3.13) y el perdón
(Efesios 4.32) nos ayudarán a vivir con la adversidad.
6. Tenemos que aprender a vivir por los demás.
Galatas 6:10. Así que, según tengamos
oportunidad, hagamos bien a todos, y
mayormente a los de la familia de la fe.
15. 7. Independientemente de cómo nos sintamos,
tenemos que hacer lo correcto.
8. Puede que necesitemos buscar la ayuda de
amigos comprensivos.
Santiago 5:16. Confesaos vuestras ofensas unos
a otros, y orad unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho.
16. 1 Pedro 5:7. echando toda vuestra
ansiedad sobre él, porque él tiene
cuidado de vosotros.
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes,
porque yo soy tu Dios que te esfuerzo» (Isaías
41.10a).
17. «Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones
y vuestros pensamientos en Cristo Jesús»
(Filipenses 4.6, 7).
Romanos 8:31. ¿Qué, pues, diremos a esto?
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros?