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CUADERNOS
DE DISCUSION
EL PARAGUAY DESPUES DE STROESSNER:
;., DE LA TRANSICION INCOMPLETA
A LA DEMOCRACIA ?
Jose Luis Sim6n
Asunci6n, 1989
••• CENTRO PARAGUAYO DE ESTUDIOS SOCIOlOGICOS
ELiGIO AYALA 973 • ASUNCION-PARAGUAY
I
EL PARAGUAY DESPUES DE STROESSNER:
;, DE LA TRANSICION INCOMPLETA
-- A LA DEMOCRACIA ?
Jose Luis Simon
Asunci6n, 1989
Ponencia presentada durante el Seminario "Partidos Politicos en los Procesos de
democratizaci6n: La actual transici6n Paraguaya en la reciente experiencia Latinoamericana"
realizado el 7 y 8 de agosto de 1989.
INDICE
1. INTRODUCCION 2
II. LA TRANSICION: UN MARCO CONCEPTUAL BASICO
1) Transici6n democratica y democratizaci6n
2) Caracterfsticas de la transici6n
3) Crisis y movilizaciones
4) Negociaci6n y mediaciones
2
2
5
6
7
ffi. EL GOLPE DEL 2/3 DE FEBRERO: UNA INTERPRETACION 9
IV. NEGOCIACIONES IMPLICITAS: LA PRIMERA FASE DEL
POSTSTRONISMO
l)Etapa del regimen de facto: desde el 3 de febrero hasta el 10. de mayo
2) Etapa constitucional: desde las elecciones generales hasta los primeros dias
de agosto
13
15
17
V. NEGOCIACIONES EXPLICITAS Y LOS RIESGOS DE LA TRANSICION 21
VI. CONCLUSIONES 24
CITAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 26
1
EL PARAGUAY DESPUES DE STROESNER: DE LA TRANSICION
INCOMPLETA A LA DEMOCRACIA?
Jose Luis Simon
L INTRODUCCION
La version original de este trabajo, fue presentada como ponencia en el seminario sobre
"Partidos Politicos en los procesos de democratizacion: la actual transicion paraguaya a la luz de
la reciente experiencia sudamericana". realizado en Asuncion el 7 y 8 de agosto de 1989, y
organizado por el Grupo de Trabajo de Partidos Politicos de CLACSO. y el CPES. En 10
fundamental.este materialcontieneMsicamentelapresentacionquehicimos. peroparalaredaccion
final ya hemos aprovechado lasdiscusiones yaportes que nos brindaraelseminario.asfcomoalguna
bibliografia a la que accedimos con posterioridad a1 mismo.
En laseccion IT, nos ocupamosdepresentarun •'marcoconceptual Msico" sobre los procesosde
transicion de regimenes dictatoriales a democraticos. y para ello aprovechamos los aportes en la
materia de la produccion cientifico-social del area, las cuales tienen una excelente sintesis en un
trabajo de Manuel Garreton. que nos sirve de punto de referencia.
Desde esa perspectiva te6rica. entonces. pasamos aanalizar la transicion paraguaya. inaugurada
oficialmente con el derrocamiento de Stroessner en febrero pasado. En el punto III de este trabajo
hacemos una interpretacion (que esperamos enriquecerla mas adelante) del golpe militar del 2 y 3
de febrero. conducido por el actual Presidente de la Repulica,el general Andres Rodriguez. En la
siguiente seccion, la IV, que crono16gicamente llega hasta las elecciones presidenciales del 10. de
mayo nuestro objeto deestudioes 10quedenominamos "laprimerafase del post-stronismo" 0 etapa
de "negociaciones impJicitas". De los "riesgos de la transicion" y de las "negociaciones
exp!icitas", las cuales de desarrollarse normalmente completanin aquella, inaugurando el regimen
democratico con los correspondientes desafios para su consolidacion, se ocupa la parte V de la
presente ponencia, cuyas breves conclusiones constituyen la materia de la seccion VI.
II. A TRANSICION: UN MARCO CONCEPTUAL BASICO
Intentamos en esta seccion desarrollar de manera sucinta una "perspectiva de anruisis 0 marco
conceptual basico" sobre la transicion que de regimenes autoritarios 0 militares desemboca en
regimenes democraticos, proceso que una vez alcanzado plantea el problema de la consolidacion
democratica(I).
I) Transici6n democratica y democratizaci6n
En nuestraregion en los anos cincuentaysesenta la transicion tuvo como contenido el desarrollo
y la modemizacion: America Latina debia abandonar su caracteristica dual (semi-modema y semi­
2
I
1­
tradicional) para transfonnarse en una "socieditd modema, avanzada, des8rrollada 0 industrial",
cualquiera sea el significado conferido a tales estadios y objetivos. Durante la d6cada del setenta,
la preocupacion modemizadora y desarrollista es abandonada. y ocupa su lugar e1 tema de 1a
revolucion 0 cambio de estructuras de la sociedad en su conjunto; es decir, adquiere preeminencia
en el interes academico ypolitico la transicion delcapitalismo al socialismo. Dejando de1adootras
consideraciones respecto de los ejes tematicos y poUticos de las d~adas del 50/60 y 70, 10 que
interesa aquf es poner de relieve que en ambas etapas "el tema del regimen politico aparece
subordinado a y como reflejo de las trasformaciones globales de la sociedad".
De ahi que la preocupacion politica e intelectual respecto de la democracia, en los atios ochenta
en latinoamerica, presenten las caracterfsticas de una ciecta mutacion "hist6rico_cu1tural". Es
dejada a un lado la tematica de las "Ieyes estructurales" que rigen la "necesidad hist6rica de la
evolucion de las sociedades" , yellugares ocupadopor la reflexion academica ypoUticaorientadas
al "problemadel regimen polftieo" ,0 en otraspalabras al "delas mediaciones institucionalesentre
Estado ysociedad"; yde igual manera, Hel distanciamientodeproyectos globalesde sociedad lIeva
a concebir la sociedad como creacion de un campo regulado de lucha entre diversos proyectos y
donde no hay un actor priviligiado que encame un proyecto sino un sistema de actores".
Por "democracia politica" 0 "democracia" entendemos un modelo politico y no de sociedad.
La democracia unicamente busca resolver un problema basieo de cualquier sociedad, el de "las
relaciones institucionales entre Estado y sociedad civil, el de las mediaciones entre ambos". La
democracia se ocupa de la representaci6n de la sociedad, de como es gobernada y de cuMes son los
vinculos que relacionan a los ciudadanos con el Estado. EI regimen historico de la democracia
encara dichm. desafios desde el Estado de Derecho democmtico que se caracteriza par la vigencia
de las libertades publicase individuales, ladivisi6n de los poderesdel Estado, y la soberaniapopular
ejercitada a traves del sufragio universal en elecciones competitivas entre diversos actores
(pluralismo democratico), realizandose asi la pacifica alternancia en el poder(2).
En America Latina historicamente la preocupaci6n por la democracia polftica esta vinculada
estrechamente al tema de la "democratizaci6n" , entendida como''Ia creciente incorporacion ala
vida social de la naci6n y la igualaci6n de las oportunidades". Por un lado pude hablarse de
"democratizaci6n fundamental", con 10cual se hace referencia ala "ciudadania social" ,a1 acceso
de los ciudadanos "a los beneficios del Estado de bienestar" y a aquellos derivados simplemente
de 1avida modernaen sociedad. Tambien, al hablardedemocratizaci6n, sealude ,.alaorganizaci6n
y participaci6n en las decisiones que afectan a la vida colectiva, apuntando a la idea de la
autodetenninaci6n 0 autogobierno como metas maximas".
Entonces, el concepto de democratizacion apunta al de "cambio social global" , esto es, aI de
,.una sociedad democratica". La transici6n no implica necesariamente dicho logro, pues la hemos
definido como el trlinsito de un regimen a otro: de ladictadura a la democracia. La democratizaci6n
y la transici6n pueden 0 no coincidiren el tiempo, "perosu relaci6n no es estructural ni causal sino
hist6rica". En otras palabras, "puede haber sociedades mas 0 menos democniticas, es decir, con
mayor 0 menor profundidad en sus procesos de democratizaci6n, y con regimenes politicos que
pueden 0 no ser democmticos: un proceso de democratizaci6n social puede ser alcanzado por
regimenes de tipo autoritario 0 regimenes democmticos pueden profundizardesigualdades sociales
y afectar procesos de democratizaci6n"(3).
Ahora bien, regresando al tema de la transici6n, crucial y prioritario en estos momentos en
America Latina, resulta posible afinnar que mas alia de su justificaci6n intrfnsecamente politica
tiene .'siempre detras suyo un principio etico que la funda y condiciones sociales que penniten su
C
3
desarrollo y estabilidad", y que si bien los mismos son diferentes en cada sociedad yetapa histOrica,
en nuestra regi6n "la democratizaci6n es ala vez el principio etico y la condici6n de desarrollo de
la democracia politica, aunque ambas dimensiones deben ser claramente distinguidas, como
veremos", A causa de tal "contaminaci6n" de democracia con democratizaci6n, en America
Latina el "desencanto post-modernista" no habria prosperado como ocurre en otras latitudes.
Las tiltimas decadas de regimenes militares en nuestros paises, hist6ricamente sirvieron para la
revalorizaci6n de la democracia, aunque influidas segun acabamos de ver por la perspectiva de la
democratizaci6n que a la vez se diferencia de ella. Ocurre eso, pues, de un lado, los militares y sus
aliados politicos no lograron la "refundaci6n capitalista" prometida, 0 en otras palabras estuvieron
Jejos de realizar un modele nuevo de desarrollo que sustentara a un regimen autoritario con su
correspondiente orden social. Ademas, y con excepciones que todavia deben ser estudiadas
profundamente, las sociedades sometidas a regimenes dictatoriales, "retrocedieron enormemente
en cuanto a su desarrollo econ6mico, a las conquistas obtenidas por las masas y los sectores de
trabajadores, incluso por las clases medias". En realidad, las dictaduras militares como tendencia
desarticularon el anterior ordenamiento econ6mico-social y politico que habia entrado en crisis de
hegemonia, ya seael "Estado oligarquico" 0 el "Estadode compromiso". En algunas experiencias
fueron capaces de modemizar parcialmente a la sociedad incorporandola al mundo capitalista
avanzado incluso mas alla de una situaci6n periferica. Peroen tales casos a los problemas inherentes
a las sociedadcs modemas se uni6 enseguidael de la •'crecientemarginalizaci6n" de vastos sectores
sociales.
Resultado de este tipo de "modemizaci6n perversa y excluyente" es el desafio de la democra­
tizaci6n que enfrentaen America Latinael rete de la democraciapolitica. Esto es igualmente valida
para lasexperiencias dicatatoriales en las cuales "lastransformaciones sociales fueron en el sentido
de una 'jibarizaci6n' de lasociedad,caracterizadapor la reducci6n del papeldel Estado comoagente
social, por la emergencia de una especie de capitalismo salvaje que desarticul6 viejas relaciones
sociales sin crear nuevas en su reemplazo y donde los sectores tienden a ser los mismos pero con
mayor debilidad en su capacidad de presi6n y organizaci6n'·. Se trata, por 10 tanto, en tales casos,
de vincular ineludiblemente la problematica de la democracia politica con tareas propias de la
reconstrucci6n nacional. Pero en tadas estas situaeiones en America Latina 10 estrategico es la
transici6n, mientras queda como una segunda etapa la de la "consolidaci6n democratica" en la
perspectiva del cambio social. En otras palabras, en el concepto de democracia, en su construcci6n
como regimen que es la culminaci6n de las transformaciones de las dictaduras militares en crisis,
yen los proyectos de los actores opositores que la enfrentan, siempre hay dos componentes: "El
primero se refierea la tansformaci6n de la sociedad, la creaci6n de un nuevo orden social que apunta
al termino de las explotaciones y opresiones, a la mayor igualdad y participaci6n sociales, que es 10
que hemos denominado democratizaci6n global. El segundo se refiere a un proceso restringido de
cambio de regimen poiftico, de paso de una dictadura a un regimen democnitico, tal como definimos
este anteriormente". En las experiencias hist6ricas que indican el fin de los regimenes militares la
dinamica de la democratizaci6n se disocia de la transici6n politica, quedando aquella como un
desaffo pendiente a ser enfrentado (como condici6n de su propia consolidaci6n) por el regimen
democnitico.
Las ultimas decadas de procesos econ6mico-sociales y politicos en America Latina, segun
estamos comprobando, vinculan la lucha por 1a democracia con tres fen6menos bIen definidos. En
primer lugar con la "creaci6n de instituciones propiamente polfticas del Estado y el regimen
(incluido los partidos), que resuelven el problema del gobierno, la ciudadania y la participaci6n".
La democracia tambien se asocia "a la recomposici6n de la sociedad civil, es decir, a la constituci6n
de actores sociales aut6nomos del sistema politico. 10 que remite al problema de la participaci6n".
4
I
Par ultimo, para los diversos actores que luchan por la democracia bajo las dificiles condicones de
los regimenes militares, aquella no puede carecer de un adecuado modele de desarrollo capaz de
sutentarla. Pero aun aSl, •'el termino de los regimenes militares ylos procesos de transici6n implican
necesariamente una cierta prioridad y un claro predominio de la primera significaci6n, esto es, 10
referido a la democracia polftica que aparece como condici6n historica de las otras dos, y a las que
estas deben subordinarse por un tiempo, 10 que a su vez plantea enormes problemas futuros para la
nueva democracia" .
2) Caracteristicas de la transicion
La transicion politica -el cambio de un regimen dictatorial por otro democratico- requiere de
algunas precisiones. Una vez inaugurado el proceso, en primer lugar, la unica certeza que se tiene
es el punto de partida (la dictadura 0 regimen autoritario) sin que por anticipado exista la seguridad
de arribar al objetivo deseado, .el regimen democratico al que no se accede inevitablemente. Aun
cuando resulte dincil precisarempfricamente el inicio y el fin de la transicion, se puedeafirmar que
"va desde la crisis terminal del regimen militar hasta las primeras elecciones democraticas". Una
vez inaugurada la democracia, esto es, finalizada la transision, se abre la etapa de la consolidaci6n
del nuevoregimen, con sus propios problemas,dimlmicas y actores,y 16gicamenteentreambasfases
tienden a generarse relaciones de cooperaci6n y conflicto. Aun cuando la perspectiva de la
consolidaci6n democnitica (0 democratizaci6n) forme parte del proyecto y calculo de los actores de
la transicion, el desarrollo exitoso de esta ultima parecerequerir de la postergacion de las exigencias
de aquella. La transici6n a la democracia, desde luego, nada tiene que ver con los procesos
revolucionarios que buscan la conquista del poder para la construcci6n de un nuevo orden social y
cuyas probabilidades de exito son mas bien escasas "en sociedades complejas con ejercitos
modemos, cohesionados y fuertes y con clases medias amplias y diversificadas" como las de
America Latina.
Algunas transiciones son desencadenadas .,desde arriba" ,generadas porejemplo en una' 'crisis
de descomposici6n intema" 0 bien porque el regimen concede la apertura por estimar concluida su
tarea. En otros caso las transiciones se originan "desde abajo" , ya sea por: a) acci6n de las fuerzas
opositoras (exclusivamente polftica 0 insurreccional); b) "factores 'intermedios' 0 'extemos' al
regimen y la oposici6n" (conflicto Mlico, acefalfa del Ejecutivo, presion extranjera); 6 c)
mediaci6n de podereS que estiin por encima del regimen y la oposici6n. Aiin cuando en las
transiciones suele predominar uno de los factores, por 10 comun siempre se encuentran combinados
los tres.
Es crucial deteminar con exactitud si el fin del regimen militar se produjo como consecuencia
de un "colapso 0 derrota militar", vinculado ya sea a factores nacionales 0 extemos, 6 bien a
"alguna forma de administraci6n de salida por parte de los titulares del poder". En el primero de
los casos se produce la expulsion 0 eliminaci6n del regimen militar, y es una hip6tesis de baja
probabilidad, normalmente. La otra altemativa, la transici6n estrictamente polftica se produce con
la derrota polftica de la dictadura,y si el poder est.1 administrado institucionalmente por las Fuerzas
Armadas, estas deciden retirarse del escenario forzados por la sociedad y las oposiciones politicas.
Cuando se esm en un caso asi, "tal decision institucional supone la percepci6n de una aislamiento
respecto de la sociedad, la intemalizacion de un fracaso (sea por guerra externa, crisis econ6mica
o ingobemabilidad) 0 la pcrcepcion de una amenaza ala integridad institucional si se continua en
el poder". Es el tipo de transicion predominante en America Latina, diferente a la insurreccion
clasica, pues no ocurre una situaci6n de vaciode poder, sino una coyuntura polfticaen lacual se abre
I
5
el espacio para "provocar la decision del retiro de las Fuerzas Annadas" , combinando por ejemplo
las movilizaciones populares con las presiones de poderes mediadores 0 arbitrales.
Existen dos dinamicas convergentesen los procesos detransicion experimentadosenel ConoSur
latinoamericano. De un lado esta "la crisis intema 0 descomposicion del regimen", vinculada a
cuestiones sucesorias 0 de institucionalizacion del mismo, generalmente. Y por otra parte la
dinamica de la "resurreccion de la sociedad civil", que se manifiesta bajo la forma de la
movilizaci6n de la sociedad contra el regimen, estimulada por el consenso alrededor del proyecto
de transicion a la democracia, en tanto las "alternativas no democraticas" carecen de legitimidad
e irradiaci6n popular en la sociedad. Ambas dimimicas estan a su vez atravesadas por varios
procesos caracteristicos de este tipo de transiciones, cuya adecuada y oportuna combinaci6n es la
tarea de las fuerzas opositoras. Nos referimos a '~la descomposici6n interna del regimen 0 el
aislamiento del nuc1eo gobernante respecto de su apoyos internos y externos; la movilizaci6n social
contra el regimen; la negociaci6n entre titulares del poder y la oposici6n; y la mediaciones
institucionales y presiones de aetores arbitrales".
3) Crisis y movilizaciones
En America Latina las tra.nsiciones, reiteramos, tienen que ver con "un proceso de crisis 0
descomposici6n internade la dictadura" ,casi siempreoriginadoen el problemade su institucionali­
zaci6n 0 en el de la sucesion en el poder, y una de cuyas primeras manifestaciones es el
desmoronamiento de la base de apoyo del regimen que cada vez aisla mas al "nueleo gobernante"
de la sociedad. La instituci6n castrense, por 10 comun, aunque eso se complica cuando ademas de
dictadura militar hay un caudillo, en un contexto como el descrito arriba empieza a preocuparse por
"la preservaci6n de su integridad institucional".
El nueleo de poder aislado de la sociedad es condici6n necesaria pero no suficiente para la
transici6n. Debemos destacar que el distanciamiento de las bases de apoyo social de la dictadura
,.esta en directa relaci6n con la superaci6n de la conciencia traumatica respecto de la crisis que di6
origen al regimen militar, con la percepci6n de un espacio para sus intereses en el regimen que
sucedaa este y con laarticulaci6n de la elase econ6micacon la clase politica". Sobreel aislamiento
internacional de los autoritarismos en crisis, fundamentalmente del norteamericano, podemos
afrrmar que resulta de la combinacion de varios factores; por ejemplo, de la deslegitimaci6n de la
dietadura a causa de la violencia ejercida en contra de sus propios ciudadanos, que torna imposible
su sosten de cara a la opinion publica mundial y de la de Estados Unidos, y del riesgo en aumento
de la ingobernabilidadqueamenazadividira lasFuerzasAnnadas, existiendoademas "un liderazgo
o institucionalidad alternativos legitimados".
Tambiendebe tenerse en cuentaque las movilizaciones sociales, que influyen y son influidas por
la descomposicion dictatorial, tienen bastantequevercon la genesis y evolucion de las transiciones.
Por definicion los regimenes dictatoriales son desmovilizadores y despolitizadores de 1a sociedad.
Existe una relaci6n inversa entre dictaduras y movilizaciones sociales: al inicio de aqueUas estas
ultimas casi desaparecen 0 son marginales, limitadas a "expresiones testimoniales 0 defensivas de
grupos directamente afectados por la represi6n, muchas veces amparados por las iglesias". Las
movilizaciones reivindicativas de grupos y sectores afectados por las medidas del regimen
dictatorial en su fase de mayor dinamismo suelen exrpesarse bajo el ropaje de una cultura de la
resistencia. En la crisis del autoritarismose generalizan las movilizacionescon laperdidadel miedo,
gestAndose paralelamente Hel reconocimiento de un sujeto colectivo amplio y plural", que ni aun
acompafladas de reivindicaciones sectoriales y comparativas pueden por sf solas "profundizar la
6
I
crisis del regimen y avanzar en un proceso de transici6n". Esto ultimo ya constituye una etapa
estrictamente politica, referida a mecanismos y plazos. a la "ingenieria" de la transici6n, para 10
cual "adquiere un papel crucial la rearticulaci6n del liderazgo politico con las movilizaciones
sociales". Cabria agregar que no siempre coinciden el "eje" de la "recomposici6n del sistema de
actores colectivos" con el de la profundizaci6n de la crisis dictatorial y el inicio de la transicion, por
10 que entre ambos proceso pueden generarse "dinamicas contradictorias".
Por 10 comtin son diversos "los siginficados y funciones" de las movilizaciones sociales en las
distintas etapas del regimen dictatorial. Existen aquellas de "tipo expresivo simbOlico" y que a
traves de la rebeldfa con fuerte contenido etico y emocional buscan sobre todo la "defensa de una
identidad". Hay otras movilizaciones de "camcter mas instrumental". por ejemplo las orientadas
hacia la movilizacion organizativa, y las mas clasicas, tipicamente reivindicativas. Por ultimo, las
movilizaciones politicas que buscan la finalizaci6n del regimen militar y su reemplazo por otro
democratico. Casi simpre las movilizaciones combinan varias de las dimensiones que acabamos de
sefialar, y cuando estan en la fase "politica", un problema central es que la combinaci6n evite "los
comunitarismos 0 particularismos, los corporativismos 0 la excesiva politizaci6n que reducen la
extension de la apelacion".
Las movilizaciones sociales cosntituyen "uno de los componentes" de los procesos de
transici6n y no el principal de aquellos: "Las transiciones suponen, como hemos dicho, ademas de
movilizaciones, descomposicion del bloque gobemante, negociacion entre regimen y oposicion y
mediacion de instancias 0 actores por encima del regimen y oposici6n. Con estos procesos las
movilizaciones tienen relaciones complejas y ambivalentes, pudiendo tener efectos mutuamente
reforzantes 0 contradictorios. El significado politico de las movilizaciones depende de su 'efecto
estatal' y este es un elemento especifico que no sereduce a la movilizacion misma. Bajo un regimen
autoritario si una movilizacion no se inserta en una estrategia que calcula el 'efecto estatal', este
queda en manos enteramente del poder dictatorial, el que puede 'bunkerizarse' como efecto de tal
movilizacion... En otras palabras, una situacion de ingobernabilidad provocada por una movili­
zacion social puede llevar tanto a un termino del regimen, si hay articulaci6n entre fuerza social y
fuerza politica, como a su mantencion endurecida si no existe articulacion". Por tanto, para la
estrategia de la oposicion en cualquier proceso de transicion es fundamental el vinculo entre
movilizaci6n popular y negociacion politica.
4) Negociacion y mediaciones
Negociar y concertar entre la dictadura y la oposicion resulta inevitable si no se produjo el
colapso 0 derrocamiento de aquella. Para las fuerzas de oposici6n el exito en las negociaciones
depende de que sepan combinarlas con las movilizaciones.
Pero, ~quienes negocian? y ~sobre que se negocia? En re!aci6n ala primera pregunta, "los
negociadores reales son los titulares del poder, en los casos que analizamos las Fuerzas Annadas
institucionalmente consideradas, de una parte, y las fuerzas significativas de la oposicion, de la
otra". Resulta necesario hablar de negociadores "reales", pues suelen darse casos de "vetos
militares" hacia sectores de oposicion, 0 bien porque algunos de estos, fundados en razones eticas
en ciertos casos, prefieren recurrir a representantes. Contribuye al exito de las negociaciones el que
entre negociadores formales y reales la distancia sea la menor posible, as! como la incorporacion a
la agenda de las demandas e intereses de cualquier fuerza politica 0 social de importancia, este 0 no
representada en dicho proceso.
7
Las negociaciones deben centrarse sobre "los reminos de la transici6n". es decir, sobre su
"marcoinsitimcional" ,10quesignfica dejarestablecidoel ,.calendario y mecanismosparaIafUlura
constitucionalizaci6n del pais, la reinserci6nde las Fuerzas Armadasen un sistemade subordinaci6n
aI poder politico y el grade de inclusividad del sistema politico". Los sectores dominantes, por
ejemplo, presionan por garantias para el modelo econ6mico y politico que les es m as ventajoso. De
su lado, la oposici6n se orienta hacia •'Ia satisfacci6n de multiples demandas y aspiraciones
postergadas 0 contenidas bajo el regimen militar y el compromiso de transformaciones sociales
profundas". EI actor militar insiste en preservar privilegios, confundidos para sus lideres con
intereses isntitucionales corporativos, asf por ejemplo neutralizar la amenazade lajusticiamotivada
en violaciones de los derechoshumanos. Incrementarla agendade lasnegociaciones, sin diferenciar
el grano de lapaja, por asl decir, no tiene otroresultado quedemorarlas y complicarlas, y se convierte
en un bumerang para las fuerzas opositoras, pues en tales situaciones por 10 general intervienen
desde "posiciones subordinadas". En esto ultimo aparece otra de lasjustificaciones para distinguir
entre transici6n y consolidaci6n.
Finalmente, para que los enfrentamientos "regimen-oposici6n" concluyan en la transici6n,
tambien se requiere de" mediaciones institucionales" 0 de actores que esten porencima de los polos
antag6nicos. Por 10 comtin se produce la "mediaci6n cornbinada de actores" (un monarca, la
Iglesia, un poder extranjero, etc.) y "espacios institucionales". Antes de la transici6n y para llegar
a ella las fuerzas opositoras tienen como un objetivo principal' 'el de crear esos espacios de
resoluci6n del conflicto basico entre dictadura y democracia, recurriendo tanto a la mencionada
movilizaci6n politica como a los sectores mediadores disponibles".
La influencia del factor externo en los procesos de transici6n, que siempre debe subordinarse a
las' 'dinamicas 'internas 0 nacionales', merece algunas reflexiones. En paises dependientes como
los latinoamericanos la lucha historica por conquistar espacios de mayor autonomia dio por
resultado una preocupaci6n central respecto de los principios "de no intervenci6n en los asuntos
internos de otros estados y de autodeterminaci6n". Sobre elIos puede decirse, de igual manera que
sobre los principios de la democracia, que no son negociables ni siquiera cuando "su violaci6n
pudiera jugar a favor de otros valores e intereses importantes y legftimos" .
Sin embargo, desde el punto de vista del realismo politico, es necesario profundizar en los
matices del problema "intervencionismo-no intervencionismo". En primer lugar, resulta impres­
cindible establecer''los ambitos legftmos de influencias externas y los lfmites intolerables de elias",
en cada coyuntura concreta,· a partir del amUisis de la relaci6n de fuerzas y de las perspectivas
polfticas y eticas de los actores involucrados. Los pafses dependientes por definici6n estan
sometidos a "influencias y presiones externas"; 10correcto entonces es analizar a las mismas desde
el punto de vista de si ayudaran al fortalecimiento de la capacidad de autodeterminaci6n y de la
autonomia nacionaL
EI criterio para evaluar las inevitables presiones externas en el mundo contemporaneo, entonces,
pasa en primer lugar por la comprobaci6n de si estan 0 n6 ligadas a factores internos (y legftimos)
de poder, y 10 mas recomendable en estos casos es que la presencia interna del actor externo exhiba
una caracteristica multilateral que minimice "el peso intervencionista de estados cuya relaci6n de
podercon el pais en cuesti6n es demasiado asimetrica". La legitimaci6n de tal tipo de intervenci6n
en asuntos internos pasa pues porque la mismaayude a fuerzas y actores internos capaces de asegurar
"Ia determinaci6n aut6noma de lavoluntad nacional". En otras palabras, .,aparece como legftima
una influencia que respete y apoye dim'imicas internas que permitiran 0 fortaleceran regimenes
sustentados en ese respeto de los derecho humanos basicos (que la sociedad internacional acepta
como patrimonio de la humanidad) y en la voluntad nacional expresada de acuerdo a los valores y
J
8
mecanismos que cada pais consensualmente defina, independientemente de su sello ideologico".
Las iniciativas de los aetores internacionales sobre regimenes dietatoriales, sobre todo cuando
los mismos esw.n personalizados alrededor de una caudillo, deben tener en cuenta no solo los
principios sino tambien los resultados, pues en ocasiones suelen generar efectos ambiguos, ya que
hay" acciones simbo1icas de castigo, censura y aislamiento a regimenes dictatoriales, necesarias e
indispensables de tomar por una comunidad internacional en determinados momentos de la
conciencia universal, que sin embargo rigidizan esos mismos regimenes y les permiten su
mantencion amparados a veces en esas mismas aceiones que buscan un objetivo eontrario". Esto
ultimo puede ocurrir euando la presion externa tiende a evitar violaciones de derechos humanos
mediante la denuncia, haciendo retroceder taeitamente a la dictadura en cuestion, que busca
adaptarse al nuevo contexto internacional 0 sencillamente ganar tiempo para regresar a las viejas
practicas repudiadas incluso fuera de las fronteras nacionales. Comopodemos ver, el factor externo
se enfrenta tambien a dilemas, ya que puede llegar incluso a favorecer la transformacion y
adaptacion de un regimen dictatorial, capaz asi de prolongar su permanencia en el poder. De todas
maneras, importa siempre tener presente que, sobre todo cuando se trata de la presion foninea para
la transici6n, que ella no puede ser artificial a "alguna dimimica interna, en algun escenario
potencial 0 en desarrollo, querido por los actores internos".
Asi, la influenciaexterna "puede a veces tener que pagar un precio simb61ico, cual es algun
grade de reconocimiento del regimen que se busca cambiar, ya que su solo desconocimiento 0
rechazo puede no ser la mejor manera de tener ascendencia sobre el 0 eliminarlo. De nuevo hay aqui
un complejo balance entre elementos simb6licos 0 instrumentales, entre denuncia 0 aislamiento y
posibilidades de influir, que no puede resolverse en abstracto sino en terminos de situaciones y
climas historicos especificos. Los aislamientos y denuncias, para no producir efectos contrarios,
deben ser acompafiados de formulas 0 escenarios de cambios posibles, los que deben surglr de las
f6rmulas 0 escenarios que se promueven por las fuerzas democniticas internas".
lli. EL GOLPE DEL 2/3 DE FEBRERO: UNA INTERPRETACION
El derrocamiento del Gral. Alfredo Stroessner, por medio del cruento golpe del 2 y 3 de febrero
de 1989,que10envio al exilioen Brasil, es un ejemplo tipico de una transici6n iniciadadesde arriba
y provocada por la crisis de descomposici6n interna de una tirania tradicional (convertida en
regimen autoritario) cuando estaba a punto de cumplir treinta y cinco afios. (4) Para decirlo con
Stepan, lacoyunturade febrero de esteailo enParaguay es un casode liberalizaci6n politicaotorgada
por una fracei6n desprendida (en este caso por un importante sector de las Fuerzas Armadas) del
mismo regimen depuesto y deisde el cual aunque no es inevitable resulta posible llegar a la
democracia(5).
No quiere decir 10 anterior que hayan sido inexistentes, para el desencadenamiento del golpe, la
participacion y los esfuerzos desde abajo, ya sea mediante la aceion polftica de las fuerzas
opositoras: las organizaciones politicas a las cuales se sumaron las sociales. De igual manera,
tampoco puede desconocerse que en la etapa inmediatamente anterior al coup d'etat jugaron un rol
nada desdei'iable los "factores 'intemedios' 0 'externos' al regimen y laoposicion",sobre todo bajo
la forma de la crisis de acefalia en ciernes, una verdadera espada de Damocles sobre la tambaleante
cabeza de la dictadura, e incluso de las presiones extranjeras para lograr la apertura del autoritario
regimen stronista, estas ultimas cada vez mas visibles y extendidas, al punto de haberse generado
para el Palacio de Lopez en el ambito internacional un ejemplo tipico de 10 que Wilhelmy denomina
9
I
"obst:kulos sisremicos"(6). Por ultimo, siempre en la perspectiva ajena a la del poder, en el caso
paraguayo que estamos analizando jug6 tambien un rol destacado el esfuerzo de "mediaci6n de
poderesque estan porencima delregimen y laoposici6n",concretamente lasindciativas alrespecto
de la influyente Iglesia Cat6lica paraguaya, cuyos enfrentamientos con el regimen de Stroessner Ie
condujeron a propiciar un Dialogo Nacional, tolerado pero al margen de las instituciones de la
dictadura, y del cual unicamente estuvieron autoexcluidos el Gobierno, el partido oficialista, las
Fuerza'> Armadas, y el grueso de las organizacionesempresariales cuyas criticas a los desaciertos de
la politica econ6mica oficial en los ultimos timpos previos al golpe, por 10 demas, fueron siempre
muy cuidadosas para evitar cualquier "contaminaci6n" opositora(7).
En realidad todos los factores se combinaron para la finalmente exitosa iniciativa golpista del
entonces comandante del Primer Cuerpo de Ejercito, el general de division Andres Rodriguez,
durante decadas el puntal militar numero uno de quien incluso liege a convertirse en su consuegro,
el general Stroessner, cuando nadie se atrevia a disputarle a este ultimo la titularidad del poder
nacional que ostentaba en su triple camcter de presidente de la Republica, comandante en Jefe de
las Fuerzas Armadas ypresidente honorario (verdadero poderdetras del trono) del oficialistaPartido
Colorado(8). Pero, regresando a la coyuntura de inidos del aflo, el factor fundamental que motivo
el golpe fue la crisis global de descomposcion del regimen dictatorial en 10 economcio, social y
politico (incluyendo 10 internacional) que estallo a partir de 1984 y sobre el cualla bibliografia
existente es numerosa(9).
Para que triunfara ellevantamiento Stroessner debi6 ser derrotado militarmente, en el contexto
local e internacional ya mencionado, yes posible sostenerque diha resolucion dela crisises un tipico
ejemplode una' 'forma de administracion de salidaporpartede los titulares del poder". La drastica
cirugia militar aplicada por Rodriguez, al triunfar, logro el descabezamiento de la cupula castrense
leal a Stroessner y no hizo sino confmnar la tesis sostenidapreviamente por algunos analistas sobre
el acelrado desgaste politico del regimen dictatorial, del cual una parte del poder militar (como
previamente hizo un importante segmento del oficialismo, aun cuando en los hechos haya side
purgado porel dictador) quiso desvincularse mediante el recurso a la razon de la fuerza(IO). En este
caso, podria decirse que sectores de las Fuerzas Armadas paraguayas fueron conscientes de la
separacion cada vez mayor que la instituci6n castrense empezaba a tener respecto de la sociedad,
a medida que se profundizaba la crisis de gobernabilidad de la dictadura, con 10 cual se hizo patente
la percepcion de amenaza para el poder militar en la medida en que este continuara vinculado a un
regimen sin futuro politico(ll).
Sin ninguna duda se trato de una maniobra de repliegue ordenado de las Fuerzas Armadas desde
un escenario politico carente ya de atracci6n, maniobra en la cual mucho tuvieron que ver la
oposicion politica y las movili7,aciones sociales, asi como tambien el poder moral de la Iglesia que
respald6 algo mas que pastoralmente un proyecto nacional de transici6n a la democracia(12).
Deberiamos poner en resalto tambien que la crisis interna del autoritarismo stronista se manifesto
a traves de la antes mencionada fractura de su base politica, el Partido Colorado, con 10 cual las
altemativas dictatoriales y/o autoritarias, por 10 menos en el corto plazo quedaron en el Paraguay sin
viabilidad politica(13). Esta por verse aun si es posible hablar tambien de un cambio hist6rico­
cultural en el sentido de la revalorizaci6n del regimen democratico en la sociedad, 10 que en el caso
del Paraguay tendria que tratarse casi de un descubrimiento de el, al menos si nos atenemos al
predominio polftico y cultural del autoritarismo en la atribulada historia republicana del Para­
guay(14).
Acevedo y Rodriguez habian anotado con bastante anticipacion a la [ractura del oficialismo
stronista, que en el modelo autoritario del Paraguay contemporaneo, inaugurado con el golpe de
10
I
Estado del4 de mayo de 1954, queempotr6 a sangreyfuego aStroessneren el Palacio de10sL6pez,
en plena epoca de guerra rna a nivel mundial, su figura erainsustituible parael regimen dictatorial,
razOn porlacual erabastantedificil (no imposible) pensaren quepodrfasobrevivirlo(lS). Dehecho,
a diferencia de algunos autores, para nosotros, mas importante que loecon6mico en el desencade­
namiento de la descomposici6n dictatorial, es el problema de la precaria institucionalizaci6n del
regimen autoritario que a partir de 1984 empieza a manifestarse desde dentro del mismo como una
tipica y tempestuosa pugna sucesoria, acelerandose asf el tiempo politico hasta llegar a 1987(16).
En realidad, la crisis econ6mica es 10 primero que se observa en el horizonte de la declinaci6n del
stronismo, y coincide practicamente con el indicio de los atIos ochenta; pero a ello se suman mas
decisivamente las turbulencias politicas internas del autoritarismo que estallan desde mediados de
la decada (con la fuerza de una tormenta tropical que no amaina nunca), el contradictorio resurgir
de las fuerzas politicas opositoras ylapaulatinaincorporaci6n alaescenanacionaldelos emergentes
movimientos sociales, ademas del descontento de la Iglesia Cat6lica, de los empresarios y de
gremios profesionales, configurandose el proceso por el cual el nucleo gobernante empieza su
camino al aislamiento respecto a la sociedad, tanto de la nacional como de la internacional
simultAneamente. Hasta llegar al momenta en el cualla senilidad manifiesta de Stroessner y el
anacronismo de su regimen para un Paraguay modernizado en aspectos basicos, se transmutan a
causa de la alquimia politica, social y econ6mica ya referida en el Estado autoritario de finales de
la segunda mitad de los ochenta que unicamente exhibe el momento de la fuerza sin ninglin tipo de
legitimidad pues todo ese proceso coincide con la desvalorizaci6n politico·ideol6gica del stron­
ismo(l7).
EI terna de las movilizaciones socialesen laspostrimerlas de ladictaduraes de sumo interes para
el amllisis. Desde comienzosde 1959, cuando Stroessnerejecuta un impecableautogolpe palaciego
para concluir la purga de los sectores que no controlaba 0 sobre cuya lealtad dudaba en el Partido
Colorado, recursoempleadoanteriormenteal interiorde laFuerzas Armadas,de manerasistematica
lleva a cabo la desmovilizaci6n y despolitizaci6n de la sociedad proceso en el cual una de cuyas
justificaciones fue la tradicional inestabilidad poUtica en el Paraguay, que entre 1947 (el fin de la
guerra civil en la que triunfa el Partido Colorado aliado con un sector minoritario de las Fuerzas
Armadas) y 1954 tienecontemporaneamente,poras1decirlo, su "edadde oro". Evidentemente.las
decadas de los sesenta ysetentaregistranexperiencias tanto de movimientos sociales contestatarios
comodediferentesexpresiones ytiposdeluchapoIrtica,todaslascuales terminan finalmente siendo
neutralizadas y/o reprimidas exitosamente por la maquinaria entonces poderosa de 1a dictadura.
Pero el "boom" de ltaipti y de la agricultura de exportaci6n, en 10 interno, y el contexto contiguo
de regfmenes de seguridad nacional en 10 externo. complementaron (y completaron) la demovili·
zaci6n y despolitizaci6n autoritaria de la sociedad hasta llegar a los contestarios atIos ochenta.
Tambien en el Paraguay son recorridas las diferentesetapas delas movilizacionessociales: desde
las mas testimoniales ymeramente defensivas, hasta las propiamente reivindicativas envueltas en
una autentica cultura de la resistencia, para pasar con la gradual perdida del miedo (que estimulan
el resquebrajamiento interno de la dictadura y su aisIamiento poUtico internacional mientras
avanzan los procesos de transici6n a la democracia en la Cuenca del Plata) a la constituci6n de los
nuevos actores sociales(18). Atal punto queen ciertomomento no pacos cient1ficossociales locales
e ide610gos "movimentistas··. llegan incluso a ilusionarse con 10 que creen es un protagonismo
politico estrategico de' 'Ia sociedad a pesar del Estado"(19). Todo eso ocurre a medida que de las
movilizaciones simb6licas se ha idopasandoa las que buscan definir una identidad. tratandoala vez
de mejorar 10 organizacional y lograr conquistas reivindicativas, como pasos previos antes de las
movili7..acionespropiamenteantidictatoriales, en alianzaexpHcitao tacitacon los partidospoliticos.
Debe quedar claro que 10 anterior no sigui6 el curso de un proceso lineal, ni tampoco repetimos
11
que tales movihzaciones sociales constituyan expenencias ocurridas unicamente en los afios
ochenta, como ya hemos dicho. Peroes en estadecada ultimaen la que seconcentran tales procesos,
inciandose sobre todo la bUsqueda de la autonomizaci6n del actor social respecto del politico.
Incluso en un corto lapso de tiempo en el escenario nacional se suceden mas manifestaciones
polfticas de los actores sociales que de los propiamente partidistas, algo que se explica como
resultado del aparente agotamiento de las organizaciones politicas opositoras luego de decadas de
dictaduras y regfmenes autoritarios(20). Con esto, desde luego, no pretendemos decir que la
oposicion polftica en Paraguay Jlegara a acumular tanta fuena como para disputarle el poder a la
dictadura, pero potenciada con los movimientos sociales la oposici6n democmtica en su conjunto
logra asestar sin embargo significativos golpes politicos al autoritarismo en crisis, en el sentido
profundizar su soledad, obligandolo a bunkerizarse todavfa mas, es decir, a adoptar un comporta­
miento crecientemente violento y desp6tico con un elevado costo politico (local e interoacional)
para sus intereses, los cualesexigfan porel contrarioen talescircunstanciasunjuegopoliticoflexible
y negociador (gatopardesco) para mantener la estructura de dominaci6n.
A tal punto es correcto 10 anterior que antes del 3 de febrero, el frente opositor (organizaciones
polfticas, sociales, sindicales, etc.) en ningun momento puede realizar negociaciones con la '
dictadura bunkerizada. Por el contrario, sobre todo a partir de 1986, Stroessner y su ultimo entoroo
y verdadera emanacion, la militancia, desarrollan una 16gica de conflictividad que tiene como
peligroso horizonte previsible la polarizacion poiftica con vistas a una resolucion por la fuena de
la crisis polftica(21). En otraspalabras, mientras lasociedad paraguayano solamentehadejado atras
la "conciencia traumatica" que se encuentra en los orfgenes del autoritarismo stronista, e incluso
resueltamente se muestra contraria a cualquier estrategia violenta en la lucha contra la dictadura,
desde las alturas del poder laracionalidad que predomina es la misma que en el pais precipito cuatro
decadas atras la guerra civilde 1947(22). Para el Palacio de Lopez, entonces, cada vez mas aislado
de la sociedad en general, empezando por sus bases poHticas, sobre todo desde la ruptura del
oficialismo, y de sus sustentos militares como se suponfa entonces y comprobarfamos con el golpe
(evidenciandose asi que a pesar del stronismo el Ejercito Paraguayo con una larga historia previa
nunca Ueg6a convertirseen una' 'Guardia Nacional" somocista), sencillamente no habia necesidad
de negociar puesto que se negaba a reconocer la existencia de interlocutores en la oposicion real, la
extraparlamentaria. Para la esclrerosada l6gica del discurso dictatorial no era posible "entrar en
componendas con la subversion comunista que pretende ensangrentar al Paraguay", y en
consecuencia, laestrategia correcta consislia en aplastar cualquier intento ••desestabilizador" de la
.,democracia sin comunismo" de Stroessner(23). El autoritarismo stronista, asi, crey6 que con el
simple expediente de cerrar los ojos a la realidad ella desaparecfa, y en consecuencia rechaz6
sistematicamente cualquier posibilidad de mediaci6n con actores como la Iglesia 0 poderes
extranjeros, que implicita 0 explfcitamente se ofrecieron para tal rol con el consentimiento de la
fuerzas democraticas opositoras(24).
Debemosdestacar aqui,por 10demas, queel factor externo(inicialmente sobre tod~ la Argentina
de Raul Alfonsin, enseguida la segunda administracion Reagan, y luego la RFA y la Europa
comunitariaen general) dej6 de lado el tradicional "nointervencionismo" perverso, queen realidad
durante decadas habfa sido una supuesta no ingerencia en los asuntos internos del Paraguay, al
promover activamente a partir de 1984, y concretarlo, el aislamiento polftico intemacional del
Palaciode Lopez(25). En esto ultimo en realidad fueron estimulados los actores intemacionalescon
la serie interminable de graves errores polfticos ydiplomaticos de la dictadura en crisis, que no hizo
sino trasladar al exterior su intransigencia intema en un mundo en el cual la mayona de los
indicadores preanunciaba el fin de la guerra fria que pese a todo seguia siendo el clima ideol6gico
predominante en el Paraguay oficia!. En las postrimenas del stronismo, considerando seguramente
los costos de su politica en Panama, el Departamento de Estado, que por 10 demas no habia logrado
12
I
"multilatelizar" tanto como deseaba la oposicion internacional a Asuncion, y en cambio sf
estimular sus veleidades nacionalistas mas agresivas que se estaban transfonnando aceleradamente
en un "antinorteamericano" oficial, intent6una tregua (presumiblemente tactica) de distension con
el regimen stronista yen el ensayo de esa linea diplomatica encontr6 a la Embajada norteamericana
local el 3 de febrero(26). Por ultimo, siempre en relaci6n a la influencia del factor externo en
procesos de transicion, cabe agregar que en el caso paraguayo, el "intervencionismo" de nuevo
cuno, paradojicamente no intervencionista, estuvo en terminos generales orientado a que el pueblo
paraguayo recuperara internamente su capacidad de autodetenninaci6n politica, y ademas, en 10
fundamental respeto a las fuerzas internas y sus dinamicas, aun cuando cada factor internacional de
poder buscaba de alguna manera el fortalecimiento de 10 que podriamos denominar su correspon­
diente interlocutor privilegiado(27).
IV. NEGOCIACIONES IMPLICITAS: LA PRIMERA FASE DEL POSTSTRONISMO
La transici6n paraguaya tiene una peculiaridad: las negociaciones correspondientes no pudieron
rcalizarse con Stroessner en el poder sino recien despucs de su derrocamiento. A tal punto que
incluso, como sostiene Euclides ACevedo, titular del opositor y social dem6crata Partido Revolucionacio
Febrerista (PRF), meses despues del golpe todavia es inexistente un acuerdo politico explfcito entre
el nuevo regimen y la oposici6n bien delineado (que incluya itinerario, ca1endario, etc.), y suscrito
y refrendado como compromiso para la transici6n por todas las organizaciones poHticas del pais,
legitimas y gravitantes(28). Sin embargo, tampoco puede negarse que el tiempo politico y su ritrno,
si bien estan lejos de haber side formalizados por las dirigencias poifticas, contemplando desde
luego los intereses y propuestas de sectores sociales as! como los de instituciones que tambicn
lucharon por la democracia, siguen en 10fundamental el consensopoHtico existentea nivel nacional,
enmarcados politica y cronol6gicamente en una racionalidad que se decidi6 entre el Palacio de
L6pez, cuando Rodriguez acababa de jurar como presidente de facto, y la Junta de Gobierno
provisoria del Partido Colorado, antes de que su sectores disidentes (0 contestatarios) pudieran
incorporarse a ella; la clave de aquella se encuentra en la convocatoria a elecciones generales en el
plazo de 90 dras, con 10 cual quedaron establecidas tres etapas Msicas: (i) Primera etapa: hasta las
elecciones del 10. de mayo, destinadas a la constitucionalizacion y legitimaci6n politica del
regimen; (ii) Segunda etapa: desde la anterior basta las elecciones municipales de 1990, en las
cuales el proceso pre y postelectoral tendnl que ser ala vez en libertad y limpio, y no como en la
coyuntura electoral anterior definida por la oposici6n como de' 'elecciones libres pero no limpias";
y (iii) Tercera etapa: las elecciones generales de 1993 que deberan caracterizarse poruna autentica
competitividad democnitica en lOdos los 6rdenes.
Ahora bien, l,quienes estan negociando en la transici6n paraguaya? EI poder en la actualidad se
articula como una alianza inestable entre Gobierno/Fuerzas Armadas/Partido Colorado, el triangulo
no equilatero de poder organizado por Stroessner, y en el cual ejerci6 durante mas de tres decadas
el rol de vertices superior. Decimos inestable, porque si el objetivo del proceso actual es
verdaderamente la democracia, resulta inevitable que para alcanzarla antes se acabe con la simbiosis
de naturaleza totalitaria entre Estado y Gobierno, y entre oficialismo y Fuerzas Armada, las cuales
por este procedimiento antidemocratico bajo la dictadura derrocada dejaron de ser nacionales para
convertirse en "coloradas y stronistas". No se trata aqul de generar una discusi6n bizantinica sobre
"si el poder (autoritario) se suicida 0 n6", pues segun describimos en las seccion anterior, el goIpe
del 3 de febrero que inaugura la liberalizaci6n politica en Paraguay, antesala de la transici6n, no se
explica sino en el marco de una crisis terminal del stronismo, y al menos de momento, todavia no
existen las condiciones poHticas (locales e internacionales) que permitan pensar con alguna
posibilidad de exita en una involuci6n autoritaria(29).
13
Regresando at poder que se negocia, es necesario precisar ademas que cada arista del mismo
tiene tiempos, correladones de fuerza y presumiblemente proyectos diferentes. EI nucleo guber­
namental. hasta ahora coincide con la mayor cuota de poder y esta personalizado en la figura del
presidente general Rodriguez, quien aparece siempre mas decidido e interesado que muchos de sus
seguidores (en t6rminos de voluntad y aceion polfticas) en completar la transicion. Al interior de
las Fuerzas Annadas, si bien nadie disputa todavia al mando (en sentido weberiano) al Comandante
en jefe, Rodriguez, es evideme que de la noche a la manana no puede neutralizarse la herencia
semitotalitariaque dejo a su interior el stronismo; 0 dicho de otra forma: ltodos los militares quieren
la democracia como parece quererla Rodriguez? Y la misma pregunta es valida para el Partido
Colorado, reunificado formalmente en la actualidad sobre la base de sus sectores democniticos y
populistas (ex disidentes), y el MIC (Movimiento de Integraci6n Colorada) y el Tradicionalismo,
este ultimo nada menos que Ia base de sustentaci6n politicadel stronismo durante decadas, raWn por
la cual son inevitables las dudas sobre la autentica vocaci6n democratica que aparentan tener(30).
Excepto el Partido Comunista Paraguayo (pCP), en cualquiera de Sil facciones, ninguna otra
fuerza polftica opositora ha sido vetada por el parler para negociar la transici6n desde dentro del
proceso actual. Aparte de la legalizacion de la principal fuerza opositora, el Partido Liberal
Autentico (PLRA) y de la democracia cristiana, ambos (sobre todo el primero) en la categoria de
"partidos tradicionales" en Paraguay, fueron reconocidas como organizaciones polfticas otras
fuerzas, como el Partido Humanista (PH), el Partido de los Trabajadores (PT), e incluso un partido
de filiacion nazi-fascista, mientras que el Movimiento Democnitico Popular (MDP), otra de las
expresiones de la naciente nueva izquierda paraguaya opt6 libremente por no solicitar su legali­
zacion, aduciendo razones de linea politica, 10 que sin embargo no Ie significa merma alguna para
sus actividades, excepto desde luego la imposibilidad de participar con candidatos propios en los
procesos electorales en ciernes(31).
El contenido de las negociaciones, tal vez de una manera desordenada, y sin que exista un plan
organico para las mismas, que de hecho se basan mucho en la etapa actual en la manifiesta
predisposici6n y buenavoluntad delPoderEjecutivo, apuntaexplfcitamente a despejar de impurezas
autoritarias el marco juridico-polftico 0 institucional en el que habra de llevarse a cabo la transici6n
hasta que finalice, para iniciar luego la etapa posterior de la consolidaci6n democratica. Es que, al
haberse optado para constitucionalizar al regimen de facto por la estrategia que favorecfa al
oficialismo (convocatoria para elecciones en noventa dias, realizadas ello. de mayo) se mantuvo
de hecho el cronograma de la constitucion stronista de 1967, la cual tiene como hitos complemen­
tarios y tambien centrales las elecciones municipalesde 1990y los subsiguientes comicios generales
de 1993, segtin ha sido indicado ya. De igual manera sostuvimos que el grade de inclusividad del
sistema politico es amplio (con la unica excepci6n de las organizaciones manifiestamente marxis­
tas), como para suponer que las llaves maestras del proceso de transici6n, sus aspectos juridico­
politicos, constitucionales y electorales, en su diseflo y filosoffa incorporanin el consenso nacional
existente en cuestiones tan fundamentales (sobre las cuales volvemos con mayor detenimiento mas
adelante) como estas: (i) la aprobaci6n de nuevas leyes electorales y de partidos politiCOS, y la
constituci6n de un Poder Electoral en el pais; (ii) la reforma de la Constitucion Nacional de 1967;
(iii) la derogaci6n de las leyes liberticidas; (iv) la consolidaci6n de la reestructuracion del Poder
Judicial como parler independiente; (v) la reforma del Estado: basicamente la separaci6n entre
partido oficialista y administraci6n publica, la diferenciaci6n entre Estado y Gobierno, y la
correspondiente neutralidad electoral de este Ultimo; y (vi) la modernizaci6n profesional de las
Fuerzas Armadas empezando por su despartizacion, es decir, que la instituci6n castrense deje de ser
"colorada" para convertirse en nacional(32).
Se trata sin asomo de duda de gran parte de las reivindicaciones politicas de las fuea..as
opositoras, incluyendo a los sectores democriiticos (y ex disidentes) del coloradismo hoy incorpo-
J
14
rados al oficialismo. En el ambito de la ••ciudadanfa social' , tal vez 10 mas relavante haya sido desde
el mismo inicio del actual proceso la practica eclosi6n del problema de la tierra debido ala gravedad
de la situacion del campesinado paraguayo, y el reconocimiento a numerosos sindicatos y a una de
las centrales (la socialcristiana CNT) que durante decadas funcion6 ilegalmente aunque tolerada de
alguna manera por las autoridades stronistas. Por 10 demas, en la esfera de los sectores dominantes,
puede decirse que la adopci6n de algunas medidas de liberalizaci6n economica fueron l6gicamente
muy bien recibidas, incluyendo la promesa de la racionalizaci6n del aparato de Estado y de medidas
privatizadoras a ser adoptadas supueStamente sin mayores dilaciones(33).
Junto con la complejidad de la cuesti6n social, el tema mas conflictivo en el mediano y largo
plazo sera el de la institucionalizaci6n de las Fuerzas Armadas, para transfonnarlas en profesionales
y apartidistas y subordinarlas a la Constitucion y las leyes, cualquiera sea ellider politico y partido
que por medio del sufragio universallleguen aencarar a las instituciones de la Republica. En el caso
paraguayo puede decirse que contribuye a facilitar esta "transicion" del modelo militar partidista
al nacional el que entre sus miembros de todas las jerarquias no se encuentren masivamente figuras
relevantes en las violaciones sistematicas a los derechos humanos bajo el stronismo, que complico
de manera directa a la instituci6n policial y sobre todo a la policia politica. Las mayores
probabilidades de fricci6n entre el proceso actual y las Fuerzas Armadas pasan por el enjuiciamiento
de varios altos jefes militares del regimen anterior que esmn acusados ante lajusticia bajo los cargos
de enriquecimiento ilicito, y de algunos pocos oficiales generales que directamente estuvieron
vinculados a la represi6n politica. Por otra parte, es de esperar que tambien generen resistencia
aquellas medidas a ser adoptadas en el futuro para reducir los innumerables privilegios (la
corrupcion 0 el "precio de lapaz" bajo la dictadura) a los que acostumbro Stroessnera los miembros
de la corporacion militar como una forma de cooptarlos via un consenso perverso(34).
Para tener una visi6n mas ordenada de cuanto decimos, vale la pena recurrir a un criterio
elemental de periodizaci6n a partir del derrocamiento de Stroessner y hasta el presente, de manera
tal a presentar los rasgos distintivos que adquieren en las etapas a considerar la diversidad de actores
influyentes en el proceso politico nacional:
1) Etapa del regimen de racto: desde el3 de febrero basta el 10. de mayo:
Poder ejecutivo: -Es el actor principal, dados la precariedad institucional y la tradici6n cultural
y politica predominantemente autoritaria en la historia paraguaya. Desde el inicio Rodriguez
imprime a su funci6n presidencial una orientaci6n mas nacional que partidista 0 corporativista
militar. Ejerce un liderazgo carismatico que cultiva una radical diferencia con el estilo de
Stroessner; manifiesta su preocupaci6n por 10 social con rasgos patemalistas-populistas, al visitar
el Neurosiquiatrico y el Hospital de Clinicas (este ultimo fue un bastion de los movimientos sociales
en la lucha antidictatorial) que sintetizan el drama de las clases subalternas en la esfera de salud
publica. En el area castrense tambien ejerce al mando sin ambigiiedades pero siempre patemalis­
tamente, como se evidencia en la visita a heridos y en los homenajes a los caidos durante el golpe.
Se esfuerza por acercar al Estado, al Gobiemo y a las Fuerzas Armadas a la Sociedad;
Sistema de partidos, ampIio pero restringido en 10 ideol6gico: El golpe ponefin a los partidos
administrativos_creados por la dictadura, del tipo de los "opositores" partidos Liberal y Libe~al
Radical, con representacion palamentaria bajo el stronismo. En su lugar son reconocidas las
verdaderas representaciones politico-partidarias, tradicionales y de reciente constituci6n. Desde el
inicio de la coyuntura el sistema se ve sesgado fuertemente por el bipartidismo: de un lado el PLRA
15
(Partido Liberal Radical Autentico, que en las elecciones demostrara. que es laprincipal fuerza del
liberalismo y de la oposicion) y por el otro el Partido Colorado gubemamental, reunificado
trabajosamente sobre la base de numerosas fracciones antagonicas basta antes del golpe (fradicio­
nalismo, Movimiento Etico y Doctrinario, Movimiento Popular Colorado, Movimiento Popular
Colorado Nacional, Movimiento de Integracion Colorado y Asociacion Nacional RepubUcana del
Exilio y la Resistencia) y con la sola exclusion de la Militancia. Se confonna un sistema pluralista
de partidos pero restringido ideologicamente a causa de la exclusion del juego legal de las
organizacionesdeclaradamente marxistas, aun cuando lideresy militantes de las diversas tendencias
del Partido Comunista local regresan del exilio 0 emergen a superficie incluso con acceso a los
medios decomunicacion. EI bipartidismo,por10demas, provoca larupruradelacoalicion opositora
Acuerdo Nacional (AN); primero 10 abandona el MOPOCO para incorporarse al oficialismo yluego
las demas fuerzas integrantes de la multipartidaria deciden concurrir con candidatos propios a las
elecciones, con un balance neto (entre las fuerzas opositoras) favorable al PLRA; (35)
Sistema electoral: Entendiendo por tal, ademas de la legislaci6n electoral y del engranaje
politico-burocratico de la Junta Electoral Central (JEC), el organismo administrativo que regla­
menta y organiza las elecciones en todas sus etapas hasta el computo de los sufragios, tambien ala
legislaci6n sobre partidos politicos pues repercute en los procesos electorales. En las elecciones del
10. de mayo son empleados los padrones defectuosos de la etapa dictatorial; se mantiene el control
absolute de la JEC por el Partido Colorado; yes utilizada la ley 886/81 del Estatuto Electoral
favorable al gobierno de facto. Por 10 demas, reiteramos, el plaza de tres meses para las elecciones
(justificado oficialmente en la necesidad de legalizar 0 constitucionalizar al regimen) perjudica a
los partidos de oposicion que empiezan a salir de decadas de persecuciones dictatoriales;
Libertades publicas y garantias individuates: En materia de libertades de expresion,
organizacion y prensa despues del golpe el Paraguay vive un clima predominantemente demo­
cn1tico; igual cosa es posible afirmar respecto de las garantias individuales salvo excepciones que
no hacen sino confirmar Ia regIa. La amplialibertad de prensaexistenteposibilitael descubrimiento
del verdadero rostro del pais yel derrumbe ideologico de la dictadura;
Superacion del aislamiento internacional: A'nivel de los principales actores internacionales
(estados, OIG. ONG) y de la opinion publica mundial, el Paraguay rompe el aislamiento politico que
tantas dificultades habfa causado a Stroessner, sobre la base de las promesas y medidas adoptadas
para la transicion ala democracia, el respeto a los derechos humanos y, mensaje dirigido sobre todo
a Estados Unidos, el compromiso de combatir el narcotrafico. La respuesta externa no demora, y
luego del inmediato reconocimiento del gobierno de facto por la Casa Rosada sigue el de los mas
influyentes gobiernos del mundo occidental (el Paraguay no mantiene relaciones con el bloque
socialista porque subordina su politica exterior al anacronismo de las "fronteras ideol6gicas''). La
sociedad internacional, en otras palabras, interpreta la coyuntura paraguaya de manera diferente a
la creada por el general Noriega en Panama con la destitucion del Presidente Delvalle;
Fuerzas armadas y de seguridad: La cupula militar stronista en su mayor parte padece una
purga que posibilita la reorganizacion de la instituci6n castrense; las primeras medidas que la
acompatlan son tipicamente corporativas: aumento de sueldos (un promedio de 70%) y emergencia
de los" coroneles rodriguistas" quienes pasan a ocupar interinamente los puestos claves en grandes
unidades, mientras esperan el ascenso al grade inmediato superior que les estuvo vedado bajo la
dictadura. La correlacion de fuerzas se vuelca fntegramente hacia la caballeria, unidad cabeza del
golpe y transformada por ende en la mas influyente de las FF.AA. paraguayas, tanto en poderio de
fuego como territorialmente. Una cierta reorganizacion (fundamentalmente en la policfa politica)
afecta a las Fuerzas de Seguridad, sobre la base de una nueva doctrina que pone enfasis en el respeto
16
I
a los derecho humanos y el trabajo policial preventivo que privilegia el trabajo de inteligencia y
avances tecnol6gicos. A diferencia de 10 ocurrido anteriormente. "las calles han dejado de
pertenecer a la policfa";
Fuerzas sindicales y movimientos sociales: Conocen por primera vez una etapa de libertades
publicas, que en el inicio se manifiesta mas que nada mediante un verdadero "desembalse" de
denuncias en 10 referente a la violaci6n de los derechos humanos durante el stronismo. En el area
sindical y en el de los actores sociales se inicia un proceso de fortalecimiento organizativo (por
ejemplo en el aspecto legal: reconocimientos de sindicatos) y de diferenciaci6n ideol6gica;
Iglesia: Terminan las graves tensiones Iglesia/Estado agudizadas en los ultimos afios del
stronismo. EI Poder Ejecutivo privilegia una politica de acercamiento al episcopado y este reconoce
la legitimidad del nuevo regimen en 10 politico, aun cuando en 10 socio-econ6mico la Iglesia
enseguida pasa a la "oposici6n";
Politica econ6mica y empresariado: La primera medida econ6micaadoptada despues del 3 de
febrero consiste en la liberalizaci6n cambiaria, mientras en el area econ6mica del Gobierno
predomina el discurso marcadamente liberal y privalizador. Las organizaciones empresariales
(FEPRINCO, UIP, ETC.) apoyan la nueva orientaci6n econ6mica que recibe crfticas desde el
Jiderazgo polftico (oficialista y opositor). sectores de la prensa y de intelectuales. Al Partido
Colorado Ie aparece asi un frente tormentoso adicional, pues desde la decada del 30 a su interior
predominan los sectores estatalistas y dirigistas en 10 econ6mico, bajo la conducci6n de Natalicio
Gonzalez, el ide610go del autoritarismo contemporaneo en Paraguay;
Poder judicial con renejos condicionados: En el ambito del Estado es el poder judicial (y por
eso 10 escribimos en minusculas) el area mas reacia a los nuevos tiempos, incluso por detnls de la
conducci6n de las Fuerzas Armadas. Algo visible en la Dotoria lentitud del ministerio publico y de
la judicatura para agilizar procesos incoados a ex jerarcas del regimen (principalmente si son
militares) a rafz de denuncias sobre violaciones a los derechos humanos y por enriquecimiento
ilicito. Los reflejos condicionados de una tal administraci6n de justicia, herencia del regimen
anterior, impide asf que miembros de una ONG (caso SEAS) vinculada a sectores populares,
exiliados por la dictadura stronista poco antes del golpe, puedan regresaral pais viajudicial; de igua1
manera el veto castrense ala representaci6n de un drama revisionista ("San Femado"), que pone
en tela de juicio la figura del Mariscal LOpez, tampoco encuentra reparacion en la justicia;
Estado: en el discurso oficial se trata de iniciar un proceso que 10 modemice y democratice,
proyecto compartido te6ricamente por la oposici6n polftica, el empresariado, la Iglesia, sectores
sindicales y sociales, etc. Es casi nada, sin embargo, al avance en tal sentido, trabandose asi desde
el Estado la concreci6n de una autentica reforma agraria que debe ir mucho mas aHa del simple
reparto de tierras.
2) Etapa constitucional: desde las elecciones generales basta los primeros dias de agosto.
Poder Ejecutivo: A las caracterfsticas ya mencionadas incorpora una inesperada capacidad
polftica que legitima todavia mas su liderazgo ahora constitucionalizado. La diplomacia
presidencial desplegada desde el inicio es correcta y la desarrolla entre mandatarios democraticos
del area. Una evidencia de la capacidad politiea del Ejecutivo es el nombramiento del ex disidente
colorado Miguel Angel Gonzalez Casabianca, parael eargo de embajador adscripto ala presidencia,
con 10 cual, en 10 interno, contrapesa la influencia de los sectores colorados autoritarios dentro del
regimen, yen 10 internacionallaslimitaciones profesionales ypolftico-ideol6gicas del cancillerLUIS
17
Maria Argana; tambien la designaci6n de Jer6nimo Irala Burgos(destacado dirigente delaoposici6n
democratica y jurista de renombre) como miembro de la Corte Suprema de Justicia es una sefial por
sf sola de cambio (gradual) en el Poder Judicial. Y con una decisi6n del Poder Ejecutivo,
respaldando la sentencia judicial que permite el regreso de los exiliados del SEAS al pais, despues
de decadas de dictadura stronista por primera vez ocurre una "intervenci6n" positiva del jefe de
Estado para el fortalecimiento de la justicia, evidenciandose asi de paso una inusual permeabilidad
de Rodriguez hacia el consenso societal. En su rol de Comandante en Jefe de las FF.AA., el
presidente de la Republica mantiene el mando indiscutido del poder militar, y aparentemente para
orientarlo lentamente hacia la profesionalizaci6n y despartidizaci6n de sus cuadros en actividad;
Sistema de partidos y Parlamento: Otro importante resultado de las elecciones es la
constitucion de un Congreso bicameral pluripartidista, representativo y legitim~ (a pesar de las
imperfecciones electorales), que en los intercambios entre parlamentarios exhibe un nuevo estilo
democratico, y en el cual de hecho existe una "aritmetica democratica" (sumados los parlamen­
tarios opositores mas los colorados de orientaci6n democnitica son mayoria frente a las super­
vivencias autoritarias del oficialismo) facilitanto que sea votada la ratificaci6n del Pacto de San Jose
de Costa Rica y la derogacion de las leyes liberticidas 209 y 294, asf como otras medidas simb6licas
pero igualmente importantes. Sin embargo, aparecen dudas sobre la capacidad de los partidos
politicos para modernizarse y democratizarse, como 10 demuestran las desgastantes luchas intemas
en cada uno de ellos. Algo si.se quiere hasta comprensible. teniendo en cuenta que despues de la
dictaduraresulta imposible atajar los debates ideol6gicos intrapartidarios y la lucha por elliderazgo;
este "intemismo", de no procesarse democraticamente, puede convertirse en un problema para
comnpletar la transicion. y para la posterior etapa de consolidaci6n democratica, entre otras razones
porque los reflejos de la "politica de barricada" antidictatorial pueden conducir al descuido de la
labor legislativa. Ideol6gicamente se avanza el pluralismo, pues el consenso parlamentario
reconoce la necesidad de legalizar a las organizaciones politicas marxistas en el pais, y en el exterior
la urgencia de una politica intemacional que supera el maniqueismo sobrevivientedela superada (en
el mundo) etapa de guerra fria;
Sistema electoral: Se avanza con la votacion (por la camara baja) de la caducidad de los
registros electorales, con 10 cuallas elecciones minicipales (1990) en ese aspecto presumiblemente
tendran manos vicios. Al interior de los partidos, y en el Parlamento y en la sociedad civil empieza
a debatirse la nueva legislaci6n electoral y de partidos, y la creaci6n de un Poder electoral. Mientras
ocurren tales avances, en 10 interno partidario el persistente recurso al caudillismo, clientelismo,
prebendarismo y otros vicios de la politica local no presentan senales claras de estar en retirada;
Libertades piiblicas y garantias individuales: Salvo las excepciones mas abajo senaladas a
nivel de las libertades de expresi6n, organizaci6n y prensa predomina el clima democnitico; a tal
punto que la aparici6n y desarrollo de la opini6n publica encuentra un estimulo excepcional en la
inusual etapa de libertades democraticas que vive el pais;
Relaciones internacionales y politica exterior: Prosigue el acercamiento entre el nuevo
Gobierno (ahora ya constitucionalizado) y el sistema intemacional, pero mas como resultado de la
favorable acogida por este ultimo del Paraguay en transici6n que de la accion de la Cancilleria
atrapada entre la burocracia inepta hereda del stronismo, la ausencia de una orientacion clara en
politica exterior y ellastre de un ministro de Relaciones Exteriores sin afinidad ni conocimientos con
la especialidad y mas interesado en las luchas intemas del Partido Colorado. La diplomacia
presidencial sobrepasa la del servicio exterior aunque para el Ejecutivo (y 16gicamente para su
Ministerio del Exterior) todavia no ha lIegado el momento de una apertura amplia del Paraguay al
J
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!
G.
mundo que incluya a lo:;, estados socialistas;
Fuerzas armadas yde seguridad: Aparecen los esbozos de una nueva politica militar orientada
hacia la profesionallzaclon institucionalista. Por un lado. Rodriguez insiste que en 1993 entregani
el mando presldencial a qUien resulte electo (algo que aparece apuntar al debilitamiento politico
gradual de la simbiosis aUloritaria Partido Colorado/Fuerzas Annadas). De otra parte, altos jefes
militare~ en actividad protagonizan hechos inusuales y significativos: por ejemplo. el general Rejis
Anfbal Romero, jefe de la Ca<;a Militar de la Presidencia de la Republica viaja a Montevideo.
acompanado de dirigentes oficialistas y opositores, para participar en un seminario intemacional
sobre Fuerzas Annadas y democracia. Tambien realizan importantes declaraciones politicas: al
regresar del Uruguay, cI general Romero manifiesta que la instituci6n militar respalda el proyecto
de Rodriguez de retirarse en el 93 luego de.elecciones democraticas y cualquiera sea el resultado
(trinufo oficialista Uopositor); el jefe del Estado Mayor de las FF.AA., general Eumelio Bernal.
expresa que ya no se eXlgini la afiliaci6n al Partido Colorado para ingresar al Colegio Militar:
mlentras el jefe de la recientemente constituida Fuerza Aerea (anteriormente era "aviaci6n
fmhtar' ') msiste en un dlscurso profesionalizante. Pero, l.hasta que punto la nueva doctrina militar
en formaci6n es representativa de los mandos y cuadros castrenses, cuya cupulade generalesrecibi6
e1 acuerdo del recien instalado Congresa para ascender en el escalaf6n militar? Por ellado de las
Fuerzas Policiales y de Seguridad, la etapa de libertades democraticas permite que salgaa superficie
el descontento de la instituci6n, incubado largamente durante el stronismo como resultado de
postergaciones salariales, de reivindicaciones profesionales insatisfechas (la jefatura de la poliefa
cn manos militaresen lugardecorrespondereJcargoajefepolicial de carrera), y hastadeconciencia
politica (rechazo a seguir realizando las tareas sucias de la represi6n politica). Asi, una huelga
policial (aparentemente la primera en la historia del pais) culimina con la conquista de algunas
reivindicaciones, pero tambien genera represalias (que no incluyen el recurso a la represi6n
sangrientaj para varios de los Hderes de la protesta;
Fuena sindicales y movimientos sociales: Cautelosamente emergen al espacio publico las
organizaciones sindicales del campo y la ciudad, particularmente aqueUas aglutinadas por el MIT
(Movimiento lntersindical de trabajadores) que avanza en el proyecto de constituir una Central
Unitaria de Trabajadores (CUT). Por ellado del Estado se observa aun el intervencionismo en el
area sindical, a traves de la CPT (Confederaci6n Paraguaya de Trabajadores) controlada por el
Partido Colorado bajo el stronismo. Los movimientos sociales (barriales, mujeres, laicos, derechos
humanos. estudiantiles. profesionales, etc.) aprovechan la "primavera politica" para fortalecer
internamente, mientras de manera paralela participan en el debate sabre diversos aspectos de la
reaIidad nacional, ya sea a traves de opiniones 0 de movilizaciones publicas. Las fuerzas sindicales
y <;ociaJes, en terminos generales, evaluan las tareas de la transici6n confundiendolas con la de la
democratizacicn;
Iglesia: EI relacionamiento Iglesia/Estado discurre dentro del clima de dialogo recien recu­
perado mutuamente, aunque tambien en el caso del discurso de la jerarquia y de voceros de
organizaciones eclesi<isticas, sin dejar de reconocerse la importancia de la transici6n politica,
predominan las preocupaciones por las deficiencias que encuentran en 10 que a' 'ciudadaniasocial"
se rcfiere; as! como en materia de derechos humanos (las violaciones de eUos bajo el stronismo) La
poSicion de la Iglesia es que para sus responsables "no puede haber perd6n sin justicia previa";
Politica econ(imica y empresariado: Luego de la liberalizaci6n cambiaria (sin que Ie acompa­
nen Olras mediclas) empieza el debate nacional sabre la privatizaci6n de las empresas estatales y el
redimensionamiento del Estado. La polemica, que gira alrededor de 1a Industria Nacional del
Cemento fINC), una de las empresas publicas dificitarias, de inmediato se politiza como es 16gico
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y finalmente el Gobierno congela por noventa dias la decisi6n de transferirla al sector privado. El
diario ABC color es el principal vocero de una poli'tica general deprivatizaciones, que tiene enfrente
al sector estatalista, un conglomerado en el que coinciden importantes sectores de los partidos y
organizaciones politicas, con y sin representaci6n parlamentaria (con tendencias que van desde la
derecha, pasando por el centro y hasta la izquierda), grupos intelectuales, organizaciones sindicales
y sectores empresariales vinculados a los contratos publicos. Con todo, la reacci6n determinante
para evitar el inkio de la privatizaci6n es la del Partido Colorado, donde tanto el tradkionalismo
autoritario como sectores de ex disidentes no estin dispuestos a abandonar el sector publico de la
economia, base de la polftka clientelistico-prebendaria practicada ininterrumpidamente por el
coloradismo a apanir de su regreso al poder a fines de los afos cuarenta. Significativamente, el
empresariado nacional parece incapaz de articular una campafia coherente y legitimadora de la
liberalizacion economica (buscando por ejemplo construir el consenso nacional al respecto)
propugnado por sectores del Gobierno;
Poder Judicial: La reclamada reestructuracion del Poder Judicial, en la pnktica se redujo al
nombramiento de Jeronimo lrala Burgos como miemhro de la Corte Suprema, y a la desginaci6n de
algunos abogados j6venes como magistrados de primera instancia. Paralelamente, la sociedadcivil
a diario constata preocupada la lentitud de la justicia para el procesamiento de ex funcionarios de
la dictadura depuesta acusados de haber intervenido en ilicitos economicos y/o de tener responsa­
bilidad en la polftica represiva ilegal del anterior regimen. Mas significativamente, el Ministerio
Publico no actua de oficio en ninguna de las denuncias ptiblicas que en ambos aspectos involucran
aaltosjefes miiitares del stronismo; asimismo, lasresolucionesdeunjuezordenandola investigacion
de un predio de las fuerzas de seguridad para buscar tumbas clandestinas de presos politicos
desaparecidos, al ser desacatadas por el comandante de la unidad incrementan la desconfianza de
la sociedad hacia la administraci6n dejusticia. Tampoco las autoridades policiales acatan a la Corte
que hace lugar a un recurso de habeas corpus presentado a favor del subcomisario Felipe Cafiete,
injustamente privado de su libertad a raiz de criticas publicas a rasgos antidemocniticos que
persisten en la conduccion de la institucion; al final el subcomisario sale en libertad pero dado de
baja de las fuerzas de seguridad. La justicia igualmente poco 0 nada logra para el cumplimiento de
las leyes penales del pais luego del ilegal y repudiado ataque de una brigada de perros, en un confuso
episodio policial-militar para interferir una manifestaci6n de campesinos sin tierra, en protesta
publica por Asunci6n para atraer la atenci6n de los poderes del Etado y de la sociedad hacia el drama
que soportan desde decadas atras. El autor del drama' 'San Fernando", otro episodio que pone en
tela de juicio a la justicia, no logra que prospere un recurso de amparo contra la autoritaria decision
administrativa del intendente de Asuncion prohibiendo la representaci6n de la obra en el area de su
jurisdiccion municipal. Y cuando mas adelante un juez de primera instancia resuelve que los
exiliados (por el regimen anterior) del SEAS regresen al pais parael cumplimiento su decision debe
ser respaldadas nada menos que por Poder Ejecutivo. A nivel de la administraci6n de justicia, la
conciencia juridica nacional constata a diario que todavia debe soportar la herencia de la dictadura;
Estado: EI discurso modernizador no va mas alIa de los papeles y declaraciones, por ejemplo
en 10 que se refiere a separaci6n entre Gobierno y Estado. Asf la administraci6n publica permanece
como COlO exclusivo de caza del Partido Colorado. Por 10 tanto la racionalizaci6n del Estado ­
empleador ntimero uno en el pais- y su redimensionamiento, via la polftica de privatizaciones, en
los hechos muere antes de nacer. El paternalismo y burocratismo estatal encuentra un ejemplo en
la creacicn del Consejo Nacional de Desarrollo Rural y en el correspondiente debate oficial sobre
1a reforma agraria, para la solucion del mas explosiv~ problema social del pais, el campesinado sin
tierra, pues las autoridades olvidan escucharlos puntos de vista de las organizaciones sindicales del
campo. La reforma administrativa del Estado, cuyo funcionamiento cTitico es tambien resultado de
la deficiente burocracia publica, resultado a su vez de la politica clienteHstica del Partido Colorado,
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apenas sf ocupa atencion de los lideres de dicha organizacion e incluso de los de la oposicion.
V. NEGOCIACIONES EXPLICITAS Y LOS RIESGOS DE LA TRANSICION
Con posterioridad a los comicios del 1 de mayo, es decir, una vez Jegitimado electoralmente
Rodriguez por la oposicion, se abre una coyuntura en la cualla transicion debe completarse con las
elecciones democraticas de 1993 para Presidente de la Republica y miembros del Congreso. La
estacion intermedia entre el presente y aquella fecha en la cual esta prevista que culmine la
transicion, es el desafio de las elecciones municipales de 1990. En otras palabras, seglin indicamos
antes, desde el momento en que la oposicion democratica con mucho realismo acepto el desaflo
electoral de 1989, aun cuando la inmediatez de su convocatoria favorecfa sin ambages el canditado
oficialista, con su decision de participar en 151 acepto como cronograma oficial para la transicion los
plazos "constitucionales" establecidos por la carta magna vigente. promulgada en 1967 bajo una
dictadura stronista que con ello se estabilizaba. transformandose en regimen autoritario. (36)
Ciertamente, las fechas pendientes y mencionadas, 1990 y 1993, Yen esto regresamos tambien
sobre cuestiones que hemos mencionado muy de pasada en una seecion anterior, constituiran la
finalizacion sucesiva de complejas y explicitas negociaciones polfticas cuyo objetivo no puede ser
sino Ia creacion de las mejores condiciones de institucionalidad democnitica, que favorezcan una
real competencia polftica entre las fuerzas contendientes electoralmente. De manera paralela, otro
objetivo estrategiaco de la etapa denominada por nosotros de negociaciones explicitas es el
fortalecimiento politico de una correlacion de fuerzas comprometida efectivamente a acatar el
veredicto de las urnas desde el Estado y la Sociedad.(37) Los prerrequisitos juridico-politicos, por
consiguiente, que en definitiva permitinln evaluar la marcha (avances y retrocesos) de la transicion,
son los siguientes:
(i) Sistema electoral: En primer lugar la reforma de la ley electoral vigente, incluyendo la
creacion de un Poder Electoral independientedel Gobierno y del partido oficialista. De momento
se ha avanzado en el Congreso (donde en la comision correspondiente con mucha lentitud se esta
discutiendo el nuevo cuerpo legal que reglamentara las elecciones, etc.) con la ley por la cual caduca
el actual registro electoral del pais, estableciendose a la vez la confeccion de nuevos padrones y los
requisitos para la inscripcion en ellos. Con vistas a las elecciones municipales del ailo entrante, es
necesario tambien la reforma de la Ley Organica Municipal (222), por la cuallos intendentes son
designados directamente porel PoderEjecutivo (a traves del Ministerio del Interior) siendo electivo
unicamente el cargo de Concejal de los gobiernos locales. Debemos agregar que para Ia reforma
del sistema electoral el Gobierno ya acept6 el asesoramiento de organismos internacionales
especializados en el tema. (38)
(ii) Sistema de partidos: A este nivello urgente es la elaboracion de una ley democratica de los
partidos politicos que posibilite, por ejemplo, no solo el plurapartidismo real sino tambit5n el
pluralismo ideologico, sobre todo ahora que con la derogacion de las leyes represivas (209 y 294)
ha desaparecido la penalizacion de los" delitos" ideologicos (lease la adscripcion al marxismo). En
otras palabras, un sistema democnitico de partidos, sin 10 cual es impensable la consolidaci6n de la
democracia, requiere con urgencia ya en la transici6n incompieta un marco institucional adecuado
y aceptado por todos los actores politicos influyentes en la escenario nacional; (39)
(iii) Reforma de la Constituci6n: Dada la cercanfa de la coyuntura electoral de 1990, parece
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bastante improbable e irrealista la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente con vistas
a la eleccci6n de convencionales para una Constituyente y la ulterior reforma de la Constitucion
marcadamente presidencialista y autoritaria de 1967,0 para la elaboraci6n de una nueva. Pero, a
mas tardar inmediatamentedespues de loscomicios municipalestendraqueserdebatido,sancionado
y promulgado el nuevo texto constitucional, pues de 10 contrario el proceso electoral hacia 1993 no
podra desarrollarse en un ambiente democratico. La Constituci6n que suceda a la de 1967, por 10
demas, tendra que reflejar el consenso poUtico existente en el pais sobre cuestiones basicas como
el Estado, el regimen polftico, las relaciones Estado-Sociedad, etc. (40)
(iv) Modernizaci6n del Estado: Inicialmente. en dos aspectos basicos. En primer lugar. la
separacion entre Estado y Gobierno, de tal manera que cese el control y usufructo totalitario del
aparato deEstado y de laburocraciapublicaporpartedel PartidoColoradooficialista. elque todavia
incluso sigue exigiendo la afiliaci6n para ocupar cargos publicos y descontando compulsivamente
a los empleados del sectorestatal un porcentajede sus ingresos paralacajapartidaria; sino seavanza
sostenidamente en este sentido, en las proximas campafias electorales los candidatos colorados
continuaran beneficillndose con los recursos estatales para actividades proselitistas. La otra esfera
de modernizaci6n del Estado que urge iniciar es la profesionalizaci6n y despartidizacion de las
Fuerzas Armadas: en este ambito estrategico algo se ha avanzado a nivel de debate publico. adn
cuando todavia los partidos con representaci6n parlamentaria no han comenzado a estudiar y a
calendarizar este aspecto de la transici6n que figura entre los principales y mas complejos; (41)
(v) Afirmaci6n de la independencia del Poder Judicial: De no avanzarse en la afrrmacion del
Poder Judicial como uno de los tres poderes del Estado el actual proceso polftico se verla
profundarnente resentido. Tarnbien para este nivel del proceso de transici6n urge el tema de la
reforma de la Constituci6n, pues de acuerdo a la vigente el Poder Ejecutivo es quien nombra a los
magistrados judiciales, int:erfiriendo de esta forma (as1 como por otrosmedios "legales" 0 n6) en
la administraci6n de la justicia; (42)
Ellogro de estas metas, como es de suponer, se encuentra vinculado directamante ala marcha
normal del proceso de transici6n, esto es, a que el mismo no se yea entorpecido por factores de
descomposicion. Entre los principales riesgos que.enfrentara la etapa politica inaugurada con las
elecciones del 1de mayo, y sin presentarlos por orden de importancia, podemos seflalar:
(i) Tradici6n cultural autoritaria: La historia politica del Paraguay esm signada por el
predominiode unaculturayde practicaspoliticaspredominantementeautoritarias. Como cualquier
proceso de transici6n se basa esencialmente en la negociaci6n, y en realidad es una apuesta plena
de incertidumbre, en cualquier momento las dificultades pueden conducir a laadopci6n de posturas
maximalistas e inflexibles en diferentes actores. Los partidos politicos de hecho, estan atravesando
una etapade desgastante "internismo" por el controlde las respectivas conducciones,queenfrentan
a los diferent:es sectores de cada organizaci6n, ya sea por problemas de liderazgo, diferencias
ideol6gicas, estrategias contrapuestas, etc. En realidad, los partidos no estAn funcionando en su vida
interna sobre la base de principios y practicas estrictamente democraticos. Este internismo
exacerbado conduce inevitablemente a descuidar el adecuado tratamiento de los problemas
nacionales en el Parlamento y contribuye el desvalorizar la legitimidad de la politica, los partidos
ysus liderazgos. Igual situacion, poco mas0 menos, se vive al interior de algunas fuerzas sindicales
y sociales. A nivel politico partidario es en el Partido Colorado donde la pugnas intra·partidarias
adquieren mayor transcendencia - par ser la base de apoyo politico del regimen y enfrenta a los
sectores autoritarios y democraticos. Logicamente, cualquier desborde de estas pugnas ayudanl a
fortalecera sectores autoritarios de las FF.AA, queporel momento todavia no han podidoarticularse
o manifestarse publicamente en funci6n de un proyecto antidemocratico por falta de espacio
I
politico. Por ellado de la oposici6n partidariay'de organizaciones sindicales y sociales,otto peligro
adicional puede darse si se generalizan posturas fundamentalistas (de momento minoritarias a nivel
nacional) que evaluan la transici6n excIusivamente desde la perspectiva de la democratizaci6n que
ya corresponde ala etapa de la consolidaci6n democratica. Cabria agregar que en instituciones tan
influyentes como la Iglesiacat61ica, y en importantes sectores de la intelligentsia local noexisteuna
s61ida cultura de la transici6n, por as! decirlo, y por consiguiente tampoco se la diferencia de la
consolidaci6n democratica. Si a todo 10 anterior sumamos un empresariado muy atrasado en
terminos generales como es el paraguayo, donde constituye una franca minorfa la "burguesCa
ilustrada", que sf tienen bien desarrollada otros proses del area, en la cercana etapa de mayores
confrontaciones sociales que son inevitables en el proceso de apertura politica, podemos conduir
que el camino hacia 1993 estani empedrado de dificultades;(43)
(ii) Acefalia del Poder Ejecutivo: En pafses como el Paraguay, de endeble institucionalizaci6n
democratica, el "azar en la historia", bajo la forma por ejemplo de la acefalia del Poder Ejecutivo,
por el motivo que sea, puede convertirse en un impedimento serio para completar la transici6n. En
esta etapa en que la correlaci6n de fuerzas al interior del regimen todavfa parece no haberse volcado
totalmente a favor de sus sectores genuinamente aperturistas y democraticos, Rodriguez se ha
transformado en una pieza insustituible, sobre tod~ por la manifiesta voluntad de "juego limpio"
de que hace gala pennanentemente, ya sea por medio de gestos simoolicos, hechos 0 declaraciones
ycompromisospublicamenteasumidos. Su autoridadaun no es cuestionadaal interiorde lasFF.AA,
y su prestigio politicoa nivel nacional, originado en la conducci6n victoriosa del golpe de estado,
en terminos generales los utiliza para fortalecer a los sectores comprometidos con 1a transici6n en
el regimen, los partidos politicos democraticos y la sociedad civil en su conjunto. De abC tambien
la urgencia de concretar las tareas de la negociaci6n explfcita para Ilegar democraticamente a las
elecciones de 1993; (44)
(iii) EI factor externo: Dejando de lado el maniqueCmo de las concepciones "imperialistas"
o el de aquellas tesis sobre el •'sub-imperialismo brasileno". por ejemplo, no podemos negar que
el contexto contiguo de transici6n a la democracia se convirti6 en un obstaculo formidable para 1a
dictadura de Stroessner en su ultima fase. De igual manera, los riesgos de la incertidumbre y del
desencanto que segun Weffort caracterizan en la actualidad a las transiciones de Argentina, Brasil
y Uruguay, de converitirse respectivamente en crisis de ingobernabilidad, pueden estimular la
reaparici6n de las "soluciones autoritarias", las cuales de momento sin embargo no encuentran en
el sistema internacional un horizonte favorable. (45) llist6ricamente. de hecho, el Paraguay ha
l1egado siempre retrasado a las coyunturas contemporaneas de democratizaci6n en America Latina:
despiles de la Segunda Guerra Mundial, cuanddo las tendencias democraticas ganaron terreno en
latinoamerica, en 1947 esta1l61a guerra civil de 1947 en Paraguay que termin6 favorablemente para
el Proyecto autoritario paraguayo (ya fortalecido por 1a equivocada polftica de la administraci6n
Roosevelt hacia Asunci6n), en m~mentos en los cuales a nivel mundial estallaba la guerra fria; en
la segunda mitad de los cincuenta y comienzos de los sesenta, America Latina asiste al fin del cicIo
de los dictadores militares personalistas (como Batista, Perez Jimenez, Trujillo), generaci6n de
"hombres fuertes" que es la de Stroessner, quien sin embargo sortea con exito esa etapa de
convulsiones y hasta Uega a aprovecharse de las repercusiones (financieras y crediticias) de la
Alianza para el Progreso; tampoco pudo beneficiarse el Paraguay democnitico con el cicIo de la
detente (1968-70) a nivel mundial. pues por entonces las principales mediaciones internacionales
del pais (Argentina-Brasil), ya estaban embarcadas en la etapa de los regimenes burocratico­
autoritarios que durante la decada del sesenta contribuirfa a fortalecer en el ambito extemo al
tradicional autoritarismo stronista. (46)
Con 10 anterior no estamos agotando el terna de los posibles escenarios negativos parael proceso
23
de transicion en Paraguay. Pero creimos conveniente mencionar algunos de elios desde ciertos
aspectos, apenas como una aproximacion muy superficial a un tema que debe ser objeto de
preocupacion no sOlo de los cientistas sociales, sino sobre todo de las dirigencias politicas
desgastadas actualmente en pugnas intestinas por el poder, subordinando imprudentemente el
objetivo estrategico, completar la transicion para luego iniciarel igualmente complicado proceso de
consolidaci6n del sistema democratico de gobiemo.
VI. CONCLUSIONES
El camino a 1993 en el Paraguay, superadas ya con el golpe de febrero la etapa de "descompo­
sicion intema del regimen' •stronista, y de la moviliZaciones politicas y sociales que contribuyeron
a aislarlo de la sociedad, luego de mayo de 1989 se transforma propiamente en una fase de
"negociaciones y enfrentamientos institucionales entre el regimen y la oposici6n". El actual es un
regimen diferente al anterior, aunque surgido de sus mismas entrafias, y la oposici6n se encuentra
obligada a redefinir su propia identidad: ya no es la dictadura la que esta enfrente y entre las fuerzas
opositoras hay actores nuevos (por ejmplo el PT y el MDP), asi como tambien algunas restas,
concretamente el MOPOCO que paso a integrar el oficialismo, como una de sus alas democrliticas,
desde el momento en que regres6 a su matriz originaria, el Panido Colorado, poco despues del
derrocamiento de Stroessner;
En el caso paraguayo, las "confrontaciones institucionales", descritas en el apartado anterior,
se estan llevando a cabo, al igual que 10 ocurrido en otras tmasiciones, Msicamente "bajo las reglas
de 1a dictadura, pero para terminar con ella" , y contando para eso con la colaboraci6n de sectores
politicos, sociales, economicos y militares que durante decadas 10 respaldaron. Precisamente, la
transicion en Paraguay esta realizlindose porque no solamente la oposici6n, tambien los sectores
democclticos del Panido Colorado, y el mismo Poder Ejecutivo (hasta el momento, al menos) son
aliados objetivos para "negociar 0 imponer el escenario de ese enfrentamiento" institucional del
que hablamos arriba, pues de 10 contrario este "secl el impuesto" por las fuerzas autoritarias que
irAn avanzando (basta convertirse en una altemativa polftica) con cada error 0 deficiencia de las
fuerzas democclticas. De producirse tal situaci6n, ilegariamos a un nuevo regimen autoritario, con
la cual Hel paso a un regimen democcltico se tendecl a hacer por transformaci6n intema y gradual
del regimen debido a presiones de la oposici6n 'desde dentro", (47) EI proceso entoces rna mucho
mas albi de 1993 y podria seguir, por ejemplo, el derrotero de la prolongada transici6n brasilefiacon
todos los inconvenientes para la perspectiva de la "democratizaci6n" (48).
Nos parece oportuno agregar que la consolidaci6n de la democracia (que no ba sidoconsiderada
en este trabajo por 10 que dejamos a un lado la problematica de la "ciudadania social" debido a su
complejidad), limitandonos a 10 politico exc1usivamente, "esta ligada a la reconstrucci6n del
sistema politico, 10 que supone una redefinici6n del papel del Estado y del control democrlitico de
este. especialmente del papel de las FF.AA, a una reformulaci6n de las relaciones entre sistema
politico y sociedad civil con creciente autonomia de esta, y a una reestructuracion del sistema
partidario con especial enfasis en la construcci6n de una coalici6n mayoritaria que asegure ala vez
adhesi6n democratica y cambio social" (49) Paradecirlo con otra palabras, se trata de suplantar el
bloque en el poder del stronismo por otro favorable y coherente con un proyecto democratico en 10
polftico y socio-economico.(50)
Quisieramos concluir, incorporando a este trabajo un aporte sobre Hel problema del realismo
politico" que debe interesar a todo proceso de transici6n (y de democratizaci6n) y que Lechner 10
24
I
asoda con una "cuesti6n de tiemJX>". Se trata. por un lado. de "una reconversi6n del pasado
autoritario" reconociendo "ta efectividad presente del pasado". que es difet:ente a ignomrlo 0
asumirlo "como mera mercia". transfonnaci6n aquella que JX>r consiguiente conduce a Uta
reparaci6n (material ysimlxSlica)JX>rlasinjusticiassufridasylos doloresreprimidos: unarestituci6n
del pasado como historia de la dignidad humana.(51) En este caso la preguntaque nos hacemos es
c6mo lograrlo en el tiemJX> inestable de la transici6n y para que dicha restitucion no tennine
apelignindola.
Lechner sostiene ademas que "el realismo requiere producir tiempo en tanto continuidad a
futuro" que no es otra cosa sino "constuir un orden en que todos tienen futuro". Estariamos ya en
plena etapa de democratizaci6n: "Paraque todos tengan un futuro (aunque no sea uno yel mismo)
hay que concebirlo como la obra colectiva. de una pluralidad de hombres y mujeres. De ahi la
necesidad de 'cierto' ajuste de las distintas nociones de tiempo. los diferentes horizontes y las
diferentesexpectativas temporales. Las mismas mstituciones democraticasofrecen mecanismos de
sincronizai6n: elecciones peri6dicas. plazos legales. rutinas administrativas. control de la confian­
za, etcetera. Pero la eficacia de laestructuraci6n fonnal de la temporalidad reside. segun vimos, en
el ambito emocional-afectivo y simlxSlico-imaginario. Dependera finalmente de este contexto si el
orden democratico sera asumido como elaboraci6n social de un futuro compartido. Y de ello
dependera. a su vez, como responda cada uno de nosotros la cuesti6n del realismo: lque se Ie puede
pedir a la democracia?". (52) Y ese precisamente es otro de los desaffos de la actual coyuntura
paraguaya: elaborar colectivamente la definici6n de aquello que podemos exigir, no ya a la
democracia, sino a la transicion, para completarla y entonces iniciar la realizaci6n a aqueUa.
a
::s
Ir el
n j.,)
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e:do
25
Cuadernos de discusion. el paraguay despues de strossner, de la transicion incompleta a ala democracia, josé luis simon
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  • 1. •••••• CUADERNOS DE DISCUSION EL PARAGUAY DESPUES DE STROESSNER: ;., DE LA TRANSICION INCOMPLETA A LA DEMOCRACIA ? Jose Luis Sim6n Asunci6n, 1989 ••• CENTRO PARAGUAYO DE ESTUDIOS SOCIOlOGICOS ELiGIO AYALA 973 • ASUNCION-PARAGUAY I
  • 2. EL PARAGUAY DESPUES DE STROESSNER: ;, DE LA TRANSICION INCOMPLETA -- A LA DEMOCRACIA ? Jose Luis Simon Asunci6n, 1989 Ponencia presentada durante el Seminario "Partidos Politicos en los Procesos de democratizaci6n: La actual transici6n Paraguaya en la reciente experiencia Latinoamericana" realizado el 7 y 8 de agosto de 1989.
  • 3. INDICE 1. INTRODUCCION 2 II. LA TRANSICION: UN MARCO CONCEPTUAL BASICO 1) Transici6n democratica y democratizaci6n 2) Caracterfsticas de la transici6n 3) Crisis y movilizaciones 4) Negociaci6n y mediaciones 2 2 5 6 7 ffi. EL GOLPE DEL 2/3 DE FEBRERO: UNA INTERPRETACION 9 IV. NEGOCIACIONES IMPLICITAS: LA PRIMERA FASE DEL POSTSTRONISMO l)Etapa del regimen de facto: desde el 3 de febrero hasta el 10. de mayo 2) Etapa constitucional: desde las elecciones generales hasta los primeros dias de agosto 13 15 17 V. NEGOCIACIONES EXPLICITAS Y LOS RIESGOS DE LA TRANSICION 21 VI. CONCLUSIONES 24 CITAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 26 1
  • 4. EL PARAGUAY DESPUES DE STROESNER: DE LA TRANSICION INCOMPLETA A LA DEMOCRACIA? Jose Luis Simon L INTRODUCCION La version original de este trabajo, fue presentada como ponencia en el seminario sobre "Partidos Politicos en los procesos de democratizacion: la actual transicion paraguaya a la luz de la reciente experiencia sudamericana". realizado en Asuncion el 7 y 8 de agosto de 1989, y organizado por el Grupo de Trabajo de Partidos Politicos de CLACSO. y el CPES. En 10 fundamental.este materialcontieneMsicamentelapresentacionquehicimos. peroparalaredaccion final ya hemos aprovechado lasdiscusiones yaportes que nos brindaraelseminario.asfcomoalguna bibliografia a la que accedimos con posterioridad a1 mismo. En laseccion IT, nos ocupamosdepresentarun •'marcoconceptual Msico" sobre los procesosde transicion de regimenes dictatoriales a democraticos. y para ello aprovechamos los aportes en la materia de la produccion cientifico-social del area, las cuales tienen una excelente sintesis en un trabajo de Manuel Garreton. que nos sirve de punto de referencia. Desde esa perspectiva te6rica. entonces. pasamos aanalizar la transicion paraguaya. inaugurada oficialmente con el derrocamiento de Stroessner en febrero pasado. En el punto III de este trabajo hacemos una interpretacion (que esperamos enriquecerla mas adelante) del golpe militar del 2 y 3 de febrero. conducido por el actual Presidente de la Repulica,el general Andres Rodriguez. En la siguiente seccion, la IV, que crono16gicamente llega hasta las elecciones presidenciales del 10. de mayo nuestro objeto deestudioes 10quedenominamos "laprimerafase del post-stronismo" 0 etapa de "negociaciones impJicitas". De los "riesgos de la transicion" y de las "negociaciones exp!icitas", las cuales de desarrollarse normalmente completanin aquella, inaugurando el regimen democratico con los correspondientes desafios para su consolidacion, se ocupa la parte V de la presente ponencia, cuyas breves conclusiones constituyen la materia de la seccion VI. II. A TRANSICION: UN MARCO CONCEPTUAL BASICO Intentamos en esta seccion desarrollar de manera sucinta una "perspectiva de anruisis 0 marco conceptual basico" sobre la transicion que de regimenes autoritarios 0 militares desemboca en regimenes democraticos, proceso que una vez alcanzado plantea el problema de la consolidacion democratica(I). I) Transici6n democratica y democratizaci6n En nuestraregion en los anos cincuentaysesenta la transicion tuvo como contenido el desarrollo y la modemizacion: America Latina debia abandonar su caracteristica dual (semi-modema y semi­ 2 I
  • 5. 1­ tradicional) para transfonnarse en una "socieditd modema, avanzada, des8rrollada 0 industrial", cualquiera sea el significado conferido a tales estadios y objetivos. Durante la d6cada del setenta, la preocupacion modemizadora y desarrollista es abandonada. y ocupa su lugar e1 tema de 1a revolucion 0 cambio de estructuras de la sociedad en su conjunto; es decir, adquiere preeminencia en el interes academico ypolitico la transicion delcapitalismo al socialismo. Dejando de1adootras consideraciones respecto de los ejes tematicos y poUticos de las d~adas del 50/60 y 70, 10 que interesa aquf es poner de relieve que en ambas etapas "el tema del regimen politico aparece subordinado a y como reflejo de las trasformaciones globales de la sociedad". De ahi que la preocupacion politica e intelectual respecto de la democracia, en los atios ochenta en latinoamerica, presenten las caracterfsticas de una ciecta mutacion "hist6rico_cu1tural". Es dejada a un lado la tematica de las "Ieyes estructurales" que rigen la "necesidad hist6rica de la evolucion de las sociedades" , yellugares ocupadopor la reflexion academica ypoUticaorientadas al "problemadel regimen polftieo" ,0 en otraspalabras al "delas mediaciones institucionalesentre Estado ysociedad"; yde igual manera, Hel distanciamientodeproyectos globalesde sociedad lIeva a concebir la sociedad como creacion de un campo regulado de lucha entre diversos proyectos y donde no hay un actor priviligiado que encame un proyecto sino un sistema de actores". Por "democracia politica" 0 "democracia" entendemos un modelo politico y no de sociedad. La democracia unicamente busca resolver un problema basieo de cualquier sociedad, el de "las relaciones institucionales entre Estado y sociedad civil, el de las mediaciones entre ambos". La democracia se ocupa de la representaci6n de la sociedad, de como es gobernada y de cuMes son los vinculos que relacionan a los ciudadanos con el Estado. EI regimen historico de la democracia encara dichm. desafios desde el Estado de Derecho democmtico que se caracteriza par la vigencia de las libertades publicase individuales, ladivisi6n de los poderesdel Estado, y la soberaniapopular ejercitada a traves del sufragio universal en elecciones competitivas entre diversos actores (pluralismo democratico), realizandose asi la pacifica alternancia en el poder(2). En America Latina historicamente la preocupaci6n por la democracia polftica esta vinculada estrechamente al tema de la "democratizaci6n" , entendida como''Ia creciente incorporacion ala vida social de la naci6n y la igualaci6n de las oportunidades". Por un lado pude hablarse de "democratizaci6n fundamental", con 10cual se hace referencia ala "ciudadania social" ,a1 acceso de los ciudadanos "a los beneficios del Estado de bienestar" y a aquellos derivados simplemente de 1avida modernaen sociedad. Tambien, al hablardedemocratizaci6n, sealude ,.alaorganizaci6n y participaci6n en las decisiones que afectan a la vida colectiva, apuntando a la idea de la autodetenninaci6n 0 autogobierno como metas maximas". Entonces, el concepto de democratizacion apunta al de "cambio social global" , esto es, aI de ,.una sociedad democratica". La transici6n no implica necesariamente dicho logro, pues la hemos definido como el trlinsito de un regimen a otro: de ladictadura a la democracia. La democratizaci6n y la transici6n pueden 0 no coincidiren el tiempo, "perosu relaci6n no es estructural ni causal sino hist6rica". En otras palabras, "puede haber sociedades mas 0 menos democniticas, es decir, con mayor 0 menor profundidad en sus procesos de democratizaci6n, y con regimenes politicos que pueden 0 no ser democmticos: un proceso de democratizaci6n social puede ser alcanzado por regimenes de tipo autoritario 0 regimenes democmticos pueden profundizardesigualdades sociales y afectar procesos de democratizaci6n"(3). Ahora bien, regresando al tema de la transici6n, crucial y prioritario en estos momentos en America Latina, resulta posible afinnar que mas alia de su justificaci6n intrfnsecamente politica tiene .'siempre detras suyo un principio etico que la funda y condiciones sociales que penniten su C 3
  • 6. desarrollo y estabilidad", y que si bien los mismos son diferentes en cada sociedad yetapa histOrica, en nuestra regi6n "la democratizaci6n es ala vez el principio etico y la condici6n de desarrollo de la democracia politica, aunque ambas dimensiones deben ser claramente distinguidas, como veremos", A causa de tal "contaminaci6n" de democracia con democratizaci6n, en America Latina el "desencanto post-modernista" no habria prosperado como ocurre en otras latitudes. Las tiltimas decadas de regimenes militares en nuestros paises, hist6ricamente sirvieron para la revalorizaci6n de la democracia, aunque influidas segun acabamos de ver por la perspectiva de la democratizaci6n que a la vez se diferencia de ella. Ocurre eso, pues, de un lado, los militares y sus aliados politicos no lograron la "refundaci6n capitalista" prometida, 0 en otras palabras estuvieron Jejos de realizar un modele nuevo de desarrollo que sustentara a un regimen autoritario con su correspondiente orden social. Ademas, y con excepciones que todavia deben ser estudiadas profundamente, las sociedades sometidas a regimenes dictatoriales, "retrocedieron enormemente en cuanto a su desarrollo econ6mico, a las conquistas obtenidas por las masas y los sectores de trabajadores, incluso por las clases medias". En realidad, las dictaduras militares como tendencia desarticularon el anterior ordenamiento econ6mico-social y politico que habia entrado en crisis de hegemonia, ya seael "Estado oligarquico" 0 el "Estadode compromiso". En algunas experiencias fueron capaces de modemizar parcialmente a la sociedad incorporandola al mundo capitalista avanzado incluso mas alla de una situaci6n periferica. Peroen tales casos a los problemas inherentes a las sociedadcs modemas se uni6 enseguidael de la •'crecientemarginalizaci6n" de vastos sectores sociales. Resultado de este tipo de "modemizaci6n perversa y excluyente" es el desafio de la democra­ tizaci6n que enfrentaen America Latinael rete de la democraciapolitica. Esto es igualmente valida para lasexperiencias dicatatoriales en las cuales "lastransformaciones sociales fueron en el sentido de una 'jibarizaci6n' de lasociedad,caracterizadapor la reducci6n del papeldel Estado comoagente social, por la emergencia de una especie de capitalismo salvaje que desarticul6 viejas relaciones sociales sin crear nuevas en su reemplazo y donde los sectores tienden a ser los mismos pero con mayor debilidad en su capacidad de presi6n y organizaci6n'·. Se trata, por 10 tanto, en tales casos, de vincular ineludiblemente la problematica de la democracia politica con tareas propias de la reconstrucci6n nacional. Pero en tadas estas situaeiones en America Latina 10 estrategico es la transici6n, mientras queda como una segunda etapa la de la "consolidaci6n democratica" en la perspectiva del cambio social. En otras palabras, en el concepto de democracia, en su construcci6n como regimen que es la culminaci6n de las transformaciones de las dictaduras militares en crisis, yen los proyectos de los actores opositores que la enfrentan, siempre hay dos componentes: "El primero se refierea la tansformaci6n de la sociedad, la creaci6n de un nuevo orden social que apunta al termino de las explotaciones y opresiones, a la mayor igualdad y participaci6n sociales, que es 10 que hemos denominado democratizaci6n global. El segundo se refiere a un proceso restringido de cambio de regimen poiftico, de paso de una dictadura a un regimen democnitico, tal como definimos este anteriormente". En las experiencias hist6ricas que indican el fin de los regimenes militares la dinamica de la democratizaci6n se disocia de la transici6n politica, quedando aquella como un desaffo pendiente a ser enfrentado (como condici6n de su propia consolidaci6n) por el regimen democnitico. Las ultimas decadas de procesos econ6mico-sociales y politicos en America Latina, segun estamos comprobando, vinculan la lucha por 1a democracia con tres fen6menos bIen definidos. En primer lugar con la "creaci6n de instituciones propiamente polfticas del Estado y el regimen (incluido los partidos), que resuelven el problema del gobierno, la ciudadania y la participaci6n". La democracia tambien se asocia "a la recomposici6n de la sociedad civil, es decir, a la constituci6n de actores sociales aut6nomos del sistema politico. 10 que remite al problema de la participaci6n". 4 I
  • 7. Par ultimo, para los diversos actores que luchan por la democracia bajo las dificiles condicones de los regimenes militares, aquella no puede carecer de un adecuado modele de desarrollo capaz de sutentarla. Pero aun aSl, •'el termino de los regimenes militares ylos procesos de transici6n implican necesariamente una cierta prioridad y un claro predominio de la primera significaci6n, esto es, 10 referido a la democracia polftica que aparece como condici6n historica de las otras dos, y a las que estas deben subordinarse por un tiempo, 10 que a su vez plantea enormes problemas futuros para la nueva democracia" . 2) Caracteristicas de la transicion La transicion politica -el cambio de un regimen dictatorial por otro democratico- requiere de algunas precisiones. Una vez inaugurado el proceso, en primer lugar, la unica certeza que se tiene es el punto de partida (la dictadura 0 regimen autoritario) sin que por anticipado exista la seguridad de arribar al objetivo deseado, .el regimen democratico al que no se accede inevitablemente. Aun cuando resulte dincil precisarempfricamente el inicio y el fin de la transicion, se puedeafirmar que "va desde la crisis terminal del regimen militar hasta las primeras elecciones democraticas". Una vez inaugurada la democracia, esto es, finalizada la transision, se abre la etapa de la consolidaci6n del nuevoregimen, con sus propios problemas,dimlmicas y actores,y 16gicamenteentreambasfases tienden a generarse relaciones de cooperaci6n y conflicto. Aun cuando la perspectiva de la consolidaci6n democnitica (0 democratizaci6n) forme parte del proyecto y calculo de los actores de la transicion, el desarrollo exitoso de esta ultima parecerequerir de la postergacion de las exigencias de aquella. La transici6n a la democracia, desde luego, nada tiene que ver con los procesos revolucionarios que buscan la conquista del poder para la construcci6n de un nuevo orden social y cuyas probabilidades de exito son mas bien escasas "en sociedades complejas con ejercitos modemos, cohesionados y fuertes y con clases medias amplias y diversificadas" como las de America Latina. Algunas transiciones son desencadenadas .,desde arriba" ,generadas porejemplo en una' 'crisis de descomposici6n intema" 0 bien porque el regimen concede la apertura por estimar concluida su tarea. En otros caso las transiciones se originan "desde abajo" , ya sea por: a) acci6n de las fuerzas opositoras (exclusivamente polftica 0 insurreccional); b) "factores 'intermedios' 0 'extemos' al regimen y la oposici6n" (conflicto Mlico, acefalfa del Ejecutivo, presion extranjera); 6 c) mediaci6n de podereS que estiin por encima del regimen y la oposici6n. Aiin cuando en las transiciones suele predominar uno de los factores, por 10 comun siempre se encuentran combinados los tres. Es crucial deteminar con exactitud si el fin del regimen militar se produjo como consecuencia de un "colapso 0 derrota militar", vinculado ya sea a factores nacionales 0 extemos, 6 bien a "alguna forma de administraci6n de salida por parte de los titulares del poder". En el primero de los casos se produce la expulsion 0 eliminaci6n del regimen militar, y es una hip6tesis de baja probabilidad, normalmente. La otra altemativa, la transici6n estrictamente polftica se produce con la derrota polftica de la dictadura,y si el poder est.1 administrado institucionalmente por las Fuerzas Armadas, estas deciden retirarse del escenario forzados por la sociedad y las oposiciones politicas. Cuando se esm en un caso asi, "tal decision institucional supone la percepci6n de una aislamiento respecto de la sociedad, la intemalizacion de un fracaso (sea por guerra externa, crisis econ6mica o ingobemabilidad) 0 la pcrcepcion de una amenaza ala integridad institucional si se continua en el poder". Es el tipo de transicion predominante en America Latina, diferente a la insurreccion clasica, pues no ocurre una situaci6n de vaciode poder, sino una coyuntura polfticaen lacual se abre I 5
  • 8. el espacio para "provocar la decision del retiro de las Fuerzas Annadas" , combinando por ejemplo las movilizaciones populares con las presiones de poderes mediadores 0 arbitrales. Existen dos dinamicas convergentesen los procesos detransicion experimentadosenel ConoSur latinoamericano. De un lado esta "la crisis intema 0 descomposicion del regimen", vinculada a cuestiones sucesorias 0 de institucionalizacion del mismo, generalmente. Y por otra parte la dinamica de la "resurreccion de la sociedad civil", que se manifiesta bajo la forma de la movilizaci6n de la sociedad contra el regimen, estimulada por el consenso alrededor del proyecto de transicion a la democracia, en tanto las "alternativas no democraticas" carecen de legitimidad e irradiaci6n popular en la sociedad. Ambas dimimicas estan a su vez atravesadas por varios procesos caracteristicos de este tipo de transiciones, cuya adecuada y oportuna combinaci6n es la tarea de las fuerzas opositoras. Nos referimos a '~la descomposici6n interna del regimen 0 el aislamiento del nuc1eo gobernante respecto de su apoyos internos y externos; la movilizaci6n social contra el regimen; la negociaci6n entre titulares del poder y la oposici6n; y la mediaciones institucionales y presiones de aetores arbitrales". 3) Crisis y movilizaciones En America Latina las tra.nsiciones, reiteramos, tienen que ver con "un proceso de crisis 0 descomposici6n internade la dictadura" ,casi siempreoriginadoen el problemade su institucionali­ zaci6n 0 en el de la sucesion en el poder, y una de cuyas primeras manifestaciones es el desmoronamiento de la base de apoyo del regimen que cada vez aisla mas al "nueleo gobernante" de la sociedad. La instituci6n castrense, por 10 comun, aunque eso se complica cuando ademas de dictadura militar hay un caudillo, en un contexto como el descrito arriba empieza a preocuparse por "la preservaci6n de su integridad institucional". El nueleo de poder aislado de la sociedad es condici6n necesaria pero no suficiente para la transici6n. Debemos destacar que el distanciamiento de las bases de apoyo social de la dictadura ,.esta en directa relaci6n con la superaci6n de la conciencia traumatica respecto de la crisis que di6 origen al regimen militar, con la percepci6n de un espacio para sus intereses en el regimen que sucedaa este y con laarticulaci6n de la elase econ6micacon la clase politica". Sobreel aislamiento internacional de los autoritarismos en crisis, fundamentalmente del norteamericano, podemos afrrmar que resulta de la combinacion de varios factores; por ejemplo, de la deslegitimaci6n de la dietadura a causa de la violencia ejercida en contra de sus propios ciudadanos, que torna imposible su sosten de cara a la opinion publica mundial y de la de Estados Unidos, y del riesgo en aumento de la ingobernabilidadqueamenazadividira lasFuerzasAnnadas, existiendoademas "un liderazgo o institucionalidad alternativos legitimados". Tambiendebe tenerse en cuentaque las movilizaciones sociales, que influyen y son influidas por la descomposicion dictatorial, tienen bastantequevercon la genesis y evolucion de las transiciones. Por definicion los regimenes dictatoriales son desmovilizadores y despolitizadores de 1a sociedad. Existe una relaci6n inversa entre dictaduras y movilizaciones sociales: al inicio de aqueUas estas ultimas casi desaparecen 0 son marginales, limitadas a "expresiones testimoniales 0 defensivas de grupos directamente afectados por la represi6n, muchas veces amparados por las iglesias". Las movilizaciones reivindicativas de grupos y sectores afectados por las medidas del regimen dictatorial en su fase de mayor dinamismo suelen exrpesarse bajo el ropaje de una cultura de la resistencia. En la crisis del autoritarismose generalizan las movilizacionescon laperdidadel miedo, gestAndose paralelamente Hel reconocimiento de un sujeto colectivo amplio y plural", que ni aun acompafladas de reivindicaciones sectoriales y comparativas pueden por sf solas "profundizar la 6 I
  • 9. crisis del regimen y avanzar en un proceso de transici6n". Esto ultimo ya constituye una etapa estrictamente politica, referida a mecanismos y plazos. a la "ingenieria" de la transici6n, para 10 cual "adquiere un papel crucial la rearticulaci6n del liderazgo politico con las movilizaciones sociales". Cabria agregar que no siempre coinciden el "eje" de la "recomposici6n del sistema de actores colectivos" con el de la profundizaci6n de la crisis dictatorial y el inicio de la transicion, por 10 que entre ambos proceso pueden generarse "dinamicas contradictorias". Por 10 comtin son diversos "los siginficados y funciones" de las movilizaciones sociales en las distintas etapas del regimen dictatorial. Existen aquellas de "tipo expresivo simbOlico" y que a traves de la rebeldfa con fuerte contenido etico y emocional buscan sobre todo la "defensa de una identidad". Hay otras movilizaciones de "camcter mas instrumental". por ejemplo las orientadas hacia la movilizacion organizativa, y las mas clasicas, tipicamente reivindicativas. Por ultimo, las movilizaciones politicas que buscan la finalizaci6n del regimen militar y su reemplazo por otro democratico. Casi simpre las movilizaciones combinan varias de las dimensiones que acabamos de sefialar, y cuando estan en la fase "politica", un problema central es que la combinaci6n evite "los comunitarismos 0 particularismos, los corporativismos 0 la excesiva politizaci6n que reducen la extension de la apelacion". Las movilizaciones sociales cosntituyen "uno de los componentes" de los procesos de transici6n y no el principal de aquellos: "Las transiciones suponen, como hemos dicho, ademas de movilizaciones, descomposicion del bloque gobemante, negociacion entre regimen y oposicion y mediacion de instancias 0 actores por encima del regimen y oposici6n. Con estos procesos las movilizaciones tienen relaciones complejas y ambivalentes, pudiendo tener efectos mutuamente reforzantes 0 contradictorios. El significado politico de las movilizaciones depende de su 'efecto estatal' y este es un elemento especifico que no sereduce a la movilizacion misma. Bajo un regimen autoritario si una movilizacion no se inserta en una estrategia que calcula el 'efecto estatal', este queda en manos enteramente del poder dictatorial, el que puede 'bunkerizarse' como efecto de tal movilizacion... En otras palabras, una situacion de ingobernabilidad provocada por una movili­ zacion social puede llevar tanto a un termino del regimen, si hay articulaci6n entre fuerza social y fuerza politica, como a su mantencion endurecida si no existe articulacion". Por tanto, para la estrategia de la oposicion en cualquier proceso de transicion es fundamental el vinculo entre movilizaci6n popular y negociacion politica. 4) Negociacion y mediaciones Negociar y concertar entre la dictadura y la oposicion resulta inevitable si no se produjo el colapso 0 derrocamiento de aquella. Para las fuerzas de oposici6n el exito en las negociaciones depende de que sepan combinarlas con las movilizaciones. Pero, ~quienes negocian? y ~sobre que se negocia? En re!aci6n ala primera pregunta, "los negociadores reales son los titulares del poder, en los casos que analizamos las Fuerzas Annadas institucionalmente consideradas, de una parte, y las fuerzas significativas de la oposicion, de la otra". Resulta necesario hablar de negociadores "reales", pues suelen darse casos de "vetos militares" hacia sectores de oposicion, 0 bien porque algunos de estos, fundados en razones eticas en ciertos casos, prefieren recurrir a representantes. Contribuye al exito de las negociaciones el que entre negociadores formales y reales la distancia sea la menor posible, as! como la incorporacion a la agenda de las demandas e intereses de cualquier fuerza politica 0 social de importancia, este 0 no representada en dicho proceso. 7
  • 10. Las negociaciones deben centrarse sobre "los reminos de la transici6n". es decir, sobre su "marcoinsitimcional" ,10quesignfica dejarestablecidoel ,.calendario y mecanismosparaIafUlura constitucionalizaci6n del pais, la reinserci6nde las Fuerzas Armadasen un sistemade subordinaci6n aI poder politico y el grade de inclusividad del sistema politico". Los sectores dominantes, por ejemplo, presionan por garantias para el modelo econ6mico y politico que les es m as ventajoso. De su lado, la oposici6n se orienta hacia •'Ia satisfacci6n de multiples demandas y aspiraciones postergadas 0 contenidas bajo el regimen militar y el compromiso de transformaciones sociales profundas". EI actor militar insiste en preservar privilegios, confundidos para sus lideres con intereses isntitucionales corporativos, asf por ejemplo neutralizar la amenazade lajusticiamotivada en violaciones de los derechoshumanos. Incrementarla agendade lasnegociaciones, sin diferenciar el grano de lapaja, por asl decir, no tiene otroresultado quedemorarlas y complicarlas, y se convierte en un bumerang para las fuerzas opositoras, pues en tales situaciones por 10 general intervienen desde "posiciones subordinadas". En esto ultimo aparece otra de lasjustificaciones para distinguir entre transici6n y consolidaci6n. Finalmente, para que los enfrentamientos "regimen-oposici6n" concluyan en la transici6n, tambien se requiere de" mediaciones institucionales" 0 de actores que esten porencima de los polos antag6nicos. Por 10 comtin se produce la "mediaci6n cornbinada de actores" (un monarca, la Iglesia, un poder extranjero, etc.) y "espacios institucionales". Antes de la transici6n y para llegar a ella las fuerzas opositoras tienen como un objetivo principal' 'el de crear esos espacios de resoluci6n del conflicto basico entre dictadura y democracia, recurriendo tanto a la mencionada movilizaci6n politica como a los sectores mediadores disponibles". La influencia del factor externo en los procesos de transici6n, que siempre debe subordinarse a las' 'dinamicas 'internas 0 nacionales', merece algunas reflexiones. En paises dependientes como los latinoamericanos la lucha historica por conquistar espacios de mayor autonomia dio por resultado una preocupaci6n central respecto de los principios "de no intervenci6n en los asuntos internos de otros estados y de autodeterminaci6n". Sobre elIos puede decirse, de igual manera que sobre los principios de la democracia, que no son negociables ni siquiera cuando "su violaci6n pudiera jugar a favor de otros valores e intereses importantes y legftimos" . Sin embargo, desde el punto de vista del realismo politico, es necesario profundizar en los matices del problema "intervencionismo-no intervencionismo". En primer lugar, resulta impres­ cindible establecer''los ambitos legftmos de influencias externas y los lfmites intolerables de elias", en cada coyuntura concreta,· a partir del amUisis de la relaci6n de fuerzas y de las perspectivas polfticas y eticas de los actores involucrados. Los pafses dependientes por definici6n estan sometidos a "influencias y presiones externas"; 10correcto entonces es analizar a las mismas desde el punto de vista de si ayudaran al fortalecimiento de la capacidad de autodeterminaci6n y de la autonomia nacionaL EI criterio para evaluar las inevitables presiones externas en el mundo contemporaneo, entonces, pasa en primer lugar por la comprobaci6n de si estan 0 n6 ligadas a factores internos (y legftimos) de poder, y 10 mas recomendable en estos casos es que la presencia interna del actor externo exhiba una caracteristica multilateral que minimice "el peso intervencionista de estados cuya relaci6n de podercon el pais en cuesti6n es demasiado asimetrica". La legitimaci6n de tal tipo de intervenci6n en asuntos internos pasa pues porque la mismaayude a fuerzas y actores internos capaces de asegurar "Ia determinaci6n aut6noma de lavoluntad nacional". En otras palabras, .,aparece como legftima una influencia que respete y apoye dim'imicas internas que permitiran 0 fortaleceran regimenes sustentados en ese respeto de los derecho humanos basicos (que la sociedad internacional acepta como patrimonio de la humanidad) y en la voluntad nacional expresada de acuerdo a los valores y J 8
  • 11. mecanismos que cada pais consensualmente defina, independientemente de su sello ideologico". Las iniciativas de los aetores internacionales sobre regimenes dietatoriales, sobre todo cuando los mismos esw.n personalizados alrededor de una caudillo, deben tener en cuenta no solo los principios sino tambien los resultados, pues en ocasiones suelen generar efectos ambiguos, ya que hay" acciones simbo1icas de castigo, censura y aislamiento a regimenes dictatoriales, necesarias e indispensables de tomar por una comunidad internacional en determinados momentos de la conciencia universal, que sin embargo rigidizan esos mismos regimenes y les permiten su mantencion amparados a veces en esas mismas aceiones que buscan un objetivo eontrario". Esto ultimo puede ocurrir euando la presion externa tiende a evitar violaciones de derechos humanos mediante la denuncia, haciendo retroceder taeitamente a la dictadura en cuestion, que busca adaptarse al nuevo contexto internacional 0 sencillamente ganar tiempo para regresar a las viejas practicas repudiadas incluso fuera de las fronteras nacionales. Comopodemos ver, el factor externo se enfrenta tambien a dilemas, ya que puede llegar incluso a favorecer la transformacion y adaptacion de un regimen dictatorial, capaz asi de prolongar su permanencia en el poder. De todas maneras, importa siempre tener presente que, sobre todo cuando se trata de la presion foninea para la transici6n, que ella no puede ser artificial a "alguna dimimica interna, en algun escenario potencial 0 en desarrollo, querido por los actores internos". Asi, la influenciaexterna "puede a veces tener que pagar un precio simb61ico, cual es algun grade de reconocimiento del regimen que se busca cambiar, ya que su solo desconocimiento 0 rechazo puede no ser la mejor manera de tener ascendencia sobre el 0 eliminarlo. De nuevo hay aqui un complejo balance entre elementos simb6licos 0 instrumentales, entre denuncia 0 aislamiento y posibilidades de influir, que no puede resolverse en abstracto sino en terminos de situaciones y climas historicos especificos. Los aislamientos y denuncias, para no producir efectos contrarios, deben ser acompafiados de formulas 0 escenarios de cambios posibles, los que deben surglr de las f6rmulas 0 escenarios que se promueven por las fuerzas democniticas internas". lli. EL GOLPE DEL 2/3 DE FEBRERO: UNA INTERPRETACION El derrocamiento del Gral. Alfredo Stroessner, por medio del cruento golpe del 2 y 3 de febrero de 1989,que10envio al exilioen Brasil, es un ejemplo tipico de una transici6n iniciadadesde arriba y provocada por la crisis de descomposici6n interna de una tirania tradicional (convertida en regimen autoritario) cuando estaba a punto de cumplir treinta y cinco afios. (4) Para decirlo con Stepan, lacoyunturade febrero de esteailo enParaguay es un casode liberalizaci6n politicaotorgada por una fracei6n desprendida (en este caso por un importante sector de las Fuerzas Armadas) del mismo regimen depuesto y deisde el cual aunque no es inevitable resulta posible llegar a la democracia(5). No quiere decir 10 anterior que hayan sido inexistentes, para el desencadenamiento del golpe, la participacion y los esfuerzos desde abajo, ya sea mediante la aceion polftica de las fuerzas opositoras: las organizaciones politicas a las cuales se sumaron las sociales. De igual manera, tampoco puede desconocerse que en la etapa inmediatamente anterior al coup d'etat jugaron un rol nada desdei'iable los "factores 'intemedios' 0 'externos' al regimen y laoposicion",sobre todo bajo la forma de la crisis de acefalia en ciernes, una verdadera espada de Damocles sobre la tambaleante cabeza de la dictadura, e incluso de las presiones extranjeras para lograr la apertura del autoritario regimen stronista, estas ultimas cada vez mas visibles y extendidas, al punto de haberse generado para el Palacio de Lopez en el ambito internacional un ejemplo tipico de 10 que Wilhelmy denomina 9 I
  • 12. "obst:kulos sisremicos"(6). Por ultimo, siempre en la perspectiva ajena a la del poder, en el caso paraguayo que estamos analizando jug6 tambien un rol destacado el esfuerzo de "mediaci6n de poderesque estan porencima delregimen y laoposici6n",concretamente lasindciativas alrespecto de la influyente Iglesia Cat6lica paraguaya, cuyos enfrentamientos con el regimen de Stroessner Ie condujeron a propiciar un Dialogo Nacional, tolerado pero al margen de las instituciones de la dictadura, y del cual unicamente estuvieron autoexcluidos el Gobierno, el partido oficialista, las Fuerza'> Armadas, y el grueso de las organizacionesempresariales cuyas criticas a los desaciertos de la politica econ6mica oficial en los ultimos timpos previos al golpe, por 10 demas, fueron siempre muy cuidadosas para evitar cualquier "contaminaci6n" opositora(7). En realidad todos los factores se combinaron para la finalmente exitosa iniciativa golpista del entonces comandante del Primer Cuerpo de Ejercito, el general de division Andres Rodriguez, durante decadas el puntal militar numero uno de quien incluso liege a convertirse en su consuegro, el general Stroessner, cuando nadie se atrevia a disputarle a este ultimo la titularidad del poder nacional que ostentaba en su triple camcter de presidente de la Republica, comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas ypresidente honorario (verdadero poderdetras del trono) del oficialistaPartido Colorado(8). Pero, regresando a la coyuntura de inidos del aflo, el factor fundamental que motivo el golpe fue la crisis global de descomposcion del regimen dictatorial en 10 economcio, social y politico (incluyendo 10 internacional) que estallo a partir de 1984 y sobre el cualla bibliografia existente es numerosa(9). Para que triunfara ellevantamiento Stroessner debi6 ser derrotado militarmente, en el contexto local e internacional ya mencionado, yes posible sostenerque diha resolucion dela crisises un tipico ejemplode una' 'forma de administracion de salidaporpartede los titulares del poder". La drastica cirugia militar aplicada por Rodriguez, al triunfar, logro el descabezamiento de la cupula castrense leal a Stroessner y no hizo sino confmnar la tesis sostenidapreviamente por algunos analistas sobre el acelrado desgaste politico del regimen dictatorial, del cual una parte del poder militar (como previamente hizo un importante segmento del oficialismo, aun cuando en los hechos haya side purgado porel dictador) quiso desvincularse mediante el recurso a la razon de la fuerza(IO). En este caso, podria decirse que sectores de las Fuerzas Armadas paraguayas fueron conscientes de la separacion cada vez mayor que la instituci6n castrense empezaba a tener respecto de la sociedad, a medida que se profundizaba la crisis de gobernabilidad de la dictadura, con 10 cual se hizo patente la percepcion de amenaza para el poder militar en la medida en que este continuara vinculado a un regimen sin futuro politico(ll). Sin ninguna duda se trato de una maniobra de repliegue ordenado de las Fuerzas Armadas desde un escenario politico carente ya de atracci6n, maniobra en la cual mucho tuvieron que ver la oposicion politica y las movili7,aciones sociales, asi como tambien el poder moral de la Iglesia que respald6 algo mas que pastoralmente un proyecto nacional de transici6n a la democracia(12). Deberiamos poner en resalto tambien que la crisis interna del autoritarismo stronista se manifesto a traves de la antes mencionada fractura de su base politica, el Partido Colorado, con 10 cual las altemativas dictatoriales y/o autoritarias, por 10 menos en el corto plazo quedaron en el Paraguay sin viabilidad politica(13). Esta por verse aun si es posible hablar tambien de un cambio hist6rico­ cultural en el sentido de la revalorizaci6n del regimen democratico en la sociedad, 10 que en el caso del Paraguay tendria que tratarse casi de un descubrimiento de el, al menos si nos atenemos al predominio polftico y cultural del autoritarismo en la atribulada historia republicana del Para­ guay(14). Acevedo y Rodriguez habian anotado con bastante anticipacion a la [ractura del oficialismo stronista, que en el modelo autoritario del Paraguay contemporaneo, inaugurado con el golpe de 10 I
  • 13. Estado del4 de mayo de 1954, queempotr6 a sangreyfuego aStroessneren el Palacio de10sL6pez, en plena epoca de guerra rna a nivel mundial, su figura erainsustituible parael regimen dictatorial, razOn porlacual erabastantedificil (no imposible) pensaren quepodrfasobrevivirlo(lS). Dehecho, a diferencia de algunos autores, para nosotros, mas importante que loecon6mico en el desencade­ namiento de la descomposici6n dictatorial, es el problema de la precaria institucionalizaci6n del regimen autoritario que a partir de 1984 empieza a manifestarse desde dentro del mismo como una tipica y tempestuosa pugna sucesoria, acelerandose asf el tiempo politico hasta llegar a 1987(16). En realidad, la crisis econ6mica es 10 primero que se observa en el horizonte de la declinaci6n del stronismo, y coincide practicamente con el indicio de los atIos ochenta; pero a ello se suman mas decisivamente las turbulencias politicas internas del autoritarismo que estallan desde mediados de la decada (con la fuerza de una tormenta tropical que no amaina nunca), el contradictorio resurgir de las fuerzas politicas opositoras ylapaulatinaincorporaci6n alaescenanacionaldelos emergentes movimientos sociales, ademas del descontento de la Iglesia Cat6lica, de los empresarios y de gremios profesionales, configurandose el proceso por el cual el nucleo gobernante empieza su camino al aislamiento respecto a la sociedad, tanto de la nacional como de la internacional simultAneamente. Hasta llegar al momenta en el cualla senilidad manifiesta de Stroessner y el anacronismo de su regimen para un Paraguay modernizado en aspectos basicos, se transmutan a causa de la alquimia politica, social y econ6mica ya referida en el Estado autoritario de finales de la segunda mitad de los ochenta que unicamente exhibe el momento de la fuerza sin ninglin tipo de legitimidad pues todo ese proceso coincide con la desvalorizaci6n politico·ideol6gica del stron­ ismo(l7). EI terna de las movilizaciones socialesen laspostrimerlas de ladictaduraes de sumo interes para el amllisis. Desde comienzosde 1959, cuando Stroessnerejecuta un impecableautogolpe palaciego para concluir la purga de los sectores que no controlaba 0 sobre cuya lealtad dudaba en el Partido Colorado, recursoempleadoanteriormenteal interiorde laFuerzas Armadas,de manerasistematica lleva a cabo la desmovilizaci6n y despolitizaci6n de la sociedad proceso en el cual una de cuyas justificaciones fue la tradicional inestabilidad poUtica en el Paraguay, que entre 1947 (el fin de la guerra civil en la que triunfa el Partido Colorado aliado con un sector minoritario de las Fuerzas Armadas) y 1954 tienecontemporaneamente,poras1decirlo, su "edadde oro". Evidentemente.las decadas de los sesenta ysetentaregistranexperiencias tanto de movimientos sociales contestatarios comodediferentesexpresiones ytiposdeluchapoIrtica,todaslascuales terminan finalmente siendo neutralizadas y/o reprimidas exitosamente por la maquinaria entonces poderosa de 1a dictadura. Pero el "boom" de ltaipti y de la agricultura de exportaci6n, en 10 interno, y el contexto contiguo de regfmenes de seguridad nacional en 10 externo. complementaron (y completaron) la demovili· zaci6n y despolitizaci6n autoritaria de la sociedad hasta llegar a los contestarios atIos ochenta. Tambien en el Paraguay son recorridas las diferentesetapas delas movilizacionessociales: desde las mas testimoniales ymeramente defensivas, hasta las propiamente reivindicativas envueltas en una autentica cultura de la resistencia, para pasar con la gradual perdida del miedo (que estimulan el resquebrajamiento interno de la dictadura y su aisIamiento poUtico internacional mientras avanzan los procesos de transici6n a la democracia en la Cuenca del Plata) a la constituci6n de los nuevos actores sociales(18). Atal punto queen ciertomomento no pacos cient1ficossociales locales e ide610gos "movimentistas··. llegan incluso a ilusionarse con 10 que creen es un protagonismo politico estrategico de' 'Ia sociedad a pesar del Estado"(19). Todo eso ocurre a medida que de las movilizaciones simb6licas se ha idopasandoa las que buscan definir una identidad. tratandoala vez de mejorar 10 organizacional y lograr conquistas reivindicativas, como pasos previos antes de las movili7..acionespropiamenteantidictatoriales, en alianzaexpHcitao tacitacon los partidospoliticos. Debe quedar claro que 10 anterior no sigui6 el curso de un proceso lineal, ni tampoco repetimos 11
  • 14. que tales movihzaciones sociales constituyan expenencias ocurridas unicamente en los afios ochenta, como ya hemos dicho. Peroes en estadecada ultimaen la que seconcentran tales procesos, inciandose sobre todo la bUsqueda de la autonomizaci6n del actor social respecto del politico. Incluso en un corto lapso de tiempo en el escenario nacional se suceden mas manifestaciones polfticas de los actores sociales que de los propiamente partidistas, algo que se explica como resultado del aparente agotamiento de las organizaciones politicas opositoras luego de decadas de dictaduras y regfmenes autoritarios(20). Con esto, desde luego, no pretendemos decir que la oposicion polftica en Paraguay Jlegara a acumular tanta fuena como para disputarle el poder a la dictadura, pero potenciada con los movimientos sociales la oposici6n democmtica en su conjunto logra asestar sin embargo significativos golpes politicos al autoritarismo en crisis, en el sentido profundizar su soledad, obligandolo a bunkerizarse todavfa mas, es decir, a adoptar un comporta­ miento crecientemente violento y desp6tico con un elevado costo politico (local e interoacional) para sus intereses, los cualesexigfan porel contrarioen talescircunstanciasunjuegopoliticoflexible y negociador (gatopardesco) para mantener la estructura de dominaci6n. A tal punto es correcto 10 anterior que antes del 3 de febrero, el frente opositor (organizaciones polfticas, sociales, sindicales, etc.) en ningun momento puede realizar negociaciones con la ' dictadura bunkerizada. Por el contrario, sobre todo a partir de 1986, Stroessner y su ultimo entoroo y verdadera emanacion, la militancia, desarrollan una 16gica de conflictividad que tiene como peligroso horizonte previsible la polarizacion poiftica con vistas a una resolucion por la fuena de la crisis polftica(21). En otraspalabras, mientras lasociedad paraguayano solamentehadejado atras la "conciencia traumatica" que se encuentra en los orfgenes del autoritarismo stronista, e incluso resueltamente se muestra contraria a cualquier estrategia violenta en la lucha contra la dictadura, desde las alturas del poder laracionalidad que predomina es la misma que en el pais precipito cuatro decadas atras la guerra civilde 1947(22). Para el Palacio de Lopez, entonces, cada vez mas aislado de la sociedad en general, empezando por sus bases poHticas, sobre todo desde la ruptura del oficialismo, y de sus sustentos militares como se suponfa entonces y comprobarfamos con el golpe (evidenciandose asi que a pesar del stronismo el Ejercito Paraguayo con una larga historia previa nunca Ueg6a convertirseen una' 'Guardia Nacional" somocista), sencillamente no habia necesidad de negociar puesto que se negaba a reconocer la existencia de interlocutores en la oposicion real, la extraparlamentaria. Para la esclrerosada l6gica del discurso dictatorial no era posible "entrar en componendas con la subversion comunista que pretende ensangrentar al Paraguay", y en consecuencia, laestrategia correcta consislia en aplastar cualquier intento ••desestabilizador" de la .,democracia sin comunismo" de Stroessner(23). El autoritarismo stronista, asi, crey6 que con el simple expediente de cerrar los ojos a la realidad ella desaparecfa, y en consecuencia rechaz6 sistematicamente cualquier posibilidad de mediaci6n con actores como la Iglesia 0 poderes extranjeros, que implicita 0 explfcitamente se ofrecieron para tal rol con el consentimiento de la fuerzas democraticas opositoras(24). Debemosdestacar aqui,por 10demas, queel factor externo(inicialmente sobre tod~ la Argentina de Raul Alfonsin, enseguida la segunda administracion Reagan, y luego la RFA y la Europa comunitariaen general) dej6 de lado el tradicional "nointervencionismo" perverso, queen realidad durante decadas habfa sido una supuesta no ingerencia en los asuntos internos del Paraguay, al promover activamente a partir de 1984, y concretarlo, el aislamiento polftico intemacional del Palaciode Lopez(25). En esto ultimo en realidad fueron estimulados los actores intemacionalescon la serie interminable de graves errores polfticos ydiplomaticos de la dictadura en crisis, que no hizo sino trasladar al exterior su intransigencia intema en un mundo en el cual la mayona de los indicadores preanunciaba el fin de la guerra fria que pese a todo seguia siendo el clima ideol6gico predominante en el Paraguay oficia!. En las postrimenas del stronismo, considerando seguramente los costos de su politica en Panama, el Departamento de Estado, que por 10 demas no habia logrado 12 I
  • 15. "multilatelizar" tanto como deseaba la oposicion internacional a Asuncion, y en cambio sf estimular sus veleidades nacionalistas mas agresivas que se estaban transfonnando aceleradamente en un "antinorteamericano" oficial, intent6una tregua (presumiblemente tactica) de distension con el regimen stronista yen el ensayo de esa linea diplomatica encontr6 a la Embajada norteamericana local el 3 de febrero(26). Por ultimo, siempre en relaci6n a la influencia del factor externo en procesos de transicion, cabe agregar que en el caso paraguayo, el "intervencionismo" de nuevo cuno, paradojicamente no intervencionista, estuvo en terminos generales orientado a que el pueblo paraguayo recuperara internamente su capacidad de autodetenninaci6n politica, y ademas, en 10 fundamental respeto a las fuerzas internas y sus dinamicas, aun cuando cada factor internacional de poder buscaba de alguna manera el fortalecimiento de 10 que podriamos denominar su correspon­ diente interlocutor privilegiado(27). IV. NEGOCIACIONES IMPLICITAS: LA PRIMERA FASE DEL POSTSTRONISMO La transici6n paraguaya tiene una peculiaridad: las negociaciones correspondientes no pudieron rcalizarse con Stroessner en el poder sino recien despucs de su derrocamiento. A tal punto que incluso, como sostiene Euclides ACevedo, titular del opositor y social dem6crata Partido Revolucionacio Febrerista (PRF), meses despues del golpe todavia es inexistente un acuerdo politico explfcito entre el nuevo regimen y la oposici6n bien delineado (que incluya itinerario, ca1endario, etc.), y suscrito y refrendado como compromiso para la transici6n por todas las organizaciones poHticas del pais, legitimas y gravitantes(28). Sin embargo, tampoco puede negarse que el tiempo politico y su ritrno, si bien estan lejos de haber side formalizados por las dirigencias poifticas, contemplando desde luego los intereses y propuestas de sectores sociales as! como los de instituciones que tambicn lucharon por la democracia, siguen en 10fundamental el consensopoHtico existentea nivel nacional, enmarcados politica y cronol6gicamente en una racionalidad que se decidi6 entre el Palacio de L6pez, cuando Rodriguez acababa de jurar como presidente de facto, y la Junta de Gobierno provisoria del Partido Colorado, antes de que su sectores disidentes (0 contestatarios) pudieran incorporarse a ella; la clave de aquella se encuentra en la convocatoria a elecciones generales en el plazo de 90 dras, con 10 cual quedaron establecidas tres etapas Msicas: (i) Primera etapa: hasta las elecciones del 10. de mayo, destinadas a la constitucionalizacion y legitimaci6n politica del regimen; (ii) Segunda etapa: desde la anterior basta las elecciones municipales de 1990, en las cuales el proceso pre y postelectoral tendnl que ser ala vez en libertad y limpio, y no como en la coyuntura electoral anterior definida por la oposici6n como de' 'elecciones libres pero no limpias"; y (iii) Tercera etapa: las elecciones generales de 1993 que deberan caracterizarse poruna autentica competitividad democnitica en lOdos los 6rdenes. Ahora bien, l,quienes estan negociando en la transici6n paraguaya? EI poder en la actualidad se articula como una alianza inestable entre Gobierno/Fuerzas Armadas/Partido Colorado, el triangulo no equilatero de poder organizado por Stroessner, y en el cual ejerci6 durante mas de tres decadas el rol de vertices superior. Decimos inestable, porque si el objetivo del proceso actual es verdaderamente la democracia, resulta inevitable que para alcanzarla antes se acabe con la simbiosis de naturaleza totalitaria entre Estado y Gobierno, y entre oficialismo y Fuerzas Armada, las cuales por este procedimiento antidemocratico bajo la dictadura derrocada dejaron de ser nacionales para convertirse en "coloradas y stronistas". No se trata aqul de generar una discusi6n bizantinica sobre "si el poder (autoritario) se suicida 0 n6", pues segun describimos en las seccion anterior, el goIpe del 3 de febrero que inaugura la liberalizaci6n politica en Paraguay, antesala de la transici6n, no se explica sino en el marco de una crisis terminal del stronismo, y al menos de momento, todavia no existen las condiciones poHticas (locales e internacionales) que permitan pensar con alguna posibilidad de exita en una involuci6n autoritaria(29). 13
  • 16. Regresando at poder que se negocia, es necesario precisar ademas que cada arista del mismo tiene tiempos, correladones de fuerza y presumiblemente proyectos diferentes. EI nucleo guber­ namental. hasta ahora coincide con la mayor cuota de poder y esta personalizado en la figura del presidente general Rodriguez, quien aparece siempre mas decidido e interesado que muchos de sus seguidores (en t6rminos de voluntad y aceion polfticas) en completar la transicion. Al interior de las Fuerzas Annadas, si bien nadie disputa todavia al mando (en sentido weberiano) al Comandante en jefe, Rodriguez, es evideme que de la noche a la manana no puede neutralizarse la herencia semitotalitariaque dejo a su interior el stronismo; 0 dicho de otra forma: ltodos los militares quieren la democracia como parece quererla Rodriguez? Y la misma pregunta es valida para el Partido Colorado, reunificado formalmente en la actualidad sobre la base de sus sectores democniticos y populistas (ex disidentes), y el MIC (Movimiento de Integraci6n Colorada) y el Tradicionalismo, este ultimo nada menos que Ia base de sustentaci6n politicadel stronismo durante decadas, raWn por la cual son inevitables las dudas sobre la autentica vocaci6n democratica que aparentan tener(30). Excepto el Partido Comunista Paraguayo (pCP), en cualquiera de Sil facciones, ninguna otra fuerza polftica opositora ha sido vetada por el parler para negociar la transici6n desde dentro del proceso actual. Aparte de la legalizacion de la principal fuerza opositora, el Partido Liberal Autentico (PLRA) y de la democracia cristiana, ambos (sobre todo el primero) en la categoria de "partidos tradicionales" en Paraguay, fueron reconocidas como organizaciones polfticas otras fuerzas, como el Partido Humanista (PH), el Partido de los Trabajadores (PT), e incluso un partido de filiacion nazi-fascista, mientras que el Movimiento Democnitico Popular (MDP), otra de las expresiones de la naciente nueva izquierda paraguaya opt6 libremente por no solicitar su legali­ zacion, aduciendo razones de linea politica, 10 que sin embargo no Ie significa merma alguna para sus actividades, excepto desde luego la imposibilidad de participar con candidatos propios en los procesos electorales en ciernes(31). El contenido de las negociaciones, tal vez de una manera desordenada, y sin que exista un plan organico para las mismas, que de hecho se basan mucho en la etapa actual en la manifiesta predisposici6n y buenavoluntad delPoderEjecutivo, apuntaexplfcitamente a despejar de impurezas autoritarias el marco juridico-polftico 0 institucional en el que habra de llevarse a cabo la transici6n hasta que finalice, para iniciar luego la etapa posterior de la consolidaci6n democratica. Es que, al haberse optado para constitucionalizar al regimen de facto por la estrategia que favorecfa al oficialismo (convocatoria para elecciones en noventa dias, realizadas ello. de mayo) se mantuvo de hecho el cronograma de la constitucion stronista de 1967, la cual tiene como hitos complemen­ tarios y tambien centrales las elecciones municipalesde 1990y los subsiguientes comicios generales de 1993, segtin ha sido indicado ya. De igual manera sostuvimos que el grade de inclusividad del sistema politico es amplio (con la unica excepci6n de las organizaciones manifiestamente marxis­ tas), como para suponer que las llaves maestras del proceso de transici6n, sus aspectos juridico­ politicos, constitucionales y electorales, en su diseflo y filosoffa incorporanin el consenso nacional existente en cuestiones tan fundamentales (sobre las cuales volvemos con mayor detenimiento mas adelante) como estas: (i) la aprobaci6n de nuevas leyes electorales y de partidos politiCOS, y la constituci6n de un Poder Electoral en el pais; (ii) la reforma de la Constitucion Nacional de 1967; (iii) la derogaci6n de las leyes liberticidas; (iv) la consolidaci6n de la reestructuracion del Poder Judicial como parler independiente; (v) la reforma del Estado: basicamente la separaci6n entre partido oficialista y administraci6n publica, la diferenciaci6n entre Estado y Gobierno, y la correspondiente neutralidad electoral de este Ultimo; y (vi) la modernizaci6n profesional de las Fuerzas Armadas empezando por su despartizacion, es decir, que la instituci6n castrense deje de ser "colorada" para convertirse en nacional(32). Se trata sin asomo de duda de gran parte de las reivindicaciones politicas de las fuea..as opositoras, incluyendo a los sectores democriiticos (y ex disidentes) del coloradismo hoy incorpo- J 14
  • 17. rados al oficialismo. En el ambito de la ••ciudadanfa social' , tal vez 10 mas relavante haya sido desde el mismo inicio del actual proceso la practica eclosi6n del problema de la tierra debido ala gravedad de la situacion del campesinado paraguayo, y el reconocimiento a numerosos sindicatos y a una de las centrales (la socialcristiana CNT) que durante decadas funcion6 ilegalmente aunque tolerada de alguna manera por las autoridades stronistas. Por 10 demas, en la esfera de los sectores dominantes, puede decirse que la adopci6n de algunas medidas de liberalizaci6n economica fueron l6gicamente muy bien recibidas, incluyendo la promesa de la racionalizaci6n del aparato de Estado y de medidas privatizadoras a ser adoptadas supueStamente sin mayores dilaciones(33). Junto con la complejidad de la cuesti6n social, el tema mas conflictivo en el mediano y largo plazo sera el de la institucionalizaci6n de las Fuerzas Armadas, para transfonnarlas en profesionales y apartidistas y subordinarlas a la Constitucion y las leyes, cualquiera sea ellider politico y partido que por medio del sufragio universallleguen aencarar a las instituciones de la Republica. En el caso paraguayo puede decirse que contribuye a facilitar esta "transicion" del modelo militar partidista al nacional el que entre sus miembros de todas las jerarquias no se encuentren masivamente figuras relevantes en las violaciones sistematicas a los derechos humanos bajo el stronismo, que complico de manera directa a la instituci6n policial y sobre todo a la policia politica. Las mayores probabilidades de fricci6n entre el proceso actual y las Fuerzas Armadas pasan por el enjuiciamiento de varios altos jefes militares del regimen anterior que esmn acusados ante lajusticia bajo los cargos de enriquecimiento ilicito, y de algunos pocos oficiales generales que directamente estuvieron vinculados a la represi6n politica. Por otra parte, es de esperar que tambien generen resistencia aquellas medidas a ser adoptadas en el futuro para reducir los innumerables privilegios (la corrupcion 0 el "precio de lapaz" bajo la dictadura) a los que acostumbro Stroessnera los miembros de la corporacion militar como una forma de cooptarlos via un consenso perverso(34). Para tener una visi6n mas ordenada de cuanto decimos, vale la pena recurrir a un criterio elemental de periodizaci6n a partir del derrocamiento de Stroessner y hasta el presente, de manera tal a presentar los rasgos distintivos que adquieren en las etapas a considerar la diversidad de actores influyentes en el proceso politico nacional: 1) Etapa del regimen de racto: desde el3 de febrero basta el 10. de mayo: Poder ejecutivo: -Es el actor principal, dados la precariedad institucional y la tradici6n cultural y politica predominantemente autoritaria en la historia paraguaya. Desde el inicio Rodriguez imprime a su funci6n presidencial una orientaci6n mas nacional que partidista 0 corporativista militar. Ejerce un liderazgo carismatico que cultiva una radical diferencia con el estilo de Stroessner; manifiesta su preocupaci6n por 10 social con rasgos patemalistas-populistas, al visitar el Neurosiquiatrico y el Hospital de Clinicas (este ultimo fue un bastion de los movimientos sociales en la lucha antidictatorial) que sintetizan el drama de las clases subalternas en la esfera de salud publica. En el area castrense tambien ejerce al mando sin ambigiiedades pero siempre patemalis­ tamente, como se evidencia en la visita a heridos y en los homenajes a los caidos durante el golpe. Se esfuerza por acercar al Estado, al Gobiemo y a las Fuerzas Armadas a la Sociedad; Sistema de partidos, ampIio pero restringido en 10 ideol6gico: El golpe ponefin a los partidos administrativos_creados por la dictadura, del tipo de los "opositores" partidos Liberal y Libe~al Radical, con representacion palamentaria bajo el stronismo. En su lugar son reconocidas las verdaderas representaciones politico-partidarias, tradicionales y de reciente constituci6n. Desde el inicio de la coyuntura el sistema se ve sesgado fuertemente por el bipartidismo: de un lado el PLRA 15
  • 18. (Partido Liberal Radical Autentico, que en las elecciones demostrara. que es laprincipal fuerza del liberalismo y de la oposicion) y por el otro el Partido Colorado gubemamental, reunificado trabajosamente sobre la base de numerosas fracciones antagonicas basta antes del golpe (fradicio­ nalismo, Movimiento Etico y Doctrinario, Movimiento Popular Colorado, Movimiento Popular Colorado Nacional, Movimiento de Integracion Colorado y Asociacion Nacional RepubUcana del Exilio y la Resistencia) y con la sola exclusion de la Militancia. Se confonna un sistema pluralista de partidos pero restringido ideologicamente a causa de la exclusion del juego legal de las organizacionesdeclaradamente marxistas, aun cuando lideresy militantes de las diversas tendencias del Partido Comunista local regresan del exilio 0 emergen a superficie incluso con acceso a los medios decomunicacion. EI bipartidismo,por10demas, provoca larupruradelacoalicion opositora Acuerdo Nacional (AN); primero 10 abandona el MOPOCO para incorporarse al oficialismo yluego las demas fuerzas integrantes de la multipartidaria deciden concurrir con candidatos propios a las elecciones, con un balance neto (entre las fuerzas opositoras) favorable al PLRA; (35) Sistema electoral: Entendiendo por tal, ademas de la legislaci6n electoral y del engranaje politico-burocratico de la Junta Electoral Central (JEC), el organismo administrativo que regla­ menta y organiza las elecciones en todas sus etapas hasta el computo de los sufragios, tambien ala legislaci6n sobre partidos politicos pues repercute en los procesos electorales. En las elecciones del 10. de mayo son empleados los padrones defectuosos de la etapa dictatorial; se mantiene el control absolute de la JEC por el Partido Colorado; yes utilizada la ley 886/81 del Estatuto Electoral favorable al gobierno de facto. Por 10 demas, reiteramos, el plaza de tres meses para las elecciones (justificado oficialmente en la necesidad de legalizar 0 constitucionalizar al regimen) perjudica a los partidos de oposicion que empiezan a salir de decadas de persecuciones dictatoriales; Libertades publicas y garantias individuates: En materia de libertades de expresion, organizacion y prensa despues del golpe el Paraguay vive un clima predominantemente demo­ cn1tico; igual cosa es posible afirmar respecto de las garantias individuales salvo excepciones que no hacen sino confirmar Ia regIa. La amplialibertad de prensaexistenteposibilitael descubrimiento del verdadero rostro del pais yel derrumbe ideologico de la dictadura; Superacion del aislamiento internacional: A'nivel de los principales actores internacionales (estados, OIG. ONG) y de la opinion publica mundial, el Paraguay rompe el aislamiento politico que tantas dificultades habfa causado a Stroessner, sobre la base de las promesas y medidas adoptadas para la transicion ala democracia, el respeto a los derechos humanos y, mensaje dirigido sobre todo a Estados Unidos, el compromiso de combatir el narcotrafico. La respuesta externa no demora, y luego del inmediato reconocimiento del gobierno de facto por la Casa Rosada sigue el de los mas influyentes gobiernos del mundo occidental (el Paraguay no mantiene relaciones con el bloque socialista porque subordina su politica exterior al anacronismo de las "fronteras ideol6gicas''). La sociedad internacional, en otras palabras, interpreta la coyuntura paraguaya de manera diferente a la creada por el general Noriega en Panama con la destitucion del Presidente Delvalle; Fuerzas armadas y de seguridad: La cupula militar stronista en su mayor parte padece una purga que posibilita la reorganizacion de la instituci6n castrense; las primeras medidas que la acompatlan son tipicamente corporativas: aumento de sueldos (un promedio de 70%) y emergencia de los" coroneles rodriguistas" quienes pasan a ocupar interinamente los puestos claves en grandes unidades, mientras esperan el ascenso al grade inmediato superior que les estuvo vedado bajo la dictadura. La correlacion de fuerzas se vuelca fntegramente hacia la caballeria, unidad cabeza del golpe y transformada por ende en la mas influyente de las FF.AA. paraguayas, tanto en poderio de fuego como territorialmente. Una cierta reorganizacion (fundamentalmente en la policfa politica) afecta a las Fuerzas de Seguridad, sobre la base de una nueva doctrina que pone enfasis en el respeto 16 I
  • 19. a los derecho humanos y el trabajo policial preventivo que privilegia el trabajo de inteligencia y avances tecnol6gicos. A diferencia de 10 ocurrido anteriormente. "las calles han dejado de pertenecer a la policfa"; Fuerzas sindicales y movimientos sociales: Conocen por primera vez una etapa de libertades publicas, que en el inicio se manifiesta mas que nada mediante un verdadero "desembalse" de denuncias en 10 referente a la violaci6n de los derechos humanos durante el stronismo. En el area sindical y en el de los actores sociales se inicia un proceso de fortalecimiento organizativo (por ejemplo en el aspecto legal: reconocimientos de sindicatos) y de diferenciaci6n ideol6gica; Iglesia: Terminan las graves tensiones Iglesia/Estado agudizadas en los ultimos afios del stronismo. EI Poder Ejecutivo privilegia una politica de acercamiento al episcopado y este reconoce la legitimidad del nuevo regimen en 10 politico, aun cuando en 10 socio-econ6mico la Iglesia enseguida pasa a la "oposici6n"; Politica econ6mica y empresariado: La primera medida econ6micaadoptada despues del 3 de febrero consiste en la liberalizaci6n cambiaria, mientras en el area econ6mica del Gobierno predomina el discurso marcadamente liberal y privalizador. Las organizaciones empresariales (FEPRINCO, UIP, ETC.) apoyan la nueva orientaci6n econ6mica que recibe crfticas desde el Jiderazgo polftico (oficialista y opositor). sectores de la prensa y de intelectuales. Al Partido Colorado Ie aparece asi un frente tormentoso adicional, pues desde la decada del 30 a su interior predominan los sectores estatalistas y dirigistas en 10 econ6mico, bajo la conducci6n de Natalicio Gonzalez, el ide610go del autoritarismo contemporaneo en Paraguay; Poder judicial con renejos condicionados: En el ambito del Estado es el poder judicial (y por eso 10 escribimos en minusculas) el area mas reacia a los nuevos tiempos, incluso por detnls de la conducci6n de las Fuerzas Armadas. Algo visible en la Dotoria lentitud del ministerio publico y de la judicatura para agilizar procesos incoados a ex jerarcas del regimen (principalmente si son militares) a rafz de denuncias sobre violaciones a los derechos humanos y por enriquecimiento ilicito. Los reflejos condicionados de una tal administraci6n de justicia, herencia del regimen anterior, impide asf que miembros de una ONG (caso SEAS) vinculada a sectores populares, exiliados por la dictadura stronista poco antes del golpe, puedan regresaral pais viajudicial; de igua1 manera el veto castrense ala representaci6n de un drama revisionista ("San Femado"), que pone en tela de juicio la figura del Mariscal LOpez, tampoco encuentra reparacion en la justicia; Estado: en el discurso oficial se trata de iniciar un proceso que 10 modemice y democratice, proyecto compartido te6ricamente por la oposici6n polftica, el empresariado, la Iglesia, sectores sindicales y sociales, etc. Es casi nada, sin embargo, al avance en tal sentido, trabandose asi desde el Estado la concreci6n de una autentica reforma agraria que debe ir mucho mas aHa del simple reparto de tierras. 2) Etapa constitucional: desde las elecciones generales basta los primeros dias de agosto. Poder Ejecutivo: A las caracterfsticas ya mencionadas incorpora una inesperada capacidad polftica que legitima todavia mas su liderazgo ahora constitucionalizado. La diplomacia presidencial desplegada desde el inicio es correcta y la desarrolla entre mandatarios democraticos del area. Una evidencia de la capacidad politiea del Ejecutivo es el nombramiento del ex disidente colorado Miguel Angel Gonzalez Casabianca, parael eargo de embajador adscripto ala presidencia, con 10 cual, en 10 interno, contrapesa la influencia de los sectores colorados autoritarios dentro del regimen, yen 10 internacionallaslimitaciones profesionales ypolftico-ideol6gicas del cancillerLUIS 17
  • 20. Maria Argana; tambien la designaci6n de Jer6nimo Irala Burgos(destacado dirigente delaoposici6n democratica y jurista de renombre) como miembro de la Corte Suprema de Justicia es una sefial por sf sola de cambio (gradual) en el Poder Judicial. Y con una decisi6n del Poder Ejecutivo, respaldando la sentencia judicial que permite el regreso de los exiliados del SEAS al pais, despues de decadas de dictadura stronista por primera vez ocurre una "intervenci6n" positiva del jefe de Estado para el fortalecimiento de la justicia, evidenciandose asi de paso una inusual permeabilidad de Rodriguez hacia el consenso societal. En su rol de Comandante en Jefe de las FF.AA., el presidente de la Republica mantiene el mando indiscutido del poder militar, y aparentemente para orientarlo lentamente hacia la profesionalizaci6n y despartidizaci6n de sus cuadros en actividad; Sistema de partidos y Parlamento: Otro importante resultado de las elecciones es la constitucion de un Congreso bicameral pluripartidista, representativo y legitim~ (a pesar de las imperfecciones electorales), que en los intercambios entre parlamentarios exhibe un nuevo estilo democratico, y en el cual de hecho existe una "aritmetica democratica" (sumados los parlamen­ tarios opositores mas los colorados de orientaci6n democnitica son mayoria frente a las super­ vivencias autoritarias del oficialismo) facilitanto que sea votada la ratificaci6n del Pacto de San Jose de Costa Rica y la derogacion de las leyes liberticidas 209 y 294, asf como otras medidas simb6licas pero igualmente importantes. Sin embargo, aparecen dudas sobre la capacidad de los partidos politicos para modernizarse y democratizarse, como 10 demuestran las desgastantes luchas intemas en cada uno de ellos. Algo si.se quiere hasta comprensible. teniendo en cuenta que despues de la dictaduraresulta imposible atajar los debates ideol6gicos intrapartidarios y la lucha por elliderazgo; este "intemismo", de no procesarse democraticamente, puede convertirse en un problema para comnpletar la transicion. y para la posterior etapa de consolidaci6n democratica, entre otras razones porque los reflejos de la "politica de barricada" antidictatorial pueden conducir al descuido de la labor legislativa. Ideol6gicamente se avanza el pluralismo, pues el consenso parlamentario reconoce la necesidad de legalizar a las organizaciones politicas marxistas en el pais, y en el exterior la urgencia de una politica intemacional que supera el maniqueismo sobrevivientedela superada (en el mundo) etapa de guerra fria; Sistema electoral: Se avanza con la votacion (por la camara baja) de la caducidad de los registros electorales, con 10 cuallas elecciones minicipales (1990) en ese aspecto presumiblemente tendran manos vicios. Al interior de los partidos, y en el Parlamento y en la sociedad civil empieza a debatirse la nueva legislaci6n electoral y de partidos, y la creaci6n de un Poder electoral. Mientras ocurren tales avances, en 10 interno partidario el persistente recurso al caudillismo, clientelismo, prebendarismo y otros vicios de la politica local no presentan senales claras de estar en retirada; Libertades piiblicas y garantias individuales: Salvo las excepciones mas abajo senaladas a nivel de las libertades de expresi6n, organizaci6n y prensa predomina el clima democnitico; a tal punto que la aparici6n y desarrollo de la opini6n publica encuentra un estimulo excepcional en la inusual etapa de libertades democraticas que vive el pais; Relaciones internacionales y politica exterior: Prosigue el acercamiento entre el nuevo Gobierno (ahora ya constitucionalizado) y el sistema intemacional, pero mas como resultado de la favorable acogida por este ultimo del Paraguay en transici6n que de la accion de la Cancilleria atrapada entre la burocracia inepta hereda del stronismo, la ausencia de una orientacion clara en politica exterior y ellastre de un ministro de Relaciones Exteriores sin afinidad ni conocimientos con la especialidad y mas interesado en las luchas intemas del Partido Colorado. La diplomacia presidencial sobrepasa la del servicio exterior aunque para el Ejecutivo (y 16gicamente para su Ministerio del Exterior) todavia no ha lIegado el momento de una apertura amplia del Paraguay al J 18
  • 21. ! G. mundo que incluya a lo:;, estados socialistas; Fuerzas armadas yde seguridad: Aparecen los esbozos de una nueva politica militar orientada hacia la profesionallzaclon institucionalista. Por un lado. Rodriguez insiste que en 1993 entregani el mando presldencial a qUien resulte electo (algo que aparece apuntar al debilitamiento politico gradual de la simbiosis aUloritaria Partido Colorado/Fuerzas Annadas). De otra parte, altos jefes militare~ en actividad protagonizan hechos inusuales y significativos: por ejemplo. el general Rejis Anfbal Romero, jefe de la Ca<;a Militar de la Presidencia de la Republica viaja a Montevideo. acompanado de dirigentes oficialistas y opositores, para participar en un seminario intemacional sobre Fuerzas Annadas y democracia. Tambien realizan importantes declaraciones politicas: al regresar del Uruguay, cI general Romero manifiesta que la instituci6n militar respalda el proyecto de Rodriguez de retirarse en el 93 luego de.elecciones democraticas y cualquiera sea el resultado (trinufo oficialista Uopositor); el jefe del Estado Mayor de las FF.AA., general Eumelio Bernal. expresa que ya no se eXlgini la afiliaci6n al Partido Colorado para ingresar al Colegio Militar: mlentras el jefe de la recientemente constituida Fuerza Aerea (anteriormente era "aviaci6n fmhtar' ') msiste en un dlscurso profesionalizante. Pero, l.hasta que punto la nueva doctrina militar en formaci6n es representativa de los mandos y cuadros castrenses, cuya cupulade generalesrecibi6 e1 acuerdo del recien instalado Congresa para ascender en el escalaf6n militar? Por ellado de las Fuerzas Policiales y de Seguridad, la etapa de libertades democraticas permite que salgaa superficie el descontento de la instituci6n, incubado largamente durante el stronismo como resultado de postergaciones salariales, de reivindicaciones profesionales insatisfechas (la jefatura de la poliefa cn manos militaresen lugardecorrespondereJcargoajefepolicial de carrera), y hastadeconciencia politica (rechazo a seguir realizando las tareas sucias de la represi6n politica). Asi, una huelga policial (aparentemente la primera en la historia del pais) culimina con la conquista de algunas reivindicaciones, pero tambien genera represalias (que no incluyen el recurso a la represi6n sangrientaj para varios de los Hderes de la protesta; Fuena sindicales y movimientos sociales: Cautelosamente emergen al espacio publico las organizaciones sindicales del campo y la ciudad, particularmente aqueUas aglutinadas por el MIT (Movimiento lntersindical de trabajadores) que avanza en el proyecto de constituir una Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Por ellado del Estado se observa aun el intervencionismo en el area sindical, a traves de la CPT (Confederaci6n Paraguaya de Trabajadores) controlada por el Partido Colorado bajo el stronismo. Los movimientos sociales (barriales, mujeres, laicos, derechos humanos. estudiantiles. profesionales, etc.) aprovechan la "primavera politica" para fortalecer internamente, mientras de manera paralela participan en el debate sabre diversos aspectos de la reaIidad nacional, ya sea a traves de opiniones 0 de movilizaciones publicas. Las fuerzas sindicales y <;ociaJes, en terminos generales, evaluan las tareas de la transici6n confundiendolas con la de la democratizacicn; Iglesia: EI relacionamiento Iglesia/Estado discurre dentro del clima de dialogo recien recu­ perado mutuamente, aunque tambien en el caso del discurso de la jerarquia y de voceros de organizaciones eclesi<isticas, sin dejar de reconocerse la importancia de la transici6n politica, predominan las preocupaciones por las deficiencias que encuentran en 10 que a' 'ciudadaniasocial" se rcfiere; as! como en materia de derechos humanos (las violaciones de eUos bajo el stronismo) La poSicion de la Iglesia es que para sus responsables "no puede haber perd6n sin justicia previa"; Politica econ(imica y empresariado: Luego de la liberalizaci6n cambiaria (sin que Ie acompa­ nen Olras mediclas) empieza el debate nacional sabre la privatizaci6n de las empresas estatales y el redimensionamiento del Estado. La polemica, que gira alrededor de 1a Industria Nacional del Cemento fINC), una de las empresas publicas dificitarias, de inmediato se politiza como es 16gico 19
  • 22. y finalmente el Gobierno congela por noventa dias la decisi6n de transferirla al sector privado. El diario ABC color es el principal vocero de una poli'tica general deprivatizaciones, que tiene enfrente al sector estatalista, un conglomerado en el que coinciden importantes sectores de los partidos y organizaciones politicas, con y sin representaci6n parlamentaria (con tendencias que van desde la derecha, pasando por el centro y hasta la izquierda), grupos intelectuales, organizaciones sindicales y sectores empresariales vinculados a los contratos publicos. Con todo, la reacci6n determinante para evitar el inkio de la privatizaci6n es la del Partido Colorado, donde tanto el tradkionalismo autoritario como sectores de ex disidentes no estin dispuestos a abandonar el sector publico de la economia, base de la polftka clientelistico-prebendaria practicada ininterrumpidamente por el coloradismo a apanir de su regreso al poder a fines de los afos cuarenta. Significativamente, el empresariado nacional parece incapaz de articular una campafia coherente y legitimadora de la liberalizacion economica (buscando por ejemplo construir el consenso nacional al respecto) propugnado por sectores del Gobierno; Poder Judicial: La reclamada reestructuracion del Poder Judicial, en la pnktica se redujo al nombramiento de Jeronimo lrala Burgos como miemhro de la Corte Suprema, y a la desginaci6n de algunos abogados j6venes como magistrados de primera instancia. Paralelamente, la sociedadcivil a diario constata preocupada la lentitud de la justicia para el procesamiento de ex funcionarios de la dictadura depuesta acusados de haber intervenido en ilicitos economicos y/o de tener responsa­ bilidad en la polftica represiva ilegal del anterior regimen. Mas significativamente, el Ministerio Publico no actua de oficio en ninguna de las denuncias ptiblicas que en ambos aspectos involucran aaltosjefes miiitares del stronismo; asimismo, lasresolucionesdeunjuezordenandola investigacion de un predio de las fuerzas de seguridad para buscar tumbas clandestinas de presos politicos desaparecidos, al ser desacatadas por el comandante de la unidad incrementan la desconfianza de la sociedad hacia la administraci6n dejusticia. Tampoco las autoridades policiales acatan a la Corte que hace lugar a un recurso de habeas corpus presentado a favor del subcomisario Felipe Cafiete, injustamente privado de su libertad a raiz de criticas publicas a rasgos antidemocniticos que persisten en la conduccion de la institucion; al final el subcomisario sale en libertad pero dado de baja de las fuerzas de seguridad. La justicia igualmente poco 0 nada logra para el cumplimiento de las leyes penales del pais luego del ilegal y repudiado ataque de una brigada de perros, en un confuso episodio policial-militar para interferir una manifestaci6n de campesinos sin tierra, en protesta publica por Asunci6n para atraer la atenci6n de los poderes del Etado y de la sociedad hacia el drama que soportan desde decadas atras. El autor del drama' 'San Fernando", otro episodio que pone en tela de juicio a la justicia, no logra que prospere un recurso de amparo contra la autoritaria decision administrativa del intendente de Asuncion prohibiendo la representaci6n de la obra en el area de su jurisdiccion municipal. Y cuando mas adelante un juez de primera instancia resuelve que los exiliados (por el regimen anterior) del SEAS regresen al pais parael cumplimiento su decision debe ser respaldadas nada menos que por Poder Ejecutivo. A nivel de la administraci6n de justicia, la conciencia juridica nacional constata a diario que todavia debe soportar la herencia de la dictadura; Estado: EI discurso modernizador no va mas alIa de los papeles y declaraciones, por ejemplo en 10 que se refiere a separaci6n entre Gobierno y Estado. Asf la administraci6n publica permanece como COlO exclusivo de caza del Partido Colorado. Por 10 tanto la racionalizaci6n del Estado ­ empleador ntimero uno en el pais- y su redimensionamiento, via la polftica de privatizaciones, en los hechos muere antes de nacer. El paternalismo y burocratismo estatal encuentra un ejemplo en la creacicn del Consejo Nacional de Desarrollo Rural y en el correspondiente debate oficial sobre 1a reforma agraria, para la solucion del mas explosiv~ problema social del pais, el campesinado sin tierra, pues las autoridades olvidan escucharlos puntos de vista de las organizaciones sindicales del campo. La reforma administrativa del Estado, cuyo funcionamiento cTitico es tambien resultado de la deficiente burocracia publica, resultado a su vez de la politica clienteHstica del Partido Colorado, 20 I
  • 23. 1 l e Ie apenas sf ocupa atencion de los lideres de dicha organizacion e incluso de los de la oposicion. V. NEGOCIACIONES EXPLICITAS Y LOS RIESGOS DE LA TRANSICION Con posterioridad a los comicios del 1 de mayo, es decir, una vez Jegitimado electoralmente Rodriguez por la oposicion, se abre una coyuntura en la cualla transicion debe completarse con las elecciones democraticas de 1993 para Presidente de la Republica y miembros del Congreso. La estacion intermedia entre el presente y aquella fecha en la cual esta prevista que culmine la transicion, es el desafio de las elecciones municipales de 1990. En otras palabras, seglin indicamos antes, desde el momento en que la oposicion democratica con mucho realismo acepto el desaflo electoral de 1989, aun cuando la inmediatez de su convocatoria favorecfa sin ambages el canditado oficialista, con su decision de participar en 151 acepto como cronograma oficial para la transicion los plazos "constitucionales" establecidos por la carta magna vigente. promulgada en 1967 bajo una dictadura stronista que con ello se estabilizaba. transformandose en regimen autoritario. (36) Ciertamente, las fechas pendientes y mencionadas, 1990 y 1993, Yen esto regresamos tambien sobre cuestiones que hemos mencionado muy de pasada en una seecion anterior, constituiran la finalizacion sucesiva de complejas y explicitas negociaciones polfticas cuyo objetivo no puede ser sino Ia creacion de las mejores condiciones de institucionalidad democnitica, que favorezcan una real competencia polftica entre las fuerzas contendientes electoralmente. De manera paralela, otro objetivo estrategiaco de la etapa denominada por nosotros de negociaciones explicitas es el fortalecimiento politico de una correlacion de fuerzas comprometida efectivamente a acatar el veredicto de las urnas desde el Estado y la Sociedad.(37) Los prerrequisitos juridico-politicos, por consiguiente, que en definitiva permitinln evaluar la marcha (avances y retrocesos) de la transicion, son los siguientes: (i) Sistema electoral: En primer lugar la reforma de la ley electoral vigente, incluyendo la creacion de un Poder Electoral independientedel Gobierno y del partido oficialista. De momento se ha avanzado en el Congreso (donde en la comision correspondiente con mucha lentitud se esta discutiendo el nuevo cuerpo legal que reglamentara las elecciones, etc.) con la ley por la cual caduca el actual registro electoral del pais, estableciendose a la vez la confeccion de nuevos padrones y los requisitos para la inscripcion en ellos. Con vistas a las elecciones municipales del ailo entrante, es necesario tambien la reforma de la Ley Organica Municipal (222), por la cuallos intendentes son designados directamente porel PoderEjecutivo (a traves del Ministerio del Interior) siendo electivo unicamente el cargo de Concejal de los gobiernos locales. Debemos agregar que para Ia reforma del sistema electoral el Gobierno ya acept6 el asesoramiento de organismos internacionales especializados en el tema. (38) (ii) Sistema de partidos: A este nivello urgente es la elaboracion de una ley democratica de los partidos politicos que posibilite, por ejemplo, no solo el plurapartidismo real sino tambit5n el pluralismo ideologico, sobre todo ahora que con la derogacion de las leyes represivas (209 y 294) ha desaparecido la penalizacion de los" delitos" ideologicos (lease la adscripcion al marxismo). En otras palabras, un sistema democnitico de partidos, sin 10 cual es impensable la consolidaci6n de la democracia, requiere con urgencia ya en la transici6n incompieta un marco institucional adecuado y aceptado por todos los actores politicos influyentes en la escenario nacional; (39) (iii) Reforma de la Constituci6n: Dada la cercanfa de la coyuntura electoral de 1990, parece 21
  • 24. bastante improbable e irrealista la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente con vistas a la eleccci6n de convencionales para una Constituyente y la ulterior reforma de la Constitucion marcadamente presidencialista y autoritaria de 1967,0 para la elaboraci6n de una nueva. Pero, a mas tardar inmediatamentedespues de loscomicios municipalestendraqueserdebatido,sancionado y promulgado el nuevo texto constitucional, pues de 10 contrario el proceso electoral hacia 1993 no podra desarrollarse en un ambiente democratico. La Constituci6n que suceda a la de 1967, por 10 demas, tendra que reflejar el consenso poUtico existente en el pais sobre cuestiones basicas como el Estado, el regimen polftico, las relaciones Estado-Sociedad, etc. (40) (iv) Modernizaci6n del Estado: Inicialmente. en dos aspectos basicos. En primer lugar. la separacion entre Estado y Gobierno, de tal manera que cese el control y usufructo totalitario del aparato deEstado y de laburocraciapublicaporpartedel PartidoColoradooficialista. elque todavia incluso sigue exigiendo la afiliaci6n para ocupar cargos publicos y descontando compulsivamente a los empleados del sectorestatal un porcentajede sus ingresos paralacajapartidaria; sino seavanza sostenidamente en este sentido, en las proximas campafias electorales los candidatos colorados continuaran beneficillndose con los recursos estatales para actividades proselitistas. La otra esfera de modernizaci6n del Estado que urge iniciar es la profesionalizaci6n y despartidizacion de las Fuerzas Armadas: en este ambito estrategico algo se ha avanzado a nivel de debate publico. adn cuando todavia los partidos con representaci6n parlamentaria no han comenzado a estudiar y a calendarizar este aspecto de la transici6n que figura entre los principales y mas complejos; (41) (v) Afirmaci6n de la independencia del Poder Judicial: De no avanzarse en la afrrmacion del Poder Judicial como uno de los tres poderes del Estado el actual proceso polftico se verla profundarnente resentido. Tarnbien para este nivel del proceso de transici6n urge el tema de la reforma de la Constituci6n, pues de acuerdo a la vigente el Poder Ejecutivo es quien nombra a los magistrados judiciales, int:erfiriendo de esta forma (as1 como por otrosmedios "legales" 0 n6) en la administraci6n de la justicia; (42) Ellogro de estas metas, como es de suponer, se encuentra vinculado directamante ala marcha normal del proceso de transici6n, esto es, a que el mismo no se yea entorpecido por factores de descomposicion. Entre los principales riesgos que.enfrentara la etapa politica inaugurada con las elecciones del 1de mayo, y sin presentarlos por orden de importancia, podemos seflalar: (i) Tradici6n cultural autoritaria: La historia politica del Paraguay esm signada por el predominiode unaculturayde practicaspoliticaspredominantementeautoritarias. Como cualquier proceso de transici6n se basa esencialmente en la negociaci6n, y en realidad es una apuesta plena de incertidumbre, en cualquier momento las dificultades pueden conducir a laadopci6n de posturas maximalistas e inflexibles en diferentes actores. Los partidos politicos de hecho, estan atravesando una etapade desgastante "internismo" por el controlde las respectivas conducciones,queenfrentan a los diferent:es sectores de cada organizaci6n, ya sea por problemas de liderazgo, diferencias ideol6gicas, estrategias contrapuestas, etc. En realidad, los partidos no estAn funcionando en su vida interna sobre la base de principios y practicas estrictamente democraticos. Este internismo exacerbado conduce inevitablemente a descuidar el adecuado tratamiento de los problemas nacionales en el Parlamento y contribuye el desvalorizar la legitimidad de la politica, los partidos ysus liderazgos. Igual situacion, poco mas0 menos, se vive al interior de algunas fuerzas sindicales y sociales. A nivel politico partidario es en el Partido Colorado donde la pugnas intra·partidarias adquieren mayor transcendencia - par ser la base de apoyo politico del regimen y enfrenta a los sectores autoritarios y democraticos. Logicamente, cualquier desborde de estas pugnas ayudanl a fortalecera sectores autoritarios de las FF.AA, queporel momento todavia no han podidoarticularse o manifestarse publicamente en funci6n de un proyecto antidemocratico por falta de espacio I
  • 25. politico. Por ellado de la oposici6n partidariay'de organizaciones sindicales y sociales,otto peligro adicional puede darse si se generalizan posturas fundamentalistas (de momento minoritarias a nivel nacional) que evaluan la transici6n excIusivamente desde la perspectiva de la democratizaci6n que ya corresponde ala etapa de la consolidaci6n democratica. Cabria agregar que en instituciones tan influyentes como la Iglesiacat61ica, y en importantes sectores de la intelligentsia local noexisteuna s61ida cultura de la transici6n, por as! decirlo, y por consiguiente tampoco se la diferencia de la consolidaci6n democratica. Si a todo 10 anterior sumamos un empresariado muy atrasado en terminos generales como es el paraguayo, donde constituye una franca minorfa la "burguesCa ilustrada", que sf tienen bien desarrollada otros proses del area, en la cercana etapa de mayores confrontaciones sociales que son inevitables en el proceso de apertura politica, podemos conduir que el camino hacia 1993 estani empedrado de dificultades;(43) (ii) Acefalia del Poder Ejecutivo: En pafses como el Paraguay, de endeble institucionalizaci6n democratica, el "azar en la historia", bajo la forma por ejemplo de la acefalia del Poder Ejecutivo, por el motivo que sea, puede convertirse en un impedimento serio para completar la transici6n. En esta etapa en que la correlaci6n de fuerzas al interior del regimen todavfa parece no haberse volcado totalmente a favor de sus sectores genuinamente aperturistas y democraticos, Rodriguez se ha transformado en una pieza insustituible, sobre tod~ por la manifiesta voluntad de "juego limpio" de que hace gala pennanentemente, ya sea por medio de gestos simoolicos, hechos 0 declaraciones ycompromisospublicamenteasumidos. Su autoridadaun no es cuestionadaal interiorde lasFF.AA, y su prestigio politicoa nivel nacional, originado en la conducci6n victoriosa del golpe de estado, en terminos generales los utiliza para fortalecer a los sectores comprometidos con 1a transici6n en el regimen, los partidos politicos democraticos y la sociedad civil en su conjunto. De abC tambien la urgencia de concretar las tareas de la negociaci6n explfcita para Ilegar democraticamente a las elecciones de 1993; (44) (iii) EI factor externo: Dejando de lado el maniqueCmo de las concepciones "imperialistas" o el de aquellas tesis sobre el •'sub-imperialismo brasileno". por ejemplo, no podemos negar que el contexto contiguo de transici6n a la democracia se convirti6 en un obstaculo formidable para 1a dictadura de Stroessner en su ultima fase. De igual manera, los riesgos de la incertidumbre y del desencanto que segun Weffort caracterizan en la actualidad a las transiciones de Argentina, Brasil y Uruguay, de converitirse respectivamente en crisis de ingobernabilidad, pueden estimular la reaparici6n de las "soluciones autoritarias", las cuales de momento sin embargo no encuentran en el sistema internacional un horizonte favorable. (45) llist6ricamente. de hecho, el Paraguay ha l1egado siempre retrasado a las coyunturas contemporaneas de democratizaci6n en America Latina: despiles de la Segunda Guerra Mundial, cuanddo las tendencias democraticas ganaron terreno en latinoamerica, en 1947 esta1l61a guerra civil de 1947 en Paraguay que termin6 favorablemente para el Proyecto autoritario paraguayo (ya fortalecido por 1a equivocada polftica de la administraci6n Roosevelt hacia Asunci6n), en m~mentos en los cuales a nivel mundial estallaba la guerra fria; en la segunda mitad de los cincuenta y comienzos de los sesenta, America Latina asiste al fin del cicIo de los dictadores militares personalistas (como Batista, Perez Jimenez, Trujillo), generaci6n de "hombres fuertes" que es la de Stroessner, quien sin embargo sortea con exito esa etapa de convulsiones y hasta Uega a aprovecharse de las repercusiones (financieras y crediticias) de la Alianza para el Progreso; tampoco pudo beneficiarse el Paraguay democnitico con el cicIo de la detente (1968-70) a nivel mundial. pues por entonces las principales mediaciones internacionales del pais (Argentina-Brasil), ya estaban embarcadas en la etapa de los regimenes burocratico­ autoritarios que durante la decada del sesenta contribuirfa a fortalecer en el ambito extemo al tradicional autoritarismo stronista. (46) Con 10 anterior no estamos agotando el terna de los posibles escenarios negativos parael proceso 23
  • 26. de transicion en Paraguay. Pero creimos conveniente mencionar algunos de elios desde ciertos aspectos, apenas como una aproximacion muy superficial a un tema que debe ser objeto de preocupacion no sOlo de los cientistas sociales, sino sobre todo de las dirigencias politicas desgastadas actualmente en pugnas intestinas por el poder, subordinando imprudentemente el objetivo estrategico, completar la transicion para luego iniciarel igualmente complicado proceso de consolidaci6n del sistema democratico de gobiemo. VI. CONCLUSIONES El camino a 1993 en el Paraguay, superadas ya con el golpe de febrero la etapa de "descompo­ sicion intema del regimen' •stronista, y de la moviliZaciones politicas y sociales que contribuyeron a aislarlo de la sociedad, luego de mayo de 1989 se transforma propiamente en una fase de "negociaciones y enfrentamientos institucionales entre el regimen y la oposici6n". El actual es un regimen diferente al anterior, aunque surgido de sus mismas entrafias, y la oposici6n se encuentra obligada a redefinir su propia identidad: ya no es la dictadura la que esta enfrente y entre las fuerzas opositoras hay actores nuevos (por ejmplo el PT y el MDP), asi como tambien algunas restas, concretamente el MOPOCO que paso a integrar el oficialismo, como una de sus alas democrliticas, desde el momento en que regres6 a su matriz originaria, el Panido Colorado, poco despues del derrocamiento de Stroessner; En el caso paraguayo, las "confrontaciones institucionales", descritas en el apartado anterior, se estan llevando a cabo, al igual que 10 ocurrido en otras tmasiciones, Msicamente "bajo las reglas de 1a dictadura, pero para terminar con ella" , y contando para eso con la colaboraci6n de sectores politicos, sociales, economicos y militares que durante decadas 10 respaldaron. Precisamente, la transicion en Paraguay esta realizlindose porque no solamente la oposici6n, tambien los sectores democclticos del Panido Colorado, y el mismo Poder Ejecutivo (hasta el momento, al menos) son aliados objetivos para "negociar 0 imponer el escenario de ese enfrentamiento" institucional del que hablamos arriba, pues de 10 contrario este "secl el impuesto" por las fuerzas autoritarias que irAn avanzando (basta convertirse en una altemativa polftica) con cada error 0 deficiencia de las fuerzas democclticas. De producirse tal situaci6n, ilegariamos a un nuevo regimen autoritario, con la cual Hel paso a un regimen democcltico se tendecl a hacer por transformaci6n intema y gradual del regimen debido a presiones de la oposici6n 'desde dentro", (47) EI proceso entoces rna mucho mas albi de 1993 y podria seguir, por ejemplo, el derrotero de la prolongada transici6n brasilefiacon todos los inconvenientes para la perspectiva de la "democratizaci6n" (48). Nos parece oportuno agregar que la consolidaci6n de la democracia (que no ba sidoconsiderada en este trabajo por 10 que dejamos a un lado la problematica de la "ciudadania social" debido a su complejidad), limitandonos a 10 politico exc1usivamente, "esta ligada a la reconstrucci6n del sistema politico, 10 que supone una redefinici6n del papel del Estado y del control democrlitico de este. especialmente del papel de las FF.AA, a una reformulaci6n de las relaciones entre sistema politico y sociedad civil con creciente autonomia de esta, y a una reestructuracion del sistema partidario con especial enfasis en la construcci6n de una coalici6n mayoritaria que asegure ala vez adhesi6n democratica y cambio social" (49) Paradecirlo con otra palabras, se trata de suplantar el bloque en el poder del stronismo por otro favorable y coherente con un proyecto democratico en 10 polftico y socio-economico.(50) Quisieramos concluir, incorporando a este trabajo un aporte sobre Hel problema del realismo politico" que debe interesar a todo proceso de transici6n (y de democratizaci6n) y que Lechner 10 24 I
  • 27. asoda con una "cuesti6n de tiemJX>". Se trata. por un lado. de "una reconversi6n del pasado autoritario" reconociendo "ta efectividad presente del pasado". que es difet:ente a ignomrlo 0 asumirlo "como mera mercia". transfonnaci6n aquella que JX>r consiguiente conduce a Uta reparaci6n (material ysimlxSlica)JX>rlasinjusticiassufridasylos doloresreprimidos: unarestituci6n del pasado como historia de la dignidad humana.(51) En este caso la preguntaque nos hacemos es c6mo lograrlo en el tiemJX> inestable de la transici6n y para que dicha restitucion no tennine apelignindola. Lechner sostiene ademas que "el realismo requiere producir tiempo en tanto continuidad a futuro" que no es otra cosa sino "constuir un orden en que todos tienen futuro". Estariamos ya en plena etapa de democratizaci6n: "Paraque todos tengan un futuro (aunque no sea uno yel mismo) hay que concebirlo como la obra colectiva. de una pluralidad de hombres y mujeres. De ahi la necesidad de 'cierto' ajuste de las distintas nociones de tiempo. los diferentes horizontes y las diferentesexpectativas temporales. Las mismas mstituciones democraticasofrecen mecanismos de sincronizai6n: elecciones peri6dicas. plazos legales. rutinas administrativas. control de la confian­ za, etcetera. Pero la eficacia de laestructuraci6n fonnal de la temporalidad reside. segun vimos, en el ambito emocional-afectivo y simlxSlico-imaginario. Dependera finalmente de este contexto si el orden democratico sera asumido como elaboraci6n social de un futuro compartido. Y de ello dependera. a su vez, como responda cada uno de nosotros la cuesti6n del realismo: lque se Ie puede pedir a la democracia?". (52) Y ese precisamente es otro de los desaffos de la actual coyuntura paraguaya: elaborar colectivamente la definici6n de aquello que podemos exigir, no ya a la democracia, sino a la transicion, para completarla y entonces iniciar la realizaci6n a aqueUa. a ::s Ir el n j.,) :s:no e:do 25