1. ArticuloN#3
35 días y 380 kilómetros para luchar contra
la discapacidad en Bolivia
El documental ‘The fight’ ha ganado un premio en Reino Unido e inicia su recorrido
por otros festivales internacionales
Cochabamba 25 JUN 2017 - 02:24 CEST
La historia de The fight le llegó a la cineasta boliviana-australiana Violeta Ayala como sorpresa. No se la
esperaba. Un colega le dio a conocer que una decena de personas con discapacidad se colgaron junto a sus
sillas de ruedas de un puente en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, exigiendo al Ejecutivo un bono mensual
de 500 bolivianos (72 dólares). Esto sucedió en febrero de 2016. Un mes después, cientos de personas con
minusvalía decidieron llevar sus demandas a 380 kilómetros de distancia, a La Paz, para exigir este subsidio
y reunirse con el presidente, Evo Morales. Sin una idea, sin planificación, solo con su cámara lista, la
realizadora y su codirector, Dan Fallshaw, siguieron los pasos de los marchistas hasta la sede de Gobierno,
sin saber que la verdadera historia los esperaba al llegar a destino.
2. El seguimiento que los dos cineastas y su equipo de filmación realizó a esta marcha fue premiado el pasado
14 de junio en el festival de documentales de Sheffield, Inglaterra –uno de los más importantes de Reino
Unido-, donde ganaron el galardón de la Deustche Welle al mejor relato urgente. El filme, que
está disponible en línea de forma gratuita, también participó en el ciclo de cine América insumisa,
organizado por el Museo Etnográfico de Castilla y León, en España. Ayala dice que han recibido
invitaciones de citas cinematográficas en diferentes países y que están planificando cuál será el próximo
destino de The fight. “Es un corto documental muy profundamente humano y conmovedor, que toca la
sensibilidad de cualquier persona que lo pueda ver”, dice el fallo del jurado sobre el filme.
Fueron 35 días de caminata desde Cochabamba hasta La Paz. Durante más de dos meses, los manifestantes
aguardaron en las calles cercanas a la plaza Murillo –donde se encuentra el centro de operaciones del
Ejecutivo de Morales- sin poder acercarse al palacio de Gobierno por un inédito cerco levantado por la
policía. Ayala y su equipo estuvieron durante todo ese tiempo cerca de la caravana. El registrar esa historia
se convirtió en una necesidad. “Habían noches que no dormíamos porque la Policía venía alrededor y no
nos dejaba. Los estaba traumatizando [a las personas con discapacidad], les metían miedo, querían que
dejen todo a la fuerza. Una cosa nos llevó a la otra, nunca nos imaginamos lo que iba a pasar”, cuenta Ayala.
Durante los casi tres meses que permaneció la caravana en La Paz, fueron reprimidos en más de una ocasión
por el cuerpo de seguridad pública, que utilizó gases lacrimógenos, vehículos blindados lanza-agua, además
de uso excesivo de fuerza para frenar los intentos de las personas con discapacidad para llegar al palacio de
Gobierno. “La violencia que ves en el documental es tan pequeña en comparación a la que han vivido las
personas con discapacidad. La entereza que han mostrado ha sido increíble. Se ha culpado a los periodistas
y cineastas de ser precursores de los hechos violentos, cuando las cámaras han parado y prevenido mucha
de esa violencia”, afirma la realizadora.