2. Autor: Ingrid Orozco
Concepto e Ilustraciones: Ingrid Orozco
Creación Inédita. Año 2.015.
Publicado en http://www.slideshare.net
3. Él se sentía muy solo
y triste, ya no tenía quien
narrara sus cuentos que
solo su querido abuelito
sabia hacer. En la escuela
sus amigos le preguntaban
que le pasaba y él con
mirada triste contestaba,
que extrañaba mucho a su
abuelito Fausto que se
había ido a vivir a la casa
de la playa porque estaba
enfermo.
Había una vez un niño llamado Pedrito,
vivía muy feliz con su familia especialmente
con su abuelito Fausto, en las noches antes de
dormir él le contaba cuentos y la pasaban muy
bien porque se querían mucho.
Un día el abuelito se enferma de
gravedad, el médico habla con su familia y le
explica que el señor necesita tranquilidad y
sobre todo reposo, los padres de Pedrito
decidieron llevar al abuelito a la casa de la
playa, a orillas del mar con una tía para que lo
cuidara y el pudiera recuperarse.
Pedrito al enterarse del viaje de su
querido abuelito, se puso muy triste pero
igual aceptó la decisión de sus padres.
4. Llegó el día en que Pedrito viajaría a la casa
de la playa, estaba muy feliz por que pronto vería a
su abuelito para abrazarlo y contarle muchas cosas
de lo que había vivido durante su ausencia.
Al llegar a la playa ve a su abuelo sentado a la
orilla del mar y sale corriendo a encontrarse con él,
los dos estaban muy felices, no podían creer que ya
estaban juntos otra vez. Su abuelito ya estaba
mejor…eso le dio mucha alegría a Pedrito.
Luego su amigo Juan le dice: pero no
estés tristes faltan dos meses para las
vacaciones y allí te puedes ir a pasarla con
el señor Fausto, Pedrito con una sonrisa en
su rostro le dijo: tienes razón voy a
pedirle a Dios que el tiempo pase rápido
para ir con mi abuelito jugar con él, y así
pedirle que me narre sus lindos cuentos.
Así pasaron las semanas hasta que
llegaron las anheladas vacaciones,
Pedrito muy contento le dice a sus
padres que quería pasar sus vacaciones
con su abuelito, sus padres le dijeron
que si podía ir a la casa de la playa.
5. Ellos Jugaron todo el día en la playa, en la noche le
narra un cuento muy lindo a Pedrito. En la mañana siguiente
Pedrito se levanta, no ve a su abuelito y sale corriendo a la
playa a buscarlo, pero cuál es su sorpresa que ve a su
abuelito pescando en un barco muy grande, fue tanto la
emoción de Pedrito que le gritaba a su abuelito que quería
montarse en el barco, enseguida lo monta ese día lo
enseño, a navegar, a pescar, a escuchar el cantar de la
gaviotas y a sentir la brisa del mar que golpeaba su rostro y
lo hacía amar mas al maravilloso mar. Sin embargo aconsejo
a Pedrito que no debía montarse solo en el barco porque era
muy peligroso por las tormentas, las olas intensas que
generaba el mar cuando los niños no obedecían a sus padres.
Pero Pedrito le responde a su abuelito: está bien no lo haré,
se fueron muy contentos a su casa a dormir.
La mañana siguiente el abuelito Fausto salió con la tía a
comprar unas cosas, Pedrito se había quedado solo en la casa.
El niño se despertó abrió las ventanas ve un día hermoso y
radiante decide irse a la playa sin permiso de su abuelito, al
llegar ve al barco estaba a orilla del mar, se montó sin
recordar lo que le había dicho el abuelito el día anterior.
Pedrito soltó el ancla y se fue a navegar. Mientras se divertía
pescando, observa que todo se pone oscuro y comienzan a
caer una gotita, dos gotitas, tres gotitas, cuatro gotitas, y
hasta cinco gotitas, luego comienza a caer un gran chaparrón.
Pedrito asustado se nueve hacia los lados del barco a ver si
veía a alguien que lo auxiliara. De repente cayó un rayo muy
cercano al barco, él seguía asustado, pasaron unos minutos
luego paró la lluvia.
6. Pero Pedrito seguía preocupado y lloraba. De
repente el cielo se vuelve a nublar empieza a caer
otra vez el gran chaparrón, Pedrito llorando le pedía
ayuda a Dios y le prometía que no desobedecería más
a su abuelito, el navegaba y navegaba veía que
estaba llegando a la orilla del mar, sintió un gran
alivio al verse a salvo…
Al bajarse del barco ve a su abuelito que viene
desesperado le pregunta que le había pasado que porque no
había hecho caso de lo que le había dicho de lo peligroso que es
el mar. Pedrito asustado llorando le pedía perdón a su abuelito
que nunca más lo volvería hacer. Su abuelito lo abraza y lo mira
con tanta felicidad, y le dice: Te quiero mucho y no quiero
jamás perderte mi nieto adorado. Se tomaron de las manos y
se fueron caminando muy felices a su dulce hogar.