14. ¿Qué evoca la presa Iturbide?
En principio, un frío muy intenso en el recuerdo, pero no tan atroz para parecerse siquiera al de sus noches. Lluvia y frío,
aroma de bosque, las montañas, las nubes, el río y una presencia misteriosa que en silencio habita el cuerpo de agua.
Evoca llamas, el carbón incandescente y el crujir de la fogata (“como el viento cantando en el incendio...”), los juegos y
cantos tribales, taps y el lecho seco en la tienda -cuando el esmero era consigna-. La voluntad para calzarse las botas heladas
con las manos entumecidas y hacer guardia en la oscuridad de la madrugada, cuidando el fuego. El baño tempranero en el río
heladísimo –por sumersión y valentía repentinas- que dejaba en estupor -la sensación de un mazazo en el cerebro- esperando
los rayos del Sol. Y la intrepidez, sí nos atenemos a la vocación titánica –a veces tiritando- para hacer 2os pisos, antecedentes
directos de las obras de Pejemán… sin dañar un solo árbol. Y algo más que nunca se olvida: la fatiga al regreso, las caras
quemadas, la canción de despedida… y nuestra ropa y el cuerpo y el alma con aroma de fogata.
También una exhalación: en noviembre de 1981, el 1-1 en campamento, una tarde gris se nubla aun más por un Scout -su tropa
acampada en la rivera opuesta- que se hunde y desaparece bajo las aguas... Esa tarde y noche, permanecer acampando frente
al lago, alma y cuerpo atrapado en su fondo, nos hace respirar melancolía. De madrugada, entre la neblina, pasan como
fantasmas los elementos de rescate acuático de la CRM y hacen su trabajo apenas amanece. Hoy, diseminadas en las riberas,
pueden contarse suficientes cruces -y letreros de advertencia- para saber que la entidad que habita la presa no desea que nadie
cruce ni se sumerja en sus aguas o importune su silencio.
Un último campamento ahí -despedida sin saberlo- sería una experiencia fuerte. Un curso para JTLK dirigido por JCO en 89,
poco antes de que él mismo abismara al movimiento Kari: terminaban los 80´s, su feliz y breve época luminosa.
Cuatro equipos de SK en parejas nos sometimos al rigor. Estaban ahí Nacho de San Luís, Mendizábal, Ostria, Marcos –hermano de
Mónica Vargas-, un SK que no recuerdo, Jorge y yo. Se suponía puro gallín. A las 4:00 pm inició la construcción de casas
elevadas por equipos; y también comenzó un fuerte aguacero qué, con rachas más o menos duras y amaines ocasionales,
continuaría por muchas horas. Se trataba de una prueba y no había permiso ni intención de aflojar: y por orgullo, pues.
Al anochecer ya era durísimo; la búsqueda, arrastre, izado y amarres de los travesaños había robado mucha energía. Los tejidos
se habían iniciado, dolientes las manos y brazos por los esfuerzos. Todos trabajábamos empapados y medio helados en el
umbral luz-oscuridad de las cóleman, pero nos sobreponíamos; sólo las mochilas estaban cubiertas. Pero una racha de lluvia y
viento que creció a media noche, un frío cada vez más encabronado y el cansancio, nos arrasaría finalmente.
Primero de dobló uno, el enfriamiento le hizo estragos y se fue a guarecer a una tienda con equipo y mochilas. Continuamos los
demás, por un tiempo. Poco después nadie había terminado, los tejidos escurriendo y aflojados, el mecahilo mojado… ya era
casi imposible tensar o hacer algo con el dolor de manos, el frío… Todo era un desastre, lodo por doquier… se abortaron las
construcciones elevadas y caímos madreados, extenuados...
Cesó de llover pero la hipotermia rondaba. A otro, que se aguevó aunque se le advirtió que no se quedara quieto, se le tuvo que
dar masaje en las extremidades y ponerle calcetines secos para evitarle la hipotermia… Una cachetada incluso, para que el
cabroncito, que ya estaba soporoso, reaccionara y se levantara...
Se decidió comer algo. Panes con mermelada, cosas simples, cubrirse y conversar, un consuelo apenas tras recibir semejante
madriza. Luego parar vilmente las casas en algún lado, algo lento en la oscuridad helada, y acomodarse a dormir lo mejor
posible; eran las 4:00 am. El episodio dejaba sus lecciones.
16. Sólo para osados:
Y luego de los años ¿cómo evitar el contraste con el pasado u omitir la expoliación actual?
Las hordas de homo-videns (prófugos de “siempre en domingo”) que lo infestan todo
con su basura abandonada, botellas y bolsas desechables, principalmente.
El horror...
17. Fotografía y presentación: Luis Fernández
México
Enero-2006
Película Blanco y Negro Asa 100°
Réflex con objetivos 70-210 y 28-70 mm, sin tripié
Negativos escaneados a baja resolución