Este documento presenta un resumen fotográfico y textual de un viaje a La Habana, Cuba. En la primera parte, se describen impresiones de caminar por las calles de la ciudad, observando su arquitectura en deterioro y a la gente local. Se destacan las contradicciones entre la belleza histórica y el decaimiento actual, así como el constante acoso de vendedores a los turistas. El resumen captura la esencia del documento en menos de 3 oraciones.
1. Un viaje a la ciudad
de los claroscuros y
las contradicciones.
Relato fotográfico y algunas
notas; estampas de
la Habana en tres tiempos:
I. De las calles de la Habana
II. La música, el lugar sín límites
III. Mirando a la inmensidad
Toda la noche y todo el día...
La Habana… del blanco al negro
Parte I: De las calles de La Habana, todos tienen qué decir…
2. Hacía ya varios años que mi amigo
Alexdark y yo planeamos un viaje a la
Habana para conocerla a fondo. Su
pueblo, su historia, el momento
geopolítico, sus bellezas… son temas que
inspiraban la visita.
Otros amigos compartieron cosas gozosas
que también incentivaban a viajar a
Cuba. Con Edgar un intercambio de
música cubana, del Buenavista, pasando
por la Matancera y sus enormes figuras,
Celina y Reutilio, los Jubilados, los
Fakires, el Trío Matamoros, hasta Rita
Montaner y otros más. Luego Horacio me
regalaría Havana in my Heart, 50 años de
fotografía en Cuba. Todas eran ventanas
a ese destino.
Además, hace poco el legendario Fidel
(que para más señas regocijó a todo
México trapeando a un gargajo
vergonzante apellidado Fox) se despidió
del poder formal. Era preciso pues, en lo
posible, conocer la Cuba de la
Revolución, caminar la Habana, antes de
lo que aguarde el porvenir, para ellos y
para nos…
Aquí va algo de lo visto caminando por las
calles de la Habana. Claroscuros entre lo
lúdico y lo desalentador.
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6. No resultó fácil hacer fotografía en la Habana.
Ciudad antigua, de paisaje envejecido, pletórico de
arquitectura, de calles de pronto solitarias y a la
esquina un hervidero de personas, colores, aromas y
sonidos.
Caminamos calles y barrios profundos. A cada paso
se contempla el deterioro casi exquisito de una
ciudad majestuosa, antes por su elegante opulencia
y ahora por la pátina de la escasez cabalgada sobre
el tiempo. Mugre húmeda en las cornisas, herrerías
oxidadas, muros agrietados, madera carcomida,
aplanados descarapelados, pintura deslavada,
banquetas rotas, autos viejísimos… Todo está en su
lugar, pues ahí habita la historia.
Y una ebullición de estampas humanas... Gente qué,
multicolor, atractiva y con la pinta propia a su
entorno, camina y te mira a los ojos y contesta tu
mirada y saluda y gesticula y parla a voz en cuello y
al hablar canta su acento y hace ademanes y
responde a gritos en la distancia. Los tíbiri-tábaras
que cantaba Daniel Santos, acaso la tribu habanera
en su magnífica jungla urbana. Jungla de piedras
enmohecidas, de pieles satinadas, aroma de tabaco
y humedad y calor. Candela.
En un momento sentí cierta frustración. La
profusión de elementos fotografiables era tal que
no sabía ni por donde empezar. Supe qué, lo que
fuera, debía ser en ByN y en composiciones
abiertas, pues las calles son estrechas, las fachadas
altas y profusa su decoración. Captaría tal vez
apenas algo de la magia de la Habana, sí acaso.
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12. Algo más dificultaba hacer fotografía. La cámara era
como un letrero que decía “soy turista”, y en todas
partes, a cada paso, el acoso insistente de los
habaneros para venderte algo o sacarte dinero, lo que
sea, es inaudito. Hábiles para platicar, es como sí
hubieran expropiado el lema de Zapata para
degradarlo: “el turista es de quien lo trabaja”. En poco
tiempo se convierten casi en una peste ¿Ya lleva´Ron,
chico? ¿Mexico lindo y querido? ¿Oyeeee, nooo´quiere
uno buenooo´habano? ¡Son de lo´que fuma papi, chico!
¿Qué, no te guta´conversa, con nosotro´lo cubano…?
A cada esquina un asedio y otro, en cada cuenta “fue
un error, papi”… en cada “charla” el lamento
victimista que auto-justifica el acoso y aun el abuso
descarado. Terminan encabronándolo a uno y logran lo
que ninguna sociedad inteligente: ahuyentar al turista
al que desean cliente. Actos innobles e indignos de un
pueblo que se supone educado y revolucionario.
Claroscuros y contradicciones todo el tiempo.
El mercado negro abarca casi todo y en cualquier
esquina: habanos, ron, medicinas, mariscos. Presumen
que la solidaridad entre ellos es lo que los sostiene,
pero parece se dedicaran a auto-desangrarse. Señal no
sólo de corrupción, sino de que la miseria moral y la
decadencia son globales. Incluso en un sistema que les
garantiza educación, vivienda, salud y sustento, mal
que bien. Pasó el periodo especial y el turismo y el
petróleo venezolano los oxigenó; padecen escasez, sí,
pero no saben lo que es la depredación neoliberal ni
conocen la pobreza extrema, como la que el 50% de
México padece... ¡Equé allá ute´si gana buen
dinerito…! Se percibe además, ansia de productos y
bienes suntuosos, más que de básicos. El veneno de la
TV también allá logró su cometido: el extravío social.
Pero a Fidel la historia lo absolverá, no lo dudo.
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14. VAGANDO POR CALLES DE MI TRISTE CIUDAD
A veces, andando por esas calles perdidas
un olor de pronto me recuerda la infancia;
años oscuros, cuando trotaba por estas aceras
donde aquellas casas hoy parecen caer.
Las gentes miran a los transeúntes sin esperanza.
Yo mismo formo parte del paisaje de miserias.
La ciudad y sus gentes son un turbio amasijo.
El polvo estruja las almas que no pueden volar.
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DOMINGO ALFONSO
“Vida que es angustia”, Cuba, 2002
19. Pero no puede hablarse de Cuba a la ligera. Su contexto
es complejo y las comparaciones pueden ser tediosas;
sobre todo cuando parten de los clichés falaces, miopes,
torpes, que suelen escucharse de turistas clasemedieros,
esos con saliva para criticar situaciones ajenas, pero que
callan ante la devastación nacional… que sí “hay,
pobrecitos”, que si “las mujeres te dan las pompis por
una camiseta”, que “qué malvado es Fidel”…
Lo cierto es qué, con todas sus contradicciones, ese país
es como una grieta que ha roto y desafiado durante 50
años todas las “certezas” del sistema-mundo capitalista,
sistema desde hace tiempo en acelerada y brutal
descomposición, hoy como nunca.
Cuba y su revolución, fuente de inspiración ideológica
para la izquierda -y de odio histérico para la derecha-
desde la segunda mitad del S. XX, devino en una herida
que cicatriza cada que nos asombra en su fortaleza
frente a la tiranía del imperio yanqui siempre al acecho,
milvecesmaldito, pero que continúa sangrando por las
tribulaciones de su pueblo causadas por 40 años del
ilegal bloqueo gringo, pero también por las aberraciones
sociales que lo carcomen desde dentro, por el
anquilosamiento del sistema y aún por la muralla
severísima que le impone su régimen…
Al fin, es una más de las naciones de la vigente tragedia
latinoamericana –siempre avorazadas por las potencias
coloniales-, que aún no alcanzan redención y justicia.
Pero es una Cuba y un régimen con valladares de
soberanía y dignidad sin los qué, duele decirlo, México se
fue quedando desde 1982, mientras es desangrado cada
día con mayor rapacidad. ¿Hace falta decir por quienes?
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21. ESCRIBO TAMBIÉN
Escribo también, para las putas de Washington, Máximo Gómez
para ellas (como para las rosas) Hamilton y Grant.
Escribo. Mujeres
Nalgas abiertas, clítoris olorosos, tetas ultrajadas en el foro abierto
erizadas por ese fuego -no están en la pantalla de televisión-
poniendo verticales pero anheladas
las barras, que entonces, dentro de la más íntima
nada piensan. médula masculina.
Deseo ___________________
mezclado en ocasiones con imágenes DOMINGO ALFONSO
Cuba -2001
29. EN LA MEMORIA
Irremediablemente
va a caer la tarde
sobre los cielos del mundo.
Nunca como aquella
en que te di mi humana
desnudez,
las manos en el agua
la ternura:
flor abierta a la luz de tu
orilla.
Nos separan
incontables atardeceres,
y sólo somos dos jóvenes
haciendo el amor en la
memoria.
LUCÍA MUÑOZ
(Bayamo, 1953)
37. VIEJO
Hubo una erosión en mi propio cuerpo
de muchos días convertidos en décadas
Gentes pateaban mi corazón
quizás sin yo siquiera advertirlo
Después de los cuarenta años, cada nueva semana
transformaba en ceniza el carbón sobre mi cabeza
Trozos de mí mismo yacen esparcidos
por esquinas opacas de este país
Ahora comprendo que a veces mi alma
era estremecida por extraños e invisibles empujones
(Tal vez algunos me miran como piltrafa)
Al mirar en rededor estoy en un páramo
donde casi no encuentro puntos de apoyo
Sin dinero ni poder; acaso con algún amigo
no es mucha el agua para vivir todavía
Artista he sido, intérprete de mi propia existencia
ante mis ojos, que hoy la contemplan en perspectiva.
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DOMINGO ALFONSO
De “Un transeúnte cualquiera”, libro inédito.
Cuba, 2004
38. La Habana, Cuba
Parte I
Fotografía y presentación: Luis Fernández
Cuba-México; 2008; DR
leviathan_lf@yahoo.com.mx
Fotografía diurna: Réflex, objetivos 18-55 y 70-300 mm
Salida digital, a baja resolución
Fotografía nocturna: Réflex sobre tripié, objetivo 28-70 mm
Registro en película ByN asa 400°
negativos escaneados a baja resolución