RETO MES DE ABRIL .............................docx
Reforma agraria y reforma industrial
1. Los hechos entre el agro y la industria1
El 24 de junio del 1969, antes de cumplir un año en el poder, el gobierno militar aprobó la ley
17716, la cual estableció los parámetros y los mecanismos para un nuevo proceso de reforma
agraria. La priorización de esta transformación no fue causa de sorpresa, puesto que había estado
en el centro del debate político durante la última década. Sin embargo, para asegurarse la máxima
flexibilidad posible, el gobierno decidió que esta debía aplicarse por previa declaratoria de “zonas
de reforma agraria”, lo cual implicaba que el régimen estaba considerando la naturaleza
heterogénea de la cuestión agraria en un país que era geográfica y socialmente complejo. Empero,
antes del primer aniversario de la Ley de Reforma Agraria todo el país ya estaba declarado como
“zona de reforma agraria”. Y esto tenía relación con la toma de tierras y la aceleración de la lucha
campesina. De hecho, para algunos, fue solo fruto del discurso del gobierno –“campesino: el
patrón no comerá más tu pobreza”; “[los militares] no seremos más los perros guardianes de la
oligarquía”-, No debe olvidarse que desde la década de 1950 la lucha campesina y la toma de
tierras caracterizaron la quiebra del orden rural tradicional.
Por otro lado aunque el desarrollo industrial peruano había sido limitado, el movimiento obrero
había logrado realizar exitosas manifestaciones desde su aparición, a comienzos del siglo XX. La
reforma industrial buscó, entonces, armonizar las relaciones entre el patrón y el obrero, así como
mejorar la situación económica y social de este último. Aunque este tema no era una novedad, sí
lo fue la fórmula propuesta. La doctrina social de la Iglesia católica, en nombre de la dignidad de la
persona que trabaja, lo planteaba en formulaciones de participación de los trabajadores en las
utilidades y en la gestión de las empresas. En ese sentido, hubo proyectos de ley presentados por
la DC en la administración de Belaunde. Posteriormente, el Gobierno Revolucionario creó el
concepto de la comunidad industrial, en la cual los obreros tendrían acciones en las empresas
donde laboraban, así como representación en el directorio de la compañía. El objetivo era que los
trabajadores fueran dueños de la mitad de las acciones y, por ende, adquieran una clara influencia
en cuanto a las decisiones tomadas por la empresa. Por tanto, se avanzaría más rápido si el dueño
no reinvertía.
Desde 1969 hasta 1973, el gobierno tuvo a su favor el logro de un incremento constante del
ingreso real de los trabajadores. Este aumentó en 34% hasta 1973. Ya en 1974, el efecto de los
precios hizo decrecer el ingreso real. En 1976 un obrero de Lima ganaba 9% menos que en 1968 y
40% menos que en 1973. Así pues, estas cifras explicaron la movilización de los trabajadores para
defender su consumo elemental. Las huelgas, por tanto, constituyeron una medida defensiva para
impedir que continúe bajando el salario real de los empleados. Las cifras de la tabla 41 son
indicativas de esta situación, a pesar de que todo promedio es limitado en relación con la realidad
de los ingresos más bajos.
Analicemos:
1
Adaptado de Pease, H. y Romero, G. (2013). La política en el Perú del siglo XX. Lima: Fondo editorial PUCP. Pp 252 - 257
¿Qué características presentó la aplicación de la Reforma agraria e industrial?
¿Qué se puede concluir sobre este proceso?
2. Lecciones de la Reforma Agraria2
La reforma agraria es aún un tema controvertido, pues muchas de las personas que se
beneficiaron, así como de las que resultaron perjudicadas, todavía están activas. Sus críticos
subrayan el hecho de que: (1) el agro se descapitalizó (con lo que se perdió parte de la
infraestructura, de la maquinaria y del conocimiento empresarial acumulado); (2) la agricultura y
la ganadería retrocedieron desde el punto de vista técnico; (3) no resolvió el problema de la
extendida pobreza rural (aun hoy día 72,5 por ciento de la población rural es pobre, y 40,3 por
ciento extremadamente pobre; (4) hubo falta de coherencia del modelo económico que, por un
lado, distribuía las tierras y, por el otro, subsidiaba las importaciones alimentarias que deprimían
los precios de los productos que ofrecían esos mismos beneficiarios de la reforma agraria.
Estos argumentos no son necesariamente rechazados por los defensores de la reforma agraria,
quienes dan prioridad a otros logros que compensarían los impactos adversos mencionados, entre
ellos:
(1) la reforma agraria fue un acto de justicia redistributiva, que permitió el acceso directo a la
tierra a un gran número de pobres rurales;
(2) desplazó de la sociedad rural a los terratenientes tradicionales, eje del poder “gamonal”,
sustento de un orden semifeudal reaccionario y antimoderno;
(3) vinculado a lo anterior, dio un golpe definitivo a las relaciones serviles a las que estaban
sometidos centenares de miles de campesinos;
(4) contribuyó a democratizar la sociedad rural, e hizo así posible la incorporación de millones de
peruanos a la colectividad política y a la condición ciudadana.
Aun hoy, después de más de tres décadas, la posición respecto de la reforma agraria
implementada por el Gobierno Militar del general Velasco es utilizada para caracterizar a las
personas a partir de la opción ideológica neoliberal dominante. Quienes defienden la reforma
agraria son ubicados en el campo de los “estatistas”, “populistas”, “antimodernizadores” y de los
que tienen escasa fe en el mercado. En resumidas cuentas, se los sitúa en el campo de lo obsoleto.
En el Perú, todavía la Constitución de 1979 consideraba que la reforma agraria era un proceso
permanente. La Constitución de 1993, promulgada por el Gobierno de Fujimori, simplemente
borró el término del texto.
Un punto de vista sobre la Reforma Agraria3
No era la primera reforma agraria. Una comisión presidida por Pedro Beltrán la había reclamado
finalizando los 1950; luego, el gobierno militar de 1962-1963 decretó la primera reforma agraria
para el valle de La Convención; a continuación, el gobierno de Fernando Belaunde, con el voto del
Poder Legislativo, incluyendo al APRA y la DC, había aprobado una segunda reforma agraria, en
esta ocasión de validez nacional. Así, Velasco no inventó la reforma agraria, sino que esta disponía
de previo consenso.
Aunque, Velasco lo hizo radicalmente. No dejó ningún sector inafecto, como había propuesto la
ley de FBT, ni se limitó a un solo valle, como había sido con los militares de 1962. Por el contrario,
Velasco terminó con la clase terrateniente expropiando sus haciendas y entregándoselas a los
campesinos. Este acto tuvo un enorme contenido liberador y generó ciudadanía en el país. Se
2
Extraído desde http://www.ruralfinance.org/fileadmin/templates/rflc/documents/1248203802936_01__eguren_peru.pdf
3
Extraído desde http://www.larepublica.pe/columnistas/sucedio/la-reforma-agraria-de-juan-velasco-23-07-2013
3. acabaron los pongos y los siervos, aparecieron los trabajadores con iguales derechos que sus
patrones.
Ahora bien, la propuesta de Velasco era una utopía. Intentó mantener la gran hacienda, creando
cooperativas de enorme extensión, incluso reuniendo varias unidades en una sola. Creía en las
granjas colectivas, que la experiencia internacional ha mostrado equivocada. No resultaron ni en
Rusia ni en China, tampoco en Cuba, menos en el Perú.
De ese modo, Velasco creó derechos ciudadanos al emancipar al campesinado de la servidumbre.
Pero, no supo forjar un sistema económico alternativo a la antigua hacienda semi-servil. Lo suyo
fue ilusorio. Además, careció de tiempo. Para prender y funcionar, la granja colectiva ha requerido
apoyo sostenido del Estado. Mientras que, Velasco gobernó siete años, pero desde entonces todos
sus sucesores estuvieron en contra de su proyecto político. Tanto Morales Bermúdez como
Belaunde permitieron las parcelaciones privadas, que acabaron con el sueño velasquista.
Velasco había creado la deuda agraria al expropiar la tierra. La ley ordenaba que se pague en
veinte años y admitía procedimientos para acelerar el pago. A este procedimiento se acogió
Dionisio Romero y su grupo familiar. Acudieron al Banco Industrial y redimieron sus bonos,
comprometiéndose a invertir en industria, poniendo de su parte la mitad de la inversión. Eran los
términos establecidos por la Ley de Reforma Agraria. De tal modo que Velasco creó la deuda
agraria, pero no fue quien dejó de pagarla, el caso de Romero así lo muestra. Esta deuda fue
fuente de numerosos conflictos en los años posteriores a Velasco. Los campesinos no querían
pagar, las empresas estaban mal conducidas y no dejaban ganancia. El campo subvencionaba los
proyectos industrialistas en la ciudad y se estaba arruinando. El campesino de Velasco fue libre,
pero pobre.
Analicemos:
¿Qué aspectos positivos, negativos, emocionales
se pueden desprender de la aplicación de la
reforma agraria e industrial? ¿Qué estrategias
además de las empleadas se pudieron aplicar?