CULTURA NAZCA, presentación en aula para compartir
Trasocmun tema 4.2 complementaria
1. IV
4.2 TRABAJO SOCIAL Y CONTEXTOS RURALES.
El medio rural se manifiesta con múltiples caras y, por lo tanto, es preciso
introducir que la propuesta que aquí realizamos debe partir de un diagnóstico
previo, de las potencialidades, problemáticas y, sobre todo, de entender que las
acciones humanas se construyen en relación. En esta relación, lógicamente, el
territorio se vuelve un aspecto importante a tener en cuenta. Más allá de viejas
determinaciones del concepto de comunidad, el territorio se representa como un
potencial para el desarrollo local en conexión dinámica y global. Así, el concepto
de comunidad rompe con sus ataduras de homogeneidad y se vuelve relevante si
las personas entienden y piensan que están, forman parte de ella y la hacen suya.
Ante esta perspectiva, el trabajo social en el medio rural debe alcanzar una
dimensión que se encuentre conectada en distintas escalas, que pueda dar una
respuesta integral a la diversidad de situaciones. No se trata, únicamente, de
trabajar a demanda, sino de pensar la singularidad en una perspectiva más amplia
y ser capaces de superar, principalmente, las dificultades de coordinación.
Las nuevas ruralidades emergen entonces como potencialidades que nos
permiten llevar a cabo conexiones entre los distintos actores. Por un lado, bien es
cierto que una de las características del medio rural es el envejecimiento de su
población, pero esto no quiere decir falta de actividad. Al revés, podemos
entenderlo, por ejemplo, desde su potencialidad como portadores de saberes,
conocedores exhaustivos de su medio y, sobre todo, proyectar estrategias hacia la
cooperación y calidad de vida. Por otro lado, aparecen nuevos pobladores y
nuevas actividades económicas que es preciso conectar en el territorio y, así,
apostar por procesos participativos y toma de conciencia sobre las distintas
problemáticas. Ante fenómenos, por ejemplo, como la baja natalidad, únicamente
se podrán llevar a cabo procesos reversibles si se opta por ofrecer y construir
posibilidades. Para generarlas hay que entender y compartir. Dialogar para
integrar múltiples perspectivas y construir las problemáticas de manera
2. IV
colaborativa, desde los múltiples intereses y, sobre todo, en una retroalimentación
entre conocimiento experto y respeto por las personas. A la puesta en valor debe
seguirle la activación de los distintos actores en un contexto determinado, bien
sean estos jóvenes, mayores, agentes de desarrollo, empresas, instituciones
públicas, etc. Puesto que el medio rural ya hace mucho que no es sólo agrario, o
quizás nunca lo haya sido, el trabajo social en tiempos de nuevas ruralidades tiene
que enfrentase a la sostenibilidad del sistema en todos los sentidos y, así, apostar
por el desarrollo comunitario.
Por lo tanto, el trabajo social en el medio rural cuenta con la especificidad de tener
que enfrentarse al reto del desarrollo desde una perspectiva que ponga el foco de
atención en los procesos y las personas, de la coordinación en lugar de la acción
individualizada y, sobre todo, en tiempos de nuevas ruralidades la demanda no es
otra que fundirse en la perspectiva integral, focalizada, con dimensiones múltiples
y, sobre todo, participativa. En definitiva, los procesos que se lleven a cabo son el
reflejo de la articulación entre teoría y práctica para un trabajo social del siglo XXI.
La acción comunitaria desde el trabajo social es Un proceso por el cual una
comunidad identifica sus necesidades u objetivos, ordena (o clasifica) estas
necesidades u objetivos, halla los recursos (internos y/o externos) para
enfrentarse a esas necesidades o alcanzar sus objetivos, actúa con respecto a los
mismos, y al hacerlo así desarrollan en la comunidad actitudes cooperadoras y
colaboradoras, y formas de actuar. (Ross, 1955)
El papel del profesional en la acción comunitaria:
EL PAPEL DE GUÍA
- Ayuda a la comunidad a establecer y a encontrar medios para conseguir
sus propios fines.
3. IV
- Respeta los derechos y deseos de la comunidad (la dirección, ritmo y
características de las relaciones las establece la comunidad, no el
profesional).
- Tiene iniciativa (no ofrece ayuda sino que estimula un sentido de necesidad
respecto a las condiciones existentes)
- Es objetivo
- Se identifica con la comunidad: Ayuda a la gente a descubrir y utilizar
procesos por los que se adoptan decisiones cooperativas (une grupos,
aumenta la zona de preocupación común, establece procedimientos para
adoptar decisiones colectivas).
- Acepta su papel (no aboga por una acción determinada, esto siempre es
una decisión de la comunidad; no debe facilitar una solución porque así
niega el proceso de potenciación y fortalecimiento comunitario).
EL PAPEL DE CAPACITADOR
- Canaliza el descontento
- Agente catalizador.
- Alienta la organización
- Hace que la comunidad se responsabilice de la situación
- Alimenta las buenas relaciones interpersonales (remover impedimentos
para el trabajo cooperativo).
- Enfatiza los objetivos comunes.
EL PAPEL DE TÉCNICO
- Contribuye a realizar el auto-diagnóstico comunitario
- Tiene destreza en la investigación y planificación y su transferencia social.
- Posee información de otras comunidades
- Asesora sobre métodos
- Posee información técnica específica en función de la naturaleza de los
proyectos.
4. IV
- Valora e interpreta en sus devoluciones.
EL PAPEL DE MEDIADOR
- Identifica posibles conflictos (incluyendo los latentes).
- Establece si son mediables algunos de dichos conflictos (los que no sean
mediables deben ser abordados con otras estrategias metodológicas:
socioterapia, educación en valores, provisión de recursos y/o prestaciones,
consejo/asesoramiento, conciliación, arbitraje, etc.).
- El profesional como mediador debe ser imparcial y no tiene que aportar
soluciones, sino facilitar que las partes lleguen a un acuerdo que elimine o
mitigue el conflicto existente entre ambas. Es un proceso comunicativo “sin
poder”.