1. Lilian Calvache Munoz
Noviembre 23 de 2013
Colombia Necesita Una Educación Transformadora
En el presente trabajo se pretende aportar a la siguiente situación: William es un niño de 8 años
de 3ª de primaria, cuando la maestra le dice que van a ir al Jardín Botánico, se pone a gritar de
la emoción causando desorden en todo el salón, como consecuencia es castigado y no se le permite
ir a la salida programada.
En la actual educación existe un acelerado ir y venir de la sociedad que hace pasar por alto que
el educador, docente, instructor, tutor, profesor, etc., debe ser, debe saber y debe hacer, una
persona de sentimientos, de pasión por lo que hace. Como dice Paulo Freire en su pensamiento del
papel filosófico del educador, hay que ser un artista en la educación teniendo en cuenta la pasión,
los deseos, los sentimientos”.
En el caso de William, ese pequeño gigante detalle puede estar llevando a ese niño hacia un
abismo de heterogeneidad que lo convertirá en un hombre que a su vez reproducirá lo que ha
recibido probablemente. Tal parece que es el caso de la docente. Para ella todos deben pensar
igual, todos tienen que comportarse igual. En mi opinión, hoy día se necesita una instrucción
diferenciadora. Para ésta “profesora” urge el cambio de actitud tanto. Parece que es un retrato
de la pedagogía del oprimido (Paulo Freire, 1968).
De igual forma, algunos líderes de la educación a veces olvidan que se necesita estar en el camino
de la transformación y evolución humano. Paulo Freire en su pensamiento sobre “Transformación
educativa desde fuera y desde dentro” nos dice que “el educador necesita del educando como el
educando del educador ya que ambos se educan”. Estoy totalmente de acuerdo ya que en mi caso
cada día aprendo algo con mis aprendices. Soy la docente que soy gracias a la formación que ellos
me han ayudado a lograr. No solamente se aprende lo técnico sino también de valores como
tolerancia, respeto, justicia, etc. Ellos han hecho que yo ame lo que hago y que lo haga por vocación
y no por cartón. Adicionalmente, después de leer en la universidad el cuento Un Niño (Helen
Buckley) me prometí a mí misma intentar siempre ser como la segunda docente del cuento.
Finalmente, hoy día tenemos muy clara la razón donde falla la educación. Si cada uno de nosotros
se pusiera a pensar por un momento en que momento de su vida estuvo pasando por alguna
situación similar y partiera desde ahí, entonces estaríamos contribuyendo al mejoramiento de la
actual sociedad. Iríamos todos hacia el progreso humano y no con tendencia al retroceso
intelectual. Mi mamá decía: a veces las vacas olvidan que fueron terneras. A veces olvidamos que
fuimos estudiantes y allí empieza el error.