Exposición de construcciones fotográficas en las que se toma el objeto como pretexto expresivo. Texto de catálogo. Ver los documentos: vídeo de presentación de la muestra, texto de catálogo, imágenes de las obras, fichas técnicas, títulos en inglés, alemán y español y libro editado en: http://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/
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“EL OBJETO COMO PRETEXTO”
Es muy célebre la sentencia “una rosa es una rosa” de Gertrude Stein, extraída de
su aforismo “Rosa es una rosa es una rosa es una rosa”, con la que indicaba que las
cosas son lo que son, aunque también quería expresar que cuando se menciona una
cosa se suscitan imágenes mentales y emociones ligadas a ella. Por supuesto que una
rosa es una rosa, pero al establecer asociaciones con ella se trasciende el plano de la
mera realidad y puede ser así mismo otras cosas y contener otros significados. De
igual modo una manzana es una manzana, sin embargo, aparte de ser una fruta muy
ligada a nuestra experiencia y de tener seguramente connotaciones particulares para
cada cual, en nuestro imaginario probablemente esté la manzana de la discordia, la de
Adán y Eva, la de Newton, la de Guillermo Tell y otras, por supuesto también la de
Apple; además, es un objeto que se ha ido dotando de diversos simbolismos de los
que las artes plásticas de todos los tiempos han dado cumplida cuenta en fabulosas
representaciones y presentaciones. Así, las manzanas en las artes visuales se han
convertido en pretextos expresivos de contenidos significativos, al tiempo que lo han
sido de investigación plástica; sabido es que P. CÉZANNE prescindió de su significado
para transformarlas en meros volúmenes y así experimentar con el espacio pictórico.
Hasta él las manzanas habían recibido un tratamiento metafórico, desde P. PICASSO
sería metamórfico y con G. DE CHIRICO metafísico, por mencionar algunas
materializaciones de cambio de perspectiva.
Entendemos por objeto todo aquello que puede constituir materia de sensibilidad o
conocimiento por parte del sujeto, incluido él mismo; sería, entonces, toda cosa o
persona que admite ser sometida a algún tipo de acción física, sensorial o mental.
Consecuentemente, los objetos pueden ser materia -objeto- de tratamiento artístico, y
como es natural ello se ha venido haciendo desde diferentes planteamientos
supeditados a los tiempos; así, desde el Renacimiento se impuso una visión sobre
ellos monofocal, que suponía que el artista desde su posición en el espacio plasmaba
una visión de ellos estática desde un punto de vista fijo; la fotografía no modificó la
monofocalidad de la visión, pero estimulaba una mirada múltiple; el cine, así como la
historieta -el cómic-, vinieron a multiplicar irreversiblemente los puntos de vista; y la
técnica del collage, con la emblemática “Naturaleza muerta con silla de rejilla” (1912)
de P. PICASSO en la que a la heterogeneidad de puntos de vista añadía la de
realidades, abrió la plástica a fecundos universos creativos donde los objetos, que
adquirieron gran protagonismo, se transformaban polisémicamente explotando sus
amplias posibilidades expresivas. En este ámbito, superado el estatuto ilusionista del
objeto y aprovechando el empuje del surrealismo en el que los objetos transformados
se consideraban más reales y “detallados” que la misma realidad, es donde se
inscriben las imágenes que ofrece esta muestra del “Objeto como pretexto”.
Las construcciones fotográficas aquí presentadas responden a un creativo empeño
de ver lo insólito en lo cotidiano y materializarlo, a un lúdico interés por espolear a los
objetos para que hablen, a un fascinante propósito de otorgarles una vida nueva,
propia, que les libere de la rigidez funcional para la que fueron creados, y, en definitiva,
a una inquebrantable voluntad de expresarme a su través. Me parece conveniente
manifestar que este tipo de actitudes plásticas tienen ya más de un siglo de existencia,
como puede desprenderse del párrafo anterior, y que proceden de ámbitos externos a
las artes; la consideración del filósofo Schopenhauer, publicada en 1851, “basta con
aislarse del mundo y de las cosas durante unos instantes, tanto que los objetos y las
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cosas más comunes aparezcan como algo completamente nuevo y desconocido, lo
que revela su verdadera esencia”, o la afirmación de Nietzsche hecha en 1885 de que
“lo más cotidiano habla de cosas inauditas”, fueron claros estímulos para que algunos
artistas repararan en otras potencialidades de los objetos y optaran por explorar sus
otros lados, por subvertir la realidad y, con ello, las normas o los usos y costumbres
habituales, creando excepcionales imágenes fuera de lo común y alumbrando
novedosas formas expresivas; porque, realmente, eso también era -y es- junto con la
técnica el arte.
La modalidad de lenguaje expresivo que aquí adopto trasciende la realidad, como
lo hace la abstracción, pero no para ir lejos de ella y situarse en la inconcreción, sino
para conmoverla y posicionarla con otras manifestaciones en otras situaciones y
lugares no acostumbrados. Por ej., un mapa político es una representación
simplificada de los límites de un territorio, en el uso que hago de él en “Borrar del
mapa” y en “Equilibrio inestable” es estatal y continental, en un caso plano y en el otro
esférico; pero introduzco modificaciones que subvierten esa realidad representacional
administrativa desgajando un continente en la primera obra y desquiciando el globo
terráqueo en la segunda; además, valiéndome del impacto que puedan causar las
imágenes, presentan otra significativa realidad que la oficialidad silencia. En épocas
pretéritas, esas representaciones gráficas se hubieran empleado pintadas
ambientando una escena, quizá junto a una cruz, en la que un potentado personaje,
varón, hiciera alarde de sus fantasías de dominio o de sus conquistas, cargándose de
mensajes simbólicos o, incluso, moralizantes. Aquí el planteamiento plástico, la
narrativa y la intención son radicalmente distintos. En nuestra cultura occidental, desde
que en los Estados se hermanaran los poderes político y religioso, circunstancia que
comenzó a producirse cuando los cristianos abandonaron las catacumbas, las artes
han supuesto una liberación intelectual de lo inaccesible, una expresión de lo invisible,
y se pusieron dominantemente al servicio de la divinidad y los mitos (realmente al de
los poderes); ni siquiera pudieron desligarse de ese lastre con la llegada del
denominado “imperio de la razón”, y hubo que esperar a las conmociones de todo tipo
posteriores para empezar a percibir la realidad desde distintos puntos de vista, para
poder ubicarla en otros sitios posibles a base de, paradójicamente, descolocarla y
transformarla.
La obra plástica, por un lado, es una forma de expresión que posibilita catalizar
múltiples experiencias, que se rehacen y se mutan en la ejecución de otras obras,
enriqueciendo un repertorio hasta conformar un conjunto expositivo, particularmente
cuando se genera diversidad de manifestaciones como en este caso. Pero ese
universo experiencial se amplía cuando la creación de las obras que integro en esta
exposición ha sido simultaneada con la de diferentes proyectos expositivos; o sea,
cuando han sido creadas al tiempo que otras de distintas exposiciones que,
igualmente, guardan alguna conexión con el objeto; en concreto, con “Entre la
abstracción y la concreción” (el objeto como testimonio del grado de concreción de la
obra), con “Habitar espacios” (ubicación de objetos y otros elementos compositivos en
el espacio habitándolo), con “Reproduciendo-Recreando Argentina y Chile” (cada
fotografía presentada es objeto -materia y asunto- de la confección de tres
construcciones fotográficas distintas) y con “Es-culturas” (empleo de objetos o partes
de ellos en la construcción de esculturas policromadas). Por otro lado, igualmente
como forma de expresión, la obra plástica es una especie de hierofanía laica o
manifestación de lo extraordinario, por la que cualquier objeto se convierte en otra
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cosa sin dejar de ser lo que es, contando con alguna capacidad de atracción o, en el
mejor de los casos, de seducción.
Como es bien conocido, en la música lo verdaderamente relevante es producir en
quien la escucha sensaciones auditivas y emociones, además de mensajes en el caso
de que la melodía esté letrada, que le resulten significativas; por tanto, la expresividad
es lo primordial, el estilo -o la forma- y la instrumentación y las voces -o los medios- es
lo secundario, quizá no irrelevante porque cada cual tiene sus gustos musicales. En el
terreno de las artes plásticas, con el que quizá estemos menos familiarizados, sucede
exactamente lo mismo. H. MATISSE decía “Nunca abandonaré el objeto. El objeto no
interesa por sí, sino por el entorno que crea”; P. CÉZANNE aseguraba “El tema de las
obras solo es un motivo, un pretexto que permite manipular libremente los colores, las
formas o el espacio”; y C. MONET enfatizaba “El tema tiene para mí importancia
secundaria; quiero representar lo que vive entre el objeto y yo”. Cito a tres clásicos que
no pudieron hacer demasiada magia con los objetos, sí otras meritorias cosas, y que
los utilizaron como excusa para su experimentación y expresividad plástica; de igual
modo que a É. MANET los temas orientalistas le sirvieron de pretexto para eróticas
evocaciones, o que la mitología -clásica o religiosa- proporcionó disculpas temáticas y
formales, o que inclusive en CANALETTO las vistas de Venecia aparentemente más
exactas pretextan una subjetiva interpretación de la ciudad; así como la realidad puede
ser un pretexto para el fotógrafo y la fotografía una excusa para contar una historia.
Planteo aquí una reflexión sobre el espacio que ocupan en nuestras vidas los
objetos, o la importancia que tienen para nosotros, y especialmente sobre lo que se
puede hacer creativamente con ellos, dejando lógicamente de lado su unidimensional
visión de entes consumibles para un estricto fin. Hemos aprendido a ver, sentir y
pensar de una manera concreta y nos suele costar hacerlo de otros modos, no
solamente romper prejuiciados esquemas sino saber aceptar los que otros han
conseguido cuestionar. Cuesta asumir que un cuchillo esté cortando una pequeña roca
sobre un plato, como presento en “Geofagia”, pero al fin y al cabo está cumpliendo con
su cometido aunque se le someta a una acción absurda; pero cuesta mucho más verlo
convertido en hoja de una planta, así como muestro en “Mutación”. Cuando no se está
acostumbrado a esta caprichosa mutación de las cosas nos chocan y desajustan, pero
eso es parte del efecto que se procura: provocar, o más suavemente sorprender, para
estimular y soltar las emociones y el pensamiento, ir consiguiendo disfrutar con este
tipo de juegos e ir introduciendo algunos cambios de mentalidad; después de todo, de
lo que se trata es de mostrar lo desconocido para sacarnos de lo conocido, dogmático,
rutinario y aburrido. Traigo a colación la consideración que a este respecto hacía
oportunamente S. DALÍ: “Las personas sólo ven las imágenes estereotipadas de las
cosas, meras sombras vacías de toda expresión, meras quimeras, y consideran vulgar
y normal todo lo que están acostumbrados a ver día tras día, por maravilloso y
milagroso que pueda ser”.
La muestra que ofrezco consta de treinta construcciones fotográficas (obras
construidas con fotografías) muy variadas, en las que cuido la estética, el equilibrio, la
armonía, la narrativa, la técnica y la creatividad. Son imágenes trabajadas y
presentadas como si estuvieran pintadas, por lo que se asemejan a pinturas de estilo
realista, con contenidos normalmente imaginativos, de ficción, que mantienen ciertas
similitudes con el collage fotográfico o fotomontaje importado del collage pictórico.
Como viene siendo habitual en mis exposiciones, se acompaña de las fichas técnicas
de cada una de las creaciones (documento que recoge las medidas, la fecha de
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realización, las fotografías empleadas, la técnica y un comentario donde reflexiono
sobre algunos aspectos de la obra) y de una publicación en formato libro que reúne
todo el material referido y un amplio texto de presentación. Como material adicional de
carácter didáctico esta muestra cuenta con el proceso detallado y comentado que he
seguido para la realización de las cinco obras siguientes: “Borrar del mapa”, “Botijo
enjaulado”, “Hombre con espinos”, “Con-tenedores” y “Tiempo extasiado”.
El Sauzal, Febrero de 2021
Luis J. Ferreira Calvo