1. El sistema escenográfico utilizado por el autor en sus piezas sacramentales es muy conocido; el
traslado de esas esferas del universo a los globos escénicos que se disponían en los carros justificaban
el sentido de microcosmos contenido en los autos. Estas piezas sugieren un teatro en miniatura sobre el
propio escenario y se van abriendo de acuerdo con la trayectoria de la fábula. Las acotaciones son
también muy explícitas sobre el momento en que tenían que abrirse esos globos y dar paso al contenido
de su mundo interior.
Calderón parte de un juego de bóvedas iniciales que representan la tierra y el cielo y que sólo unidas
adquieren la perfección. La tensión dramática consiste en alcanzar esa unidad y por ello, aunque su
teatro está repleto de dramatismo, el sentido final es positivo. El proceso del hombre, desde su
nacimiento a su ansia de eternidad, queda perfectamente simbolizado en los motivos plásticos de la
gruta, la cueva o la caverna.
Para Calderón la perfección, entendida como felicidad, sólo puede conseguirse a partir de la
correspondencia amorosa. Tal unidad se alcanza cuando el hombre se encuentra con la mujer. Si ambas
bóvedas se completan, el lugar en donde se lleva a cabo la unidad normalmente es el jardín y allí, su
breve esfera se convierte, aunque sea por unos instantes, en el círculo perfecto que reproduce en la
tierra la armonía celestial.
En la teoría poética de Calderón, todo lo existente tiene su complementario. En La vida es sueño
podemos ver muy claramente el funcionamiento de las bóvedas y la esfera en un complejo sistema
barroco de ambivalencias, sin olvidar el misterio que encierra todo lo cotidiano. Nada tiene una sola
dimensión. La prueba a la que es sometido Segismundo deja en evidencia la doble vida del personaje y
la de todos los que le rodean.
El camino vital de Segismundo es la experiencia individualizada de la que participa toda la humanidad.
Es el paso de la sombra a la luz al que se accede sólo a partir del reconocimiento de uno mismo,
expresado en la cristiana y quijotesca frase «yo sé quien soy». Pero para iniciar este recorrido ha
necesitado un impulso fundamental que le viene del conocimiento de la naturaleza y del amor.
La naturaleza es el primer motor que le lleva a salir al exterior de la cueva, en donde vive, para situarle
en el nivel horizontal o terrestre; el amor es el móvil que le transporta desde ese globo terrestre a una
nueva dimensión, de la que alcanza la bóveda inferior, y a partir de ella inicia su peregrinación hacia lo
alto, y sólo cuando el personaje decide «acudir a lo eterno» es cuando se dispone a encontrar a Dios,
origen de todas las esferas, y creador de la naturaleza humana.
Este proceso ascensional consta de tres grados: descubrimiento de sí mismo gracias al espejo de la
naturaleza, descubrimiento de la otredad humana y descubrimiento de una realidad superior. Sólo
cuando el hombre se deshace de su carácter aislado puede saber quién es él, los demás y quién es Dios.
Así se convierte en un ser heroico capaz de de vencerse a sí mismo en la lucha entre los sentidos y la
espiritualidad, y de situarse en la soledad de la montaña simbólica que prepara el encuentro con Dios.
El dramaturgo dejó muy claro en todos los géneros que el amor es algo más poderoso que la muerte. Lo
único que salva del mundo Segismundo es el amor; y así, cuando le llevan de nuevo a la cueva y
reflexiona sobre lo que él considera ha sido un sueño y un engaño, sólo salva a la mujer, que de ahí en
adelante va a ser el resorte dramático único que ligue la realidad con el sueño:
2. Sólo a una mujer amaba;
que fue verdad, creo yo,
en que todo se acabó,
y esto solo no se acaba.
La defensa del amor, constante en las comedias, se ve reforzada en los autos por una explicación más
profunda que a la vez asume un sentido cósmico desde principios religiosos. Así, en los autos, de forma
paralela a lo que ocurre en La vida es sueño, cuando el Hombre o los cuatro Elementos se presentan
encerrados se hace necesaria la presencia de Peregrino Amor (Cristo) para movilizar al hombre y
hacerle recorrer su gradual ascensión.
La comparación platónica del hombre como árbol al revés, en cuanto que sus raíces proceden de las
alturas y buscan elevarse a otra esfera superior, se repite en diferentes autos. Así Calderón le da un
contenido ideal, místico y cristiano a la idea aristotélica del inmenso espacio de la fábrica del universo,
gracias al pensamiento neoplatónico y a la imaginería de la realidad que muestra, en último término, la
hermosa redondez del universo presidido por Dios.