La Alegoría de la Caverna describe a hombres encadenados viendo solo sombras en la pared producidas por objetos moviéndose detrás de ellos. Uno es liberado y descubre el mundo real, pero los demás se burlan de él. Esto representa cómo Platón veía el mundo sensible como meras apariencias de un mundo eterno de Ideas. La Alegoría de la Línea también distingue entre un mundo visible gobernado por el sol, y un mundo inteligible gobernado por la Idea del Bien, donde los objetos son conocidos a través
1. Alegoría de la Caverna
En una caverna hay varios hombres atados de tal forma que sólo pueden ver la pared.
Detrás de ellos hay un muro con un pasillo, una hoguera y, por último, la salida a la
naturaleza. En el pasillo, varios hombres circulan cargando de todo tipo de objetos de
tal forma que, gracias a la luz que proviene de la hoguera, se refleja su sombra en la
pared que los prisioneros pueden ver. Como los hombres no han visto nada más, solo
pueden considerar verdadero ese mundo que se refleja ante sus ojos.
Uno de estos hombres es liberado, y puede ver entonces las figuras que dan origen a
las sombras, ve la hoguera, y luego de subir por un escarpado ascenso, llega al
mundo real y ve a los hombres, astros, animales y árboles. Luego de contemplar esto
fija su vista en el sol (el sumo bien), y es obligado a regresar a la caverna. Allí soporta
la burla de sus compañeros, que siguen considerando las sombras como lo único real.
Mediante esta alegoría, Platón separa el mundo sensible (las sombras que son
reflejadas en la pared), como simples apariencias de un mundo eterno y puro, el de las
Ideas o esencias. Ambos mundos son reales, más el de las Ideas es el más elevado y
cercano al Sumo Bien. De esto se desprende también la división entre el alma y el
cuerpo. El alma es inmortal y esta atada al cuerpo. Al morir el alma se separa del
cuerpo y parte hacia el mundo de las Ideas.
Alegoría de la Línea
En este texto Platón sostiene la existencia de dos mundos, el visible y el inteligible.
Analicemos su visión sobre cada uno de ellos detenidamente.
En el mundo visible, el Sol cumple un rol importante. Platón había observado que de
día, ante su presencia, los colores de los objetos eran visibles. Por otra parte de
noche, ante su ausencia, todo estaba en tinieblas. Es entonces que llega a la
conclusión de que el ojo ve los objetos visibles gracias a la luz emanada del Sol.
Analógicamente, Platón define un mundo inteligible. Así como lo visible es lo que se
puede apreciar con el ojo, lo inteligible es lo que se puede apreciar con la inteligencia.
En este mundo, la 'Idea del Bien' actúa como el Sol, irradiando verdad y ser a los
objetos inteligibles, para que de esta forma puedan ser conocidos. El filósofo sostiene
que lo que no es iluminado por la 'Idea del Bien' es lo que nace, se corrompe y muere.
¿Qué relación establece Platón entre estos dos mundos? El filósofo griego observó
que los objetos visibles poseen sombras y reflejos, a los que denominó imágenes. De
esta forma argumenta que la imagen es al objeto visible lo que la opinión es al
entendimiento. También afirma que el objeto visible es usado como imagen para
comprender algo que sólo puede ser conocido por el entendimiento, aduciendo que un
cuadrado dibujado sirve para entender la verdadera figura geométrica.
Su visión afirma que el Bien y el Sol reinan estos dos mundos, siendo el primero el que
engendró al segundo a su semejanza.