1. MIGUEL ÁNGEL BONINO
Trabajadas con oficio firme y pastas coloreadas, sus formas constituyen
una auténtica lección de rigor. Porque sus esculturas cerámicas
desarrollan todo un lenguaje de alegorías, de ritmos y de ensambles
espaciales, de protuberancias y huecos que sobrecogen
perceptualmente por su vuelo formal.
Cuerpos volumétricos que -fuera de analogías fortuitas- revelan la
trascendencia de la forma en sus contenidos inaprensibles, en las
presencias que huyen de sí mismas, en las resonancias y aún en los ecos
que fluyen de esa forma.
Son escritura espacial -todo arte es una grafía-, que en este caso dice
delicadamente cosas atinentes al hombre y a su mundo natural. Son
metáforas de una realidad, de ahí la sugestión y el misterio que irradian.
Pero, aunque metáforas, son entidades, realidades en sí mismas,
“creaturas poéticas”. Cada una de ellas tiene su particular ley de
creación, en función de ser árbol nube, árbol humano o ser viviente.
Tales los nombres de algunas de gran densidad expresiva.
“Mundo futuro”
5. El neriage es una técnica de la cerámica japonesa que consiste en hacer capas, cortar y combinar arcillas de
diferentes colores. La mezcla se hace en el amasado, pero es en el retorneado de las piezas cuando la
combinación de colores sale a la vista.
6.
7. Agateware (veteado de ágata o simplemente ágata), es una técnica cerámica de decoración, consiste en
combinar arcillas de colores que contrastan entre si. Es fundamental que el coeficiente de dilatación sea similar.
Similar al término japonés de Neriage. El nombre deriva del ágata, permite patrones de efectos aleatorios.