1) Nuestro papel en el nuevo nacimiento es creer, ya que el nuevo nacimiento ocurre a través de la obediencia a la verdad del evangelio mediante la fe. 2) Sin embargo, nuestra fe es causada por la acción regeneradora de Dios a través de Su Palabra. 3) Por lo tanto, aunque participamos en el nuevo nacimiento creyendo, la causa decisiva es la soberana acción de Dios al regenerarnos.
1. ¿Cuál es nuestra participación
en el nuevo nacimiento?
1PEDRO 1:22 – 23
“HABIENDO PURIFICADO VUESTRAS ALMAS POR
LA OBEDIENCIA A LA VERDAD, MEDIANTE EL
ESPÍRITU, PARA EL AMOR FRATERNAL NO
FINGIDO, AMAOS UNOS A OTROS
ENTRAÑABLEMENTE, DE CORAZÓN PURO; SIENDO
RENACIDOS, NO DE SIMIENTE
CORRUPTIBLE, SINO DE INCORRUPTIBLE, POR LA
PALABRA DE DIOS QUE VIVE Y PERMANECE PARA
SIEMPRE.”
2. OBEDICENCIA A LA VERDAD
1Pe 1:22 Habiendo purificado vuestras almas por la
obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el
amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro;
Primero, lo que ocurre es para el amor: “en obediencia a
la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor
sincero de hermanos” (para, o «hacia» un amor sincero
de hermanos. Así que la purificación de las almas no
representa en sí misma la existencia del amor
fraternal, aun no. La purificación del alma es “para un
amor [...] de hermanos”. Existe con el objetivo de
producir un amor fraternal. El amor es un fruto básico
del Espíritu. Así que el versículo 22 significa que algo
más básico que el amor fraternal está ocurriendo cuando
dice: “en obediencia a la verdad habéis purificado
vuestras almas”.
3. OBEDICENCIA A LA VERDAD
Esta “obediencia” no es la obediencia de amor, nos
lleva hacia la obediencia de amor ¿Qué es entonces?
Es la respuesta correcta a “la verdad”. Es llamada la
“obediencia a la verdad” (versículo 22). Y, ¿qué es
esta verdad? En el contexto, la verdad es muy
probablemente la Palabra de Dios, y es llamada en el
versículo 25 “la palabra”: “Y esta es la palabra que os
fue predicada”. De modo que obedecer la verdad en
el versículo 22 significa obedecer el evangelio.
4. OBEDEZCA EL EVANGELIO: CREA EN JESÚS
¿Y qué significa obedecer el evangelio?
Significa creer en Jesús, porque la oferta
gratuita del evangelio es “Cree en el Señor
Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa”
(Hechos 16:31; 1ra a los Corintios 15:1-2). Y
primer mandamiento del evangelio, y el más
básico, no es ama a tu hermano. El primer
mandamiento del evangelio es fe. De modo
que obedecer el evangelio, en este nivel
básico, es tener fe.
5. OBEDEZCA EL EVANGELIO: CREA EN JESÚS
Usted podrá ver que así se expresa Pedro en el
capítulo 3, donde los esposos sin fe en Cristo son
descritos como “desobedientes a la palabra”:
“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a
vuestros maridos, de modo que si algunos de ellos
son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados
sin palabra” (1ra de Pedro 3:1). La desobediencia a la
Palabra significa que no son creyentes. Lo mismo
ocurre en 1ra de Pedro 2:8: “son desobedientes a la
palabra”, y en 4:17: “[quienes] no obedecen al
evangelio de Dios”. En fin, la desobediencia a la
Palabra, es la desobediencia al evangelio, es la
incredulidad.
6. OBEDEZCA EL EVANGELIO: CREA EN JESÚS
De la misma forma habló Pablo en 2da a los
Tesalonicenses 1:8, donde dice que Dios
estará “dando retribución a los que no
conocen a Dios, y a los que no obedecen al
evangelio de nuestro Señor Jesús”. En otras
palabras, el evangelio del Señor Jesús
demanda fe, y estas personas no
obedecieron. No creyeron. Rechazaron “el
mensaje de la verdad, el evangelio” (Efesios
1:13; Colosenses 1:5).
7. OBEDEZCA EL EVANGELIO: CREA EN JESÚS
Así que cuando 1ra de Pedro 1:22 dice que
ustedes “en obediencia a la verdad habéis
purificado vuestras almas para un amor
sincero de hermanos”, quiso expresar que
«ustedes han purificado sus almas por fe en
el evangelio de Jesucristo y esta fe nos lleva
hacia el amor fraternal”. La fe obra por el
amor (Gálatas 5:6). El amor proviene de la fe
sincera (1ra a Timoteo 1:5).
8. CREER: PARTICIPAR EN EL NUEVO NACIMIENTO
Ahora, recuerde que en Juan 3:5 y en Tito 3:5 el nuevo
nacimiento involucra a la purificación -el simbolismo del
agua y el lavamiento. Jesús dijo: “En verdad, en verdad te
digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar
en el reino de Dios”. Y Pablo dijo que Dios “nos salvó [...] por
medio del lavamiento de la regeneración”. De modo que
cuando Pedro dice que nuestras almas han sido purificadas
por la obediencia a la verdad -es decir por la fe en el
evangelio- y dice que esta purificación nos guía hacia el
amor, y no es lo mismo que el amor, asumo que él quiere
decir que esta purificación es la purificación del nuevo
nacimiento. Es la purificación mencionada en el agua de Juan
3:5 y el lavamiento de Tito 3:5. Este es el nuevo nacimiento.
9. CREER: PARTICIPAR EN EL NUEVO NACIMIENTO
Lo que significa que el nuevo
nacimiento es por la “obediencia a la
verdad”. Es decir, el nuevo nacimiento
ocurre por la fe en el evangelio de
Jesucristo. Es por esto que digo que
nuestro rol en el nuevo nacimiento es:
creer. Al creer participamos en el nuevo
nacimiento.
10. La Acción de Dios al Regenerar Causa Nuestra Fe
Ahora, en el versículo 23, Pedro explica la misma idea utilizando
las palabras: nacido de nuevo. Leamos los dos versículos (22-23)
para que pueda ver la relación: “Puesto que en obediencia a la
verdad habéis purificado vuestras almas para un amor sincero
de hermanos, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón
puro. 23 Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente
corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante
la palabra de Dios que vive y permanece”. La relación entre
nuestra acción en el nuevo nacimiento (versículo 22) y la acción
de Dios en el nuevo nacimiento (versículo 23) esta dada por la
ley de causa y efecto. La acción de Dios sustenta nuestra acción.
Nosotros purificamos nuestros corazones en obediencia al
evangelio, es decir, participamos en la regeneración; y podemos
participar activamente en esta regeneración, porque Dios nos
regenera.
11. 1) El Orden de Mención: Nuevo Nacimiento, Fe, Amor
La primera pista es simplemente el orden en son hechas
las declaraciones: el versículo 22 contiene un
mandamiento: “amaos unos a otros entrañablemente, de
corazón puro”. Y el versículo 22 contiene un
prerrequisito para ese amor, a saber, que hayamos
purificados nuestros corazones por fe en el evangelio.
Entonces, por último, el versículo 23 parece ser un
prerrequisito para estas dos obras. Por la obra de Dios al
regenerar, ustedes pueden creer al evangelio, que
purifica sus corazones y les permite amarse unos a otros.
De modo que la regeneración de Dios es quien provoca
nuestra fe y nuestro amor. Hace que sea posible creer y
amar.
12. 2) El Instrumento: El Evangelio
La segunda pista de que la regeneración de Dios es la causa de
nuestra fe, es que Dios hace que su Palabra sea el instrumento
del nuevo nacimiento en el versículo 23: “Pues habéis nacido de
nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es
incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y
permanece”. Algunos asumen que la simiente incorruptible en el
versículo 23 es el Espíritu Santo, y bien pudiera ser (vea 1ra de
Juan 3:9). Sin embargo, me siento inclinado a pensar que la
simiente incorruptible es “la palabra de Dios”. La simiente es
descrita como “incorruptible”, y la palabra es descrita como “que
vive y permanece”; es prácticamente lo mismo. Por tanto, creo
que “nacidos [...] de una simiente [...] incorruptible” es lo mismo
que “[nacer] mediante la palabra de Dios que vive y permanece”.
Mi interpretación se confirma por el hecho de que en los
versículos 24-25, todo el enfoque está en la Palabra de Dios, no
en el Espíritu.
13. 2) El Instrumento: El Evangelio
Así que la idea es que Dios hace que la Palabra sea su
instrumento en el nuevo nacimiento, y que la Palabra
obra en el nuevo nacimiento despertando nuestra fe. Es
lo mismo que Pablo dice en Romanos 10:17: “Así que la fe
viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo”. Por
tanto, si nuestro rol en el nuevo nacimiento es creer, y si
la palabra es quien causa la fe (y el versículo 23 dice que
Dios obra el nuevo nacimiento “mediante la
palabra”), entonces detrás de la Palabra y detrás de
nuestra fe está obrando, decisivamente, la mano de Dios.
Esto es lo que dice Santiago en Santiago 1:18: “En el
ejercicio de su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra
de verdad, para que fuéramos las primicias de sus
criaturas”
14. 3) El Actor Supremo: Dios
Creo que la paternidad de Dios es la causa de nuestra fe es que
Pedro dice, en el concilio de Jerusalén, en Hechos, que tanto
gentiles como judíos están siendo salvados, no solo judíos. Y
lo dice así: “[Dios] ninguna distinción hizo entre nosotros y
ellos, purificando por la fe sus corazones” (Hechos 15:9). Aquí
dijo lo mismo que expresó en 1ra de Pedro 1:22: “Puesto que
en obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas…”.
Es decir, «ustedes han purificado sus almas por la fe…». En
Hechos 15:9 Pedro dice algo muy significativo: dice que Dios
es quien obra decisivamente esta salvación por medio de
nuestra fe: “[Dios] y ninguna distinción hizo entre nosotros y
ellos, purificando por la fe sus corazones”. Dios limpió
aquellos corazones por medio de la fe que tenían. Lo que nos
demuestra que nuestra fe es esencial e instrumental en la obra
del nuevo nacimiento. Pero no es quien decide si somos salvos
o no, Dios es quien decide.
15. ¿Qué Implica esta Afirmación?
1) Implica que debemos creer a fin de ser salvos: “Cree
en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa”
(Hechos 16:31). El nuevo nacimiento no toma el lugar
de la fe; el nuevo nacimiento incluye la fe. El nuevo
nacimiento es el nacimiento de la fe.
2) Implica que si dependiera de nosotros, no
creeríamos. No hay esperanzas de que los muertos
respiren por sí mismos.
3) Que Dios, quien es rico en misericordia y en gran
amor y en su gracia soberana, es la causa decisiva de
nuestra fe.
16. ¿Qué Implica esta Afirmación?
4) Según el versículo 22, el fruto de los nacidos de nuevo
es el amor. Lo que implica que todo en la vida tiene
relación directa con el nuevo nacimiento: el racismo, el
calentamiento global, el aborto, la limitada atención
médica a los niños, las personas sin hogar, la pobreza, la
guerra en Iraq, los delitos de los que están en el poder, el
tráfico humano, la crisis mundial del SIDA, el abandono
paterno, la codicia detrás de la crisis del impuesto
hipotecario, el tratamiento a los inmigrantes ilegales, o la
difícil situación de los cristianos que acaban de salir de la
prisión. Todo se relaciona con el nuevo nacimiento. Y lo
más importante, por el nuevo nacimiento usted entrará al
reino de Dios y verá el reino de Dios, para toda la
eternidad.
17. ¿CÓMO PARTICIPAMOS EN ESTE EVENTO?
Nuestro rol en el acto del nuevo nacimiento
es la fe -la fe en el Hijo de Dios crucificado y
resucitado, en Jesucristo como Salvador y
Señor, y como Tesoro de nuestras vidas. En
el acto del nuevo nacimiento nosotros
creemos en Cristo. Participamos en el evento
del nuevo nacimiento al recibir a Cristo
como quien realmente es, el Salvador
supremo y valioso, Señor y Tesoro del
universo.
18. LA SIMULTANEIDAD DEL NUEVO NACIMIENTO Y LA FE
La respuesta sería así: Nuestra acción
de creer y la acción de Dios al
regenerarnos son simultáneas.
Nosotros hacemos lo primero, y él hace
lo segundo al mismo tiempo. Y -esto es
muy importante- la acción de Dios es la
causa decisiva de nuestra acción. La
regeneración de Dios es la causa
decisiva de nuestra fe.
19. LA SIMULTANEIDAD DEL NUEVO NACIMIENTO Y LA FE
Si le resulta difícil pensar en un evento que
provoca a otro, cuando los dos son
simultáneos, piense en el fuego y el calor, o
el fuego y la luz. En el momento en que hay
fuego, hay calor. En el instante en que hay
fuego, hay luz. Pero no podríamos decir que
el calor causó el fuego, o que la luz causó el
fuego. Decimos que el fuego causó el calor y
la luz.